23 jun 2010
El Burka
El burka
Mujeres con burka
Elisa Rodríguez Court
Reconozco que la prohibición del velo integral en las dependencias públicas, por ahora aprobada en varios municipios de Cataluña, es un tema espinoso. Sin embargo, parece que en el debate nada casa. Los que ejercen directa o indirectamente el maltrato sobre las mujeres musulmanas, defienden, paradójicamente, la libertad de estas en el uso del velo integral. A la vez, reclaman este atuendo por imperativo de su religión. Pegan y maltratan a sus mujeres y, al mismo tiempo, consideran la prohibición del velo integral como un atentado a la libertad de “sus señoras”, en el sentido literal de la palabra: mujeres a las que poseen, humillan, vejan y roban su dignidad. La mejor forma: encerrándolas bajo llave en casa y en el interior de una cárcel portátil, hecha de tela, en la calle.
El velo integral no es un mero pañuelo en la cabeza. Es el burka y el niqab, un vestido igual que el primero pero con los ojos al descubierto. Claro que no es cuestión de debatir hasta dónde se permite a las mujeres taparse. Es plantear cómo se traduce en tela toda la sangre femenina derramada, la violencia, la subyugación, el sufrimiento. Tampoco casa que sean los xenófobos quienes más apoyen la prohibición del velo integral en aras de la libertad.
El velo integral es un iceberg del que se cuenta antes la parte visible que la sumergida. Hasta donde llegan mis planteamientos al respecto defiendo la convivencia de las distintas culturas siempre y cuando no se sostenga sobre la desigualdad sexual. No sé si variaría mi opinión en caso de que algún día los hombres reivindicaran el velo también para ellos. Como primer paso propongo que las mujeres descubran sus rostros y muestren en carne que “lo más profundo es la piel”, tal y como apuntó Paul Valéry.
Es un tema polémico para quien quier polemizar, es un tema muy claro, la anulación de la mujer en una cárcel hecha a medida.
Me asombra que las propias mujeres acepten ver la vida en fragmentos detrás de una red.
No seré conciliadora en esos temas, nos afectan a todos, hombres y mujeres de Oriente y Occidente.
Nadie puede ver la vida a trocitos, es una necesidad de verlo entero.
Tanta lucha para ahora aceptar lo mas indigno ante un ser humano.
La mujer anulada en Oriente y en Occidente donde se ha montado una bronca para que se permita el velo y el Burka. Y ahora volvemos a la Edad Media.
Ausencia
Poema
¿De qué sirve que cantes las torturas
que el afligido corazón no encierra
y que enlutada pintes a la tierra
con moribundo y destemplado son?
Gregorio Gutiérrez González
Tomado del blog de Francisco Arias .
Los dedos del sol atraviesan un césped de rubíes,
acarician tu rostro en medio de lo oscuro...
La barca de la madrugada sonríe una risa de plata
desembarcando ángeles cual algodones leves
para enjugar las esquirlas que hieren tu mirada...
Las inquietas bailarinas de nácar, hielo y fuego
danzan la suite del aleteo de tu boca...
Una bruja entristece el pulmón de la madrugada
y lo convierte en ciego túnel de asfixia...
Mi mano llora la ausencia de tu mano...
Sufren vértigo mis dedos, desnudos de tu piel,
asomados al precipicio de tu ausencia...
Si los dedos del sol atraviesan un césped de rubíes...
Si la barca de la madrugada sonríe con risas de plata...
Si las inquietas bailarinas danzan la suite del aleteo de tus labios...
Si una bruja entristece el pulmón de la madrugada...
Si mis dedos sufren vértigo asomados a tu ausencia...
Es que el universo, el mundo y mis manos
pretendemos jugar el mismo juego:
enlazarnos al vuelo de marfil de tus huellas,
y ser aire del sendero compartido.
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