Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

19 jun 2010

Saramago y María Pagés


Saramago y María Pagés

Ayer fallecía en Lanzarote el escritor José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998. Cuando se va una persona ilustre se tiende a buscar la conexión con el campo en el que cada quien trabaja y a homenajearle, cada quien con su propio lenguaje. Así ocurre hoy.
El Diario de Sevilla recuerda que, en 2008, la bailaora sevillana María Pagés eligió un poema del Nobel portugués (Alzo una rosa) para uno de sus espectáculos, Autorretrato, quizás el más personal de su trayectoria, y estrenarlo en la Bienal de Flamenco de Sevilla de aquel año:

Alzo una rosa, y todo se ilumina
Como no hace la luna ni el sol puede:
Serpiente de luz ardiente y enroscada
O viento de cabellos que se mueve.

Alzo una rosa, y grito a cuantas aves
El cielo colorean de nido y de cantos,
En el suelo golpeo la orden que decide
La unión de los demonios y los santos.

Alzo una rosa, un cuerpo y un destino
Contra la fría noche que se atreve,
Y con savia de rosa y con mi sangre
Perennidad construyo en vida breve.

Alzo una rosa, y dejo, y abandono
Cuanto me duele de penas y de asombros.

Alzo una rosa, sí, y oigo la vida
En este cantar de las aves en mis hombros.

"José los grabó un poco antes en mi casa de Sevilla. Me gustó la sinceridad de su discurso, su voz de hombre mayor. Mi idea era bailar como si estuviera encima del libro de donde salen esas palabras. Es mi coreografía más corta, dura sólo un minuto, pero está llena de contenido y cambió mi carrera ", explica la bailaora a la periodista Charo Ramos.

En Autorretrato interviene el mismo escritor recitando el poema en su versión original, en portugués. Recuerdo que en Sevilla, en 2008, era una voz grabada, aunque según explica la Pagés hoy, en otras ocasiones fue el poeta quien lo recitó en directo. Recuerdo que fue un momento emotivo, la bailaora y la voz desnudos, frente a frente, sobre las tablas. Un homenaje que la Pagés volverá a hacer, ahora si cabe con más emoción y que hará que el escritor, como ocurre siempre con los homenajes, nunca se termine de marchar.

Un Poema , Saramago




Há na memória um rio onde navegam
Os barcos da infância, em arcadas
De ramos inquietos que despregam
Sobre as águas as folhas recurvadas.

Há um bater de remos compassado
No silêncio da lisa madrugada,
Ondas brancas se afastam para o lado
Com o rumor da seda amarrotada.

Há um nascer do sol no sítio exacto,
À hora que mais conta duma vida,
Um acordar dos olhos e do tacto,
Um ansiar de sede inextinguida.

Há um retrato de água e de quebranto
Que do fundo rompeu desta memória,
E tudo quanto é rio abre no canto
Que conta do retrato a velha história. Hay en la memoria un río donde navegan
los barcos de la infancia, por arcadas
de ramas inquietas que despegan
sobre las aguas las hojas curvadas.

Hay un golpear de remos acompasadoHá na memória um rio onde navegam
Os barcos da infância, em arcadas
De ramos inquietos que despregam
Sobre as águas as folhas recurvadas.

Há um bater de remos compassado
No silêncio da lisa madrugada,
Ondas brancas se afastam para o lado
Com o rumor da seda amarrotada.

Há um nascer do sol no sítio exacto,
À hora que mais conta duma vida,
Um acordar dos olhos e do tacto,
Um ansiar de sede inextinguida.

Há um retrato de água e de quebranto
Que do fundo rompeu desta memória,
E tudo quanto é rio abre no canto
Que conta do retrato a velha história. Hay en la memoria un río donde navegan
los barcos de la infancia, por arcadas
de ramas inquietas que despegan
sobre las aguas las hojas curvadas.

Hay un golpear de remos acompasado
en el silencio de la tersa madrugada,
olas blancas se hacen a un lado
con el rumor de la seda arrugada.

Hay un nacer del sol en el sitio exacto,
en el momento que más cuenta de una vida,
un despertar de los ojos y del tacto,
un ansiar de sed no abolida.

Hay un retrato de agua y de quebranto
que irrumpe del fondo de esta memoria,
y todo lo que es río abre en el canto
que cuenta del retrato una vieja historia.
en el silencio de la tersa madrugada,
olas blancas se hacen a un lado
con el rumor de la seda arrugada.

Hay un nacer del sol en el sitio exacto,
en el momento que más cuenta de una vida,
un despertar de los ojos y del tacto,
un ansiar de sed no abolida.

Hay un retrato de agua y de quebranto
que irrumpe del fondo de esta memoria,
y todo lo que es río abre en el canto
que cuenta del retrato una vieja historia.

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