Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

23 dic 2010

El síndrome de la silla vacía

Mucha gente odia la Navidad porque, en cenas y fiestas, se hace más presente la ausencia de los seres queridos. Se da una disonancia entre la tristeza interior y los estímulos exteriores, que dictan que hay que estar alegre.
Pero sobrevivir a estas fechas es posible .
El duelo es el dolor que vivimos ante la pérdida de un ser querido o, a un nivel posiblemente inferior, por un despido laboral, un traslado o un divorcio.
En épocas como la Navidad, con sus reuniones familiares, se avivan los recuerdos de forma aguda y es normal sentir una cascada de emociones y sentimientos ante esa silla que queda vacía en el hogar.
 Buscar apoyo en familiares y amigos o terapeutas, establecer nuevos ritos y permitir que afloren las emociones son algunas de las recomendaciones que dan los expertos para sobrevivir a unas fechas, como las navideñas, que tanta gente detesta.







Un duelo sano es una forma de adaptación que dura dos años



Los grupos de autoayuda mutua complementan a otros tratamientos

Llanto, rabia, aflicción, desesperación, soledad, culpa, negación o incluso alivio son sentimientos normales y sanos que aparecen cuando una persona nos deja para siempre. Forman parte del proceso curativo de las heridas emocionales."Yo ya no celebro la Navidad desde hace cinco años. Nos vamos a un lugar bastante desierto, donde no nos conoce nadie, donde no hay luces, ni tiendas, ni regalos. Allí pasamos esos días, solos, mi marido y yo, con nuestros recuerdos. No podemos ver cómo los demás son felices en estos días y las celebraciones familiares ya no son tal, se han transformado en comidas normales". Flor aún vive el dolor por la desaparición de Helena, su única hija, que murió siendo adolescente en un accidente de tráfico por culpa de un conductor bebido. "Estamos más en contacto con la naturaleza. El sol, el aire, la lluvia, grandes paseos, leer, escribir".



Cualquier duelo es una reacción natural. Se trata de una forma de adaptación que sigue a un proceso de desapego, de despedida de alguien que se ha ido.



Cada persona expresa el dolor a su manera."La intensidad del duelo no depende ni siquiera de la naturaleza del objeto, sino del valor que nosotros le atribuimos", señala José María Jiménez Ruiz, experto en terapia familiar en psiquiatría.



"Entre otras cosas, porque se da una disonancia entre la experiencia que uno está viviendo por dentro y todos los estímulos exteriores que de alguna manera dicen que hay que estar alegre", añade.



Marta perdió a una de sus cinco hermanas hace unas pocas semanas. "No me hago a la idea de que se ha marchado. La visualizo riendo, estábamos muy unidos", dice. No se lo esperaban y su muerte, con 59 años y tras haberse recuperado de un cáncer, ha caído como un mazazo, sobre todo para el marido y los hijos, ya casados, que ahora acompañan día y noche a su padre. Marta, como el resto de su familia, reconoce que debe superarlo. Hace diez años, la muerte de su madre ya fue muy dolorosa y desde entonces la familia dispersa, algunos residen en Miami (Estados Unidos), trata de reunirse en las celebraciones. Ahora, su cuñado ha insistido: "Sabe que lloraremos más que reiremos, pero lo haremos todos juntos", asegura Marta.



Un proceso de duelo sano puede requerir un par de años y sigue una serie de fases. Primero confusión, luego rabia y negación, depresión y finalmente superación. Si dura más tiempo los expertos pasan a considerarlo duelo patológico."A los diez años puedes recordar a alguien, pero no trastorna el desarrollo natural de tu vida, ni te aíslas de tus amistades ni dejas de disfrutar de la vida", añade Jiménez Ruiz. En todo caso, "el duelo no es una patología, sino un proceso normal de adaptación", precisa Alejandro Rocamora, psiquiatra y uno de los fundadores del Teléfono de la Esperanza, que durante estos días atiende muchas llamadas motivadas por la soledad.



Quienes viven como ajenos a la pérdida utilizan un mecanismo de defensa o negación, se trata de un duelo aplazado. Cuando la pérdida es repentina es normal quedarse descolocado, desgarrado si se trata de un hijo, mientras que cuando alguien muere lentamente es posible hacer el duelo anticipadamente. Una de cada seis personas que pierde a un familiar desarrolla una depresión al año siguiente, advierte un estudio del año 2007 de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).



Los médicos de familia atienden al año un centenar de procesos de duelo depresivo, según José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de esta sociedad. El 5% de la población española sufre alguna pérdida y alrededor del 2% traduce esa pérdida en trastornos o depresiones "que se deben vigilar", según Miquel Roca, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y de SEMERGEN.



Prácticamente el 90% de los casos son de duelo normal y los síntomas son fáciles de abordar y tratar, asegura Arbesú. El problema es la vulnerabilidad del paciente si el duelo llega a hacerse patológico en el tiempo, añade.



Nunca se está suficientemente preparado para la muerte de un ser querido. El primer año es el peor, sobre todo con la primera Navidad y otras fechas relacionadas con la persona perdida. "Lo mejor es normalizar la situación y tratar de que el ausente siga ocupando un lugar en la familia, aunque sea de otra manera", añade Jiménez Ruiz. No hay una única consigna: hay personas que se van de viaje para no revivir esas situaciones traumáticas. "¿Es bueno o malo? Puede ser una huida o una adaptación a esa situación; dependerá del sujeto", añade el terapeuta.



"No hay una receta única para los que han perdido a un ser querido porque cada pérdida es distinta y cada uno muestra, oculta o siente el dolor de diferente forma", dice Flor, madre de Helena, que cree haber encontrado un alivio en algo que dulcifica su dolor y le produce algo de bienestar. "Aconsejo a las madres con las que me relaciono que hagan aquellas cosas que antes les gustaban y no podía hacer. Cosas que les den paz y sosiego, y sé de muchas que pintan, cosen, hacen trabajos manuales, escriben, se buscan y conectan a través de Internet".



Flor es de esas personas que busca cosas que le ayudan a agarrarse a la vida, "porque, aunque durante el duelo hay muchos momentos en los que deseas morirte, no te mueres y como decía mi psicóloga: ni siquiera los que se quitan la vida quieren morirse". Flor y su marido necesitaron ayuda especializada en muertes traumáticas. En su caso, durante cuatro años. Fue fundamental. "Me ayudó a reconocer de qué forma podía agarrarme a la vida", explica. Lo ha hecho con la escritura y a través del deseo de concienciar sobre los mal llamados accidentes de tráfico especialmente a los jóvenes y al resto de la sociedad para que lleven una conducción responsable.



La sociedad está más sensibilizada con el tema del duelo, aunque hace unos años la familia estaba más capacitada para contener este mal trago: "Con su dispersión, el individuo se encuentra más solo", apunta Alejandro Rocamora. Por ello, a veces es necesario recurrir a los grupos de ayuda mutua, con la participación de profesionales de la salud, que son un recurso comunitario que complementa a otros tipos de tratamiento. "Pero sin forzar a nadie a que acuda", dice Fernando Boatas, psiquiatra y director del Centro de Salud Mental Comunitario de Martorell (Barcelona). En su opinión, también se debe evitar el abuso de fármacos, "porque puede llevar a la persona apenada a caer en una trampa: anestesiar los sentimientos que forman parte de las reacciones humanas y se tienen que experimentar". Tampoco es bueno caer en la tentación de tomar ansiolíticos o antidepresivos. "La medicación debe ser un recurso a utilizar solo en casos muy extremos", recomienda el psiquiatra de Martorell.



Con los niños lo mejor es utilizar un lenguaje claro y apropiado para su edad y explicarle que papá, mamá o la abuela ya no volverá. No vale el "se ha ido a un viaje muy largo". Convertir la muerte en un tabú es contraproducente; es mejor explicarlo como algo natural "porque los niños lo vivirán de una forma más tranquila". Hasta los siete u ocho años, el niño no tiene el sentido de la muerte como proceso irreversible. En los adolescentes puede ser muy dramático porque es una edad en la que se encuentran inmersos en procesos de crisis.



Flor se encuentra ahora "tranquila y serena. La pérdida es única, la pena inmensa, el recuerdo constante, pero no hay amargura".
Entiende que su situación, sin más hijos ni nietos, les permite aislarse en estas fechas, pero pide a los padres que sí los tienen que hagan un esfuerzo para continuar una normalidad. "No pueden privar a sus otros hijos o nietos de unas fiestas que lo son para el resto".
 Esta madre se permite un grito final: "¡Que prohíban el anuncio de vuelve a casa, vuelve por Navidad! Todos tenemos a alguien que no volverá en Navidad".

Indignación en la cultura por la caída de la 'ley Sinde'

Como un boxeador que despierta de un KO provocado por un puñetazo inesperado, el mundo de la cultura amaneció ayer beligerante, descompuesto y algo desorientado, sin saber muy bien en qué dirección devolver el golpe Era la peor jornada de resaca de los últimos años en el gremio de los creadores, después de que el Congreso tumbase la llamada ley Sinde.
 La misma que estaba destinada a defenderles de las páginas web de descargas y enlaces a contenidos no autorizados y sujetos a derechos de propiedad intelectual y acabó por resultar un espectáculo político-mediático-digital del que salieron escaldados.
 De la clase política, de cierta y efectiva opinión pública manifestada en una revuelta digital sin precedentes y también de ellos mismos, que llegaron tarde a sacar la cara por una norma que mataron entre todos y ella sola se murió.




El PP exigió suprimir el canon para apoyar la norma antidescargas

Claves para una protección ajustada de la propiedad intelectual

El Gobierno intentará aprobar la ley Sinde "con habilidad"

Ángeles González-Sinde










El debate de las descargas


Savater: "Si hay algo que reprocharle a la norma es su tibieza"



Millás: "El PSOE fue cobarde y la presentó casi con vergüenza"

Tras un sondeo efectuado con una veintena de músicos, cineastas, productores, actores, escritores y filósofos quedó claro que la indignación era ayer el común denominador. Lo vivido el martes en el Congreso se trata "de una agresión directa que quiebra el Estado de derecho", según Agustín Almodóvar , productor de El Deseo (leer artículo). Tanto, que le obligará "a una nueva estrategia para el estreno de la nueva película de Pedro".



Al escritor Fernando Savater (leer artículo) "la torpeza de un Gobierno que mete esta ley como una mera cláusula dentro de una ley genérica [la de Economía Sostenible] y el espectáculo lamentable de todos los grupos votando en contra" le provocaron "vergüenza" y "desolación". El productor Gerardo Herrero (leer artículo) sintió "pena"; Juan Antonio Bayona, director de El Orfanato (leer artículo) y que actualmente se encuentra rodando The impossible, "perplejidad y enorme tristeza", y Kiko Veneno (leer artículo), directamente "nada que pueda explicarse en palabras, ante un ataque a la cultura como último reducto de contenidos libres".



Tanta contestación y beligerancia acaso sorprenda dos días después a la ministra Ángeles González-Sinde, quien da nombre algo involuntariamente a la ley y vive esta semana una de las peores de su mandato. Enfila su segundo aniversario en el cargo como empezó, acosada por esa entelequia llamada "los internautas" (como si un altísimo porcentaje de la ciudadanía del mundo occidental no lo fuese de por sí) y, lo que es peor, debilitada en un gabinete del que, fuentes socialistas lo reconocían ayer, debió recibir más apoyos para superar este trance. González-Sinde mantuvo, pese al batacazo, una apretada agenda, acaso para aparentar normalidad. Pasó por el Congreso e inauguró una biblioteca en Ciudad Real y una exposición en Madrid. En esta, respondió a la pregunta de si pensaba dimitir, con escasos argumentos: "No, no pienso dimitir. ¿Y usted?".



El mismo desencanto airado se dejó notar en sus maneras durante una copa de Navidad con periodistas en el Ministerio, un tanto grisácea, como amaneció el día en Madrid. Aclaró, sin precisar cómo, que la ley seguirá adelante, pues "no ha muerto". Y se admiró del cuajo de Alex de la Iglesia, que el martes rebatió casi a solas desde la plataforma de la red social de EL PAÍS, ESKUP. "Con una película en los cines hay que ser muy valiente para algo así".



¿El escaso cierre de filas creadoras se deberá a que nadie estaba realmente contento con la propia norma? "Puede que la ley no fuera perfecta", admitían ayer la cineasta Gracia Querejeta (leer artículo) y el actor Eduardo Noriega (leer artículo). "Pero al menos, es una ley". O, en palabras de Savater : "Si algo hay que reprocharle es su tibieza. Tendía a ser muy moderada. Para mí es más efectiva la ley francesa, que primero advierte a los usuarios y luego actúa contra ellos, como se hace con los delincuentes, es decir, no solo contra las páginas, porque los usuarios deben saber que lo que hacen es un delito. Los argumentos de los defensores de las descargas no son una defensa de la libertad sino todo lo contrario: un auténtico asalto a la libertad de creación".



A la hora de buscar responsables, la clase política se llevó la peor parte, por detrás de las empresas telefónicas (diana de las iras de Jota, de Los Planetas [leer artículo], o del director de cine Borja Cobeaga [leer artículo], asombrado de que "en una época en la que se consume más audiovisual que nunca los beneficiados no sean los creadores, sino las telefónicas, los teleoperadores") y de la idiosincrasia española, siempre tan socorrida a la hora de expiar culpas: "Somos una anomalía dentro de Europa. En ningún sitio existe la desprotección total del autor y de su obra como en España", se lamentaron tanto Manuel Guitiérrez Aragón , escritor y cineasta (leer artículo), como la académica de la lengua Soledad Puértolas (leer artículo) y el novelista y también académico Luis Goytisolo . "El argumento de que la cultura es de todos es el usado por la gente con menos cultura", señaló el autor de Antagonía (leer artículo).



Aunque, de vuelta en las críticas a los políticos, el escritor Juan José Millás resultó el más contundente (leer artículo): "Se hicieron en el Congreso una foto en la que han salido fatal. En ese retrato quedan como mezquinos, groseros y miopes. Y esto incluye al PSOE, que fue cobarde y la presentó casi con vergüenza. Creen que la ley es impopular y que va a hacerles perder votos", arguyó. "Aunque lo del PP es aparte: los más defensores de la propiedad privada en todos los ámbitos se comportan como anarquistas en el digital".



Ámbito este que ayer continuó incendiado, así lleva desde el domingo, cuando las principales webs de descargas no autorizadas fundieron en negro ante la inminencia de la votación que habría de aprobar la LES. Entretanto, en las tres dimensiones, se sucedieron los esfuerzos conciliadores. Como el de Isabel Coixet, cineasta (leer artículo): "Como artista me gustaría que todo el mundo tuviera acceso a cualquier película, pero como persona que además vivo de esto no puedo tolerarlo". O el de Juan, del dúo de pop Amaral (leer artículo): "Nunca hemos apoyado el canon digital, incluso en los boletines de la SGAE nos hemos mostrado muy contrarios y críticos con la industria del disco. Gran parte de nuestra formación musical la hemos adquirido a través de casettes, así que no estamos en contra de que se puedan intercambiar archivos. El problema surge cuando hay webs que se lucran por la publicidad y con unos discos que no les pertenecen".



Más complicado resultó aportar soluciones en un tema en el muy probablemente todos resultemos víctimas y verdugos. "Lo que tengo claro es que la tendencia será pagar por lo que se baja: el modelo iTunes", propuso Kirmen Uribe (leer artículo), escritor. José Luis Pardo, por su parte, reclamó una reforma de la "Ley de Propiedad Intelectual" (leer artículo). "No me siento solidario con los grandes grupos editoriales ni con las discográficas", añadió, "pero los derechos de autor no son algo que se pueda desmontar en dos minutos, va ligado a la institución literatura, a la institución 'periódicos', que ejercen una funcional social. No se puede desmontar todo esto sin montar antes una alternativa".



Hasta que esta llegue, siempre quedará tirar por la calle de en medio, como Fernando Trueba (leer artículo). El cineasta propuso un plan más incendiario: "Yo pago religiosamente mis impuestos desde el primer día que recibí mi primer sueldo y la ley no me protege.
Si se me puede robar tan impunemente, si nadie me defiende de esos robos, no sé por qué tengo que pagar impuestos. Estoy contemplando muy seriamente la posibilidad de hacerme objetor fiscal".

a sacar la cara por una norma que mataron entre todos y ella sola se murió.
























El PP exigió suprimir el canon para apoyar la norma antidescargas









Claves para una protección ajustada de la propiedad intelectual









El Gobierno intentará aprobar la ley Sinde "con habilidad"









Ángeles González-Sinde

























































El debate de las descargas













Savater: "Si hay algo que reprocharle a la norma es su tibieza"





















Millás: "El PSOE fue cobarde y la presentó casi con vergüenza"









Tras un sondeo efectuado con una veintena de músicos, cineastas, productores, actores, escritores y filósofos quedó claro que la indignación era ayer el común denominador. Lo vivido el martes en el Congreso se trata "de una agresión directa que quiebra el Estado de derecho", según Agustín Almodóvar , productor de El Deseo (leer artículo). Tanto, que le obligará "a una nueva estrategia para el estreno de la nueva película de Pedro".





















Al escritor Fernando Savater (leer artículo) "la torpeza de un Gobierno que mete esta ley como una mera cláusula dentro de una ley genérica [la de Economía Sostenible] y el espectáculo lamentable de todos los grupos votando en contra" le provocaron "vergüenza" y "desolación". El productor Gerardo Herrero (leer artículo) sintió "pena"; Juan Antonio Bayona, director de El Orfanato (leer artículo) y que actualmente se encuentra rodando The impossible, "perplejidad y enorme tristeza", y Kiko Veneno (leer artículo), directamente "nada que pueda explicarse en palabras, ante un ataque a la cultura como último reducto de contenidos libres".





















Tanta contestación y beligerancia acaso sorprenda dos días después a la ministra Ángeles González-Sinde, quien da nombre algo involuntariamente a la ley y vive esta semana una de las peores de su mandato. Enfila su segundo aniversario en el cargo como empezó, acosada por esa entelequia llamada "los internautas" (como si un altísimo porcentaje de la ciudadanía del mundo occidental no lo fuese de por sí) y, lo que es peor, debilitada en un gabinete del que, fuentes socialistas lo reconocían ayer, debió recibir más apoyos para superar este trance. González-Sinde mantuvo, pese al batacazo, una apretada agenda, acaso para aparentar normalidad. Pasó por el Congreso e inauguró una biblioteca en Ciudad Real y una exposición en Madrid. En esta, respondió a la pregunta de si pensaba dimitir, con escasos argumentos: "No, no pienso dimitir. ¿Y usted?".





















El mismo desencanto airado se dejó notar en sus maneras durante una copa de Navidad con periodistas en el Ministerio, un tanto grisácea, como amaneció el día en Madrid. Aclaró, sin precisar cómo, que la ley seguirá adelante, pues "no ha muerto". Y se admiró del cuajo de Alex de la Iglesia, que el martes rebatió casi a solas desde la plataforma de la red social de EL PAÍS, ESKUP. "Con una película en los cines hay que ser muy valiente para algo así".





















¿El escaso cierre de filas creadoras se deberá a que nadie estaba realmente contento con la propia norma? "Puede que la ley no fuera perfecta", admitían ayer la cineasta Gracia Querejeta (leer artículo) y el actor Eduardo Noriega (leer artículo). "Pero al menos, es una ley". O, en palabras de Savater : "Si algo hay que reprocharle es su tibieza. Tendía a ser muy moderada. Para mí es más efectiva la ley francesa, que primero advierte a los usuarios y luego actúa contra ellos, como se hace con los delincuentes, es decir, no solo contra las páginas, porque los usuarios deben saber que lo que hacen es un delito. Los argumentos de los defensores de las descargas no son una defensa de la libertad sino todo lo contrario: un auténtico asalto a la libertad de creación".





















A la hora de buscar responsables, la clase política se llevó la peor parte, por detrás de las empresas telefónicas (diana de las iras de Jota, de Los Planetas [leer artículo], o del director de cine Borja Cobeaga [leer artículo], asombrado de que "en una época en la que se consume más audiovisual que nunca los beneficiados no sean los creadores, sino las telefónicas, los teleoperadores") y de la idiosincrasia española, siempre tan socorrida a la hora de expiar culpas: "Somos una anomalía dentro de Europa. En ningún sitio existe la desprotección total del autor y de su obra como en España", se lamentaron tanto Manuel Guitiérrez Aragón , escritor y cineasta (leer artículo), como la académica de la lengua Soledad Puértolas (leer artículo) y el novelista y también académico Luis Goytisolo . "El argumento de que la cultura es de todos es el usado por la gente con menos cultura", señaló el autor de Antagonía (leer artículo).





















Aunque, de vuelta en las críticas a los políticos, el escritor Juan José Millás resultó el más contundente (leer artículo): "Se hicieron en el Congreso una foto en la que han salido fatal. En ese retrato quedan como mezquinos, groseros y miopes. Y esto incluye al PSOE, que fue cobarde y la presentó casi con vergüenza. Creen que la ley es impopular y que va a hacerles perder votos", arguyó. "Aunque lo del PP es aparte: los más defensores de la propiedad privada en todos los ámbitos se comportan como anarquistas en el digital".





















Ámbito este que ayer continuó incendiado, así lleva desde el domingo, cuando las principales webs de descargas no autorizadas fundieron en negro ante la inminencia de la votación que habría de aprobar la LES. Entretanto, en las tres dimensiones, se sucedieron los esfuerzos conciliadores. Como el de Isabel Coixet, cineasta (leer artículo): "Como artista me gustaría que todo el mundo tuviera acceso a cualquier película, pero como persona que además vivo de esto no puedo tolerarlo". O el de Juan, del dúo de pop Amaral (leer artículo): "Nunca hemos apoyado el canon digital, incluso en los boletines de la SGAE nos hemos mostrado muy contrarios y críticos con la industria del disco. Gran parte de nuestra formación musical la hemos adquirido a través de casettes, así que no estamos en contra de que se puedan intercambiar archivos. El problema surge cuando hay webs que se lucran por la publicidad y con unos discos que no les pertenecen".





















Más complicado resultó aportar soluciones en un tema en el muy probablemente todos resultemos víctimas y verdugos. "Lo que tengo claro es que la tendencia será pagar por lo que se baja: el modelo iTunes", propuso Kirmen Uribe (leer artículo), escritor. José Luis Pardo, por su parte, reclamó una reforma de la "Ley de Propiedad Intelectual" (leer artículo). "No me siento solidario con los grandes grupos editoriales ni con las discográficas", añadió, "pero los derechos de autor no son algo que se pueda desmontar en dos minutos, va ligado a la institución literatura, a la institución 'periódicos', que ejercen una funcional social. No se puede desmontar todo esto sin montar antes una alternativa".





















Hasta que esta llegue, siempre quedará tirar por la calle de en medio, como Fernando Trueba (leer artículo). El cineasta propuso un plan más incendiario: "Yo pago religiosamente mis impuestos desde el primer día que recibí mi primer sueldo y la ley no me protege.



Si se me puede robar tan impunemente, si nadie me defiende de esos robos, no sé por qué tengo que pagar impuestos. Estoy contemplando muy seriamente la posibilidad de hacerme objetor fiscal".







Alegría DAVID TRUEBA

.Los productores de entretenimiento cultural andan disgustados porque el Congreso rechazó la ley antidescargas ilegales.
Pero si renuncian al egoísmo y la frustración, gozarán de la enorme alegría compartida. Ahora sabemos que en cuanto los socialistas abandonen el poder, los partidos conservadores liquidarán las leyes de propiedad que tanto afligen nuestros bolsillos y nuestra libertad.
 Uno podrá visitar los concesionarios de coches, los estancos, las librerías, las tiendas de motos, los supermercados y los sex shop, pero no tendrá por qué gastarse el dinero en comprar nada de lo que allí se expone.
 Bastará con llegar a casa y descargarlo de alguna página gratuita. Si el sistema funciona, tendrás el coche a la puerta, el chaquetón puesto y el consolador introducido, apenas unas horas después de haber elegido lo que más te convenía.






Los catalanes tienen más suerte que el resto de España. CIU va a gobernar en horas y notarán la diferencia, cuando al navegar por la Red el cava, las lonchas de jamón, las anchoas y el fuet, estén al alcance de un clic.
 Será maravilloso vivir en un país en el que conseguir un apartamento con vistas a la Sagrada Familia no sea gravoso, porque el dinero del banco y la escritura de propiedad serán a coste cero.
Puede que los cantantes sigan protestando, pero pronto aprenderán a no decir lo que piensan, para que nadie les aplique la doctrina Ramoncín, esa que contrarresta una opinión dicha con honestidad y valentía con el castigo público y la demonización.



Ahí también hemos dado un paso de gigante, porque cuando la línea editorial de un medio de comunicación no case con tu ideología, puedes boicotear sus enlaces en la Red y celebrar su ruina.



España es un país con un acendrado sentido de la propiedad. No hay más que ver que este año más de 70 tipos han matado a sus parejas porque las consideraban suyas y no toleraban el derecho a ser abandonados.
Incluso más de 20 niños han sido asesinados para no tener que compartir la propiedad con la madre tras la separación.
 Pero cuando la oposición esté en el poder, todo cambiará. Desde Botín a Telefónica, con su hipoteca regalada y el ADSL gratuito, nos mostrarán la alegría de compartir...

El último anuncio Casillas despide el año con sus amigos

Esta Navidad: cerveza. O por lo menos en televisión. El último anuncio del año en todas las televisiones comerciales será un spot de una conocida marca cervecera protagonizado por el novio de Sara Carbonero y campeón del mundo de fútbol Iker Casillas. En el anuncio, Iker celebra el fin de un año difícil, 2010, con sus héroes de verdad: los amigos de toda la vida. En Móstoles, pasando página al año de la crisis y deseando un 2011 lleno de triunfos. Salud.