El 'christmas' de las pequeñas infantas y el cameo de Belén Esteban en 'Aída' rellenan las páginas de las revistas del corazón.
Poco y nada llevan las revistas del corazón de los miércoles esta semana. ¡Hola! se salva gracias a una exclusiva en la que la cantante Paulina Rubio y el empresario Nicolás Vallejo-Nágera presentan a Andrea Nicolás, el bebé que tuvieron hace poco más de un mes.
En el interior de la revista, un largo reportaje ilustrado con amplias fotos muestra el comienzo de la vida como padres de la pareja. "
Las famosas abren sus casas en Navidad
Princesas y otras que lo intentan
¿Intercambio de ex esposas entre toreros?
Lo mejor, en el interior
De reinas y príncipes
Letizia, una princesa rockera
El dolor de Norma Duval
"He querido dar el pecho a mi hijo. Leí mucho y hablé con mis amigas y familiares. Es una experiencia increíble", explica Paulina, que posa con Andrea alimentándose de su pecho. La pareja cuenta también que no pudieron llevar a cabo los planes que tenían para dar a luz en casa y de forma totalmente natural, ya que el bebé se adelantó algunas semanas. "El cordón era muy corto y el niño no estaba e una posición para un parto natural en casa, así que decidimos ir a un hospital".
junto a su marido, el productor José Manuel Maíz. En su tercer mes de gestación, la cantante malagueña posa con una copa de cava en la mano y asegura que ambos están viviendo el sueño de su vida. La misma revista anuncia que Bertín Osborne y su mujer, Fabiola, se trasladan a vivir a Madrid junto a sus dos hijos, y muestra las fotos exclusivas de la boda de Nicole Richie con Joel Madden, con elefante incluido.
Belén Esteban y su participación en el rodaje del especial navideño de Aída es otro denominador común esta semana. Diez minutos adorna su portada con la princesa del pueblo, que asegura que, tras esta grabación, se ha dado cuenta de que no quiere ser actriz.
Por último, la noticia de los últimos días: la sentencia final del divorcio entre Patricia Rato y Espartaco, también llena las páginas de las revistas. En todas se cuenta que, además de una pensión de 6.000 euros mensuales, el torero deberá pagar a su ex mujer una indemnización de 600.000 euros, y que Rato tendrá el uso y disfrute del domicilio conyugal durante los próximos 20 años.
26 dic 2010
"Seré periodista hasta que me muera"
Gabilondo despide 'Hoy' en CNN+, el que considera el último de sus grandes programas - "Soy un privilegiado, no me puedo permitir ni un pucherito" .
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio". Nadie sabía cómo se iba a despedir Iñaki Gabilondo.
En estos casos hay que decir "lo que a uno le salga", explicó al entrar en directo en su último programa para CNN+. Antes de esas últimas palabras a medianoche dio las gracias a sus compañeros, a los veteranos (Francisco Basterra y Antonio San José) y a los jóvenes, "que han cumplido hasta el último segundo con una categoría que no olvidaré". "Que se cierre un medio es una desgracia para una sociedad", zanjó el presentador de Hoy. "Una enfermedad para una democracia".
Eligió un nocturno de Chopin para cerrar el programa a medianoche
"El equipo ha pasado estos días sin aspavientos, con señorío"
"Tenemos unas convicciones: seguimos siendo de los nuestros"
"Salir de la SER fue como decir adiós a un amor; esto es más un cataclismo"
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio", dijo para despedirse
El programa arrancó con el "mensaje del náufrago en la botella". Un texto que hablaba de que "pase lo que pase hay cosas que trataremos de que nos queden... por ejemplo unas cuantas convicciones". "Seguimos siendo de los nuestros", dijo. Y también: "Nadie es solo un individuo".
Antes, en una redacción que mezclaba el trabajo con las despedidas, las felicitaciones navideñas con los abrazos de ánimo, Gabilondo atendía la insistente bocinilla de su móvil mientras se quitaba importancia como individuo. "Soy un privilegiado; no me puedo permitir el más mínimo pucherito... hoy es un día emocionante y triste, de pena, estupor y pánico.
Lo peor; la inquietud a la que se enfrentan mis compañeros". "Han sido días muy duros, pero el equipo los ha pasado con mucha clase, con serenidad, sin aspavientos, con un punto de señorío", explica refiriéndose al tiempo transcurrido desde que PRISA TV (compañía audiovisual del grupo PRISA, editor de EL PAÍS) anunció el día 10 que renunciaba a producir CNN+ tras la fusión de Cuatro con Telecinco y revelase que la compañía, a la que sigue vinculado, prepara un canal de actualidad "con vocación global", que se distribuirá a través de Digital+ y de distintas redes de cable. "Cerrar CNN+ ha sido una decisión muy difícil", explica Gabilondo.
En su último día en CNN+ comió solo en su despacho ("un bocata") y luego se echó la siesta como siempre, con los pies sobre una silla. A media tarde eligió la música con la que cerraría Hoy, el programa que estrenó el pasado 8 de febrero. "Un nocturno de Chopin, apropiado para esa hora y este día". "Habíamos bromeado con poner lo que tocaron los músicos cuando se hundió el Titanic, pero no es un día para bromas".
Rubalcaba y Garzón aceptaron la invitación para una despedida comme il faut. Las entrevistas no estaban escritas. "Nada de papeles, hay que hablar con el invitado mirándole a los ojos", dice Gabilondo clavando las pupilas.
Tras el mensaje del náufrago, se lanzó sin preámbulos con la entrevista al vicepresidente: "¿Le gustaría ser presidente del Gobierno?". "No", contesta Rubalcaba; Iñaki le dice "bueno", como guardándoselo para luego. Dos minutos después el periodista ya ha llamado, elegantemente, petulante a Zapatero. Después contraataca con ETA, luego Afganistán... y todo fluye. Puro Iñaki. "Hasta muy pronto", le dijo Rubalcaba al terminar la entrevista.
Con Garzón estuvo aún más suelto ("¿usted se siente no querido?", "¿por qué se mete en esos jardines?") y el juez que no habla con los medios se despachó a gusto. Garzón esperó a la foto de grupo del equipo para despedirse. "¡Hay que avisar a las chicas de maquillaje!", dijo Iñaki cuando vio que alguien faltaba en el retrato.
"Este es un programa que nace con la intención de entender algo mejor lo que ocurre", dijo Gabilondo en el arranque de Hoy. Con una cuota media de pantalla entorno al 0,8%, el programa puede presumir de haber enganchado cada noche de lunes a jueves a una porción de espectadores superior a la media del canal.
¿Y a partir de mañana, qué? "Ya veremos", dice Gabilondo con una sonrisa. "Yo seré periodista hasta que me muera... acabo una etapa como presentador de grandes programas, dejaré de ser un soldado en primera línea, pero no me voy a retirar a mirar cómo sale el sol ni a dar de comer a las palomas". Entre lo que le apetece: hacer comentarios para programas de otros, apuntes en prensa, conferencias, dar clases en alguna universidad... "Seguiré contando lo que interesa, la cuestión es dónde y cómo hacerlo".
Puede que esta sea la más dura, pero no es la primera despedida difícil de su carrera. En 2005 presentó su último Hoy por Hoy, el matutino líder de audiencia que dirigió durante 19 años y 5.000 ediciones en la cadena SER. Aquello fue "como decir adiós a un amor, esto es más como un cataclismo", explica. Entonces le quitó hierro a su marcha: "No pasa nada, salvo el tiempo". Y bromeó: "Unos nos vamos y otros vienen, no pasa absolutamente nada, y si pasa algo, está la SER". Esto es distinto. Once años después de su nacimiento, CNN+ ya no estará cuando se vaya Iñaki.
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio". Nadie sabía cómo se iba a despedir Iñaki Gabilondo.
En estos casos hay que decir "lo que a uno le salga", explicó al entrar en directo en su último programa para CNN+. Antes de esas últimas palabras a medianoche dio las gracias a sus compañeros, a los veteranos (Francisco Basterra y Antonio San José) y a los jóvenes, "que han cumplido hasta el último segundo con una categoría que no olvidaré". "Que se cierre un medio es una desgracia para una sociedad", zanjó el presentador de Hoy. "Una enfermedad para una democracia".
Eligió un nocturno de Chopin para cerrar el programa a medianoche
"El equipo ha pasado estos días sin aspavientos, con señorío"
"Tenemos unas convicciones: seguimos siendo de los nuestros"
"Salir de la SER fue como decir adiós a un amor; esto es más un cataclismo"
"Espero que podamos volver a encontrarnos en algún sitio", dijo para despedirse
El programa arrancó con el "mensaje del náufrago en la botella". Un texto que hablaba de que "pase lo que pase hay cosas que trataremos de que nos queden... por ejemplo unas cuantas convicciones". "Seguimos siendo de los nuestros", dijo. Y también: "Nadie es solo un individuo".
Antes, en una redacción que mezclaba el trabajo con las despedidas, las felicitaciones navideñas con los abrazos de ánimo, Gabilondo atendía la insistente bocinilla de su móvil mientras se quitaba importancia como individuo. "Soy un privilegiado; no me puedo permitir el más mínimo pucherito... hoy es un día emocionante y triste, de pena, estupor y pánico.
Lo peor; la inquietud a la que se enfrentan mis compañeros". "Han sido días muy duros, pero el equipo los ha pasado con mucha clase, con serenidad, sin aspavientos, con un punto de señorío", explica refiriéndose al tiempo transcurrido desde que PRISA TV (compañía audiovisual del grupo PRISA, editor de EL PAÍS) anunció el día 10 que renunciaba a producir CNN+ tras la fusión de Cuatro con Telecinco y revelase que la compañía, a la que sigue vinculado, prepara un canal de actualidad "con vocación global", que se distribuirá a través de Digital+ y de distintas redes de cable. "Cerrar CNN+ ha sido una decisión muy difícil", explica Gabilondo.
En su último día en CNN+ comió solo en su despacho ("un bocata") y luego se echó la siesta como siempre, con los pies sobre una silla. A media tarde eligió la música con la que cerraría Hoy, el programa que estrenó el pasado 8 de febrero. "Un nocturno de Chopin, apropiado para esa hora y este día". "Habíamos bromeado con poner lo que tocaron los músicos cuando se hundió el Titanic, pero no es un día para bromas".
Rubalcaba y Garzón aceptaron la invitación para una despedida comme il faut. Las entrevistas no estaban escritas. "Nada de papeles, hay que hablar con el invitado mirándole a los ojos", dice Gabilondo clavando las pupilas.
Tras el mensaje del náufrago, se lanzó sin preámbulos con la entrevista al vicepresidente: "¿Le gustaría ser presidente del Gobierno?". "No", contesta Rubalcaba; Iñaki le dice "bueno", como guardándoselo para luego. Dos minutos después el periodista ya ha llamado, elegantemente, petulante a Zapatero. Después contraataca con ETA, luego Afganistán... y todo fluye. Puro Iñaki. "Hasta muy pronto", le dijo Rubalcaba al terminar la entrevista.
Con Garzón estuvo aún más suelto ("¿usted se siente no querido?", "¿por qué se mete en esos jardines?") y el juez que no habla con los medios se despachó a gusto. Garzón esperó a la foto de grupo del equipo para despedirse. "¡Hay que avisar a las chicas de maquillaje!", dijo Iñaki cuando vio que alguien faltaba en el retrato.
"Este es un programa que nace con la intención de entender algo mejor lo que ocurre", dijo Gabilondo en el arranque de Hoy. Con una cuota media de pantalla entorno al 0,8%, el programa puede presumir de haber enganchado cada noche de lunes a jueves a una porción de espectadores superior a la media del canal.
¿Y a partir de mañana, qué? "Ya veremos", dice Gabilondo con una sonrisa. "Yo seré periodista hasta que me muera... acabo una etapa como presentador de grandes programas, dejaré de ser un soldado en primera línea, pero no me voy a retirar a mirar cómo sale el sol ni a dar de comer a las palomas". Entre lo que le apetece: hacer comentarios para programas de otros, apuntes en prensa, conferencias, dar clases en alguna universidad... "Seguiré contando lo que interesa, la cuestión es dónde y cómo hacerlo".
Puede que esta sea la más dura, pero no es la primera despedida difícil de su carrera. En 2005 presentó su último Hoy por Hoy, el matutino líder de audiencia que dirigió durante 19 años y 5.000 ediciones en la cadena SER. Aquello fue "como decir adiós a un amor, esto es más como un cataclismo", explica. Entonces le quitó hierro a su marcha: "No pasa nada, salvo el tiempo". Y bromeó: "Unos nos vamos y otros vienen, no pasa absolutamente nada, y si pasa algo, está la SER". Esto es distinto. Once años después de su nacimiento, CNN+ ya no estará cuando se vaya Iñaki.
Objetivo: salvar a John Lennon
¿John Lennon? ¿Y ese señor quién es?"
. Leon Wildes debía de ser uno de los pocos estadounidenses que en 1972 jamás había oído el nombre del que fuera líder de The Beatles. Wildes, un abogado especializado en inmigración, recibió una llamada de la discográfica del cantante para discutir la orden de deportación que acababa de caer sobre el británico y que le obligaba a abandonar EE UU de inmediato. Sin despeinarse, primero inquirió sobre la identidad de su cliente y después se fue a conocerle. "Fue lo mejor que me pudo pasar, no saber quién era, me lo tomé como un cliente más".
Wildes superó la edad de jubilación hace años pero que aún disfruta yendo cada mañana a su despacho en Madison Avenue, en Nueva York. Desde allí rememora los pormenores del un caso que constituye la espina dorsal del documental Los EE UU contra John Lennon. "Lennon me impresionó porque era un hombre de principios, una persona increíblemente íntegra. Luchaba por lo que creía y a mí me enseñó que hay que pelear por tus ideales" afirma. Tras aquel primer encuentro, Wildes, Lennon y su esposa, Yoko Ono, emprendieron una batalla legal contra el Gobierno estadounidense de la que este abogado saldría victorioso pero tremendamente desencantado.
"Nunca pensé que nuestro Gobierno fuera capaz de maquinar artificialmente la expulsión de Lennon porque era molesto políticamente. Es un precedente muy peligroso. Da miedo pensar que puedan seguir ocurriendo cosas así. Antes de conocer este caso me habría parecido un disparate incluso pensarlo. Desde entonces soy mucho más precavido y ya no confío tanto en el Gobierno".
Pero... ¿qué ocurrió para que Nixon personalmente liderara la batalla contra Lennon, como después desvelarían los archivos del FBI? Corría el año 1972, año electoral y las protestas contra la guerra de Vietnam barrían. La edad de los votantes acababa de reducirse de los 21 a los 18 años, y entre los jóvenes, la oposición contra el reclutamiento forzoso se multiplicaba mientras Lennon ponía banda sonora al movimiento pacifista con Give peace a chance.
De ahí que cuando John Lennon decide instalarse permanentemente en Nueva York en 1971 el presidente republicano Richard Nixon, que aspiraba a la reelección y abogaba por la guerra, teme que la juventud le destrone de la Casa Blanca y decide actuar. "El Gobierno estadounidense buceó en el pasado de Lennon y descubrió que le habían arrestado por posesión de cannabis en Londres años atrás y utilizó aquella mancha como excusa para exigirle que abandonara el país inmediatamente". Wildes, que tampoco sabía mucho sobre drogas, preguntó a Lennon qué era el cannabis. "Como la marihuana pero mucho mejor" fue la respuesta.
La pregunta de Wildes no era nocente: en el código penal estadounidense no aparece la palabra cannabis así que Wildes se apoyó en eso para solicitar la revocación de la deportación.
Este abogado tenaz mantuvo el pulso al Gobierno durante cinco años hasta que el tribunal de apelaciones aceptó el recurso de Wildes. "Nixon ya había sido reelegido y había tenido que dimitir y Lennon ya no era una amenaza" explica un abogado que aún recuerda el día en que le comunicó al músico que habían ganado y que pronto tendría su permiso de residencia: "Acababa de nacer su hijo horas antes y además era su cumpleaños. Un increíble cúmulo de casualidades".
BARBARA CELIS
La crisis, más cerca de usted
Las dificultades fiscales ponen a regiones y municipios del mundo desarrollado al borde de la quiebra .
En los últimos 12 meses, tres Estados federados de Alemania han aprobado planes de emergencia para rescatar a buena parte de sus municipios de una quiebra segura. El servicio de la deuda de regiones y municipios en Francia alcanzará en 2011 niveles sin precedentes. Grecia se ha visto forzada a reducir el número de municipios a un tercio y el Estado de Illinois, en EE UU, tiene un riesgo de quiebra mayor que el que presenta la economía vietnamita, según el coste de los seguros contra el impago de la deuda (CDS).
Compromiso de austeridad
EE UU, tres años en el fango
Crisis financiera mundial
Grecia ha reducido el número de Ayuntamientos a menos de un tercio
Los números rojos afectan más a las regiones de países desarrollados
Para las CCAA, el mercado está cerrado desde el pasado mes de abril
Fitch cree que los tipos de interés son demasiado altos para volver a emitir
En Alemania, tres Estados han aprobado planes de rescate municipales
Los bancos regionales, riesgo latente para las finanzas germanas
La calificación de la deuda de Nápoles está a un escalón del nivel 'basura'
La crisis financiera internacional, que comenzó en 2007 con el estallido de la burbuja inmobiliaria en EE UU, que se tradujo después en una crisis bancaria y que luego derivó en los problemas con la deuda soberana, ha entrado de lleno en una nueva etapa, la de las dificultades fiscales de regiones y municipios en el mundo desarrollado, que se ven incapaces de prestar los servicios que venían prestando y que tienen que pensar nuevas fórmulas para aumentar ingresos y reducir gastos si quieren evitar la quiebra.
"Es un problema que tiene un perfil mucho más negativo entre los países industrializados que entre los emergentes porque la evolución del crecimiento económico también ha seguido sendas muy diferenciadas entre estos grupos", explica Fernando Mayorga, jefe global del área de finanzas públicas internacionales de la agencia de calificación Fitch.
La financiación de regiones y municipios está muy ligada a las transferencias de capital desde los Estados soberanos y a la fiscalidad sobre la compra y venta de viviendas. De ahí que tras el colapso del sector inmobiliario y los planes de austeridad puestos en marcha por los Gobiernos nacionales, los ingresos de regiones y Ayuntamientos se hayan desplomado de forma dramática. En sus perspectivas para los Gobiernos subnacionales, Fitch prevé un nuevo descenso de los ingresos en 2011 debido al fuerte intervalo que existe entre la caída de la actividad y su impacto sobre los impuestos.
Lo peor es que los Estados soberanos no están precisamente en las mejores condiciones para ayudar a regiones y ayuntamientos. "Como consecuencia de las acuciantes presiones fiscales sobre los Gobiernos, que tienen que lidiar simultáneamente con los costes masivos y sin precedentes de los rescates bancarios, las medidas de estímulo y el aumento del desempleo en un contexto de colapso de los ingresos, las regiones van a tener que apañárselas por sí mismas en estos tiempos de crisis", advierte en un trabajo el profesor Andrés Rodríguez-Pose, del departamento de Geografía y Medio Ambiente de la London School of Economics.
El primer paso, sin duda, es recortar gastos, y de la manera que sea posible. Las autoridades griegas se han visto forzadas a introducir cambios muy profundos en el modelo de organización del Estado, como parte de las reformas estructurales comprometidas en su plan de rescate financiero internacional. El proyecto Kallikratis ha reducido el número de municipios de 1.034 a 325; los organismos municipales han pasado de 6.000 a 2.000, se han creado 13 subregiones que sustituyen a las 76 prefecturas establecidas anteriormente y 7 nuevas administraciones estatales que han sustituido a las 13 regiones que hasta ahora dibujaban el mapa griego. En España no faltan quienes demandan la desaparición de las obsoletas diputaciones provinciales, dada la actual configuración del Estado de las autonomías.
Independientemente de la necesidad o no que tuviera el Estado griego de acometer una modernización de su modelo de organización y de lo que Grecia pueda ahora permitirse financiar, una de las consecuencias de la crisis internacional es el recobrado protagonismo del Estado. "La implementación en todo el mundo de poderosos planes de estímulo dirigidos a reactivar el crecimiento ha revitalizado el papel del Estado como un jugador directo en el desarrollo local y regional", apunta Rodríguez-Pose.
En España, los problemas fiscales de comunidades autónomas y ayuntamientos están al cabo de la calle. El Banco de España anunció la semana pasada que, por primera vez, la deuda conjunta de las comunidades autónomas había superado el 10,2% del PIB, hasta situarse a finales del tercer trimestre en 107.624 millones de euros. Lo peor es que, en un momento de necesidades de financiación tan elevadas entre las regiones, los mercados de capitales están completamente cerrados para las autonomías desde el pasado mes de abril.
"El primer trimestre del año fue muy activo en cuanto a emisiones de deuda por parte de la mayoría de las autonomías. Pero a partir de entonces la financiación por esta vía se cerró y obligó a las comunidades a recurrir al crédito bancario y a colocaciones privadas de deuda. De ahí algunas iniciativas, como la de Cataluña, de lanzar el bono minorista. Es una forma de financiación muy cara, que permite cubrir necesidades puntuales de financiación pero que no se puede mantener por mucho tiempo", apunta Myriam Fernández de Heredia, directora de Standard & Poor's para Estados Soberanos y Finanzas Públicas Internacionales en Europa, Oriente Próximo y África.
Hasta ahora las comunidades autónomas cubrían aproximadamente la mitad de sus necesidades de financiación acudiendo al mercado de capitales -en España solo el Ayuntamiento de Madrid acude al mercado a colocar algunas emisiones de deuda entre los consistorios-. Los inversores internacionales, en primer lugar, seguidos, por este orden, por bancos y cajas nacionales eran los principales destinatarios de la deuda autonómica, pero con la pérdida de confianza en los Estados periféricos europeos, este segmento del mercado ha dejado de ser atractivo. "La deuda de las comunidades autónomas es poco líquida, no se mueve bien en el mercado secundario, a diferencia de la deuda soberana. Eso explica por qué el mercado está cerrado para las regiones, aunque buena parte de las líneas de crédito que tienen abiertas con el sector financiero ya se han renovado de cara al próximo ejercicio", aclara Fernández de Heredia. "Tampoco es atractivo para las autonomías", precisa Fernando Mayorga, "porque el tipo de interés que iba a exigir el mercado iba a ser tan alto que tenían que buscar alternativas". Fitch calcula que la deuda agregada aumentará en 2011 "al menos un 10%" para cubrir los déficits presupuestarios.
El mercado no está cerrado para todos. Los Estados federados alemanes son los más activos emisores a nivel subnacional en Europa y acaparan el 75,8% de las emisiones en esa categoría realizadas hasta finales de noviembre en Europa. "Tienen casi consideración de Estado soberano, por volumen y por la confianza que despierta su deuda", apunta Fernández de Heredia. Solo que en Alemania los mayores problemas se están produciendo a nivel municipal. Tal es la situación de emergencia que el Estado central ha creado una comisión para analizar la situación de las finanzas municipales (Gemeindefinanzkommission) con el objetivo de abordar los cambios estructurales necesarios para resolver definitivamente ese déficit de financiación.
Los Estados de Sajonia-Anhalt, Baja Sajonia y Renania-Palatinado han aprobado a lo largo de este año planes de emergencia para dotar de fondos extraordinarios a un considerable número de ayuntamientos. Y pueden ser más. Franz Zipfel, economista de Deutsche Bank Research, apunta que otros dos Estados, Hesse y Renania del Norte-Westfalia, están a punto de hacer lo mismo en los próximos meses. "Un incremento constante de los gastos sociales, aproximadamente unos 42.000 millones de euros en 2010, es el principal responsable de esta calamitosa situación presupuestaria", asevera Zipfel en un reciente informe sobre la situación fiscal de los ayuntamientos.
La situación es especialmente grave en la región de Sarre, donde la deuda por habitante ronda ya los 1.450 euros, seguida de Renania-Palatinado, con 1.100 euros, y Renania del Norte-Westfalia, con 1.000 euros por habitante. Los distintos länder han aprobado transferencias a modo de anticipo a los municipios para ayudarles a lidiar con la caída de ingresos, un mecanismo que se supone que tiene carácter temporal pero que en muchos casos se ha convertido ya en un elemento estructural de su financiación. El 95% de las medidas de emergencia se han adoptado en los Estados de Alemania occidental, con mayores niveles de gasto que los Estados de la antigua Alemania del Este.
El propio autor califica estas medidas como un rescate financiero de facto de los ayuntamientos, lo que no deja de ser irónico si tenemos en cuenta las reticencias que ha mostrado el Gobierno alemán a los rescates de Grecia e Irlanda en la crisis de deuda soberana en Europa. Pero Zipfel aclara: "La integración fiscal entre los tres niveles de gobierno en Alemania es completamente diferente de lo que sucede en Europa, tanto a nivel institucional como en la práctica. Aunque el Gobierno federal, los Estados y los Ayuntamientos son independientes en cuanto a sus presupuestos, la actual integración fiscal garantiza la transferencia de recursos fiscales de forma vertical y horizontal -entre los propios Estados o entre los propios municipios- gracias al acuerdo nacional de soporte mutuo".
Ese acuerdo de soporte mutuo ha provocado que solo hasta finales de septiembre la deuda de los länder hubiera crecido un 4,9% respecto al mismo periodo de 2009. Pero esa no es la única amenaza para las cuentas de los Estados federales. Las dificultades financieras por las que atraviesan buena parte de los bancos regionales (Landesbanks) pueden suponer un lastre añadido para las finanzas regionales. Según datos de Fitch, solo en 2009 los Estados de Baviera, Baden-Wurttemberg, Hamburgo y Schleswig-Holstein inyectaron unos 18.000 millones en sus bancos regionales y eso después de que el año anterior el Estado central se hiciera cargo de los activos considerados tóxicos a través de un banco malo. No todos los Estados y municipios tienen contabilizadas en sus cuentas esas transferencias de capital, así que no es de extrañar que "los landesbanks todavía supongan una seria amenaza" para los presupuestos federales, reconoce Mayorga.
En una situación menos difícil a corto plazo, pero con alto potencial de riesgo ante el futuro, se encuentran las regiones francesas. Apenas dos regiones -entre ellas la de Illê de France, que incluye a la capital, París- acuden al mercado de capitales para financiar sus deudas, por lo que dispara su dependencia de las transferencias procedentes del Gobierno central. Asimismo, el Gobierno ha reformado el modelo de ingresos y ha eliminado un impuesto sobre la actividad empresarial que era decisivo para las arcas regionales y locales. "Sin embargo, Fitch considera que la reducción del dinamismo y la flexibilidad en los ingresos puede suponer un incentivo para contener el crecimiento del gasto y racionalizar el consumo", apunta optimista la agencia de calificación.
Italia ofrece mejores perspectivas ante 2011, dada su escasa dependencia del capital exterior y la relativamente moderada deuda de regiones y municipios. Aunque casos como el de Nápoles suponen claramente la excepción. La calificación crediticia de la deuda de la histórica ciudad del sur de Italia está a apenas un nivel de ser considerada bono basura. Si hace 2.000 años la vecina Pompeya era un modelo de Administración pública, hoy Nápoles se caracteriza por su bajo nivel de recaudación de impuestos, entre los menores de Europa, lo que se deja sentir en el fuerte deterioro de los servicios públicos que presta el Ayuntamiento. Lo peor es que, según un informe de Standard & Poor's, aproximadamente un 30% de las deudas que la ciudad tiene pendiente de cobro son de difícil recuperación, dado que algunas facturas pueden haber expirado, algo similar a los considerados créditos de dudoso pago de la banca.
Con las débiles previsiones de crecimiento que se observan, al menos a este lado del Atlántico, no queda mucho más margen que ajustarse el cinturón. "Lo bueno es que hoy hay conciencia de la necesidad de llevar a cabo una consolidación fiscal", asegura la analista de S&P Myriam Fernández de Heredia.
La crisis, asegura Fernando Mayorga de Fitch, ha demostrado que es imprescindible la moderación en el gasto como medida estructural "y que si los ingresos crecen al 15%, los gastos no pueden hacerlo al mismo ritmo porque no es sostenible a medio plazo", que es lo que ha pasado en estos años de bonanza.
Bien es cierto que esa estrategia no puede sino agudizar el impacto negativo que ya están reflejando sobre el crecimiento los planes de austeridad nacionales. Pero hoy por hoy esa parece la única vía para desactivar la gravedad de la nueva amenaza financiera que asoma en el horizonte.
El alcance de la crisis regional y local no es comparable, al menos por ahora, al que todavía subyace de la crisis de deuda soberana europea, pero la recuperación económica difícilmente se asentará si no se resuelven los problemas estructurales de financiación a este nivel.
En los últimos 12 meses, tres Estados federados de Alemania han aprobado planes de emergencia para rescatar a buena parte de sus municipios de una quiebra segura. El servicio de la deuda de regiones y municipios en Francia alcanzará en 2011 niveles sin precedentes. Grecia se ha visto forzada a reducir el número de municipios a un tercio y el Estado de Illinois, en EE UU, tiene un riesgo de quiebra mayor que el que presenta la economía vietnamita, según el coste de los seguros contra el impago de la deuda (CDS).
Compromiso de austeridad
EE UU, tres años en el fango
Crisis financiera mundial
Grecia ha reducido el número de Ayuntamientos a menos de un tercio
Los números rojos afectan más a las regiones de países desarrollados
Para las CCAA, el mercado está cerrado desde el pasado mes de abril
Fitch cree que los tipos de interés son demasiado altos para volver a emitir
En Alemania, tres Estados han aprobado planes de rescate municipales
Los bancos regionales, riesgo latente para las finanzas germanas
La calificación de la deuda de Nápoles está a un escalón del nivel 'basura'
La crisis financiera internacional, que comenzó en 2007 con el estallido de la burbuja inmobiliaria en EE UU, que se tradujo después en una crisis bancaria y que luego derivó en los problemas con la deuda soberana, ha entrado de lleno en una nueva etapa, la de las dificultades fiscales de regiones y municipios en el mundo desarrollado, que se ven incapaces de prestar los servicios que venían prestando y que tienen que pensar nuevas fórmulas para aumentar ingresos y reducir gastos si quieren evitar la quiebra.
"Es un problema que tiene un perfil mucho más negativo entre los países industrializados que entre los emergentes porque la evolución del crecimiento económico también ha seguido sendas muy diferenciadas entre estos grupos", explica Fernando Mayorga, jefe global del área de finanzas públicas internacionales de la agencia de calificación Fitch.
La financiación de regiones y municipios está muy ligada a las transferencias de capital desde los Estados soberanos y a la fiscalidad sobre la compra y venta de viviendas. De ahí que tras el colapso del sector inmobiliario y los planes de austeridad puestos en marcha por los Gobiernos nacionales, los ingresos de regiones y Ayuntamientos se hayan desplomado de forma dramática. En sus perspectivas para los Gobiernos subnacionales, Fitch prevé un nuevo descenso de los ingresos en 2011 debido al fuerte intervalo que existe entre la caída de la actividad y su impacto sobre los impuestos.
Lo peor es que los Estados soberanos no están precisamente en las mejores condiciones para ayudar a regiones y ayuntamientos. "Como consecuencia de las acuciantes presiones fiscales sobre los Gobiernos, que tienen que lidiar simultáneamente con los costes masivos y sin precedentes de los rescates bancarios, las medidas de estímulo y el aumento del desempleo en un contexto de colapso de los ingresos, las regiones van a tener que apañárselas por sí mismas en estos tiempos de crisis", advierte en un trabajo el profesor Andrés Rodríguez-Pose, del departamento de Geografía y Medio Ambiente de la London School of Economics.
El primer paso, sin duda, es recortar gastos, y de la manera que sea posible. Las autoridades griegas se han visto forzadas a introducir cambios muy profundos en el modelo de organización del Estado, como parte de las reformas estructurales comprometidas en su plan de rescate financiero internacional. El proyecto Kallikratis ha reducido el número de municipios de 1.034 a 325; los organismos municipales han pasado de 6.000 a 2.000, se han creado 13 subregiones que sustituyen a las 76 prefecturas establecidas anteriormente y 7 nuevas administraciones estatales que han sustituido a las 13 regiones que hasta ahora dibujaban el mapa griego. En España no faltan quienes demandan la desaparición de las obsoletas diputaciones provinciales, dada la actual configuración del Estado de las autonomías.
Independientemente de la necesidad o no que tuviera el Estado griego de acometer una modernización de su modelo de organización y de lo que Grecia pueda ahora permitirse financiar, una de las consecuencias de la crisis internacional es el recobrado protagonismo del Estado. "La implementación en todo el mundo de poderosos planes de estímulo dirigidos a reactivar el crecimiento ha revitalizado el papel del Estado como un jugador directo en el desarrollo local y regional", apunta Rodríguez-Pose.
En España, los problemas fiscales de comunidades autónomas y ayuntamientos están al cabo de la calle. El Banco de España anunció la semana pasada que, por primera vez, la deuda conjunta de las comunidades autónomas había superado el 10,2% del PIB, hasta situarse a finales del tercer trimestre en 107.624 millones de euros. Lo peor es que, en un momento de necesidades de financiación tan elevadas entre las regiones, los mercados de capitales están completamente cerrados para las autonomías desde el pasado mes de abril.
"El primer trimestre del año fue muy activo en cuanto a emisiones de deuda por parte de la mayoría de las autonomías. Pero a partir de entonces la financiación por esta vía se cerró y obligó a las comunidades a recurrir al crédito bancario y a colocaciones privadas de deuda. De ahí algunas iniciativas, como la de Cataluña, de lanzar el bono minorista. Es una forma de financiación muy cara, que permite cubrir necesidades puntuales de financiación pero que no se puede mantener por mucho tiempo", apunta Myriam Fernández de Heredia, directora de Standard & Poor's para Estados Soberanos y Finanzas Públicas Internacionales en Europa, Oriente Próximo y África.
Hasta ahora las comunidades autónomas cubrían aproximadamente la mitad de sus necesidades de financiación acudiendo al mercado de capitales -en España solo el Ayuntamiento de Madrid acude al mercado a colocar algunas emisiones de deuda entre los consistorios-. Los inversores internacionales, en primer lugar, seguidos, por este orden, por bancos y cajas nacionales eran los principales destinatarios de la deuda autonómica, pero con la pérdida de confianza en los Estados periféricos europeos, este segmento del mercado ha dejado de ser atractivo. "La deuda de las comunidades autónomas es poco líquida, no se mueve bien en el mercado secundario, a diferencia de la deuda soberana. Eso explica por qué el mercado está cerrado para las regiones, aunque buena parte de las líneas de crédito que tienen abiertas con el sector financiero ya se han renovado de cara al próximo ejercicio", aclara Fernández de Heredia. "Tampoco es atractivo para las autonomías", precisa Fernando Mayorga, "porque el tipo de interés que iba a exigir el mercado iba a ser tan alto que tenían que buscar alternativas". Fitch calcula que la deuda agregada aumentará en 2011 "al menos un 10%" para cubrir los déficits presupuestarios.
El mercado no está cerrado para todos. Los Estados federados alemanes son los más activos emisores a nivel subnacional en Europa y acaparan el 75,8% de las emisiones en esa categoría realizadas hasta finales de noviembre en Europa. "Tienen casi consideración de Estado soberano, por volumen y por la confianza que despierta su deuda", apunta Fernández de Heredia. Solo que en Alemania los mayores problemas se están produciendo a nivel municipal. Tal es la situación de emergencia que el Estado central ha creado una comisión para analizar la situación de las finanzas municipales (Gemeindefinanzkommission) con el objetivo de abordar los cambios estructurales necesarios para resolver definitivamente ese déficit de financiación.
Los Estados de Sajonia-Anhalt, Baja Sajonia y Renania-Palatinado han aprobado a lo largo de este año planes de emergencia para dotar de fondos extraordinarios a un considerable número de ayuntamientos. Y pueden ser más. Franz Zipfel, economista de Deutsche Bank Research, apunta que otros dos Estados, Hesse y Renania del Norte-Westfalia, están a punto de hacer lo mismo en los próximos meses. "Un incremento constante de los gastos sociales, aproximadamente unos 42.000 millones de euros en 2010, es el principal responsable de esta calamitosa situación presupuestaria", asevera Zipfel en un reciente informe sobre la situación fiscal de los ayuntamientos.
La situación es especialmente grave en la región de Sarre, donde la deuda por habitante ronda ya los 1.450 euros, seguida de Renania-Palatinado, con 1.100 euros, y Renania del Norte-Westfalia, con 1.000 euros por habitante. Los distintos länder han aprobado transferencias a modo de anticipo a los municipios para ayudarles a lidiar con la caída de ingresos, un mecanismo que se supone que tiene carácter temporal pero que en muchos casos se ha convertido ya en un elemento estructural de su financiación. El 95% de las medidas de emergencia se han adoptado en los Estados de Alemania occidental, con mayores niveles de gasto que los Estados de la antigua Alemania del Este.
El propio autor califica estas medidas como un rescate financiero de facto de los ayuntamientos, lo que no deja de ser irónico si tenemos en cuenta las reticencias que ha mostrado el Gobierno alemán a los rescates de Grecia e Irlanda en la crisis de deuda soberana en Europa. Pero Zipfel aclara: "La integración fiscal entre los tres niveles de gobierno en Alemania es completamente diferente de lo que sucede en Europa, tanto a nivel institucional como en la práctica. Aunque el Gobierno federal, los Estados y los Ayuntamientos son independientes en cuanto a sus presupuestos, la actual integración fiscal garantiza la transferencia de recursos fiscales de forma vertical y horizontal -entre los propios Estados o entre los propios municipios- gracias al acuerdo nacional de soporte mutuo".
Ese acuerdo de soporte mutuo ha provocado que solo hasta finales de septiembre la deuda de los länder hubiera crecido un 4,9% respecto al mismo periodo de 2009. Pero esa no es la única amenaza para las cuentas de los Estados federales. Las dificultades financieras por las que atraviesan buena parte de los bancos regionales (Landesbanks) pueden suponer un lastre añadido para las finanzas regionales. Según datos de Fitch, solo en 2009 los Estados de Baviera, Baden-Wurttemberg, Hamburgo y Schleswig-Holstein inyectaron unos 18.000 millones en sus bancos regionales y eso después de que el año anterior el Estado central se hiciera cargo de los activos considerados tóxicos a través de un banco malo. No todos los Estados y municipios tienen contabilizadas en sus cuentas esas transferencias de capital, así que no es de extrañar que "los landesbanks todavía supongan una seria amenaza" para los presupuestos federales, reconoce Mayorga.
En una situación menos difícil a corto plazo, pero con alto potencial de riesgo ante el futuro, se encuentran las regiones francesas. Apenas dos regiones -entre ellas la de Illê de France, que incluye a la capital, París- acuden al mercado de capitales para financiar sus deudas, por lo que dispara su dependencia de las transferencias procedentes del Gobierno central. Asimismo, el Gobierno ha reformado el modelo de ingresos y ha eliminado un impuesto sobre la actividad empresarial que era decisivo para las arcas regionales y locales. "Sin embargo, Fitch considera que la reducción del dinamismo y la flexibilidad en los ingresos puede suponer un incentivo para contener el crecimiento del gasto y racionalizar el consumo", apunta optimista la agencia de calificación.
Italia ofrece mejores perspectivas ante 2011, dada su escasa dependencia del capital exterior y la relativamente moderada deuda de regiones y municipios. Aunque casos como el de Nápoles suponen claramente la excepción. La calificación crediticia de la deuda de la histórica ciudad del sur de Italia está a apenas un nivel de ser considerada bono basura. Si hace 2.000 años la vecina Pompeya era un modelo de Administración pública, hoy Nápoles se caracteriza por su bajo nivel de recaudación de impuestos, entre los menores de Europa, lo que se deja sentir en el fuerte deterioro de los servicios públicos que presta el Ayuntamiento. Lo peor es que, según un informe de Standard & Poor's, aproximadamente un 30% de las deudas que la ciudad tiene pendiente de cobro son de difícil recuperación, dado que algunas facturas pueden haber expirado, algo similar a los considerados créditos de dudoso pago de la banca.
Con las débiles previsiones de crecimiento que se observan, al menos a este lado del Atlántico, no queda mucho más margen que ajustarse el cinturón. "Lo bueno es que hoy hay conciencia de la necesidad de llevar a cabo una consolidación fiscal", asegura la analista de S&P Myriam Fernández de Heredia.
La crisis, asegura Fernando Mayorga de Fitch, ha demostrado que es imprescindible la moderación en el gasto como medida estructural "y que si los ingresos crecen al 15%, los gastos no pueden hacerlo al mismo ritmo porque no es sostenible a medio plazo", que es lo que ha pasado en estos años de bonanza.
Bien es cierto que esa estrategia no puede sino agudizar el impacto negativo que ya están reflejando sobre el crecimiento los planes de austeridad nacionales. Pero hoy por hoy esa parece la única vía para desactivar la gravedad de la nueva amenaza financiera que asoma en el horizonte.
El alcance de la crisis regional y local no es comparable, al menos por ahora, al que todavía subyace de la crisis de deuda soberana europea, pero la recuperación económica difícilmente se asentará si no se resuelven los problemas estructurales de financiación a este nivel.
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