Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 ene 2011

El pago de una deuda Los Rolling se reúnen para homenajear a su primer pianista, Ian Stewart

Todavía carecemos de noticias fiables sobre la próxima gira de los Rolling Stones, que podría tener lugar en 2012. Sin embargo, rompiendo su imagen de millonarios indolentes, el grupo se ha propuesto pagar una deuda de honor: estará presente en Boogie with Stu, proyecto del joven pianista Ben Waters en memoria de quien fuera primer teclista de los Stones, Ian Stewart, fallecido en 1985, a la edad de 47 años.






El músico es un mito entre los británicos que practican el 'blues' urbano

La canción escogida es Watching the river flow, un reflexivo blues de piano que Bob Dylan compuso hacia 1971. Por si esa combinación no resultara suficientemente atractiva, esa grabación juntará al grupo actual -Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood, Charlie Watts- con su primer bajista, Bill Wyman, que les abandonó en 1992. Está previsto que Boogie with Stu salga el 8 de marzo.



El homenajeado se merece ese esfuerzo extra. Ian Stu Stewart tocaba el piano en la formación original de los Rolling Stones (y llevaba su contratación) hasta que, en la primavera de 1963, el mánager Andrew Loog-Oldham decidió prescindir de sus servicios: con su mandíbula cuadrada, amor por el golf y aspecto pulcro, Stewart no encajaba en la imagen del grupo de rebeldes-con-causa que planeaba Oldham, aparte de romper la "unidad étnica" (Ian era un escocés entre cinco ingleses).



Todos los implicados aceptaron la decisión de su descubridor, aunque se les quedó cierta amargura en la boca. Aún hoy, Keith Richards tira balones fuera. En su autobiografía, Vida, lo justifica como una cuestión económica: "El contrato con Decca hizo que Stu tuviera que bajarse en marcha: seis tíos son muchos tíos y el que sobra es, evidentemente, el pianista".



Los posibles remordimientos quedaron apaciguados por la lealtad perruna de Stewart, que aceptó desaparecer de las fotos y se recicló en ayudante para las giras. También siguió colaborando en el estudio, grabando piano, órgano o percusión en muchos discos de los Stones. Su carácter de empleado no impidió que ejerciera de conciencia musical del grupo, insistiendo para que no se alejaran demasiado del blues que les inspiró; en esa eterna pelea, formaba bloque con los miembros más puristas, Bill Wyman y Charlie Watts.



Stewart no tenía voto, pero sí voz. Según Jagger, Stewart era una especie de barómetro de sus creaciones: "Cuando ensayábamos una nueva canción, confiábamos en que él nos diera su aprobación". Y se quedaron consternados cuando moría a finales de 1985, derribado por un ataque al corazón, en la sala de espera de un doctor londinense. Dos meses después, los Stones alquilaron el 100 Club, un pequeño local de Oxford Street, para realizar un concierto privado en recuerdo al desaparecido. El disco siguiente del grupo, Dirty work, se cerraba con una ráfaga del Key to the highway, interpretado con brío por Ian.



Con el tiempo, la leyenda de Ian Stewart ha ido creciendo. Asombrosamente, el escritor Ian Rankin aseguró que Stewart figuraba entre los inspiradores de su gran personaje, el detective escocés John Rebus. Sobre todo, Stewart es un mito entre la subcultura de los músicos británicos que practican el blues urbano, el boogie-woogie y el jazz de gran orquesta, los estilos favoritos del difunto.



A ese mundillo pertenece el responsable del homenaje, Ben Waters, exuberante pianista y cantante que suele tocar en jam sessions con Charlie Watts o con el hermano de Mick, Chris Jagger. Primo de P. J. Harvey, Ben se ha asegurado de que ella también participe en el disco, al igual que el pianista y presentador Jools Holland. El título del disco, Boogie with Stu, hace referencia a una grabación de Led Zeppelin en 1975, donde brillaba Ian Stewart como invitado.

Quiero que Internet se olvide de mí

El mundo cibernético ha traído consigo la demanda de derechos que no figuran expresamente en ninguna Constitución. Uno de ellos es el llamado "derecho al olvido", que ampara la capacidad de una persona para borrar de Internet información irrelevante sobre sí misma y preservar de este modo su privacidad.
La Comisión Europea ha puesto en marcha un proceso legislativo para reforzar la protección de datos de los ciudadanos y adaptar las viejas normas al entorno virtual, donde los documentos no solo son de alcance global sino también eternos.




Reclamaciones de los ciudadanos

El honor, la intimidad, la propia imagen y ... la Red



Google asegura que no puede modificar los contenidos de las páginas webs



Cualquier hecho que sea de interés público no podrá ser eliminado



Una mujer reclamó que borraran que años antes había sido indultada



Las referencias del BOE que afecten a la dignidad no saldrán en los buscadores

La reforma va enfocada a regular el almacenamiento en Internet de datos personales que no son de interés público. Y también a hacerlos desaparecer de Google , Yahoo! , YouTube o de las redes sociales si el interesado lo solicita. Usuarios de Facebook o Tuenti podrán así tener el control de sus datos y exigir el completo borrado, incluidas fotografías, cuando se den de baja. Una tarea hoy día titánica y a menudo frustrante. Pero no imposible.



"Ningún ciudadano que no goce de la condición de personaje público ni sea objeto de un hecho de relevancia pública tiene que resignarse a que sus datos personales circulen en la Red". Con esta declaración de principios, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) anima a los ciudadanos a solicitar la cancelación de referencias privadas en foros, blogs, redes sociales o buscadores si estiman que se vulnera el respeto de su dignidad personal.



Eso es lo que hizo una mujer cuyo nombre aparecía en Google vinculado a un indulto. Como establece la ley, la resolución fue publicada en su día en el BOE.
La digitalización de la gaceta multiplicó hasta el infinito su difusión. Google convirtió esa conmutación de pena (una noticia de escaso interés salvo, naturalmente, para la afectada) en algo universal. Teclear su nombre llevaba automáticamente a revelar que fue indultada en 1995.



Tras solicitar infructuosamente a Google que cancelara sus datos personales, la mujer indultada 13 años antes acudió en 2008 a la AEPD.
Este organismo le dio la razón. "Procede la exclusión de los datos personales de la reclamante de los índices elaborados por Google", sostuvo la agencia, que de paso requirió al BOE que "arbitre las medidas necesarias con el fin de evitar la indexación de los datos de la interesada que aparecen en el documento publicado en el BOE e impedir que sean susceptibles de captación por los motores de búsqueda de Internet".



Protección de Datos se hizo también eco del caso de un hombre imputado por el asesinato de su esposa. Fue detenido y juzgado. La noticia fue rebotada en el territorio online, pero no recogía que finalmente resultó absuelto por sufrir un trastorno mental transitorio. Para Internet, seguía siendo culpable. La agencia atendió igualmente la reclamación de un hombre a quien le fue notificada a través del boletín oficial de su provincia una multa por hacer "aguas menores" en la calle. Cuando, 30 años después, se digitalizó la gaceta, los alumnos del hoy honorable profesor se topaban en Google con esta información que, según la AEPD, afectaba claramente a su dignidad personal.



"El problema no es el alud de información sobre una persona que puede albergar Internet, sino que esa información sea imperecedera", explica Artemi Rallo, director de la AEPD. "No se trata de suprimir una noticia del mundo real o del virtual. El derecho al olvido se refiere al efecto multiplicador de Google y los motores de búsqueda. Se puede borrar la información personal de un medio digital o datos que aparecen en el BOE, como multas, sanciones o indultos. Esa información, a diferencia de lo que ocurre en el papel, adquiere una expansión global y temporalmente eterna. Es bastante razonable que algo que sucedió hace 30 años no esté en los índices de un buscador", añade.



Entonces ¿qué tipo de información es borrable? ¿Se puede llegar a reescribir la historia de una persona? ¿Permanecen las noticias en las hemerotecas de la prensa escrita pero es posible que desaparezcan de las ediciones digitales? Sería una pretensión inútil que el Dioni intentara borrar de su biografía que en 1989 robó un furgón blindado con 298 millones de pesetas (1,7 millones de euros).
La noticia, además de ser de interés público, era veraz y sobre ella pesa una sentencia judicial firme.



Marc Carrillo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra, explica que la pretensión de un particular de borrar los datos que hacen referencia a su persona en la Red "es legítima en los casos en los que su aparición en la misma no ha sido por voluntad propia, sino como consecuencia de figurar en un archivo, público o privado, y el motivo de ello carezca de interés público".
Pero "esta pretensión decae si, por ejemplo, el particular aparece en la Red como autor de un delito por el que fue condenado por sentencia firme (que ya no es susceptible de recurso). La comisión de un delito siempre es un hecho de interés público".



Para Artemi Rallo, el derecho al olvido reconoce la cancelación de un dato personal que se ha recabado legítimamente para que se retire cuando se agote la finalidad para la que fue obtenido.
 Equivale a hacer realidad el poder de cualquier ciudadano a disponer de toda la información de la que es titular. Y a que la memoria digital no se convierta en algo perpetuo.



Para adaptar la legislación a un orbe interconectado, Bruselas quiere tener lista para este año una propuesta legislativa que fortalezca las normas de protección de datos en Internet. La vicepresidenta de la Comisión y responsable de Justicia, Viviane Reding, ha puesto la primera piedra al abrir una consulta pública -finaliza el próximo día 15- para recabar las opiniones de organismos y entidades interesadas.



La UE aspira a dotar de transparencia el brumoso mundo digital. Quiere que los proveedores de servicios de Internet o los buscadores recojan los mínimos datos de los usuarios. Y que lo hagan de manera tan clara como para saber quién los almacena, cómo, con qué finalidad y por cuánto tiempo.
Además, se propone simplificar y mejorar el ejercicio de los derechos de acceso, rectificación y supresión de contenidos relacionados con el usuario. "Para ejercer un control efectivo sobre los datos que les afectan, los interesados chocan con importantes desafíos", reconoce Bruselas.



De obstáculos sabe bien un importante empresario que vio recientemente cómo alguien le suplantó en Facebook. "Usaba el mismo nombre, pero todo seguido, pensé que era un error del sistema y le agregué", dice este hombre que quiere preservar su identidad. Comprobó en carne propia lo fácil que es "machacar a una persona desde Internet, manchar su dignidad y reputación". "Si mi vecino me raya el coche lo denuncio y no se entera nadie.
 Pero Internet es como poner una pancarta gigante que pregona que mi vecino es un sinvergüenza", se lamenta. "Utilizó mi nombre y poco a poco fue mezclando datos ciertos con otros inventados sobre afiliaciones políticas o creencias religiosas". Envió un correo electrónico al suplantador advirtiéndole de que estaba cometiendo un delito. Un insulto fue la única respuesta. "Me hablaron de una empresa que había sacado a un amigo de un boletín oficial. Me puse en contacto con ella y a las cinco horas había desaparecido ese perfil". La empresa se llama salirdeinternet.com, especializada en hacer desaparecer información no deseada en la Red.



Por 50 euros logra que alguien se esfume del ciberespacio. Miguel Cobacho, uno de sus impulsores, ha liberado a ciudadanos cuyo nombre aparecía asociado a una multa o a delitos cuyas sentencias no eran firmes. "El problema de Internet es que se publica una cosa y sigue allí. No desaparece nunca", apunta. Salirdeinternet.com se dirige primero mediante un requerimiento al sitio web (boletines oficiales, redes sociales, buscadores, diarios digitales) donde está alojada la información. De no obtener una respuesta satisfactoria, acude a la AEPD (en este caso, la factura sube otros 40 euros).



"En el caso de la información aparecida en Facebook, la posición del particular es delicada", incide Carrillo. "La aparición de la información que le concierne lo ha sido por decisión propia. La vía para intentar borrar ese pasado del particular, propio de una actitud poco reflexiva sobre sus propios derechos, podría encontrar una vía -desde luego, muy incierta- en la sugerencia de que las administraciones de las webs (webmaster) se doten de las adecuadas medidas informáticas que permitan evitar la indexación de la noticia. Se trata de los robots.txt, unos archivos con capacidad técnica para ocultar determinadas páginas de una web a fin de impedir el acceso de los principales buscadores".



La AEPD también actúa para cancelar datos publicados en foros de Internet facilitados por un tercero sin el consentimiento del afectado. En este caso, la agencia precisa que los comentarios introducidos en Internet entran dentro de la libertad de expresión, pero matiza: "La libertad de expresión tiene su límite en el respeto a otros derechos fundamentales". Expone que aunque la información publicada en ese foro fuera veraz, "al no referirse a asuntos públicos de interés general resulta preferente el derecho fundamental a la protección de datos".



Coinciden los expertos en que el ciudadano debe tener a su alcance mecanismos para cancelar datos personales e impedir su mantenimiento universal en la Red. Cobacho apunta que ni los buscadores ni las redes sociales son dueños de las fotos o comentarios que alguien cuelga sobre un tercero. "Pueden crear perfiles falsos en tu nombre y extender calumnias. Google almacena datos indefinidamente. Hay veces que una información desaparece de una web y aún aparece en Google. Si un hecho es noticiable se debe publicar. Otra cosa es el puro cotilleo que a menudo albergan Google o las redes sociales".



Samuel Parra, especialista en privacidad, alerta del aluvión de información que se publica en Internet "de forma inconsciente" tanto de personas como de empresas. Y una vez que se indexan se puede acceder a ellas a la velocidad del rayo.
¿Qué ocurre si hay un choque de derechos? Como en el mundo real, aquello que sea de interés público cede ante el derecho a la intimidad. Será el juez quien tendrá que discernir si se trata de datos de interés público o pertenecen al ámbito de la privacidad, apunta Parra.



La intención del Ejecutivo comunitario es poner coto al omnímodo poder de los buscadores y proveedores de servicio. "Si un ciudadano se dirige a Google encontrará una respuesta de 80 folios alegando cosas que no va a entender", se queja Parra. El gigante de Internet, a decir verdad, no ahorra excusas. "Los datos personales incluidos en las webs indexadas por Google no son usadas por Google ni tampoco Google tiene capacidad de decidir a qué usos van a dedicarse las mismas", apunta en respuesta a una reclamación. Añade que la tecnología que utiliza no permite la modificación del contenido. "Google no puede bloquear la aparición de ciertos contenidos sino que tiene que ser el webmaster que instale ciertas etiquetas para evitar ser rastreadas por el googlebot, la herramienta a través de la cual Google rastrea las webs que incorpora en su índice posteriormente".



En las reclamaciones ante Google España, la compañía alega que el servicio de buscador lo presta Google Inc. desde Estados Unidos, de manera que no le afectan la directiva europea de protección de datos ni la ley española que la aplica.
 Por eso, Rallo insiste en que es vital la cooperación. "Internet es un marco global y necesita una norma global, con tratados internacionales de protección de privacidad. Esa es la única lógica que puede satisfacer la exigencia de proteger la privacidad. La fuerza está en la unión".

Las dudas sobre Portugal disparan la presión contra la deuda española

La crisis del euro

La prima de riesgo española vuelve a tocar los 260 puntos básicos ante el temor de que Lisboa tenga que pedir el rescate.- La Bolsa amplía las pérdidas en un día en rojo en toda Europa .



Las dudas sobre Portugal y las especulaciones de que tenga que acabar solicitando el rescate de sus socios del euro por sus problemas de financiación están recrudeciendo la presión sobre su deuda y, por extensión, contra la de España. Por este motivo, las primas de riesgo de ambos Estados, bajo sospecha por sus excesivos déficits, están prorrogando las subidas de ayer, cuando las tensiones se despertaron tras el paréntesis del cambio de año. El repunte, sin embargo, volvía a ser más acusado en el caso de Portugal, señalada como la posible próxima víctima de la crisis tras la caída de Grecia (mayo) e Irlanda (noviembre). También está aumentado con fuerza el coste por asegurarse contra un eventual impago, los llamados CDS, de los países de la península ibérica, pero también los de Italia y Bélgica. En los mercados, las pérdidas, superiores al 1,7% en España, eran la tónica dominante.



El Gobierno luso revela que el país creció más de lo esperado en 2010 y alcanzó sus objetivos de déficit

China se compromete a comprar 6.000 millones de deuda española

España concentra un tercio de la exposición de la banca en Portugal



Ante el recrudecimiento de la crisis, el BCE ha reactivado su programa de compra de deuda adquiriendo títulos de Portugal, principalmente a corto plazo, según revela Bloomberg citando a operadores del mercado. En contra, el Financial Times informa que hay informes que apuntan a que el Banco Central de Suiza se está adelantado a un empeoramiento de la situación y no está aceptando los bonos de Portugal en garantía para prestar dinero, lo que demuestra la desconfianza en su futuro financiero próximo. Con los movimientos de hoy, los inversores estarían tomando posiciones con vistas a la semana que viene, cuando se dará el pistoletazo de salida oficial a las subastas de deuda de este 2011 ya que están previstas emisiones de Portugal, España e Italia.



A media mañana, la prima de riesgo, que equivale al sobreprecio que deben pagar los países por colocar sus bonos frente a los alemanes, de referencia, ha llegado a repuntar 20 puntos básicos en el caso de Portugal hasta los 426, con lo que cada vez está más cerca de su anterior récord histórico.
Esto es, los 459 puntos básicos que marcó a finales de noviembre. Los bonos a 10 años, por su parte, se intercambiaban en el mercado secundario con un interés cercano al 7,4%. No obstante, pasado el mediodía, la entrada del BCE se hacía patente en un suave relajo de la presión, con lo que el repunte en la prima se moderaba a 14 puntos básicos y el tipo de sus bonos bajaba en torno al 7%. En octubre, el ministro de Finanzas luso, Fernando Teixeira dos Santos, advirtió antes de la caída de Irlanda de que si superaba esta barrera del 7% se corría el riesgo de tener que recurrir a la ayuda de sus socios del euro.



El analista de Inversis Banco Fernando Hernández considera "muy probable" en declaraciones a EP que Portugal tenga que recurrir al fondo de rescate de la UE. Además, afirma que los mercados ya han descontado esta posibilidad con tipos cercanos a los que se vieron cuando Irlanda corrió esta suerte, en el entorno del 8%. Sobre España, aunque asegura que la probabilidad de que tenga que ser rescatada por la UE es "bastante baja", ha admitido que "es más alta" que en 2010. En la misma línea, la directora de Análisis y Estrategia de Renta 4, Natalia Aguirre, afirma que "cada vez se ve más posible la intervención de Portugal", y que España sea la "siguiente ficha del dominó".



En cuanto a la evolución de hoy de la deuda de España, que hasta ayer se había beneficiado de la muestra de confianza de China, el también llamado riesgo país ha tocado los 263 puntos con la rentabilidad de sus bonos a 10 años en el 5,54%, su nivel más alto desde 2000. El 30 de noviembre, después de que Irlanda sucumbiese ante el acoso de los mercados, la prima de riesgo tocó los 298 puntos básicos, su máximo hasta la fecha.
 A pocos minutos de las 13.00, se frenaba, aunque menos que en el caso de Portugal, hasta 259. También están sufriendo hoy Bélgica e Italia, con sus bonos a 10 años con tipos superiores al 4%.



Portugal, que a principios de semana encendió las alarmas al verse obligado a elevar en un 80% el precio por emitir letras a seis meses, tiene que acudir a lo largo de este mes con urgencia al mercado para captar abundante financiación. Para empezar necesita colocar más de 1.000 millones la semana que viene en bonos a 3 y 10 años, No obstante, lo inversores temen que no pueda conseguirlo, ya que existen dudas sobre su solvencia, lo que para los posibles compradores de bonos se traduce en riesgo y recelos para apostar por su deuda. Si quiere convencerles, al Gobierno luso no le queda otra que subir la rentabilidad de sus títulos, con el consiguiente aumento del coste para financiarse, lo que a su vez alimenta las dudas sobre si será capaz de cumplir en tiempo y cantidad con sus compromisos de pago.



Para España, que tiene sus propios problemas de déficit y financiación, la posible caída de Portugal supone un problema añadido para la banca, ya que está muy expuesta a la deuda portuguesa. Por este motivo, el aumento de la presión sobre el Estado luso supone también un castigo para la confianza en España, lo que al mismo tiempo provoca que sus entidades financieras se estén viendo penalizadas en Bolsa.



De hecho, hoy están siendo los bancos españoles los que más están cayendo en un día de pérdidas en toda Europa. Por este motivo, dado el mayor peso que el sector financiero tiene en la Bolsa española, el Ibex 35 era el índice que más bajaba del Viejo Continente. Tras un primer momento de pánico en el que el selectivo ha llegado a caer un 2%, a media mañana los descensos se moderaban ligeramente al 1,3%. Sin embargo, las pérdidas han vuelto a aumentar tras conocerse el dato de paro de diciembre en Estados Unidos y, a pocos minutos de las 15.00, caía un 1,6%. Las expectativas generadas sobre una eventual recuperación no han colmado las previsiones ya que pese a que baja el desempleo y se han creado puestos de trabajo, no lo ha hecho con la suficiente intensidad.



En el mercado de divisas, el euro se mantenía por debajo de los 1,30 dólares, su nivel más bajo en cinco semanas, por las renovadas dudas sobre sus países periféricos y el repunte del dólar.

Belen Esteban segun los niños