8 oct 2010
Mario Vargas Llosa. Premio Nobel de Literatura.
Todo el mundo habla sin parar por el Nobel de Vargas Llosa, como si fuera un español, ya he dicho que a mi no me da ninguna alegría porque a partir de los 80 salvo la fiesta del Chivo sus obras que me he leído todas, pero algunas se me caían de las manos, se volvió pesado y reiterativo, seguramente no salir como Presidente de su País, ssus lios amorosos le dispersaban la atención y no hacía vida de escritor sino era un personaje de si mismo, cuidando de seducir por su atractivo físico porque a las señoras que a él le gustaban , no las podía seducir por su obra y conversaciones no en la Catedral precisamente. Sobre su ruptura amistosa de García Márquez leo hoy que eso se lo deja a sus biográfos y para dar una pista se trata de seducir señoras para variar, ellos guardaban una gran amistad y no discutieron precisamente por ideales. Entonces no, ahora todo se acumula y no sé si garcía Márquez esté contento o le de igual. Recuerdo la entrega de García Márquez de su Nobel, llevaba una guayabera Colombiana, nada de smokins ni trajes especiales, su indumentaria era la de gala de su País, ¿Irá Vargas Llosa con su sombrero peruano y la flauta de cañas tocando un joropo? Se admiten apuestas.
Lo que hay DAVID TRUEBA
Nada más inoportuno que pararse a analizar las razones por las que afloran los telefilmes sobre personajes reales. La primera, no lo duden, es porque tienen subvención. Pueden incorporarse a la partida de audiovisual comunitario que han de cumplir por ley las cadenas, siempre y cuando no superen los dos episodios.
Y allá están plantados en los dos episodios. Si se subvencionara pintar de rosa a las cucarachas, asistiríamos al nuevo oficio de artista cucarachero, así de flexible es el mercado.
Se eligen personajes reales, habituales del corazón, porque de manera sencilla podemos ocupar la ficción también con el cotilleo.
Si pusiéramos todos estos telefilmes juntos certificaríamos que estamos asistiendo a la ambiciosa adaptación cinematográfica de la revista ¡Hola! Si se han adaptado novelas y obras de teatro, por qué no se podrían adaptar los seriales hagiográficos que en nuestra infancia publicaba el Lecturas.
Y además mantener el mismo tono, marca del género, respetuoso, amigable, pero siempre con la puntita de morbillo curioso.
Es obvio que si uno quiere poner en imágenes el entrañable noviazgo de Felipe y Letizia, es mejor acudir a la amabilidad del cuché que a la serialización burra que hizo la revista El Jueves y que combinaba la zafiedad de la vida real con el respeto humanizador que la sátira otorga a sus personajes parodiados.
Se anuncian sin parar nuevos asaltos a estos héroes de la aventura en la fama, algunos bordean la vida de santos, o incluso se anuncia un biopic de Mario Conde escrito por Mario Conde, consuelo mientras llega el día en que pueda reescribir los telediarios.
La elección de estos modelos audiovisuales responde más a urgencias de contabilidad, retos de audiencia, que a la búsqueda de dejar para la posteridad una memoria histórica. Es una lástima que no prosperaran otros modelos más rigurosos y exigentes. Hace poco volví a ver la miniserie que Peter Watkins rodó en 1973 sobre el pintor noruego Edvard Munch.
Elegir un maestro del arte, con una biografía compleja de angustias y vaivenes psicológicos, en enfrentamiento sangriento contra los gustos académicos de la época, dotaban a Munch de categoría y trascendencia.
Era un modelo de relato televisivo que de haber triunfado nos habría hecho, si no mejores, un poco más inteligentes.
Y allá están plantados en los dos episodios. Si se subvencionara pintar de rosa a las cucarachas, asistiríamos al nuevo oficio de artista cucarachero, así de flexible es el mercado.
Se eligen personajes reales, habituales del corazón, porque de manera sencilla podemos ocupar la ficción también con el cotilleo.
Si pusiéramos todos estos telefilmes juntos certificaríamos que estamos asistiendo a la ambiciosa adaptación cinematográfica de la revista ¡Hola! Si se han adaptado novelas y obras de teatro, por qué no se podrían adaptar los seriales hagiográficos que en nuestra infancia publicaba el Lecturas.
Y además mantener el mismo tono, marca del género, respetuoso, amigable, pero siempre con la puntita de morbillo curioso.
Es obvio que si uno quiere poner en imágenes el entrañable noviazgo de Felipe y Letizia, es mejor acudir a la amabilidad del cuché que a la serialización burra que hizo la revista El Jueves y que combinaba la zafiedad de la vida real con el respeto humanizador que la sátira otorga a sus personajes parodiados.
Se anuncian sin parar nuevos asaltos a estos héroes de la aventura en la fama, algunos bordean la vida de santos, o incluso se anuncia un biopic de Mario Conde escrito por Mario Conde, consuelo mientras llega el día en que pueda reescribir los telediarios.
La elección de estos modelos audiovisuales responde más a urgencias de contabilidad, retos de audiencia, que a la búsqueda de dejar para la posteridad una memoria histórica. Es una lástima que no prosperaran otros modelos más rigurosos y exigentes. Hace poco volví a ver la miniserie que Peter Watkins rodó en 1973 sobre el pintor noruego Edvard Munch.
Elegir un maestro del arte, con una biografía compleja de angustias y vaivenes psicológicos, en enfrentamiento sangriento contra los gustos académicos de la época, dotaban a Munch de categoría y trascendencia.
Era un modelo de relato televisivo que de haber triunfado nos habría hecho, si no mejores, un poco más inteligentes.
De batería de la Velvet a líder del Tea Party
Dicen que los conversos son siempre los más radicales a la hora de elegir nueva piel. Solo bajo esa premisa puede entenderse que alguien que hace más de 40 años vivía sumergido en la contracultura -experimentos con ácidos lisérgicos incluidos- pueda hoy sumarse a las enfervorecidas filas del ultraderechista Tea Party.
Los expertos musicales de entre los especialistas dentro de la blogosfera han tenido una semana de periodismo de investigación. ¿Esa señora mayor, con la cara surcada de arrugas, enfadada con el mundo y su decadencia impositiva, es Maureen Moe Tucker? Alguien reconoció en Tucker a quien en 1966 respondía al nombre de Moe y tocaba hasta la extenuación la batería en el grupo The Velvet Underground, comandado por Lou Reed y John Cale, y bajo la dirección de Andy Warhol.
El medio digital The Huffington Post lo confirmaba ayer tras realizar una llamada a la casa de Tucker en Georgia. "Sí, soy yo". Pero no hubo más comentarios. En un vídeo de tres minutos de una cadena local, Tucker regresa a la fama en 2010 exigiendo a la Administración demócrata que deje el poder y a los ciudadanos sensatos que envíen bolsitas de té a la Casa Blanca a la atención del rey Obama. "Estoy convencida que el plan de Obama es destruir América desde dentro. Es la única explicación razonable para sus acciones o falta de ellas".
Desde comienzos de los ochenta y ya alejada de los escenarios underground -a los que llegó tras abandonar su profesión de perforadora de datos en IBM-, Tucker reside en Douglas (Georgia). Allí ha sacado adelante una familia de cinco hijos y trabajado en la cadena de almacenes Wal-Mart, epítome del capitalismo norteamericano. La música por la que Tucker se mueve hoy es muy diferente a las líricas provocativas y nihilistas que se escuchaban en el Factory de Warhol en los sesenta.
Los expertos musicales de entre los especialistas dentro de la blogosfera han tenido una semana de periodismo de investigación. ¿Esa señora mayor, con la cara surcada de arrugas, enfadada con el mundo y su decadencia impositiva, es Maureen Moe Tucker? Alguien reconoció en Tucker a quien en 1966 respondía al nombre de Moe y tocaba hasta la extenuación la batería en el grupo The Velvet Underground, comandado por Lou Reed y John Cale, y bajo la dirección de Andy Warhol.
El medio digital The Huffington Post lo confirmaba ayer tras realizar una llamada a la casa de Tucker en Georgia. "Sí, soy yo". Pero no hubo más comentarios. En un vídeo de tres minutos de una cadena local, Tucker regresa a la fama en 2010 exigiendo a la Administración demócrata que deje el poder y a los ciudadanos sensatos que envíen bolsitas de té a la Casa Blanca a la atención del rey Obama. "Estoy convencida que el plan de Obama es destruir América desde dentro. Es la única explicación razonable para sus acciones o falta de ellas".
Desde comienzos de los ochenta y ya alejada de los escenarios underground -a los que llegó tras abandonar su profesión de perforadora de datos en IBM-, Tucker reside en Douglas (Georgia). Allí ha sacado adelante una familia de cinco hijos y trabajado en la cadena de almacenes Wal-Mart, epítome del capitalismo norteamericano. La música por la que Tucker se mueve hoy es muy diferente a las líricas provocativas y nihilistas que se escuchaban en el Factory de Warhol en los sesenta.
7 oct 2010
Premio Nobel de Literatura es .......Para Mario Vargas Llosa
Mario Vargas Llosa lleva esperando ese premio cerca de 30 años, para su disgusto esos son los años que hace que se lo dieron a García Márquez y así iban saliendo y él hombre ambicioso perdia ya la esperanza. A mi me gusta el Vargas Llosa que leí cuando descubrí la Literatura Latinoamericana y me gustaron mucho sus novelas, la casa verde, conversaciones en la Catedral, etc etc, pero cuando le entró la veleidad política de ser Presidente de Perú por un partido de centro derecha, y al ver que no iba a ganar se retiró. Creo que eso salvó a M. Boyer de intentar otro suicidio.
Siguen sus veleidades y eso toca a su escritura ya no vuelve a ser el de antes, solo me volvió a gustar cuando escribió la Fiesta del Chivo, pero ahi me quedé, no me interesa ni llena su lectura. Tuvo un litigio con su tia Julia porque la Historia de la Tia Julia y el escribidor es real y como se caso con la hija de su tia , es decir con su prima, y dejó colgada a la tia que había vivido con él pues quería tb su parte en el reparto.
No es un hombre bueno ni ético creo yo. Una vez se pegaron él y García Márquez porque Jorge Mario Vargas quiso ligarse a la mujer de Gabriel Garcia, eso se silencia, es todo un seductor tipo wody Allen, es decir que las mata callando y la gente alaba su obra, igual yo soy la única que no me alegre o me deja indiferente que le den el Nobel.
Siguen sus veleidades y eso toca a su escritura ya no vuelve a ser el de antes, solo me volvió a gustar cuando escribió la Fiesta del Chivo, pero ahi me quedé, no me interesa ni llena su lectura. Tuvo un litigio con su tia Julia porque la Historia de la Tia Julia y el escribidor es real y como se caso con la hija de su tia , es decir con su prima, y dejó colgada a la tia que había vivido con él pues quería tb su parte en el reparto.
No es un hombre bueno ni ético creo yo. Una vez se pegaron él y García Márquez porque Jorge Mario Vargas quiso ligarse a la mujer de Gabriel Garcia, eso se silencia, es todo un seductor tipo wody Allen, es decir que las mata callando y la gente alaba su obra, igual yo soy la única que no me alegre o me deja indiferente que le den el Nobel.
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