9 may 2010
MUJERES DE LA POSGUERRA
MUJERES DE LA POSGUERRA
Portada de Mujeres de la posguerra. De Carmen Laforet a Rosa Chacel, historia de una generación
Carmen Laforet
De visita por la web oficial de Carmen Laforet
He descubierto hoy en una de mis exploraciones online la página oficial de Carmen Laforet. Buena iniciativa. No sé desde cuando está en la red, pero algunos epígrafes están en construcción y desearía ver crecer esa página.
En ella encuentro, junto a fotos de Laforet, una de su madre, Teodora, que tanto marcó su vida con su ausencia (falleció cuando Carmen tenía 13 años)y otra de sus abuelos maternos, los de la calle Aribau, el escenario familiar que sirvió a la escritora para situar Nada.
Una novela en la que Carmen Lafort no sólo adoptó el papel de narradora sino de observadora, un doble punto de vista que le permitió acertar de forma plena.
A partir de ahí llegó el éxito inesperado y no digerido: Nada pasó de ser una obra honda y fluida a convertirse en un fardo, ya que la autora no volvió a gozar de tanta libertad para crear. Y al mismo tiempo nunca supo gestionar su popularidad ante los medios. ¿Se atrevería hoy Carmen Laforet a estar en Facebook?
La página principal (http://www.carmenlaforet.com) se abre con esta observación de la autora: "Si uno es escritor, escribe siempre, aunque no quiera hacerlo, aunque trate de escapar a esa dudosa gloria y a ese sufrimiento real que se merece por seguir una vocación."
8 may 2010
Tiempo de silencio , el escritor Luis Martín-Santos
jueves 6 de mayo de 2010
¿Tiempo de silencio?
Estoy leyendo una biografía del autor de Tiempo de silencio , el escritor Luis Martín-Santos y algunas páginas resultan apasionantes.
El biógrafo ha elegido un estilo ágil en el que va trufando opiniones y testimomios de gente que le conoció.
Es decir, más que una elaboración del personaje, lo que nos da es un conjunto de facetas, un personaje poliédrico.
Hoy he llegado al momento en que se recoge el testimonio de una amiga íntima que le conocía desde la adolescencia.
Y ella misma explica que precisamente por conocerle tan bien, era la menos indicada para desvelar ese saber, esa intimidad. Y le muestra al autor de la biografía, José Lázaro, uno de los cuadernos íntimos que conserva de Martín-Santos.
Lo primero que se lee es esta advertencia: "Se ruega, si alguien llega a cogerlo, que tenga la honradez de no leerlo".
Pues eso. No siempre se puede contar o se debe contar todo lo que sabe.
En periodismo, y cuando se trata de una información relevante de un personaje público, sí que es lícito contar lo que se sabe, con respeto, desde luego.
Pero en literatura, o cuando se realiza una biografía, ¿hasta dónde se puede desvelar la intimidad del biografiado? Es complejo, sin duda.
En una biografía se debe intentar llegar hasta el fondo, pero hay, claro está, algunos límites, como no detenerse en los detalles secundarios que, sin embargo, resultan hirientes.
Además, hay personajes y personajes: no todos aman por igual la desmitificación y el escándalo. ¿Tiempo de silencio? No, ese pasado gris quedó atrás, por fortuna. El riesgo es ahora el opuesto: hablar demasiado.
Carmen Laforet, por ejemplol era muy secreta, y por tanto su existencia fue discreta de puertas para afuera.
Se atribuye a Laforet un misterio para explicar su huida de la escritura, ese momento en que escribir era un suplicio. Ese misterio, como tal, no existe, aunque ella sí era misteriosa y secreta.
Se bloqueó porque eran muchas las contradicciones que había asumido y no podía darles salida literaria. Ser ágrafa, vagabundear y dejar de escribir, fue un alivio. Todos sabemos a cierta edad que tenemos que jugar con las cartas que tenemos, y no con las que soñamos.
Laforet lo supo y como escribió a Josefina Aldecoa, en un momento dado prefirió ser lectora y posponer o abandonar la escritura. Estaba en su derecho.
¿Hasta dónde está dispuesto a mentir?
¿Hasta dónde está dispuesto a mentir?/2
Los antiguos filósofos griegos dieron ya las claves que separan la verdad de la mentira: hay más gente dispuesta a aceptar una mentira verosímil que una verdad poco convincente o mal explicada.
En consecuencia, en una sociedad como la nuestra es fácil que se acepte como verdad una mentira bien amañada... Después de todo, ¿importa ya a alguien la verdad, o sólo su apariencia? No en vano hay quien sólo cuenta sus logros, no sus mentiras.
"Algún día en cualquier parte, en cualquier lugar, indefectiblemente, te encontrarás a ti mismo (...)" (Pablo Neruda)
El mentiroso o el falsario nunca se encuentran consigo mismos. No lo soportarían. Si lo hicieran, esa sería "la más amarga" de sus horas parafraseando a Neruda, de ningún modo "la más feliz".
Recordar, recordar, y volver a escribir la historia que se había escamoteado o que había caído en el olvido.
No es inútil evocar a las infatigables mujeres que en 1926 iniciaron la aventura del Lyceum Club. José Antonio Marina y MªTeresa Rodríguez de Castro lo han hecho en La conspiración de las lectoras, editado por Anagrama. María de Maeztu, Zenobia Camprubí, Isabel Oyarzábal, María Teresa León...
Las vidas de estas mujeres interesan, al igual que las de María Zambrano,Rosa Chacel, Mercè Rodoreda...Sin duda, como dicen los autores citados y tantos otros estudiosos, tal vez la más brillante generación de mujeres.
O generaciones, ya que algunas vivieron a caballo entre el 98 y el 27 y otras se dieron a conocer justamente en los años treinta. En cualquier caso muchas de ellas forman parte con todo justicia de la llamada Edad de Plata.
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