Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 nov 2009

Pink Floyd Money Original Video 1974

PINK FLOYD - ANOTHER BRICK IN THE WALL

La zarzamora - Lola Flores

En el café de Levante entre palmas y alegrías,
cantaba la zarzamora;
se lo pusieron de mote porque dicen que tenia
los ojos como la mora.






Le hablo primero a un tratante, y olé,
y luego fue de un Marques
que la lleno de brillantes, y olé,
de la cabeza a los pies.



Decía la gente que si era de hielo,
que si de los hombres se estaba burlando,
hasta que una noche, con rabia de celos,
a la zarzamora pillaron llorando.



¿Que tiene la zarzamora
que a todas horas
llora que llora por los rincones,
ella que siempre reía
y presumía de que partía los corazones?




De un querer hizo la prueba
y un cariño conoció
que la trae y que la lleva
por la calle del dolor.



Los flamencos del colmado
la vigilan a deshora
porque se han empestillado
en saber del querer desgraciado
que embrujo a la zarzamora.




Cuando Sonaban las doce una copla de agonía
lloraba la zarzamora,
mas nadie daba razones ni el intríngulis sabia
de aquella pena traidora.



Pero una noche al levante, y olé,
fue a buscarla una mujer;
cuando la tuvo delante, y olé,
se dijeron no se que.



De aquello que hablaron ninguno ha sabido
mas la zarzamora lo dijo llorando
en una coplilla que pronto ha corrido
y que ya la gente la va publicando.



Lleva anillo de casado,
me vinieron a decir,
pero ya lo había besado
y era tarde para mi.



Que publiquen mi pecado
y el pesar que me devora
y que todos me den de lado
al saber del querer desgraciado
que embrujo a la zarzamora.

La Noche se hace cada vez más pequeña.........

La noche se hace cada vez más pequeña, quizás no quepa la luna...
Para Dulce Chacón, la autora de La voz dormida, generosa, fresca y fuerte, fallecida muy prematuramente en 2003, Zafra era un lugar de los sueños, el sitio al que volvía siempre con su imaginación y con su recuerdo; desde su muerte, la gente de Zafra quiso que esa unión que Dulce sintió con su primer sitio tuviera símbolos concretos. En la casa donde nació (que ahora es un hotel), han colocado una placa en la que figuran esos versos de Dulce; ahora en esa esquina de la hermosísima Plaza Grande ese recuerdo de su poesía y de su persona es un emocionante encuentro para el viajero que sabe qué significó Zafra para la escritora que hizo de la poesía y de la narración la expresión más cabal y sincera de su personalidad. Y Zafra (su ayuntamiento) puso en marcha desde la muerte de Dulce un interesante premio literario que lleva su nombre y que anoche se concedió por sexto año consecutivo.
El premio se debe al ayuntamiento, a su consejera de Cultura, Mary Carmen Rodríguez, y a Luciano Feria, que es el alma del certamen. Este año me pidieron que estuviera, y allí estuve, íntimamente emocionado por estar en un territorio de la memoria de Dulce, fallando un premio que a ella le hubiera gustado dar. Lo obtuvo esta vez Pacífico, la novela de José Antonio Garriga Vela. Compitieron con él El país del miedo, de Isaac Rosa, Los pozos de la nieve, de Berta Vias, Las puertas de lo posible, de José María Merino y Saber perder, de David Trueba. Presidió el jurado, con mano informada, ágil y maestra, mi amiga Rosa Regás