Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

26 jul 2010

Una de Tangos con el Cigala


Un desafío. Un estímulo. Ese disparo de adrenalina que Diego El Cigala parece estar anhelando para ponerse en marcha.
En El cantor de tango, el escritor Tomás Eloy Martínez cuenta cómo un estudiante extranjero viaja a Buenos Aires con el afán de encontrar a un legendario cantante de tango.
Hasta allí se fue El Cigala a grabar su último disco. Y no cualquier cosa: uno de tangos, ante los mismísimos porteños, y en un templo como el teatro Gran Rex de la calle Corrientes. Cigala & Tango, que se puso a la venta en junio con EL PAÍS, despachó la asombrosa cifra de 75.000 ejemplares en una semana.


El sobrino de Rafael Farina se quedó con aquellas canciones que hacen daño

El cantaor flamenco no se dejó la piel, a la espera de plazas que le motiven más
Diego Ramón Jiménez Salazar hizo una entrada a lo grande: traje blanco, camisa negra y zapatos como un espejo, el vaso largo con el refresco de naranja y ron en la mano y una última calada al cigarrillo, antes de abrir con el tango Garganta con arena. Juanjo Domínguez, el primero de los dos invitados argentinos en dejarse ver, le preparó el camino con su guitarra para El día que me quieras, de Gardel y Le Pera. Hace 75 años -el 24 de junio- que el morocho del Abasto murió en un accidente de aviación en Medellín.
Y a este morocho madrileño, nacido en una corrala de la Ribera de Curtidores, se le escucha ahora cantar "acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar".

Tras los boleros y sones -hubo un antes y un después del disco con Bebo Valdés Lágrimas Negras- es hora de tangos. De sus tangos, habría que decir. Al fin y al cabo, el tango, como el flamenco, es lamento del alma. Pena de amor que se desahoga cantando. Durante meses, el sobrino de Rafael Farina se hartó de rastrearlos por YouTube. Y, probando canciones, se quedó, como dice, solo con aquellas que hacen daño. Son esas las que cantó en Cartagena, en el estreno nacional de Cigala & Tango, que tiene previsto presentar mañana en Barcelona (Gran Teatre del Liceu) y el día 31 en Madrid (Escenario Puerta del Ángel).

Nestor Marconi manejó con alma de orquestador un bandoneón conmovedor. Acaricia ese fuelle con el que estuvo en la orquesta de Salgán o acompañó al gran Goyeneche, y por el que Víctor Erice le eligió para rodar la escena del pasodoble en la película El sur y Carlos Saura para participar en Tango.
A propósito de cine, El Cigala pone voz, en el doblaje español, al seductor latino en el que el oso de peluche Lotso convierte al pobre astronauta Buzz en la celebrada Toy story 3.

Marconi y Domínguez flanquearon al madrileño en Niebla de riachuelo, tango de Cadícamo y Cobián que El Cigala grabó con Bebo. ¡Y qué difícil es cantarse Alfonsina y el mar después de Mercedes Sosa! El Cigala evita la trampa de la comparación viajando por otros registros sonoros y emocionales.
Pero nunca dio sensación de dejarse la piel en el envite. Cumplió quizá a la espera de plazas que le motiven más o en las que se sienta más cómodo tras el necesario rodaje del espectáculo. Ya con sus habituales, y más suelto, ofreció el bolero Dos gardenias, recibido con alborozo y puente hacia América que tomaron con muchas ganas los colombianos de La 33. Es la vieja salsa de Nueva York, la de dos trombones y bajo omnipresente, que Willie Colón fue cocinando para Héctor Lavoe o Rubén Blades, y que se convierte en bogotana o de la montaña, como ellos la llaman.
La 33 es una de las agrupaciones -Aterciopelados, Totó la Momposina, Bomba Estéreo...- que han protagonizado esta 16ª edición de La Mar de Músicas, dedicada a Colombia, y que ha tenido una asistencia media a los conciertos de más del 90%. Con momentos para el recuerdo protagonizados por Melody Gardot, Hindi Zahra o la orquesta Poly-Rythmo. La próxima edición ya tiene país protagonista: Ciao, Italia.

Julieta Venegas Limon Y Sal Video

STOP


Cuando me alzan la mano solicitando mi servicio, pocas veces me equivoco sobre la clase de persona que va a entrar en el taxi. Lo que me sorprende realmente es cuando me llevo el "patinazo" para bien o para mal.

De cualquier forma siempre te puede sorprender una persona gratamente, depende de su tiempo y circunstancias.
Muchas veces me han hecho recapacitar, reflexionar sobre lo auténtico y lo maravilloso que es vivir un día más... Pero también provocaron un acelerón para pasar el último semáforo y no soportale ni un minuto más a mi lado. A veces pasa.

Esos cinco o siete minutos que dura una carrera, son especiales. Si te quedas mirando demasiado rato, como sorprendido, es posible que te confundan con un novato. Es muy importante para mí cambiar el chip; comportarme amablemente y estar atento sin descaro, entonces el efecto boomerang se encarga de lo demás.

Hoy acabo de llegar agotado, pero desde por la mañana puedo asegurar que lo mejor ha sido el trato con los clientes. Me dieron los buenos días y no pocos gratificaron mi labor, a pesar de la que está cayendo.

Hace un rato me dijo una clienta que no trabajase demasiado.
Los chicos que dejé en el Paseo se enrrollaron un montón con sus bromas agradables y sanas.

Eso sí,me gustaría no estar tanto pendiente y en tensión, sobre la rentabilidad del día en curso. Pero eso sería pedir demasiado y quizás perdiese disciplina... o nó?

Ser sincero con vosotr@s me diferencia del resto, por si no lo habíais observado.

Y la sinceridad alarga la vida. Lo que yo te diga.

Mi corazón, mi vida, mi sangre enarbolada... "


Mi corazón, mi vida, mi sangre enarbolada,
bajo esta noche hosca, tumbada como un perro,
te busca para siempre, honda huella del llanto,
para estrechar tu alma estremecida y pura
contra este pecho mío tan grande como el mundo.

Quiero tenerte aquí, quiero hundir tu tristeza
con el hacha amorosa de mi ardiente alegría.
Quiero, como una llama, arrancarte la duda
y probar que el dolor nos enseña la herida.
Mi amor no muere nunca, pero renace siempre.
Esta noche se ha alzado con la verdad desnuda
como una espada inmensa cuando sueña en la muerte
aferrándose al puño que conduce su vida.
Tú calmarás mi fiebre, yo beberé en tus manos,
me miraré en tus ojos cuando encontrarme quiera.
De cada día haremos un corto paraíso,
una conquista nueva arrancada al vacío.
Serán cortas las horas, los meses y los años
para tanta hermosura en esta dicha altísima...

Aquí estoy, en la noche, llorando como un niño,
frágil cuerpo de hombre que estremecido espera.

Alrededor de ti crezco como la hierba
junto a la encina clara que le presta su sombra.
Porque en tu sombra habito y para ti me alzo,
corazón, hacia arriba, sangre mía cimera,
en busca de tu tierna delicadeza fresca
que en un talle dulcísimo se me entrega ofrecida.

No quiero más, me basta, se me sosiega el ímpetu.
Como el agua a la mano me ciño a tu presencia
y te mojo la entraña de amor inexpresable.

Quiero vivir amándote, quiero morir contigo,
quiero que nuestras sangres circulen paralelas
asta que nuestros cuerpos se pudran en la tierra.


José Luis Hidalgo.