Luna Miguel (Madrid, 1990). Se trasladó en 1996 a Almería. En 2003 fue antologada en la segunda edición de El Jaiku en España. Entre 2004 y 2005 trabajó para ACL Radio donde realizó entrevistas a diferentes artistas, entre ellos Kepa Murua, Luis Alberto de Cuenca y Javier Roz. Sus poemas han aparecido en revistas como Espacio Luke, Los Noveles o Salamandria.
Ha publicado las plaquettes El grito (Pliegos Chichimeca, 2006) y Menú de sombras (La candela, 2006). Como ilustradora ha participado en la portada del libro Tiempos extraños para ti (Ed. Literalia) y en la portada de La Bolsa de Pipas nº 64. Es directora del blog de literatura y arte El bote de colón y redactora del fanzine Espejos y espejismos.
Cursó el año escolar 06-07 en el Lycée Masséna de Niza, allí sus poemas han sido traducidos al francés y ha terminado su primer poemario. Escribe un blog que actualiza día a día con fotografías y textos. www.lunamiguel.blogspot.com
Luna Miguel es co-autora del libro Exhumación editado por Alpha
19 oct 2010
Poemas de Luna Miguel
4. si jeune
tan joven
y ya he perdido
media lengua
ahora sólo
espero
el día de nuestro
reencuentro
5. la maladie
pronuncias la epidemia
y un hombre muere
pronuncias el silencio
que nos queda
6. paroles
no son poemas,
lo que lees son mentiras
LUNA MIGUEL
Por Luna Miguel
La joven Luna Miguel nos presenta algunos de sus poemas acompañadas de fotografías también de su autoría.
SíNTOMAS
me muero y sin embargo viviré
EDGAR ALLAN POE
1. hypocondriaque
garganta vacía, blando, duro, cabeza.
garganta seca, fiebre, sueño, tripa,
tengo todos los síntomas, sueño todas
las enfermedades, sangre, frío, azúcar.
no estoy enamorada.
2. doucement
así esperas
las cosas lentas
de nuestra ciudad
mientras
dejaré que el viento
muerda mis manos
3. gorge coupée
sin que nada doliera
los dioses
decidieron cortarnos
la garganta
ERES UN BUEN MOMENTO PARA MORIRME. Félix Francisco Casanova
ERES UN BUEN MOMENTO PARA MORIRME. Félix Francisco Casanova
a María José
Poema incluido en el libro La memoria olvidada (Hiperión; Madrid, 1990).
De Félix Francisco Casanova (Santa Cruz de la Palma, 28-9-1956; Santa Cruz de Tenerife, 14-1-1976) han dicho que fue un Arthur Rimbaud o Lautréamont español. Tal y como señala Francisco Javier Irazoki uno de los poetas más empeñados en rescatar la obra de este canario (un mito en las islas, donde hasta hay un premio juvenil que lleva su nombre, y un desconocido fuera de ellas), aunque Casanova murió a los 19 años (oficialmente, su muerte se debió a un escape de gas mientras se bañaba en su casa), nos dejó una obra de sorprendente madurez. Hijo del poeta Félix Casanova de Ayala, con quien escribió el libro Cuello de botella, a los diecisiete años obtuvo, por su libro El invernadero, el premio “Julio Tovar”, considerado entonces el principal de los galardones de poesía en Canarias. Un año después, ganó el premio “Pérez Armas” con la novela El don de Vorace. Un mes antes de morir, su poemario Una maleta llena de hojas sería premiado por el periódico “La Tarde”. Es autor de un diario que se titula Yo hubiera o hubiese amado. La editorial Hiperión publicó, en 1990, la poesía completa de Félix Francisco Casanova: La memoria olvidada (Poesía 1973-1976). En Hank Over nos lo hemos encontrado enredando, buceando en blogs como En busca de otras Itacas o La nave de los locos, y ha sido -al menos para mí, que no lo conocía- uno de esos descubrimientos deslumbrantes, que invito a compartir, con más datos, poemas, noticias. P.
a María José
Amaneciendo y anocheciendo
a un mismo tiempo,
cariño, ¿no es ésta la forma
en que te gustaría vivir?
En mi cabeza hay un álbum
de fotos amarillentas
y lo voy completando con mis ojos,
con los más leves ruidos,
atrapando olores en el aire
y en cada sueño que sueño.
¿Sabes una cosa, pequeña?
La última página de mi álbum
tiene tu boca lluviosa mordiéndome un labio,
un disco de rock’n’roll
y calcetines de colores.
Mis ojos han sido rápidos,
te he hecho el amor con la ropa puesta
a través de una
larga pajita dorada
mientras cruzabas la calle
con el cabello ardiendo.
Pero ahora son tus pies
quienes dan mis pasos,
¡así que no te equivoques
pues me caería!
Te bebo en cada vaso de agua
que sacia mi sed,
mis palabras son claras como niños pequeños
o espesas como semen empapando cortinas,
pero hoy tengo que inventar
un nuevo idioma
para conversar con tus tiernos maullidos eléctricos
y los gritos de euforia
de la gente que vive en tu cabeza.
Debes saber que a veces
soy como un entierro interminable,
siempre triste y azul
subiendo y bajando
por la misma calle.
Pero otras veces soy un río de risa
corriéndome por toda la ribera,
haciendo el amor a la mar,
una felicidad contagiosa,
un revólver de amor, nena,
y voy a disparar justo a tu corazón
¡bang, bang!
¿te di?
Quiero arrollarte, enrollarte y arrullarte,
montaña de aguardiente
y tarde rojiza.
Eres un buen momento para morirme.
Poema incluido en el libro La memoria olvidada (Hiperión; Madrid, 1990).
De Félix Francisco Casanova (Santa Cruz de la Palma, 28-9-1956; Santa Cruz de Tenerife, 14-1-1976) han dicho que fue un Arthur Rimbaud o Lautréamont español. Tal y como señala Francisco Javier Irazoki uno de los poetas más empeñados en rescatar la obra de este canario (un mito en las islas, donde hasta hay un premio juvenil que lleva su nombre, y un desconocido fuera de ellas), aunque Casanova murió a los 19 años (oficialmente, su muerte se debió a un escape de gas mientras se bañaba en su casa), nos dejó una obra de sorprendente madurez. Hijo del poeta Félix Casanova de Ayala, con quien escribió el libro Cuello de botella, a los diecisiete años obtuvo, por su libro El invernadero, el premio “Julio Tovar”, considerado entonces el principal de los galardones de poesía en Canarias. Un año después, ganó el premio “Pérez Armas” con la novela El don de Vorace. Un mes antes de morir, su poemario Una maleta llena de hojas sería premiado por el periódico “La Tarde”. Es autor de un diario que se titula Yo hubiera o hubiese amado. La editorial Hiperión publicó, en 1990, la poesía completa de Félix Francisco Casanova: La memoria olvidada (Poesía 1973-1976). En Hank Over nos lo hemos encontrado enredando, buceando en blogs como En busca de otras Itacas o La nave de los locos, y ha sido -al menos para mí, que no lo conocía- uno de esos descubrimientos deslumbrantes, que invito a compartir, con más datos, poemas, noticias. P.
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