Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 ago 2010

El blog más desgarrador


La hija, menor de edad, del matrimonio madrileño brutalmente asesinado en abril en Arcila (Marruecos) narra lo que ha supuesto para ella la pérdida de sus padres .
Es probablemente el blog más desgarrador de cuantos se escriben en Internet .
La autora de "Una vida perra" es Candela Molina, madrileña, de 17 años, que se presenta a sí misma como la "hija de Emilio y Pilar asesinados en Marruecos el 16 de abril de 2010 ". Y el blog lo escribe para decirles cuanto los echa de menos, expresar su inmenso dolor y contar también su lucha por salir adelante.

Un delincuente roba y mata a dos madrileños en su casa de Marruecos
Un crimen con muchas sombras

"Ellos viven en mis sueños, pero despierto con el desengaño de que en realidad no están aquí aunque pienso que si es la única manera de verlos seguiré soñando", escribe Candela.
"En mis sueños ellos me hablan, ríen, lloran y están vivos, y yo sólo puedo conformarme con que vivan en mis sueños porque en realidad no están vivos". "Además de soñar también me los imagino cuando estoy despierta y no sé si esto es un brote de locura, pero sí lo es prefiero enloquecer a no volver a verles".

Emilio Molina, de 50 años, y Pilar Gutiérrez, de 49, fueron brutalmente asesinados -él fue degollado y ella acuchillada- en la madrugada del 16 de abril por Tareq Hauari, de 26 años, en su casa del casco antiguo de Arcila, a unos 40 kilómetros de Tánger. Candela, que había pasado unos días en esa vivienda con un par de amigas, se encontraba ya de vuelta en Madrid.

El asesino, que tenía antecedentes penales y que años atrás había sido expulsado de España por estar en situación irregular, les robó dinero, sus pasaportes y las llaves de su coche con el que huyó. En el mismo Arcila chocó con un camión y fue detenido por la policía a la que opuso resistencia.

Juzgado por el tribunal penal de Tánger, Hauari confesó el crimen y fue condenado a muerte el 14 de julio por asesinato en primer grado con premeditación, robo agravado y agresión a agentes de la autoridad. No será ejecutado porque en Marruecos ningún condenado a muerte lo ha sido desde 1993. También deberá indemnizar a la familia de las víctimas con un millón de dírhams (90.000 euros), una cantidad que no posee.

Pese a la rapidez con la que se ha celebrado el juicio, el abogado de los familiares de las víctimas, Karim Chaudi, ha recurrido la sentencia. "Consideramos que no se ha investigado lo suficiente", declara Cecilia Molina, hermana del difunto. "Es posible que el asesino contara con complicidades o inductores que deben aflorar", añade.

Iniciado a finales de la primavera, el blog de Candela tiene aún pocas entradas, algunas de ellas se españoles residentes en Marruecos, como el arzobispo de Tánger, monseñor Santiago Agrelo, que tratan de darle algún consuelo.

Debate en la red

Debate en la red

Las primeras noticias aparecidas en la web sobre la exposición académica de Linares dio pie a un encendido debate en la Red esta mañana, polémica incluida. Tan es así, que el ejecutivo se ha visto en la obligación de puntualizar sus afirmaciones. "Telefónica va a seguir utilizando las tarifa plana, lo único que nos preocupa es el uso ilimitado que hacen algunos clientes de ellas", ha querido dejar claro a un grupo de periodistas.

El segundo ejecutivo de Telefónica ha insistido en que la empresa ya tiene en su catálogo en otros países tarifas adecuadas al perfil del consumidor. De hecho, en el Reino Unido, O2, la filial de la compañía española, acaba de eliminar una tarifa plana ilimitada, incluyendo en el contrato el número de megabytes máximo que el usuario puede descargar al mes. La situación es muy distinta en España, donde sólo existen tarifas planas en puridad en la banda ancha fija, puesto que en el móvil se reduce la velocidad a partir de un cierto volumen de descargas al mes.

Respecto al otro gran debate, Linares cree que ya es un logro que se haya abierto el debate sobre estos temas. Por ejemplo, sobre la neutralidad en la Red, Telefónica considera que existe una asimetría creciente e insostenible entre los proveedores de acceso a Internet (ISP) como Telefónica que mantienen las redes tanto fijas como móviles de banda ancha y los agentes de Internet que se aprovechan de esa inversión para vender servicios o cobrar por publicidad sin casi gasto.

Linares ha acusado a estos agentes de generar 15 veces más tráfico que los ISP que lo gestionan, en un escenario en el que el tráfico de datos se ha multiplicado por cinco en cinco años.
Pero mientras Google monetiza sus servicios, las telefónicas no rentabilizan su inversión. Telefónica, ha aclarado Linares, no negocia por ahora ningún acuerdo con ningún proveedor de Internet similar al suscrito entre Verizon y Google para una regulación de la neutralidad en la red.

Por eso, entre otras reivindicaciones, los operadores como Telefónica piden una regulación para los agentes de Internet, "por lo que no tiene sentido es que nosotros estemos sujetos a regulaciones estrictas siendo operadores regionales con una cuota de mercado máximo del 30% y ellos, siendo globales, no", ha asegurado Linares.

Nueva explosión de la telefonía móvil

En otro orden de cosas, el ejecutivo también ha alumbrado una nueva explosión de la telefonía móvil por la conexión máquina a máquina. Ha indicado que el año pasado ya existían 1.000 millones de hogares, 4.600 millones de personas y 1.400 millones de máquinas conectadas y ha estimado que para 2020 esas cifras se incrementarán hasta alcanzar 1.200 millones de hogares, 6.000 millones de personas y 40.000 millones de máquinas conectadas, lo que supone 50.000 millones de dispositivos conectados, un 90% a través de comunicaciones móviles.

"La primera ola de crecimiento fue la de los hogares, donde parece que se ha llegado a una saturación; la segunda vino de la mano de los individuos y los móviles y llegará una tercera ola, la de los dispositivos y las máquinas, con una dimensión mucho mayor que la anterior".

Se veía venir que todo se paga

Telefónica vuelve a la carga en el debate del modelo de Internet. Y lo hace con más fuerza que nunca, poniendo en cuestión los dos ejes que son las bases del actual sistema: la llamada neutralidad en la Red (la no discriminación de ningún contenido ni de ningún proveedor) y la tarifa plana "ilimitada".
La mayor operadora española avisa que si los proveedores de contenidos como Google o Yahoo, aunque no ha mencionado ninguna empresa en concreto, no contribuyen a mantener la red y si no comienzan a diferenciarse las tarifas por tipos de servicios o de usuarios -que paguen más los que más tráfico consumen (descargas, vídeos, streaming, etcétera)- el modelo actual "puede llegar a un punto de quiebra donde los costes superen los ingresos. Y nadie quiere que esto ocurra".

La CMT no ve problema en las tarifas a la medida
Sebastián afirma que es "una opción posible" que las operadoras cobren a Google
¿Quién quiere acabar con la neutralidad en la Red?
Google usará YouTube para alquilar películas

Así de contundente se ha expresado esta mañana Julio Linares, consejero delegado de Telefónica, en la inauguración del XXIV Encuentro de las Telecomunicaciones de la UIMP, que organiza la patronal Aetic, y donde se reúnen cada año los pesos pesados del sector. En su presentación, Linares ha expuesto la inviabilidad de un sistema en el que el tráfico crece exponencialmente a una velocidad que las redes no son capaces de soportar, y en que una mayoría de usuarios subvencionan a unos pocos "intensivos" que realizan descargas de películas o ven vídeos por streaming.

Para evitar el colapso, Telefónica propone "tarifas flexibles y segmentadas" adecuadas al perfil de consumo de cada uno de los abonados, frente al café para todos de las actuales tarifas planas. El debate no es nuevo. Empresas como AT&T ya han eliminado tarifas planas "ilimitadas".
Esta desproporción entre lo que pagan y lo que consumen unos usuarios y otros se ha agrandado aún más en la banda ancha a través de móvil. Así, el 5% de los abonados de móvil consume un 75% del tráfico (la proporción es de 20-80 en el caso de la banda ancha fija). Y la llegada de los smartphone -teléfonos inteligentes- que serán mayoritarios en 2013 no hará sino agravar el problema.

Primavera en el otoño artístico



Coinciden, al comienzo de la temporada artística madrileña, en pleno otoño, con un desfase de un mes, dos grandes exposiciones rotuladas bajo la enseña mediática del impresionismo, un estilo en principio primaveral.
La primera, más lacónica de enunciado, aunque también más contundente, titulada Pasión Renoir, que se exhibirá en el Museo del Prado entre el 19 de octubre y el 6 de febrero; la segunda, rotulada con la sugerente y espectacular convocatoria de Jardines impresionistas, aunque, como veremos, de alcance más en efecto impresionístico que real, que podrá verse entre el 16 de noviembre y el 13 de febrero en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.
Se trata de una feliz coincidencia para mostrarnos cómo se vive paisajísticamente la naturaleza en nuestro atribulado mundo urbano contemporáneo.

Lo único criticable es la ausencia de los maestros españoles del género

Salvando la crisis, los dos museos ofrecen propuestas de indudable interés

Hay un elenco de obras de una cualidad incuestionable

El jardín es un invento antiguo que se remonta a la noche de los tiempos
El Sterling and Francine Clark Art Institute, ubicado en la pequeña y bucólica ciudad universitaria de Williamstown en Massachusetts, es en sí mismo un "jardín dentro de un jardín", si abordamos la localidad en sus periodos primaveral y estival, un típico microcosmos de belleza del patrocinio americano del Este, con sus pujos aristocráticos bien sedimentados y con cierto aire a lo Henry James. Hasta el 17 de octubre -o sea, hasta un par de días antes de la inauguración de la muestra en el Prado-, allí se estará mostrando la exposición del escultor español Juan Muñoz -Juan Muñoz at the Clark- en la que ha intervenido también la española Carmen Giménez y que ubica las piezas dramáticas y expresionistas de Muñoz entre obras de los grandes impresionistas franceses de los que la Clark atesora una porción selectiva muy brillante.
Tan brillante, que se puede permitir ahora prestar 31 obras de Renoir al Prado, un conjunto que es casi la totalidad de lo que atesora este instituto americano del genial pintor francés.

Sensual hasta ribetear lo goloso, pero con un aprendizaje severo de artesano, Pierre Auguste Renoir (1845-1919) fue uno de los pioneros del impresionismo al juntarse, con Monet, Bazille y Sisley, en el taller de Gleyre en 1862.
Aunque quizá el arranque del impresionismo le deba mucho a sus excursiones domingueras en La Grenoullière en 1869, en las riberas del Sena, a un tiro de los arrabales de París, lo cierto es que Renoir no cabe solo en esta adscripción porque compatibilizó el paisaje y el bodegón con otros géneros -el retrato, el desnudo, las escenas de género, etcétera- y porque su técnica alternó sucesivamente las pinceladas cortas y divididas con efectos cromáticos complementarios con la práctica de un diseño lineal severo.
Esta riqueza de registro la podemos apreciar perfectamente en la cuidada selección de la colección Clark que se exhibirá en el Prado con un puntual recuento de la evolución cronológica y temática de un excelente artista.

Jardines impresionistas, cuyo comisariado ha correspondido a Clare Willsdon y que proviene de una cita previa en las Galerías Nacionales de Escocia, de Edimburgo, es un interesante popurrí de pintura occidental sobre jardines del siglo XIX, más o menos orientada hacia la eclosión impresionista entre 1860 y 1880.
Hay obra de medio centenar de pintores de todo el mundo, sobre todo de la segunda mitad del siglo XIX -franceses, italianos, alemanes, belgas, nórdicos y estadounidenses- de muy desigual calidad y proyección, pero centrados todos en la captación del paisaje más característico del mundo contemporáneo, que reinterpreta de forma singular la estética del jardín.
El jardín es un invento antiguo que se remonta, como quien dice, hasta la noche de los tiempos, pero que se singulariza en nuestra época, urbana e industrial, a fuerza de acosar a la naturaleza, bien para domesticarla hasta circundarla en un balcón o una terraza, bien para afrontarla de la manera más silvestre.
Ante tan sugestiva, pero también tan laxa tesitura, casi importa poco la perspectiva ortodoxa de enjuiciamiento de un historiador del arte, porque ante un conjunto tan variopinto de flora, seduce más lo que esta nos aporta como reflejo especular de nuestra sociedad y sus ideales cada vez más nostálgicos.
Aun así hay un elenco de obras de una calidad incuestionable, las cuales, además, nos aportan el testimonio de maestros no por menos populares de calidad desdeñable. En este sentido, al margen de figuras plenamente consagradas, como Delacroix, Corot, Millet, Manet, Monet, Renoir, Pissarro, Sisley, Cézanne, Bonnard o Klimt, hay un conjunto de otros pintores europeos y americanos de enorme interés y que seguramente serán un descubrimiento para el público español.
El único pero que se puede alegar a esta muy amplia cartografía de lo que supuso la pintura del paisaje occidental la segunda mitad del siglo XIX es la ausencia de los más acreditados maestros españoles del género (Fortuny, Regollos o Sorolla), algunos de los cuales triunfaron internacionalmente en aquella época, con lo que tampoco se puede explicar en principio el que hayan sido excluidos.
Lo que resulta verdaderamente positivo para la actividad de nuestros principales museos es que, salvando la dura crisis que nos afecta actualmente, se puedan seguir ofreciendo de manera simultánea propuestas de indudable interés artístico, como estas dos del Prado y el Thyssen-Bornemisza, que nos permiten no solo reencontrarnos con los pioneros del arte moderno, sino que también lo revisan de una forma no convencional, aportando perspectivas monográficas o temáticas.
El otoño madrileño se reviste con las glorias pasadas de la feracidad primaveral que seguramente nos ayudarán a encarar con mejor espíritu el indeclinable invierno.

Es muy probable que desde el punto de vista museológico, la muestra de Renoir tenga un peso específico mayor, pero eso no significa que una revisión aleatoria de la pintura occidental de ese periodo tocando el tema de la interpretación de los jardines podamos considerarla comparativamente como una exposición menor. Ambas convocatorias suscitarán una respuesta pública de envergadura, lo cual tampoco ha de considerarse ni mucho menos como un defecto.