8 nov 2010
El gobierno italiano teme más derrumbes en Pompeya
Varias reliquias arqueológicas de Pompeya están en riesgo de colapso, ha advertido el ministro italiano de Cultura, Sandro Bondi, después de que este sábado se derrumbara la famosa Casa del Gladiador en las ruinas de la antigua ciudad romana.
Los frescos en la casa de 2.000 años de antigüedad "posiblemente podrán ser restaurados", ha señalado Bondi. Sin embargo, el ministro ha alertado que otros tesoros arqueológicos pompeyanos podrían correr la misma suerte que la Casa del Gladiador si no se los somete de inmediato a trabajos de restauración.
El edificio de 40 metros cuadrados era utilizado por gladiadores para entrenar antes de acudir a la lucha en un anfiteatro cercano.
Los primeros informes indicaban que el edificio colapsó debido a filtraciones de agua causadas por las fuertes lluvias que caen en la zona.
El presidente italiano, Giorgio Napolitano, se refirió al incidente como "una desgracia para Italia".
Los críticos denunciaron la mala conservación del patrimonio italiano y lo atribuyeron a los recortes de fondos introducidos por el gobierno de Silvio Berlusconi.
"Si supiese con certeza que fui responsable de lo ocurrido (en Pompeya) renunciaría", ha decladadp Bondi durante una visita al lugar.
Pompeya, situada junto a la ciudad de Nápoles, fue destruida en el año 79 a.C. por una erupción del volcán del monte Vesuvio que mató a miles de personas y enterró la ciudad seis metros bajo la ceniza volcánica.
Los frescos en la casa de 2.000 años de antigüedad "posiblemente podrán ser restaurados", ha señalado Bondi. Sin embargo, el ministro ha alertado que otros tesoros arqueológicos pompeyanos podrían correr la misma suerte que la Casa del Gladiador si no se los somete de inmediato a trabajos de restauración.
El edificio de 40 metros cuadrados era utilizado por gladiadores para entrenar antes de acudir a la lucha en un anfiteatro cercano.
Los primeros informes indicaban que el edificio colapsó debido a filtraciones de agua causadas por las fuertes lluvias que caen en la zona.
El presidente italiano, Giorgio Napolitano, se refirió al incidente como "una desgracia para Italia".
Los críticos denunciaron la mala conservación del patrimonio italiano y lo atribuyeron a los recortes de fondos introducidos por el gobierno de Silvio Berlusconi.
"Si supiese con certeza que fui responsable de lo ocurrido (en Pompeya) renunciaría", ha decladadp Bondi durante una visita al lugar.
Pompeya, situada junto a la ciudad de Nápoles, fue destruida en el año 79 a.C. por una erupción del volcán del monte Vesuvio que mató a miles de personas y enterró la ciudad seis metros bajo la ceniza volcánica.
Mohamed VI reivindica parte del Sáhara Occidental al este del muro militar marroquí
El conflicto del Sáhara Occidental envejece lustro tras lustro. Hoy se cumplen 35 años desde que Hassan II liderara la denominada Marcha Verde, formada por más de 300.000 mujeres, hombres y niños marroquíes que entraron en el Sáhara Occidental que se anexionó Marruecos cuando España abandonó a la que fuera su colonia.
Un aniversario que llega dos días antes de que el reino alauí y el Frente Polisario retomen en Naciones Unidas (ONU) las conversaciones informales para fijar una nueva ronda de negociaciones para tratar de alcanzar una solución para este dossier.
En el discurso que el monarca Mohamed VI ha dirigido esta tarde a la nación para conmemorar la efeméride ha aseverado que Marruecos "no permitirá ninguna violación o puesta en duda de la marroquinidad" de la zona del Sáhara Occidental que se encuentra al este del muro militar marroquí –de más de 2.700 kilómetros-, área con presencia militar del Frente Polisario.
En su alocución de ocho minutos ha añadido que tampoco permitirá "intentos provocativos de imponer un hecho consumado o cambio del statu quo". Y ha destacado que "Marruecos, que ejerce su soberanía sobre la totalidad de sus territorios, asume sus responsabilidades legales internacionales, sin confusiones ni ambigüedades".
El monarca, además, señaló a los adversarios de Marruecos -Argelia y el Frente Polisario- "de modo claro y transparente" como "responsables del bloqueo del proceso de negociaciones, obstinándose en su inmovilismo, terquedad y división, en vez de sumarse a la dinámica, el diálogo y la concordia".
El reino alauí propone en Naciones Unidas un plan de autonomía para el Sáhara Occidental, que el Polisario rechaza de plano al defender un referéndum de autodeterminación para el que pueblo saharaui elija libremente su destino.
El rey de Marruecos se refirió también a los saharauis que han regresado "a pesar de las coacciones del bloqueo que se les ha impuesto" a la "madre patria" desde los campamentos de refugiados de Tinduf en Argelia (cerca de 2.000 en 2010).
En el discurso no se hizo ninguna referencia explícita al campamento de protesta saharaui de 'Gdeim Izik' que se ha levantado a 15 kilómetros de El Aaiún, capital administrativa del Sáhara Occidental, que las autoridades marroquíes –según fuentes oficiales consultadas- esperaban desmantelar antes de la celebración de la Marcha Verde.
En el acantonamiento la mayor parte de los 25.000 saharauis que habitan sus 7.500 jaimas han seguido atentamente a través de transistores el discurso real, según informadores que se encuentran dentro de 'Gdeim Izik'. Las reivindicaciones de su comité negociador son socioeconómicas, aunque muchos de los saharauis del campamento asumen también un discurso político y defienden la autodeterminación del pueblo saharaui.
En su alocución del año pasado, Mohamed VI aseguró que el reino alauí no está dispuesto a "renunciar ni a un grano de arena" del Sáhara Occidental.
Se dirige a la nación con motivo del 35 aniversario de la Marcha Verde
Mohamed VI ha asegurado que 'no permitirá cambios del statu quo'
Ha señalado a Argelia y el Frente Polisario como los responsables del bloqueo
Un aniversario que llega dos días antes de que el reino alauí y el Frente Polisario retomen en Naciones Unidas (ONU) las conversaciones informales para fijar una nueva ronda de negociaciones para tratar de alcanzar una solución para este dossier.
En el discurso que el monarca Mohamed VI ha dirigido esta tarde a la nación para conmemorar la efeméride ha aseverado que Marruecos "no permitirá ninguna violación o puesta en duda de la marroquinidad" de la zona del Sáhara Occidental que se encuentra al este del muro militar marroquí –de más de 2.700 kilómetros-, área con presencia militar del Frente Polisario.
En su alocución de ocho minutos ha añadido que tampoco permitirá "intentos provocativos de imponer un hecho consumado o cambio del statu quo". Y ha destacado que "Marruecos, que ejerce su soberanía sobre la totalidad de sus territorios, asume sus responsabilidades legales internacionales, sin confusiones ni ambigüedades".
El monarca, además, señaló a los adversarios de Marruecos -Argelia y el Frente Polisario- "de modo claro y transparente" como "responsables del bloqueo del proceso de negociaciones, obstinándose en su inmovilismo, terquedad y división, en vez de sumarse a la dinámica, el diálogo y la concordia".
El reino alauí propone en Naciones Unidas un plan de autonomía para el Sáhara Occidental, que el Polisario rechaza de plano al defender un referéndum de autodeterminación para el que pueblo saharaui elija libremente su destino.
El rey de Marruecos se refirió también a los saharauis que han regresado "a pesar de las coacciones del bloqueo que se les ha impuesto" a la "madre patria" desde los campamentos de refugiados de Tinduf en Argelia (cerca de 2.000 en 2010).
En el discurso no se hizo ninguna referencia explícita al campamento de protesta saharaui de 'Gdeim Izik' que se ha levantado a 15 kilómetros de El Aaiún, capital administrativa del Sáhara Occidental, que las autoridades marroquíes –según fuentes oficiales consultadas- esperaban desmantelar antes de la celebración de la Marcha Verde.
En el acantonamiento la mayor parte de los 25.000 saharauis que habitan sus 7.500 jaimas han seguido atentamente a través de transistores el discurso real, según informadores que se encuentran dentro de 'Gdeim Izik'. Las reivindicaciones de su comité negociador son socioeconómicas, aunque muchos de los saharauis del campamento asumen también un discurso político y defienden la autodeterminación del pueblo saharaui.
En su alocución del año pasado, Mohamed VI aseguró que el reino alauí no está dispuesto a "renunciar ni a un grano de arena" del Sáhara Occidental.
Se dirige a la nación con motivo del 35 aniversario de la Marcha Verde
Mohamed VI ha asegurado que 'no permitirá cambios del statu quo'
Ha señalado a Argelia y el Frente Polisario como los responsables del bloqueo
La podredumbre de la familia burguesa
Agustí Vila estrena La mosquitera, una de las sorpresas de la temporada y ganadora de Karlovy Vary .
"Cuando llegué a Karlovy Vary, el programador me felicitó porque había hecho un filme que no era para festivales". Agustí Vila (Barcelona, 1961) se ríe con la anécdota. El cineasta -director de un banco en el parque y del documental 3055 Jean León- estrena hoy La mosquitera, ganadora este verano del festival de Karlovy Vary, uno de los grandes certámenes mundiales, y de un puñado más de premios, entre ellos en el festival de Montpellier, o la Espiga de Plata de la Seminci de Valladolid, donde además Emma Suárez obtuvo el galardón a la mejor actriz. "Es curioso, porque este reguero de premios empezó en Europa del Este y ahora estamos llegando a Occidente. Depende de cada país, el público se ríe o no.
Kiarostami y Cohan comparten la Espiga de Oro de la Seminci
Marcos Franz y Emma Suárez, en La mosquitera.-
La noticia en otros webs
•webs en español
•en otros idiomas
En Karlovy Vary se partía, en Lituania ni sonreían". Vila defiende que La mosquitera es una comedia, es decir, que su familia nuclear (padre, Eduard Fernández; madre, Emma Suárez; hijo adolescente y perros y gatos) atrapada en una vida irreal y que cae en un estado de devastación, ¿es divertida? "Acepto que mi mirada puede parecer devastadora, porque esta familia -y los familiares que les rodean- no aceptan la parte trágica de la vida. Viven de prestado, no viven una existencia real por miedo. Pero muchos de esos errores vitales nacen de malentendidos y de ahí nace su parte de comedia: algunos de los momentos cómicos en el cine surgen de negar la evidencia, como les ocurre a los protagonistas de mi filme". El padre trata a su criada como una prostituta aunque no quiere que sea así, la madre se enrolla con un adolescente que no entiende lo que pasa, su hermana educa a su hija, una niña confusa, como si fuera una adulta...
La mosquitera juega con una estructura circular: feliz-infeliz-falsamente feliz. "Así damos una posibilidad de escape al público". Y ese respiro que nace del despiste de los protagonistas surge en muchos casos de las caras de inocencia de Suárez y Fernández, que van chocando con la vida: "Es fascinante esa parte teatral. Son personajes perdidos y por eso era muy necesario que mantuvieran esa mirada de absoluta inocencia, que aparece aún más en las situaciones a las que llegan a límites tremendos".
Como referentes, Viridiana o Nazarín, de Buñuel, "o incluso, fuera del cine, El idiota, de Dostoievski: nadie quiere hacer daño a nadie".
Al final, queda un regusto amargo y la sensación de haber visto una gran película, que esconde una referencia al debut de Vila: el banco en el parque de la secuencia de los adolescentes. "Fuimos al mismo sitio y habían quitado el banco, así que pusimos uno nuevo".
Y detrás de las cámras, una frase de la que Vila se arrepiente. El personaje de Geraldine Chaplin, la madre de Eduard Fernández, es mudo: "Y yo le dije que era curioso que su padre empezó en el cine mudo y ella acababa su carrera con otro mudo. Tal cual lo dije, me di cuenta de la barbaridad que había soltado.
Se lo tomó de buen humor y por suerte después de La mosquitera ya está rodando otro filme. Geraldine aporta cosas constantemente y muchos de sus gestos nacieron de su cosecha. Me gusta su rostro -ella dice que como no se ha operado ahora le llaman mucho para hacer de abuela- rugoso, al estilo Samuel Beckett, lleno de vida".
Un contraste con lo que cuenta La mosquitera.
"Cuando llegué a Karlovy Vary, el programador me felicitó porque había hecho un filme que no era para festivales". Agustí Vila (Barcelona, 1961) se ríe con la anécdota. El cineasta -director de un banco en el parque y del documental 3055 Jean León- estrena hoy La mosquitera, ganadora este verano del festival de Karlovy Vary, uno de los grandes certámenes mundiales, y de un puñado más de premios, entre ellos en el festival de Montpellier, o la Espiga de Plata de la Seminci de Valladolid, donde además Emma Suárez obtuvo el galardón a la mejor actriz. "Es curioso, porque este reguero de premios empezó en Europa del Este y ahora estamos llegando a Occidente. Depende de cada país, el público se ríe o no.
Kiarostami y Cohan comparten la Espiga de Oro de la Seminci
Marcos Franz y Emma Suárez, en La mosquitera.-
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En Karlovy Vary se partía, en Lituania ni sonreían". Vila defiende que La mosquitera es una comedia, es decir, que su familia nuclear (padre, Eduard Fernández; madre, Emma Suárez; hijo adolescente y perros y gatos) atrapada en una vida irreal y que cae en un estado de devastación, ¿es divertida? "Acepto que mi mirada puede parecer devastadora, porque esta familia -y los familiares que les rodean- no aceptan la parte trágica de la vida. Viven de prestado, no viven una existencia real por miedo. Pero muchos de esos errores vitales nacen de malentendidos y de ahí nace su parte de comedia: algunos de los momentos cómicos en el cine surgen de negar la evidencia, como les ocurre a los protagonistas de mi filme". El padre trata a su criada como una prostituta aunque no quiere que sea así, la madre se enrolla con un adolescente que no entiende lo que pasa, su hermana educa a su hija, una niña confusa, como si fuera una adulta...
La mosquitera juega con una estructura circular: feliz-infeliz-falsamente feliz. "Así damos una posibilidad de escape al público". Y ese respiro que nace del despiste de los protagonistas surge en muchos casos de las caras de inocencia de Suárez y Fernández, que van chocando con la vida: "Es fascinante esa parte teatral. Son personajes perdidos y por eso era muy necesario que mantuvieran esa mirada de absoluta inocencia, que aparece aún más en las situaciones a las que llegan a límites tremendos".
Como referentes, Viridiana o Nazarín, de Buñuel, "o incluso, fuera del cine, El idiota, de Dostoievski: nadie quiere hacer daño a nadie".
Al final, queda un regusto amargo y la sensación de haber visto una gran película, que esconde una referencia al debut de Vila: el banco en el parque de la secuencia de los adolescentes. "Fuimos al mismo sitio y habían quitado el banco, así que pusimos uno nuevo".
Y detrás de las cámras, una frase de la que Vila se arrepiente. El personaje de Geraldine Chaplin, la madre de Eduard Fernández, es mudo: "Y yo le dije que era curioso que su padre empezó en el cine mudo y ella acababa su carrera con otro mudo. Tal cual lo dije, me di cuenta de la barbaridad que había soltado.
Se lo tomó de buen humor y por suerte después de La mosquitera ya está rodando otro filme. Geraldine aporta cosas constantemente y muchos de sus gestos nacieron de su cosecha. Me gusta su rostro -ella dice que como no se ha operado ahora le llaman mucho para hacer de abuela- rugoso, al estilo Samuel Beckett, lleno de vida".
Un contraste con lo que cuenta La mosquitera.
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