19 jun 2010
Un Poema , Saramago
Há na memória um rio onde navegam
Os barcos da infância, em arcadas
De ramos inquietos que despregam
Sobre as águas as folhas recurvadas.
Há um bater de remos compassado
No silêncio da lisa madrugada,
Ondas brancas se afastam para o lado
Com o rumor da seda amarrotada.
Há um nascer do sol no sítio exacto,
À hora que mais conta duma vida,
Um acordar dos olhos e do tacto,
Um ansiar de sede inextinguida.
Há um retrato de água e de quebranto
Que do fundo rompeu desta memória,
E tudo quanto é rio abre no canto
Que conta do retrato a velha história. Hay en la memoria un río donde navegan
los barcos de la infancia, por arcadas
de ramas inquietas que despegan
sobre las aguas las hojas curvadas.
Hay un golpear de remos acompasadoHá na memória um rio onde navegam
Os barcos da infância, em arcadas
De ramos inquietos que despregam
Sobre as águas as folhas recurvadas.
Há um bater de remos compassado
No silêncio da lisa madrugada,
Ondas brancas se afastam para o lado
Com o rumor da seda amarrotada.
Há um nascer do sol no sítio exacto,
À hora que mais conta duma vida,
Um acordar dos olhos e do tacto,
Um ansiar de sede inextinguida.
Há um retrato de água e de quebranto
Que do fundo rompeu desta memória,
E tudo quanto é rio abre no canto
Que conta do retrato a velha história. Hay en la memoria un río donde navegan
los barcos de la infancia, por arcadas
de ramas inquietas que despegan
sobre las aguas las hojas curvadas.
Hay un golpear de remos acompasado
en el silencio de la tersa madrugada,
olas blancas se hacen a un lado
con el rumor de la seda arrugada.
Hay un nacer del sol en el sitio exacto,
en el momento que más cuenta de una vida,
un despertar de los ojos y del tacto,
un ansiar de sed no abolida.
Hay un retrato de agua y de quebranto
que irrumpe del fondo de esta memoria,
y todo lo que es río abre en el canto
que cuenta del retrato una vieja historia.
en el silencio de la tersa madrugada,
olas blancas se hacen a un lado
con el rumor de la seda arrugada.
Hay un nacer del sol en el sitio exacto,
en el momento que más cuenta de una vida,
un despertar de los ojos y del tacto,
un ansiar de sed no abolida.
Hay un retrato de agua y de quebranto
que irrumpe del fondo de esta memoria,
y todo lo que es río abre en el canto
que cuenta del retrato una vieja historia.
El Cuchillo canario
El Cuchillo Canario, erróneamente llamado “naife”, ha sido desde antaño una herramienta indispensable para el agricultor y ganadero grancanario. Su origen está en las Industrias cuchilleras de Toledo y Albacete, ciudades donde se establecieron los árabes una vez finalizada la Reconquista. Muchos autores consideran que el Cuchillo Canario es adoptado por la población insular como complemento a su vestimenta desde el s.XVIII; sin embargo, otros investigadores sostienen que realmente su presencia en Canarias no se remota más allá de mediados del s.XIX (inicios del cultivo del plátano). La localización geográfica de sus fabricantes siempre estuvo relacionada con el platanar (Guía, Gáldar, Arucas y Telde). Con el transcurrir de los tiempos el Cuchillo Canario ha pasado de ser aquel instrumento íntimamente ligado al ajuar de nuestros abuelos a ser considerado una verdadera pieza de orfebrería. En la actualidad, tenemos el honor de contar con un gran elenco de maestros cuchilleros que nos garantizan la total y absoluta pervivencia en las islas de esta tan arraigada tradición. Así, el Cuchillo Canario se configura como uno de los más importantes símbolos de nuestra identidad y/o cultura popular canaria, una cultura que entre todos hemos hecho y de la cual debemos sentirnos inmensamente orgullosos.
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