Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 ene 2010

Diana Navarro Embruja por tu querer

Enero, Europa, David

Enero, Europa, David
Ya en Madrid, comienza la vida en serio otra vez; atrás quedan los oleajes chiquitos del invierno, en el Médano, y esto es Madrid, rompeolas. Ahora toca nadar de nuevo, subir la corriente, bajarla. En este momento me voy a Estambul, a una entrevista; luego estaré en Roma, en Munich y en Trieste, así que enero comienza subiendo y bajando, contemplando a trozos esta Europa helada, tratando de comprenderla y también de recordarla u olvidarla. En el último libro (póstumo) de Thomas Bernhard el escritor austriaco expresa las esperanza defraudadas (ya en los 70) en el proyecto europeo. Una Europa que rechaza y no acoge, una Europa que aún no se despereza, que sigue con los tics que la convierten en un dinosaurio. Zapatero y el nuevo presidente europeo celebran hoy el inicio de la presidencia europea que le corresponde a España diciendo que este es un buen año para la Unión Europea. Ojalá. Siempre que se habla de Europa se cita la palabra motor.
El motor está apagado.
Yo he iniciado este periplo felicitando a mi amigo David Trueba, que mañana inicia en El País sus columnas en televisión. Siempre he dicho de él que es uno de los grandes escritores de este país, un escritor inteligente cuya chispa de ingenio y de ironía siempre está encendida, dispuesta a saltar sobre la opacidad de los sucesos. Es una mirada original y fresca que se junta, en la historia de esta manera de ver el mundo a través de la tele, a los nombres de Juan Cueto, Haro Tecglen, Enric González y Carlos Boyero, que seguirá ahí, como hasta ahora, los fines de semana. Bienvenido, David; nuestro maestro Rafael se hubiera alegrado como muchos nos alegramos de tener casi a diario diciendo qué te parece este berengenal.
Juan Cruz

30 dic 2009

Feliz Año Nuevo 2010. Dando Color al Mundo

No quiero verte atrapada,

No quiero verte atrapada,
atravesada por un alfiler,
como una mariposa disecada.
Mi voluntad es que vueles,
que vayas a libar las flores
cómo sólo lo hacen
las mariposas....

No puedes renunciar a ser amada
como sólo tú, Princesa, amas.
Ni que dejen de palparte las caricias
en lugar de tantas palabras.

Tienes que tener ojos que te pregunten
y no una mirada que se escapa.
Debes buscar alguien que te conteste
y que ponga su cabeza en tu regazo,
que tus manos tengan las suyas
eternamente cálidas entre sus palmas,
que sus dedos reconozcan tus cabellos,
uno a uno, como los días del año.

Esa es mi prueba de amor:
No quiero verte aquí atrapada,
encerrada en esta imaginaria crisálida;
que lo que quiero es que seas amada
como sólo tú, Princesa, amas...