14 dic 2010
El veneno de los compromisos en la creación artística
Nuestro compromiso como creadores es con la obra, no con la política; otra cosa es que a veces dichas obras tengan una reacción política", asegura el escrior y cineasta mexicano Guillermo Arriaga. "Cada movimiento nuestro es a favor de la felicidad o infelicidad de los otros", adviert la directora de cine argentina Lucrecia Martel. "No podemos asumir nunca la experiencia integral del otro, ni la podemos sustituir", reconoce el escritor mexicano Juan Villoro. "La tradición intelectual latinoamericana tiene una dificultad y un rechazo al análisis de las mejoras marginales", afirma el escritor y artista uruguayo Pablo Casacuberta. "Ahora nos enfrentamos no a un público, sino a clases de públicos. Ha cambiado esa actitud pasiva de que la cultrua se recibe y la aprendemos", dice la narradora colombiana Laura Restrepo.
Son las cinco voces de los cinco creadores que intervienen en la cuarta, y penúltima, entrega del Debate cultural latinoamericano convocado por Babelia con motivo del Bicentenario de las independencias de las repúblicas latinoamericanas. Hasta ahora, los cinco creadores han abordado el tema de la lucha contra los tópicos, las trampas de la búsqueda de la identidad latinoamericana y la manera equivocada como el resto del mundo tiende a ver al continente como países uniformes. Hoy el encuentro deriva hacia el compromiso o compromisos del escritor o artista ante su propia obra, la sociedad y la política y sobre la evolución de la cultura. Puedes leerlo aquí.
Este debate es uno de los temas del especial Babelia en Guadalajara, que lleva a tu ordenador la 24ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en México. Durante esta semana Papeles perdidos ha aprovechado para hablar de literatura a través de un Mapa sonoro de la literatura actual en castellano, en la que a través de audios han intervenido una quincena de escritores poco conocidos a nivel hispanohablante, pero cuyas trayectorias auguran éxitos mayores. Además el Cibertaller literario que impertieron Rosa Montero y Jorge Volpi.
Son las cinco voces de los cinco creadores que intervienen en la cuarta, y penúltima, entrega del Debate cultural latinoamericano convocado por Babelia con motivo del Bicentenario de las independencias de las repúblicas latinoamericanas. Hasta ahora, los cinco creadores han abordado el tema de la lucha contra los tópicos, las trampas de la búsqueda de la identidad latinoamericana y la manera equivocada como el resto del mundo tiende a ver al continente como países uniformes. Hoy el encuentro deriva hacia el compromiso o compromisos del escritor o artista ante su propia obra, la sociedad y la política y sobre la evolución de la cultura. Puedes leerlo aquí.
Este debate es uno de los temas del especial Babelia en Guadalajara, que lleva a tu ordenador la 24ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), en México. Durante esta semana Papeles perdidos ha aprovechado para hablar de literatura a través de un Mapa sonoro de la literatura actual en castellano, en la que a través de audios han intervenido una quincena de escritores poco conocidos a nivel hispanohablante, pero cuyas trayectorias auguran éxitos mayores. Además el Cibertaller literario que impertieron Rosa Montero y Jorge Volpi.
VENECIAS
.Por:
Guillermo Altares
06/12/2010
Venecia es mucho más que una ciudad, es un estado de ánimo, un recuerdo, una forma de ver el mundo. También es una urbe asediada por el turismo, con sus calles tan atestadas que a veces resulta difícil caminar por ellas, pero es un lugar ante el que es imposible no rendirse. Ha atraído a pintores, cineastas, músicos y escritores a lo largo de los siglos, atesora versos e imágenes infinitos, pero también millones de tiendas para turistas, con los objetos más kitsch que se puedan imaginar. Es una ciudad a la que acuden los viajeros en masa y de la que huyen los venecianos: hace un año bajó del umbral de los 60.000 habitantes (la isla ha perdido la mitad de su población en 40 años). Está acechada por la subida del nivel del agua –esta misma semana volvió a producirse Acqua Alta–, por el peligro de convertirse en un parque temático. Pero no importa, Venecia es más fuerte que todo eso.
Como decía uno de sus personajes más famosos, Corto Maltés, el aventurero creado por Hugo Pratt, es una ciudad tan bella que resultaría el final para cualquier viajero porque acabaría por no moverse. Recientemente, el suplemento de viajes de The New York Times publicaba un magnífico artículo titulado 'Venecia en invierno'. Su autora, la corresponsal en Italia del diario neoyorquino, Rachel Donadio, recomendaba viajar a la ciudad italiana en pleno invierno con un libro bajo el brazo: Marca de agua, del premio Nobel Joseph Brodsky (editado por Siruela con una excelente traducción de Menchu Gutiérrez), una de las muchas obras maestras que ha dado a la literatura este rincón del Adriático.
Al principio del reportaje, para describir hasta que punto Venecia es un laberinto, escuchamos un diálogo entre dos estudiantes estadounidenses. "No me importa si estamos todo el día perdidos", dice uno y el otro replica: "Tío, tampoco creo que tengamos otra opción". Es un diálogo que muestra hasta qué punto Venecia es una metáfora de la vida.
Guillermo Altares
06/12/2010
Venecia es mucho más que una ciudad, es un estado de ánimo, un recuerdo, una forma de ver el mundo. También es una urbe asediada por el turismo, con sus calles tan atestadas que a veces resulta difícil caminar por ellas, pero es un lugar ante el que es imposible no rendirse. Ha atraído a pintores, cineastas, músicos y escritores a lo largo de los siglos, atesora versos e imágenes infinitos, pero también millones de tiendas para turistas, con los objetos más kitsch que se puedan imaginar. Es una ciudad a la que acuden los viajeros en masa y de la que huyen los venecianos: hace un año bajó del umbral de los 60.000 habitantes (la isla ha perdido la mitad de su población en 40 años). Está acechada por la subida del nivel del agua –esta misma semana volvió a producirse Acqua Alta–, por el peligro de convertirse en un parque temático. Pero no importa, Venecia es más fuerte que todo eso.
Como decía uno de sus personajes más famosos, Corto Maltés, el aventurero creado por Hugo Pratt, es una ciudad tan bella que resultaría el final para cualquier viajero porque acabaría por no moverse. Recientemente, el suplemento de viajes de The New York Times publicaba un magnífico artículo titulado 'Venecia en invierno'. Su autora, la corresponsal en Italia del diario neoyorquino, Rachel Donadio, recomendaba viajar a la ciudad italiana en pleno invierno con un libro bajo el brazo: Marca de agua, del premio Nobel Joseph Brodsky (editado por Siruela con una excelente traducción de Menchu Gutiérrez), una de las muchas obras maestras que ha dado a la literatura este rincón del Adriático.
Al principio del reportaje, para describir hasta que punto Venecia es un laberinto, escuchamos un diálogo entre dos estudiantes estadounidenses. "No me importa si estamos todo el día perdidos", dice uno y el otro replica: "Tío, tampoco creo que tengamos otra opción". Es un diálogo que muestra hasta qué punto Venecia es una metáfora de la vida.
Territorio Highsmith
Territorio Highsmith
.Por:
Amelia Castilla
07/12/2010
Nadie dijo que fuera una mujer fácil.
No era simpática, rara vez era educada y adoraba los caracoles. Patricia Highsmith (1921 Texas-1995 Lucarno) poseía un talento excepcional pero solía decir lo que pensaba abiertamente, lo que no resultaba fácil de digerir. "Creo que mis libros no deberían estar en las bibliotecas de las cárceles", escribió con prudencia en 1956 la creadora de Mr. Ripley, su personaje más emblemático. La autora de Extraños en un tren llenó casi 8000 páginas, escritas en cuadernos y diarios, redactados en cinco idiomas, en las que describió con pelos y señales a sus amantes comparándolas entre sí, apuntó sus opiniones siempre polémicas, los martinis que bebía y hasta las cuentas mínimas del supermercado. Highsmith adoraba manejar y elaborar mapas, tablas, planos, listas y esquemas. Con todo ese material, Joan Schenkar (Seatle, 1952) ha construido Patricia Hignsmith (Circe), una biografía atípica juntando lo que escribía con lo que vivía.
Siguiendo los pasos de Virginia Woolf, que definió la biografía como un arte impuro que habría que escribir separando las dos clases de verdades: la cáscara (los hecho) y el átomo (la vida interior), ha unido en casi 800 páginas los detalles concretos de la vida de la escritora con una cronología comentada de su vida y obra.
En los anexos se encuentra también el Nueva York de la escritora con las direcciones de su vida y los domicilios donde alojaba a sus asesinos que no eran otros que los que usaba ella o sus amantes.
.Por:
Amelia Castilla
07/12/2010
Nadie dijo que fuera una mujer fácil.
No era simpática, rara vez era educada y adoraba los caracoles. Patricia Highsmith (1921 Texas-1995 Lucarno) poseía un talento excepcional pero solía decir lo que pensaba abiertamente, lo que no resultaba fácil de digerir. "Creo que mis libros no deberían estar en las bibliotecas de las cárceles", escribió con prudencia en 1956 la creadora de Mr. Ripley, su personaje más emblemático. La autora de Extraños en un tren llenó casi 8000 páginas, escritas en cuadernos y diarios, redactados en cinco idiomas, en las que describió con pelos y señales a sus amantes comparándolas entre sí, apuntó sus opiniones siempre polémicas, los martinis que bebía y hasta las cuentas mínimas del supermercado. Highsmith adoraba manejar y elaborar mapas, tablas, planos, listas y esquemas. Con todo ese material, Joan Schenkar (Seatle, 1952) ha construido Patricia Hignsmith (Circe), una biografía atípica juntando lo que escribía con lo que vivía.
Siguiendo los pasos de Virginia Woolf, que definió la biografía como un arte impuro que habría que escribir separando las dos clases de verdades: la cáscara (los hecho) y el átomo (la vida interior), ha unido en casi 800 páginas los detalles concretos de la vida de la escritora con una cronología comentada de su vida y obra.
En los anexos se encuentra también el Nueva York de la escritora con las direcciones de su vida y los domicilios donde alojaba a sus asesinos que no eran otros que los que usaba ella o sus amantes.
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