CAIN
de SARAMAGO, JOSE
ALFAGUARA 2009
Resumen del libroQué diablo de Dios es éste que, para enaltecer a Abel, desprecia a Caín.
Si en El Evangelio según Jesucristo José Saramago nos dio su visión del Nuevo Testamento, en Caín regresa a los primeros libros de la Biblia. En un itinerario heterodoxo, recorre ciudades decadentes y establos, palacios de tiranos y campos de batalla de la mano de los principales protagonistas del Antiguo Testamento, imprimiéndole la música y el humor refinado que caracterizan su obra.
Caín pone de manifiesto lo que hay de moderno y sorprendente en la prosa de Saramago: la capacidad de hacer nueva una historia que se conoce de principio a fin. Un irónico y mordaz recorrido en el que el lector asiste a una guerra secular, y en cierto modo, involuntaria, entre el creador y su criatura.
14 oct 2009
13 oct 2009
HUECOS!!!!!
Una anciana muere y llega al Cielo.
En las puertas del mismo se encuentra con San Pedro, y se ponen a conversar.
De repente escucha unos gritos espeluznantes.
-No te preocupes por eso -le dice San Pedro-. Es sólo que le están haciendo los huecos en la espalda a alguien para ponerle las alas.
La viejecita se pone un poco nerviosa con esto, pero continúa conversando.
Diez minutos más tarde, se escuchan nuevos y escalofriantes gritos.
-¡¡¡Pero, Dios mío!!! -exclama la anciana-. ¿Y ahora qué está sucediendo?
-No hay nada de qué preocuparse -le contesta San Pedro-. Lo que pasa es que están haciendo las perforaciones que se necesitan en la cabeza para instalar las aureolas.
-¡Ah, no, eso sí que no! -dice la viejecita- ¡No soy capaz de resistir todo esto! Mejor me voy al infierno.
-¡Pero no puedes hacer eso! -le dice el Portero Celestial- ¡No te puedes ir al infierno! ¡Allí abusarán de ti y te violarán!
-¡¡¡No importa, para eso ya tengo los huecos hechos !!!
En las puertas del mismo se encuentra con San Pedro, y se ponen a conversar.
De repente escucha unos gritos espeluznantes.
-No te preocupes por eso -le dice San Pedro-. Es sólo que le están haciendo los huecos en la espalda a alguien para ponerle las alas.
La viejecita se pone un poco nerviosa con esto, pero continúa conversando.
Diez minutos más tarde, se escuchan nuevos y escalofriantes gritos.
-¡¡¡Pero, Dios mío!!! -exclama la anciana-. ¿Y ahora qué está sucediendo?
-No hay nada de qué preocuparse -le contesta San Pedro-. Lo que pasa es que están haciendo las perforaciones que se necesitan en la cabeza para instalar las aureolas.
-¡Ah, no, eso sí que no! -dice la viejecita- ¡No soy capaz de resistir todo esto! Mejor me voy al infierno.
-¡Pero no puedes hacer eso! -le dice el Portero Celestial- ¡No te puedes ir al infierno! ¡Allí abusarán de ti y te violarán!
-¡¡¡No importa, para eso ya tengo los huecos hechos !!!
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