19 sept 2009
El Año en que mis padres se fueron de Vacaciones
Seleccionada por Brasil para el OSCAR a la Mejor película extranjera.
Festival de Berlín. Selección Oficial a Competición.
Premio del Público en el Festival Sao Paulo y Río.
Festival de cine iberoamericano de Huelva. Selección Oficial.
Escrita por el guionista de Ciudad de Dios.
En 1970, Brasil y el mundo parecen que están boca abajo, pero las preocupaciones de Mauro, un niño de 12 años, no tienen nada que ver con el régimen militar que controla el país. Su mayor sueño es ver a la selección de fútbol ganar su tercer campeonato mundial. De repente, Mauro es separado de sus padres y llevado a vivir a la extraña pero divertida comunidad de Bom Retiro, un distrito en São Paulo que es el hogar de, entre otras culturas, la comunidad judía e italiana de la ciudad.
“Inteligente... tierna y divertida radiografía de un país enloquecido por el futbol y azotado por el régimen. Toda una sugerente sorpresa que agradará a todo tipo de público gracias a un guión redondo y una nostágica recreación de los años setenta... Lo mejor del cine Brasileño desde Ciudad de Dios.”
"El año que mis padres se fueron de vacaciones"
"El año que mis padres se fueron de vacaciones" es una película emotiva que cuenta, desde el punto de vista de un niño, la represión que sufrió Brasil en los años 70. El pequeño Mauro no se entera de lo que sucede a su alrededor, pues lo único que le preocupa es que la selección liderada por Pelé gane el mundial. Todo cambia cuando sus padres le dejan en casa de su abuelo para "irse de vacaciones", es decir, para tratar de huir de la represión. Sin embargo, lo que ellos no saben es que el abuelo está muerto, y Mauro se encontrará solo en un mundo desconocido. El conjunto es muy satisfactorio y el director, Cao Hamburger, consigue una película alegre y muy melancólica. La fotografía es excelente, al igual que la banda sonora. Pero sobre todo, lo que destaca de este film son los efectivos cambios de registro a través de todo el largometraje sin desentonar en ningún momento. Hemos tenido que esperar tres años para ver esta película en nuestras pantallas, y merece la pena.
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