Ha sido el papel más largo de su vida y asegura que no habrá segunda parte. A sus 63 años, Arnold Schwarzenegger descarta seguir en la política activa a corto plazo.
Dice que no tiene interés en el Senado y a la presidencia no puede presentarse ya que nació en Austria. Descartada la política, sus admiradores ya sueñan con verle enfundado en la chaqueta de cuero de Terminator o con el taparrabos de Conan. Según ha asegurado en numerosas entrevistas, Schwarzenegger está considerando regresar al cine si encuentra un guión adecuado.
Schwarzenegger se relaja antes de su adiós al poder político
Schwarzenegger vuelve al cine bajo las órdenes de Stallone
Schwarzenegger resucita a 'Terminator'
Schwarzenegger se convierte en gobernador de California y promete hacer "grandes cosas"
La peculiar manera de recortar el gasto de Schwarzenegger
Pero su adiós como gobernador está rodeado de polémica. Su última decisión fue firmar la reducción de sentencia, de 16 a siete años, de Esteban Núñez, un reo que se había declarado culpable del homicidio de una mujer de 22 años en San Diego en 2008. Núñez es hijo de uno de los políticos más destacados del Partido Demócrata californiano, Fabián Núñez, que fue presidente de la Cámara de Representantes de aquel Estado entre 2004 y 2008. Sin nada ya que perder -ha agotado el máximo de dos legislaturas en el Gobierno de California- Schwarzenegger ha hecho oídos sordos a las críticas.
Sus índices de aprobación rozan el 23%, una cifra muy pobre comparada con el 65% del que gozó al acceder al Gobierno de California en 2003. La deuda pública que deja en su Estado es, en contraste, inmensa: 21.000 millones de euros. El partido por el que se presentó a las elecciones se despide de él sin grandes homenajes.
Los republicanos le acusan de haber facilitado el regreso de los demócratas al Gobierno del Estado, en un año de grandes victorias republicanas en el resto del país. Calladamente, el actor ha favorecido medidas progresistas, como imponer límites a los gases contaminantes y a la tenencia de armas, y ha apostado por legalizar el matrimonio homosexual.
Al fin y al cabo, Schwarzenegger está casado con una Kennedy: María Shriver, presentadora de televisión y sobrina de John Kennedy. Incluso el momento en que anunció su candidatura a las primarias republicanas de las elecciones de 2003 hizo bromas al respecto. Fue en el programa The Tonight Show: "Fue la decisión más difícil que he tomado en toda mi vida. Bueno, a excepción de aquel día en que decidí depilarme las ingles en 1978". Su socarronería le valió para ser elegido Gobernator (así le llamaban sus admiradores, en referencia a la saga de películas que le hizo célebre).
4 ene 2011
El sueño eterno de Sigfrido Adiós a otro icono de la movida, compañero de Pedro Almodóvar, Fabio McNamara y Carlos Berlanga
PATRICIA ORTEGA DOLZ
Llamarse Sigfrido imprime carácter. Es algo que su madre, la galerista Mari Carmen Begué, debía saber muy bien cuando eligió ese nombre para su único hijo, su gran obra. Sigfrido es un nombre heroico al que Richard Wagner dedicó la tercera de las cuatro óperas que forman la tetralogía de El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen). Es un nombre muy sonoro con un defecto: no tiene miedo.
Sigfrido Mártín Begué, la seducción de la inteligencia
El pintor Sigfrido Martín Begué fallece en Madrid a los 51 años
El pintor preparaba una retrospectiva propia de los últimos 10 años
La exposición debería inaugurarse en Cuenca a finales de este año
Sigfrido Martín Begué abandonó este mundo sin hacer ruido entre petardos y serpentinas, entre confetis de colores y bengalas, el último día del año (pasado). Con él se ha ido un maestro de muchos alumnos de Bellas Artes, un amigo de otros tantos, otro trozo de la movida madrileña, quizá "el último artista romántico español", como lo han definido algunos de sus amigos.
Y, sin él, vuelven un montón de recuerdos. "Él ponía el coche", cuentan las voces de hoy que se suben a 100 por hora en ese R-5 que hacía viajes de ida y vuelta a Somosaguas, donde estaba la casa de Carlos Berlanga. Cinco en ese R-5: Berlanga, Fabio McNamara, Pedro Almodóvar, Bernardo Bonezzi y Sigfrido al volante. Carretera de La Coruña va y viene, trayectos en los que con toda probabilidad nacieron toda clase de canciones, películas, obras y delirios que hoy ya forman parte de la memoria de todos.
Sigfrido dejó este mundo "vulgar" que tantas veces prolongó en sus cuadros llenándolo de fantasías, moldeándolo con sus propios sueños arquitectónicos, haciéndolo mágico y haciendo estallar sus sostenes con la fuerza de la última posibilidad. Y, paradojas de la muerte, no se fue con el traje y la corbata, la seña de identidad del gran dandi que fue, sino en pijama. Así lo encontraron sus padres la pasada mañana del 31, extrañados de que no respondiera a sus llamadas de teléfono se acercaron a su casa-estudio en el 29 de la calle de Jorge Juan donde había caído abatido por una intensa vida de 51 años (sin miedo) en pulso permanente con la diabetes. "Nadie se muere de nada salvo de vivir", solía decir este hombre polifacético que, atravesado por la carrera de Arquitectura, lo mismo pintaba otros mundos posibles, que diseñaba el vestido de la Barbie en su 35º aniversario o una falla con un pinocho gigante; o montaba una ópera como El Barbero de Sevilla o tan pronto le encargaba a sus alumnos que dibujaran una coca-cola gigante como que hicieran una buena paella.
"Tenía una preparación muy clásica por herencia materna y paterna pero se lanzó sin paracaídas a la movida, seducido por la efervescencia creativa de ese momento, él siempre dispuesto a reinventarse el mundo", cuenta el artista Pablo Sycet, con quien Sigfrido montó el año pasado la última exposición aniversario dedicada a Carlos Berlanga Viaje alrededor de Carlos Berlanga 1959-2009. "No he conocido a ningún artista que lo tuviera tan claro, desde la adolescencia supo adonde quería ir y lo desarrolló minuciosamente a lo largo de su vida, sin dejarse contaminar, quizá ahí radica su grandeza y su miseria", añade Sycet, que recuerda las eternas discusiones de aquel montaje y la socarronería característica de un personaje hecho a sí mismo con absoluta consciencia artística, "hasta el pañuelo de su solapa".
Ahora preparaba, comisariada por su joven amigo y escritor Julio Pérez Manzanares, una retrospectiva propia de estos 10 últimos años, ya que su última gran muestra fue en 2001 en el Centro Cultural Conde Duque, donde expuso 70 cuadros, 50 dibujos y 30 diseños, algunos de los cuales han pasado por el Reina Sofía o el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
"Ha sido un trabajo largo porque mientras preparábamos la exposición se le ocurrían mil cosas urgentes, desde ver una película a hacer cualquier cosa aparentemente imposible, y siempre tenía que recordarle: 'Sigfrido vamos a hacer una exposición que consista en colgar cuadros de las paredes", recuerda Pérez entre risas nostálgicas. "La última vez que le vi fuimos juntos a la inauguración de la nueva sala de exposiciones de ABC Serrano. Decía que era un sitio estupendo para hacer una monográfica de ilustraciones de Carlos".
Su retrospectiva tenía título: Sigfrido Martín Begué: Fantasmagorías, espejismos y apariciones 2001-2011. Se inauguraba en Cuenca a finales de este año, en la Fundación Antonio Pérez, con quien Sigfrido mantenía una buena relación de amistad. "En principio la idea se mantiene", dice Sycet, responsable del catálogo de la futura muestra.
Las cenizas de Sigfrido, de su mordacidad incesante, de su verbo imparable, de sus sonoras carcajadas... fueron a parar ayer al cementerio de la Almudena. Aunque Madrid seguía de resaca por el Fin de Año, le acompañaron muchos en el camino hacia ese sueño eterno junto a los que siempre fueron también de los suyos: Disney, Sergéi Eisenstein, Jardiel Poncela, Gómez de la Serna...
Llamarse Sigfrido imprime carácter. Es algo que su madre, la galerista Mari Carmen Begué, debía saber muy bien cuando eligió ese nombre para su único hijo, su gran obra. Sigfrido es un nombre heroico al que Richard Wagner dedicó la tercera de las cuatro óperas que forman la tetralogía de El anillo del nibelungo (Der Ring des Nibelungen). Es un nombre muy sonoro con un defecto: no tiene miedo.
Sigfrido Mártín Begué, la seducción de la inteligencia
El pintor Sigfrido Martín Begué fallece en Madrid a los 51 años
El pintor preparaba una retrospectiva propia de los últimos 10 años
La exposición debería inaugurarse en Cuenca a finales de este año
Sigfrido Martín Begué abandonó este mundo sin hacer ruido entre petardos y serpentinas, entre confetis de colores y bengalas, el último día del año (pasado). Con él se ha ido un maestro de muchos alumnos de Bellas Artes, un amigo de otros tantos, otro trozo de la movida madrileña, quizá "el último artista romántico español", como lo han definido algunos de sus amigos.
Y, sin él, vuelven un montón de recuerdos. "Él ponía el coche", cuentan las voces de hoy que se suben a 100 por hora en ese R-5 que hacía viajes de ida y vuelta a Somosaguas, donde estaba la casa de Carlos Berlanga. Cinco en ese R-5: Berlanga, Fabio McNamara, Pedro Almodóvar, Bernardo Bonezzi y Sigfrido al volante. Carretera de La Coruña va y viene, trayectos en los que con toda probabilidad nacieron toda clase de canciones, películas, obras y delirios que hoy ya forman parte de la memoria de todos.
Sigfrido dejó este mundo "vulgar" que tantas veces prolongó en sus cuadros llenándolo de fantasías, moldeándolo con sus propios sueños arquitectónicos, haciéndolo mágico y haciendo estallar sus sostenes con la fuerza de la última posibilidad. Y, paradojas de la muerte, no se fue con el traje y la corbata, la seña de identidad del gran dandi que fue, sino en pijama. Así lo encontraron sus padres la pasada mañana del 31, extrañados de que no respondiera a sus llamadas de teléfono se acercaron a su casa-estudio en el 29 de la calle de Jorge Juan donde había caído abatido por una intensa vida de 51 años (sin miedo) en pulso permanente con la diabetes. "Nadie se muere de nada salvo de vivir", solía decir este hombre polifacético que, atravesado por la carrera de Arquitectura, lo mismo pintaba otros mundos posibles, que diseñaba el vestido de la Barbie en su 35º aniversario o una falla con un pinocho gigante; o montaba una ópera como El Barbero de Sevilla o tan pronto le encargaba a sus alumnos que dibujaran una coca-cola gigante como que hicieran una buena paella.
"Tenía una preparación muy clásica por herencia materna y paterna pero se lanzó sin paracaídas a la movida, seducido por la efervescencia creativa de ese momento, él siempre dispuesto a reinventarse el mundo", cuenta el artista Pablo Sycet, con quien Sigfrido montó el año pasado la última exposición aniversario dedicada a Carlos Berlanga Viaje alrededor de Carlos Berlanga 1959-2009. "No he conocido a ningún artista que lo tuviera tan claro, desde la adolescencia supo adonde quería ir y lo desarrolló minuciosamente a lo largo de su vida, sin dejarse contaminar, quizá ahí radica su grandeza y su miseria", añade Sycet, que recuerda las eternas discusiones de aquel montaje y la socarronería característica de un personaje hecho a sí mismo con absoluta consciencia artística, "hasta el pañuelo de su solapa".
Ahora preparaba, comisariada por su joven amigo y escritor Julio Pérez Manzanares, una retrospectiva propia de estos 10 últimos años, ya que su última gran muestra fue en 2001 en el Centro Cultural Conde Duque, donde expuso 70 cuadros, 50 dibujos y 30 diseños, algunos de los cuales han pasado por el Reina Sofía o el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid.
"Ha sido un trabajo largo porque mientras preparábamos la exposición se le ocurrían mil cosas urgentes, desde ver una película a hacer cualquier cosa aparentemente imposible, y siempre tenía que recordarle: 'Sigfrido vamos a hacer una exposición que consista en colgar cuadros de las paredes", recuerda Pérez entre risas nostálgicas. "La última vez que le vi fuimos juntos a la inauguración de la nueva sala de exposiciones de ABC Serrano. Decía que era un sitio estupendo para hacer una monográfica de ilustraciones de Carlos".
Su retrospectiva tenía título: Sigfrido Martín Begué: Fantasmagorías, espejismos y apariciones 2001-2011. Se inauguraba en Cuenca a finales de este año, en la Fundación Antonio Pérez, con quien Sigfrido mantenía una buena relación de amistad. "En principio la idea se mantiene", dice Sycet, responsable del catálogo de la futura muestra.
Las cenizas de Sigfrido, de su mordacidad incesante, de su verbo imparable, de sus sonoras carcajadas... fueron a parar ayer al cementerio de la Almudena. Aunque Madrid seguía de resaca por el Fin de Año, le acompañaron muchos en el camino hacia ese sueño eterno junto a los que siempre fueron también de los suyos: Disney, Sergéi Eisenstein, Jardiel Poncela, Gómez de la Serna...
¿Cómo pudimos equivocarnos tanto?
OSCAR TUSQUETS BLANCA
A principio de los sesenta, aún en la universidad, fui uno de los instigadores de un manifiesto abiertamente contrario a la continuación del templo de la Sagrada Familia que contó con el apoyo incondicional de toda la intelligentsia de la época, de Bruno Zevi a Julio Carlo Argan, de Alvar Aalto a Le Corbusier. Aunque tras su publicación la reacción fue contundente y las obras en vez de detenerse cobraron nuevos bríos, continuamos convencidos de que constituían un error monumental.
La noticia en otros webs
webs en español
en otros idiomas
Dar con un artista que pueda afrontar la Fachada de la Gloria es un reto
Si la arquitectura es espacio y luz, esto es Arquitectura en mayúscula
Si hace 50 años nos hubiesen hecho caso, esta maravilla no existiría hoy
"Es el mejor edificio religioso de los últimos tres siglos", sostiene el autor
Ahora, tras la consagración papal del templo, me he replanteado la cuestión. Mis dudas comenzaron cuando veía levantar la majestuosa nave central. Mi rechazo se tambaleó algo más cuando Alfons Soldevila -excelente arquitecto de avanzado leguaje tecnológico- me aseguró que si conociese profundamente la obra cambiaría de opinión, que era el edificio más importante del siglo XX y que estaba dispuesto a demostrármelo. Invitación que he aceptado para escribir estas líneas con conocimiento de causa. He visitado el templo de abajo a arriba (más de 60 metros de altura) con Alfons y Josep Gómez Serrano -uno de los arquitectos directores de su estructura- y he quedado anonadado.
Cierto es que en las partes que Gaudí dejó sin definir se presentan dos problemas graves: uno es que los continuadores -aunque con encomiable entusiasmo han llevado la obra adelante acertando en lo fundamental- no han tenido ni el talento de Jujol para interpretar a Gaudí en lenguaje gaudiniano ni el talento de Scarpa o de Albini para dialogar con él en un lenguaje personal, lo que provoca que casi todos los detalles no definidos por el Maestro choquen. Barandillas de inox y vidrio, spots luminosos, pavimentos, claves de bóveda, vidrieras y, en general, todos los elementos decorativos, no están a la altura del conjunto.
Verdad es que estos acabados no consiguen desvirtuar la inmensa calidad del monumento y que son relativamente fáciles de sustituir en un deseable futuro. El segundo y más grave problema es la dificultad de encontrar artistas contemporáneos capaces de llevar adelante los proyectos figurativos del Maestro.
En las fachadas, Gaudí pretendía, como en las catedrales medievales, explicar en imágenes la Historia Sagrada. Ya a principios del XX esto no era fácil pero el genio de Gaudí lo solventó, rozando el kitsch, en la Fachada del Nacimiento con estos muros que se arrugan formando figuras, muchas de ellas obtenidas sacando moldes de personas y animales reales (George Segal medio siglo antes).
El penoso resultado escultórico de la Fachada de la Pasión revela la dificultad de proseguir esta andadura.
Queda por levantar la fachada principal, la de la Gloria. Encontrar en el mundo un artista contemporáneo capaz de afrontarla es un desafío tremendo. La figuración está en un momento difícil, la de contenido religioso mucho más, y la capaz de transmitir la Gloria de la Resurrección, extinta. El arte contemporáneo ha dado muchas crucifixiones pero ninguna resurrección notable.
Pero vayamos a lo fundamental: la objeción de más peso contra la continuación del Templo siempre ha sido que no sabíamos cómo lo habría hecho Gaudí, un arquitecto que improvisaba en obra, que sus planos y maquetas habían sido destruidos al inicio de la Guerra Civil, y que cualquier interpretación constituiría inevitablemente una traición al artista. Esto es una verdad a medias. Gaudí dibujó e hizo maquetas de tres proyectos sucesivos al inicio de la construcción. El primero, al que corresponde la Fachada del Nacimiento y su cubista cara interior, es aún respetuoso con el lenguaje gótico. El segundo es mucho más orgánico. El tercero es absolutamente original, innovador, deslumbrante. De este tercer proyecto, que él consideraba definitivo aunque no lo pudiese ver completado en vida, hizo una maqueta a escala 1/10 por cuyo interior podías pasear. Es cierto que esta maqueta fue hecha añicos, pero existen excelentes fotografías y ha podido reproducirse con muchísima precisión. La fidelidad de esta reconstrucción se ha visto favorecida porque, a pesar de su apariencia aleatoria, esta obra se basa en estrictas geometrías. Parece ser que Gaudí, escarmentado por los problemas que había tenido en la fachada de La Pedrera, decidió recurrir a una rigurosa estructura geométrica en el Templo. Son geometrías complejas -paraboloides hiperbólicos, hiperboloides, polígonos regulares que giran en espiral en ambos sentidos formando los fustes de las columnas...- pero que, una vez definidas, no aceptan interpretaciones, se pueden reconstruir a escala 1/10 o diez veces mayores. Esto es lo que se ha hecho en la nave hoy prácticamente acabada. Si la arquitectura es ante todo espacio y luz, el interior de este templo es Arquitectura en mayúscula, emocionante y grandiosa Arquitectura frente a la cual las excentricidades de hoy parecen verdaderos juegos de niños.
Volvamos al origen. ¿Cómo pudimos equivocarnos tanto? Si hace 50 años se nos hubiese hecho caso, esta maravilla no existiría. Habría permanecido como una ruina o la hubiera terminado un arquitecto de moda en aquellos años ¿Cuánta gente la visitaría? Este templo no ha tenido nunca apoyo económico de las instituciones, vive de los donativos de los que la visitan, más de dos millones al año, más de 25 millones de euros. Se está financiando como una catedral medieval.
De esta forma se terminará, no sé si la mejor obra del pasado siglo... pero sí el mejor edificio religioso de los últimos tres.
A principio de los sesenta, aún en la universidad, fui uno de los instigadores de un manifiesto abiertamente contrario a la continuación del templo de la Sagrada Familia que contó con el apoyo incondicional de toda la intelligentsia de la época, de Bruno Zevi a Julio Carlo Argan, de Alvar Aalto a Le Corbusier. Aunque tras su publicación la reacción fue contundente y las obras en vez de detenerse cobraron nuevos bríos, continuamos convencidos de que constituían un error monumental.
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Dar con un artista que pueda afrontar la Fachada de la Gloria es un reto
Si la arquitectura es espacio y luz, esto es Arquitectura en mayúscula
Si hace 50 años nos hubiesen hecho caso, esta maravilla no existiría hoy
"Es el mejor edificio religioso de los últimos tres siglos", sostiene el autor
Ahora, tras la consagración papal del templo, me he replanteado la cuestión. Mis dudas comenzaron cuando veía levantar la majestuosa nave central. Mi rechazo se tambaleó algo más cuando Alfons Soldevila -excelente arquitecto de avanzado leguaje tecnológico- me aseguró que si conociese profundamente la obra cambiaría de opinión, que era el edificio más importante del siglo XX y que estaba dispuesto a demostrármelo. Invitación que he aceptado para escribir estas líneas con conocimiento de causa. He visitado el templo de abajo a arriba (más de 60 metros de altura) con Alfons y Josep Gómez Serrano -uno de los arquitectos directores de su estructura- y he quedado anonadado.
Cierto es que en las partes que Gaudí dejó sin definir se presentan dos problemas graves: uno es que los continuadores -aunque con encomiable entusiasmo han llevado la obra adelante acertando en lo fundamental- no han tenido ni el talento de Jujol para interpretar a Gaudí en lenguaje gaudiniano ni el talento de Scarpa o de Albini para dialogar con él en un lenguaje personal, lo que provoca que casi todos los detalles no definidos por el Maestro choquen. Barandillas de inox y vidrio, spots luminosos, pavimentos, claves de bóveda, vidrieras y, en general, todos los elementos decorativos, no están a la altura del conjunto.
Verdad es que estos acabados no consiguen desvirtuar la inmensa calidad del monumento y que son relativamente fáciles de sustituir en un deseable futuro. El segundo y más grave problema es la dificultad de encontrar artistas contemporáneos capaces de llevar adelante los proyectos figurativos del Maestro.
En las fachadas, Gaudí pretendía, como en las catedrales medievales, explicar en imágenes la Historia Sagrada. Ya a principios del XX esto no era fácil pero el genio de Gaudí lo solventó, rozando el kitsch, en la Fachada del Nacimiento con estos muros que se arrugan formando figuras, muchas de ellas obtenidas sacando moldes de personas y animales reales (George Segal medio siglo antes).
El penoso resultado escultórico de la Fachada de la Pasión revela la dificultad de proseguir esta andadura.
Queda por levantar la fachada principal, la de la Gloria. Encontrar en el mundo un artista contemporáneo capaz de afrontarla es un desafío tremendo. La figuración está en un momento difícil, la de contenido religioso mucho más, y la capaz de transmitir la Gloria de la Resurrección, extinta. El arte contemporáneo ha dado muchas crucifixiones pero ninguna resurrección notable.
Pero vayamos a lo fundamental: la objeción de más peso contra la continuación del Templo siempre ha sido que no sabíamos cómo lo habría hecho Gaudí, un arquitecto que improvisaba en obra, que sus planos y maquetas habían sido destruidos al inicio de la Guerra Civil, y que cualquier interpretación constituiría inevitablemente una traición al artista. Esto es una verdad a medias. Gaudí dibujó e hizo maquetas de tres proyectos sucesivos al inicio de la construcción. El primero, al que corresponde la Fachada del Nacimiento y su cubista cara interior, es aún respetuoso con el lenguaje gótico. El segundo es mucho más orgánico. El tercero es absolutamente original, innovador, deslumbrante. De este tercer proyecto, que él consideraba definitivo aunque no lo pudiese ver completado en vida, hizo una maqueta a escala 1/10 por cuyo interior podías pasear. Es cierto que esta maqueta fue hecha añicos, pero existen excelentes fotografías y ha podido reproducirse con muchísima precisión. La fidelidad de esta reconstrucción se ha visto favorecida porque, a pesar de su apariencia aleatoria, esta obra se basa en estrictas geometrías. Parece ser que Gaudí, escarmentado por los problemas que había tenido en la fachada de La Pedrera, decidió recurrir a una rigurosa estructura geométrica en el Templo. Son geometrías complejas -paraboloides hiperbólicos, hiperboloides, polígonos regulares que giran en espiral en ambos sentidos formando los fustes de las columnas...- pero que, una vez definidas, no aceptan interpretaciones, se pueden reconstruir a escala 1/10 o diez veces mayores. Esto es lo que se ha hecho en la nave hoy prácticamente acabada. Si la arquitectura es ante todo espacio y luz, el interior de este templo es Arquitectura en mayúscula, emocionante y grandiosa Arquitectura frente a la cual las excentricidades de hoy parecen verdaderos juegos de niños.
Volvamos al origen. ¿Cómo pudimos equivocarnos tanto? Si hace 50 años se nos hubiese hecho caso, esta maravilla no existiría. Habría permanecido como una ruina o la hubiera terminado un arquitecto de moda en aquellos años ¿Cuánta gente la visitaría? Este templo no ha tenido nunca apoyo económico de las instituciones, vive de los donativos de los que la visitan, más de dos millones al año, más de 25 millones de euros. Se está financiando como una catedral medieval.
De esta forma se terminará, no sé si la mejor obra del pasado siglo... pero sí el mejor edificio religioso de los últimos tres.
El eclipse parcial de Sol alcanza la máxima cobertura sobre el norte de Europa
El fenómeno se ha iniciado poco después de las ocho.- La interposición de la Luna ha mostrado al Sol como una media luna sobre el cielo desde Alemania a Eslovenia .
El primer eclipse solar del año ha comenzado poco después de las ocho de esta mañana y ha alcanzado su máxima cobertura sobre el centro y norte de Europa. Se trata de un eclipse parcial (la Luna no llega a tapar la totalidad del Sol). Poco antes de las 09.30 horas (08.30 GMT) la Luna ha cubierto un máximo del 75% de la superficie solar visible desde la región septentrional europea, y ha mostrado al Sol convertido en una brillante media luna en las zonas despejadas.
Este martes tendrá lugar el primer eclipse solar de 2011. El fenómeno se podrá observar con más nitidez desde el este de la Península.- AFP
El fenómeno ha sido visible en España desde las 8.19 horas, coincidiendo con la salida del Sol, cuando la Luna ha tapado parcialmente al astro desde la perspectiva de la Tierra. El eclipse ha tenido su punto máximo a las 8.58, cuando la Luna ha tapado más o menos la mitad del astro, visto desde ciudades como Madrid y Barcelona, y ha acabado a las 10.17.
El fenómeno astronómico ha comenzado al amanecer sobre Argelia y se ha podido apreciar incluso en Etiopía. Se prevé que termine al anochecer en Mongolia, tras ser visto también sobre el cielo de Rusia y Kazajistán. En España, no todo el país lo ha podido apreciar con la misma claridad. El astrónomo Ricart Casas avisó ayer de que, al producirse el eclipse en las primeras horas de la mañana, en el este del país se podría ver "más claramente que en la zona oeste", donde amanece más tarde. Por ello en las comunidades más occidentales y en Canarias sólo observarán el final. En cualquier caso, el eclipse no se iba a poder percibir en todo su esplendor, ya que, según el astrónomo, al coincidir el fenómeno con la salida del astro no habría mucha diferencia de luz porque el Sol todavía estaría muy bajo en el horizonte.
El próximo, en 2015
En el transcurso de un eclipse total se alteran apreciablemente la luz y la temperatura y hasta los pájaros callan, mientras que con un eclipse parcial el cielo se vuelve solo un poco gris y, si además está cubierto, puede pasar casi desapercibido. Aunque este año se registrarán otros tres eclipses solares parciales que podrán ser vistos desde otros lugares del planeta, habrá que esperar al 20 de marzo de 2015 para poder admirar en Europa el próximo fenómeno similar.
Mas raros aún son los eclipses solares totales como el que se pudo admirar el 11 de agosto de 1999 desde el Viejo Continente, donde no se repetirá la experiencia hasta septiembre de 2081. Los meteorólogos del Servicio Alemán de Meteorología subrayaron que el eclipse se vio acompañado la pasada noche por el máximo anual de lluvia de estrellas fugaces de las Cuadrántidas, procedentes de la constelación del Boyero.
Sin eclipse total
En esta ocasión, ninguna región de la Tierra podrá disfrutar de un eclipse total, debido a que la Luna pasará ligeramente desplazada hacia el norte. El eclipse se ha encontrado en su máximo en el amanecer en Inglaterra, con un 75% de su diámetro cubierto, y luego ha emergido gradualmente a lo largo de la siguiente hora y 20 minutos. En París o Berlín, el 80% estaba cubierto cerca del amanecer. Más al este, el Sol ha estado un poco más arriba en el cielo cuando el eclipse ha llegado a su máximo, con un 67% del Sol cubierto en Atenas.
El presidente del grupo de trabajo sobre eclipses de la Unión Astronómica Internacional, Jay Pasachoff, ha explicado que "los eclipses parciales no suelen ser útiles a los científicos, aunque el borde de la Luna que avanza puede ayudar a los radio astrónomos a identificar las tormentas solares".
El primer eclipse solar del año ha comenzado poco después de las ocho de esta mañana y ha alcanzado su máxima cobertura sobre el centro y norte de Europa. Se trata de un eclipse parcial (la Luna no llega a tapar la totalidad del Sol). Poco antes de las 09.30 horas (08.30 GMT) la Luna ha cubierto un máximo del 75% de la superficie solar visible desde la región septentrional europea, y ha mostrado al Sol convertido en una brillante media luna en las zonas despejadas.
Este martes tendrá lugar el primer eclipse solar de 2011. El fenómeno se podrá observar con más nitidez desde el este de la Península.- AFP
El fenómeno ha sido visible en España desde las 8.19 horas, coincidiendo con la salida del Sol, cuando la Luna ha tapado parcialmente al astro desde la perspectiva de la Tierra. El eclipse ha tenido su punto máximo a las 8.58, cuando la Luna ha tapado más o menos la mitad del astro, visto desde ciudades como Madrid y Barcelona, y ha acabado a las 10.17.
El fenómeno astronómico ha comenzado al amanecer sobre Argelia y se ha podido apreciar incluso en Etiopía. Se prevé que termine al anochecer en Mongolia, tras ser visto también sobre el cielo de Rusia y Kazajistán. En España, no todo el país lo ha podido apreciar con la misma claridad. El astrónomo Ricart Casas avisó ayer de que, al producirse el eclipse en las primeras horas de la mañana, en el este del país se podría ver "más claramente que en la zona oeste", donde amanece más tarde. Por ello en las comunidades más occidentales y en Canarias sólo observarán el final. En cualquier caso, el eclipse no se iba a poder percibir en todo su esplendor, ya que, según el astrónomo, al coincidir el fenómeno con la salida del astro no habría mucha diferencia de luz porque el Sol todavía estaría muy bajo en el horizonte.
El próximo, en 2015
En el transcurso de un eclipse total se alteran apreciablemente la luz y la temperatura y hasta los pájaros callan, mientras que con un eclipse parcial el cielo se vuelve solo un poco gris y, si además está cubierto, puede pasar casi desapercibido. Aunque este año se registrarán otros tres eclipses solares parciales que podrán ser vistos desde otros lugares del planeta, habrá que esperar al 20 de marzo de 2015 para poder admirar en Europa el próximo fenómeno similar.
Mas raros aún son los eclipses solares totales como el que se pudo admirar el 11 de agosto de 1999 desde el Viejo Continente, donde no se repetirá la experiencia hasta septiembre de 2081. Los meteorólogos del Servicio Alemán de Meteorología subrayaron que el eclipse se vio acompañado la pasada noche por el máximo anual de lluvia de estrellas fugaces de las Cuadrántidas, procedentes de la constelación del Boyero.
Sin eclipse total
En esta ocasión, ninguna región de la Tierra podrá disfrutar de un eclipse total, debido a que la Luna pasará ligeramente desplazada hacia el norte. El eclipse se ha encontrado en su máximo en el amanecer en Inglaterra, con un 75% de su diámetro cubierto, y luego ha emergido gradualmente a lo largo de la siguiente hora y 20 minutos. En París o Berlín, el 80% estaba cubierto cerca del amanecer. Más al este, el Sol ha estado un poco más arriba en el cielo cuando el eclipse ha llegado a su máximo, con un 67% del Sol cubierto en Atenas.
El presidente del grupo de trabajo sobre eclipses de la Unión Astronómica Internacional, Jay Pasachoff, ha explicado que "los eclipses parciales no suelen ser útiles a los científicos, aunque el borde de la Luna que avanza puede ayudar a los radio astrónomos a identificar las tormentas solares".
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