8 sept 2009
8 de SEPTIEMBRE
Sólo es 8 de septiembre
Sólo es 8 de septiembre, pero esta mañana he tenido la sensación de que ya habíamos entrado en lo más profundo del otoño, o del invierno, como si el calor que sigue haciendo en Madrid no tuviera que ver con el tiempo mental; volví de La Gomera, donde estuve hablando de dos poetas a los que juntan el tiempo, el Atlántico y el exilio, Juan Ramón Jiménez y Pedro García Cabrera, porque el domingo era un aniversario del paso de Colón por San Sebastián de La Gomera, y me pidieron que hablara de la isla y de Huelva, y García Cabrera es uno de los grandes poetas del 27 de la isla, uno de los surrealistas más grandes de su tiempo, y un tipo formidable, y Juan Ramón es Huelva y un pozo blanco
Y se me ocurrió que podría juntarlos en ese símbolo que es la ruta atlántica, que pasa por allí y en la que los dos tienen tanto que ver. Descubrí un verso de Pedro en el que compara la isla a un pájaro despierto, y Juan Ramón tiene ese hermoso poema, ...Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando... Con esas casualidades de pájaros y pozos hablé del exilio que los dos sufrieron, y hablé de América, que es nuestro amor y nuestro destino, el sur, siempre el sur. Y anoche hice un ejercicio parecido, literario, quiero decir, con Carlos Fuentes y César González Ruano; a Fuentes le daban el premio González Ruano de Periodismo (la Fundación Mapfre), y me pidieron que hablara de ambos, de Fuentes y de César.
Descubrí un texto sobre la novela y la historia, en el inmenso libros de artículos de Ruano, y simulé una conversación sobre ese asunto (tan querido a Fuentes, por otra parte) en el acto de entrega. T
erminamos muy tarde en la noche, regresé a casa, debí levantarme esta mañana muy temprano, para hacer un trabajo, y mientras venía en taxi hasta el periódico, oyendo en la radio que el ministro Corbacho no sabe de qué va a hablar Zapatero (y hablará de lo suyo, del Empleo) mañana en el Congreso, me entró una pereza inmensa, como si fuera, en lugar del 8 de septiembre, el 88 de septiembre, o el 888 de septiembre, un mes prolongado como un chicle, un año que amanece raro, como si fuera un año hecho para olvidar los veranos. Supongo que a lo largo del día se me irá pasando.
En todo caso, creo intuir qué medicina hace falta para superar esa sensación de 8888888 de septiembre. ¿Ustedes qué medicina usarían?
Sólo es 8 de septiembre, pero esta mañana he tenido la sensación de que ya habíamos entrado en lo más profundo del otoño, o del invierno, como si el calor que sigue haciendo en Madrid no tuviera que ver con el tiempo mental; volví de La Gomera, donde estuve hablando de dos poetas a los que juntan el tiempo, el Atlántico y el exilio, Juan Ramón Jiménez y Pedro García Cabrera, porque el domingo era un aniversario del paso de Colón por San Sebastián de La Gomera, y me pidieron que hablara de la isla y de Huelva, y García Cabrera es uno de los grandes poetas del 27 de la isla, uno de los surrealistas más grandes de su tiempo, y un tipo formidable, y Juan Ramón es Huelva y un pozo blanco
Y se me ocurrió que podría juntarlos en ese símbolo que es la ruta atlántica, que pasa por allí y en la que los dos tienen tanto que ver. Descubrí un verso de Pedro en el que compara la isla a un pájaro despierto, y Juan Ramón tiene ese hermoso poema, ...Y yo me iré y se quedarán los pájaros cantando... Con esas casualidades de pájaros y pozos hablé del exilio que los dos sufrieron, y hablé de América, que es nuestro amor y nuestro destino, el sur, siempre el sur. Y anoche hice un ejercicio parecido, literario, quiero decir, con Carlos Fuentes y César González Ruano; a Fuentes le daban el premio González Ruano de Periodismo (la Fundación Mapfre), y me pidieron que hablara de ambos, de Fuentes y de César.
Descubrí un texto sobre la novela y la historia, en el inmenso libros de artículos de Ruano, y simulé una conversación sobre ese asunto (tan querido a Fuentes, por otra parte) en el acto de entrega. T
erminamos muy tarde en la noche, regresé a casa, debí levantarme esta mañana muy temprano, para hacer un trabajo, y mientras venía en taxi hasta el periódico, oyendo en la radio que el ministro Corbacho no sabe de qué va a hablar Zapatero (y hablará de lo suyo, del Empleo) mañana en el Congreso, me entró una pereza inmensa, como si fuera, en lugar del 8 de septiembre, el 88 de septiembre, o el 888 de septiembre, un mes prolongado como un chicle, un año que amanece raro, como si fuera un año hecho para olvidar los veranos. Supongo que a lo largo del día se me irá pasando.
En todo caso, creo intuir qué medicina hace falta para superar esa sensación de 8888888 de septiembre. ¿Ustedes qué medicina usarían?
7 sept 2009
QUIZÁS..............
Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tu sepas quién
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...
Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...
Por más que tu prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.
Autor: José Ángel Buesa
oirás que alguien te llama sin que tu sepas quién
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...
Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...
O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...
Por más que tu prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...
Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.
Autor: José Ángel Buesa
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