26 dic 2010
Paulina Rubio presenta a su hijo
El 'christmas' de las pequeñas infantas y el cameo de Belén Esteban en 'Aída' rellenan las páginas de las revistas del corazón.
Poco y nada llevan las revistas del corazón de los miércoles esta semana. ¡Hola! se salva gracias a una exclusiva en la que la cantante Paulina Rubio y el empresario Nicolás Vallejo-Nágera presentan a Andrea Nicolás, el bebé que tuvieron hace poco más de un mes.
En el interior de la revista, un largo reportaje ilustrado con amplias fotos muestra el comienzo de la vida como padres de la pareja. "
Las famosas abren sus casas en Navidad
Princesas y otras que lo intentan
¿Intercambio de ex esposas entre toreros?
Lo mejor, en el interior
De reinas y príncipes
Letizia, una princesa rockera
El dolor de Norma Duval
"He querido dar el pecho a mi hijo. Leí mucho y hablé con mis amigas y familiares. Es una experiencia increíble", explica Paulina, que posa con Andrea alimentándose de su pecho. La pareja cuenta también que no pudieron llevar a cabo los planes que tenían para dar a luz en casa y de forma totalmente natural, ya que el bebé se adelantó algunas semanas. "El cordón era muy corto y el niño no estaba e una posición para un parto natural en casa, así que decidimos ir a un hospital".
junto a su marido, el productor José Manuel Maíz. En su tercer mes de gestación, la cantante malagueña posa con una copa de cava en la mano y asegura que ambos están viviendo el sueño de su vida. La misma revista anuncia que Bertín Osborne y su mujer, Fabiola, se trasladan a vivir a Madrid junto a sus dos hijos, y muestra las fotos exclusivas de la boda de Nicole Richie con Joel Madden, con elefante incluido.
Belén Esteban y su participación en el rodaje del especial navideño de Aída es otro denominador común esta semana. Diez minutos adorna su portada con la princesa del pueblo, que asegura que, tras esta grabación, se ha dado cuenta de que no quiere ser actriz.
Por último, la noticia de los últimos días: la sentencia final del divorcio entre Patricia Rato y Espartaco, también llena las páginas de las revistas. En todas se cuenta que, además de una pensión de 6.000 euros mensuales, el torero deberá pagar a su ex mujer una indemnización de 600.000 euros, y que Rato tendrá el uso y disfrute del domicilio conyugal durante los próximos 20 años.
Poco y nada llevan las revistas del corazón de los miércoles esta semana. ¡Hola! se salva gracias a una exclusiva en la que la cantante Paulina Rubio y el empresario Nicolás Vallejo-Nágera presentan a Andrea Nicolás, el bebé que tuvieron hace poco más de un mes.
En el interior de la revista, un largo reportaje ilustrado con amplias fotos muestra el comienzo de la vida como padres de la pareja. "
Las famosas abren sus casas en Navidad
Princesas y otras que lo intentan
¿Intercambio de ex esposas entre toreros?
Lo mejor, en el interior
De reinas y príncipes
Letizia, una princesa rockera
El dolor de Norma Duval
"He querido dar el pecho a mi hijo. Leí mucho y hablé con mis amigas y familiares. Es una experiencia increíble", explica Paulina, que posa con Andrea alimentándose de su pecho. La pareja cuenta también que no pudieron llevar a cabo los planes que tenían para dar a luz en casa y de forma totalmente natural, ya que el bebé se adelantó algunas semanas. "El cordón era muy corto y el niño no estaba e una posición para un parto natural en casa, así que decidimos ir a un hospital".
junto a su marido, el productor José Manuel Maíz. En su tercer mes de gestación, la cantante malagueña posa con una copa de cava en la mano y asegura que ambos están viviendo el sueño de su vida. La misma revista anuncia que Bertín Osborne y su mujer, Fabiola, se trasladan a vivir a Madrid junto a sus dos hijos, y muestra las fotos exclusivas de la boda de Nicole Richie con Joel Madden, con elefante incluido.
Belén Esteban y su participación en el rodaje del especial navideño de Aída es otro denominador común esta semana. Diez minutos adorna su portada con la princesa del pueblo, que asegura que, tras esta grabación, se ha dado cuenta de que no quiere ser actriz.
Por último, la noticia de los últimos días: la sentencia final del divorcio entre Patricia Rato y Espartaco, también llena las páginas de las revistas. En todas se cuenta que, además de una pensión de 6.000 euros mensuales, el torero deberá pagar a su ex mujer una indemnización de 600.000 euros, y que Rato tendrá el uso y disfrute del domicilio conyugal durante los próximos 20 años.
"Seré periodista hasta que me muera"
Gabilondo despide 'Hoy' en CNN+, el que considera el último de sus grandes programas - "Soy un privilegiado, no me puedo permitir ni un pucherito" .
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio". Nadie sabía cómo se iba a despedir Iñaki Gabilondo.
En estos casos hay que decir "lo que a uno le salga", explicó al entrar en directo en su último programa para CNN+. Antes de esas últimas palabras a medianoche dio las gracias a sus compañeros, a los veteranos (Francisco Basterra y Antonio San José) y a los jóvenes, "que han cumplido hasta el último segundo con una categoría que no olvidaré". "Que se cierre un medio es una desgracia para una sociedad", zanjó el presentador de Hoy. "Una enfermedad para una democracia".
Eligió un nocturno de Chopin para cerrar el programa a medianoche
"El equipo ha pasado estos días sin aspavientos, con señorío"
"Tenemos unas convicciones: seguimos siendo de los nuestros"
"Salir de la SER fue como decir adiós a un amor; esto es más un cataclismo"
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio", dijo para despedirse
El programa arrancó con el "mensaje del náufrago en la botella". Un texto que hablaba de que "pase lo que pase hay cosas que trataremos de que nos queden... por ejemplo unas cuantas convicciones". "Seguimos siendo de los nuestros", dijo. Y también: "Nadie es solo un individuo".
Antes, en una redacción que mezclaba el trabajo con las despedidas, las felicitaciones navideñas con los abrazos de ánimo, Gabilondo atendía la insistente bocinilla de su móvil mientras se quitaba importancia como individuo. "Soy un privilegiado; no me puedo permitir el más mínimo pucherito... hoy es un día emocionante y triste, de pena, estupor y pánico.
Lo peor; la inquietud a la que se enfrentan mis compañeros". "Han sido días muy duros, pero el equipo los ha pasado con mucha clase, con serenidad, sin aspavientos, con un punto de señorío", explica refiriéndose al tiempo transcurrido desde que PRISA TV (compañía audiovisual del grupo PRISA, editor de EL PAÍS) anunció el día 10 que renunciaba a producir CNN+ tras la fusión de Cuatro con Telecinco y revelase que la compañía, a la que sigue vinculado, prepara un canal de actualidad "con vocación global", que se distribuirá a través de Digital+ y de distintas redes de cable. "Cerrar CNN+ ha sido una decisión muy difícil", explica Gabilondo.
En su último día en CNN+ comió solo en su despacho ("un bocata") y luego se echó la siesta como siempre, con los pies sobre una silla. A media tarde eligió la música con la que cerraría Hoy, el programa que estrenó el pasado 8 de febrero. "Un nocturno de Chopin, apropiado para esa hora y este día". "Habíamos bromeado con poner lo que tocaron los músicos cuando se hundió el Titanic, pero no es un día para bromas".
Rubalcaba y Garzón aceptaron la invitación para una despedida comme il faut. Las entrevistas no estaban escritas. "Nada de papeles, hay que hablar con el invitado mirándole a los ojos", dice Gabilondo clavando las pupilas.
Tras el mensaje del náufrago, se lanzó sin preámbulos con la entrevista al vicepresidente: "¿Le gustaría ser presidente del Gobierno?". "No", contesta Rubalcaba; Iñaki le dice "bueno", como guardándoselo para luego. Dos minutos después el periodista ya ha llamado, elegantemente, petulante a Zapatero. Después contraataca con ETA, luego Afganistán... y todo fluye. Puro Iñaki. "Hasta muy pronto", le dijo Rubalcaba al terminar la entrevista.
Con Garzón estuvo aún más suelto ("¿usted se siente no querido?", "¿por qué se mete en esos jardines?") y el juez que no habla con los medios se despachó a gusto. Garzón esperó a la foto de grupo del equipo para despedirse. "¡Hay que avisar a las chicas de maquillaje!", dijo Iñaki cuando vio que alguien faltaba en el retrato.
"Este es un programa que nace con la intención de entender algo mejor lo que ocurre", dijo Gabilondo en el arranque de Hoy. Con una cuota media de pantalla entorno al 0,8%, el programa puede presumir de haber enganchado cada noche de lunes a jueves a una porción de espectadores superior a la media del canal.
¿Y a partir de mañana, qué? "Ya veremos", dice Gabilondo con una sonrisa. "Yo seré periodista hasta que me muera... acabo una etapa como presentador de grandes programas, dejaré de ser un soldado en primera línea, pero no me voy a retirar a mirar cómo sale el sol ni a dar de comer a las palomas". Entre lo que le apetece: hacer comentarios para programas de otros, apuntes en prensa, conferencias, dar clases en alguna universidad... "Seguiré contando lo que interesa, la cuestión es dónde y cómo hacerlo".
Puede que esta sea la más dura, pero no es la primera despedida difícil de su carrera. En 2005 presentó su último Hoy por Hoy, el matutino líder de audiencia que dirigió durante 19 años y 5.000 ediciones en la cadena SER. Aquello fue "como decir adiós a un amor, esto es más como un cataclismo", explica. Entonces le quitó hierro a su marcha: "No pasa nada, salvo el tiempo". Y bromeó: "Unos nos vamos y otros vienen, no pasa absolutamente nada, y si pasa algo, está la SER". Esto es distinto. Once años después de su nacimiento, CNN+ ya no estará cuando se vaya Iñaki.
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio". Nadie sabía cómo se iba a despedir Iñaki Gabilondo.
En estos casos hay que decir "lo que a uno le salga", explicó al entrar en directo en su último programa para CNN+. Antes de esas últimas palabras a medianoche dio las gracias a sus compañeros, a los veteranos (Francisco Basterra y Antonio San José) y a los jóvenes, "que han cumplido hasta el último segundo con una categoría que no olvidaré". "Que se cierre un medio es una desgracia para una sociedad", zanjó el presentador de Hoy. "Una enfermedad para una democracia".
Eligió un nocturno de Chopin para cerrar el programa a medianoche
"El equipo ha pasado estos días sin aspavientos, con señorío"
"Tenemos unas convicciones: seguimos siendo de los nuestros"
"Salir de la SER fue como decir adiós a un amor; esto es más un cataclismo"
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio", dijo para despedirse
El programa arrancó con el "mensaje del náufrago en la botella". Un texto que hablaba de que "pase lo que pase hay cosas que trataremos de que nos queden... por ejemplo unas cuantas convicciones". "Seguimos siendo de los nuestros", dijo. Y también: "Nadie es solo un individuo".
Antes, en una redacción que mezclaba el trabajo con las despedidas, las felicitaciones navideñas con los abrazos de ánimo, Gabilondo atendía la insistente bocinilla de su móvil mientras se quitaba importancia como individuo. "Soy un privilegiado; no me puedo permitir el más mínimo pucherito... hoy es un día emocionante y triste, de pena, estupor y pánico.
Lo peor; la inquietud a la que se enfrentan mis compañeros". "Han sido días muy duros, pero el equipo los ha pasado con mucha clase, con serenidad, sin aspavientos, con un punto de señorío", explica refiriéndose al tiempo transcurrido desde que PRISA TV (compañía audiovisual del grupo PRISA, editor de EL PAÍS) anunció el día 10 que renunciaba a producir CNN+ tras la fusión de Cuatro con Telecinco y revelase que la compañía, a la que sigue vinculado, prepara un canal de actualidad "con vocación global", que se distribuirá a través de Digital+ y de distintas redes de cable. "Cerrar CNN+ ha sido una decisión muy difícil", explica Gabilondo.
En su último día en CNN+ comió solo en su despacho ("un bocata") y luego se echó la siesta como siempre, con los pies sobre una silla. A media tarde eligió la música con la que cerraría Hoy, el programa que estrenó el pasado 8 de febrero. "Un nocturno de Chopin, apropiado para esa hora y este día". "Habíamos bromeado con poner lo que tocaron los músicos cuando se hundió el Titanic, pero no es un día para bromas".
Rubalcaba y Garzón aceptaron la invitación para una despedida comme il faut. Las entrevistas no estaban escritas. "Nada de papeles, hay que hablar con el invitado mirándole a los ojos", dice Gabilondo clavando las pupilas.
Tras el mensaje del náufrago, se lanzó sin preámbulos con la entrevista al vicepresidente: "¿Le gustaría ser presidente del Gobierno?". "No", contesta Rubalcaba; Iñaki le dice "bueno", como guardándoselo para luego. Dos minutos después el periodista ya ha llamado, elegantemente, petulante a Zapatero. Después contraataca con ETA, luego Afganistán... y todo fluye. Puro Iñaki. "Hasta muy pronto", le dijo Rubalcaba al terminar la entrevista.
Con Garzón estuvo aún más suelto ("¿usted se siente no querido?", "¿por qué se mete en esos jardines?") y el juez que no habla con los medios se despachó a gusto. Garzón esperó a la foto de grupo del equipo para despedirse. "¡Hay que avisar a las chicas de maquillaje!", dijo Iñaki cuando vio que alguien faltaba en el retrato.
"Este es un programa que nace con la intención de entender algo mejor lo que ocurre", dijo Gabilondo en el arranque de Hoy. Con una cuota media de pantalla entorno al 0,8%, el programa puede presumir de haber enganchado cada noche de lunes a jueves a una porción de espectadores superior a la media del canal.
¿Y a partir de mañana, qué? "Ya veremos", dice Gabilondo con una sonrisa. "Yo seré periodista hasta que me muera... acabo una etapa como presentador de grandes programas, dejaré de ser un soldado en primera línea, pero no me voy a retirar a mirar cómo sale el sol ni a dar de comer a las palomas". Entre lo que le apetece: hacer comentarios para programas de otros, apuntes en prensa, conferencias, dar clases en alguna universidad... "Seguiré contando lo que interesa, la cuestión es dónde y cómo hacerlo".
Puede que esta sea la más dura, pero no es la primera despedida difícil de su carrera. En 2005 presentó su último Hoy por Hoy, el matutino líder de audiencia que dirigió durante 19 años y 5.000 ediciones en la cadena SER. Aquello fue "como decir adiós a un amor, esto es más como un cataclismo", explica. Entonces le quitó hierro a su marcha: "No pasa nada, salvo el tiempo". Y bromeó: "Unos nos vamos y otros vienen, no pasa absolutamente nada, y si pasa algo, está la SER". Esto es distinto. Once años después de su nacimiento, CNN+ ya no estará cuando se vaya Iñaki.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)