Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 ago 2009

Ver este vídeo en una ventana nuevaUltra Runner - Diane Van Deren (part 2)

La mujer que corría, y corría… porque no se acordaba de parar.


La mujer que corría, y corría… porque no se acordaba de parar.

Pregunta para los que soláis ir a correr de manera frecuente: ¿creéis que durante el recorrido, estar pensando cuánto falta por llegar o el tiempo que ya lleváis forzando vuestros músculos, influye de manera considerable en el cansancio físico percibido?

La experiencia de una de las mejores corredoras de larga distancia del mundo, que mejoró sus marcas tras una operación en la que le extirparon una parte del lóbulo temporal derecho de su cerebro, parecen indicar que sí.

A pesar del título tan veraniego del post y de introducir el asunto con cierta ligereza, la historia de la estadounidense Diane Van Deren, esconde más dolor que entusiasmo.

A los 16 meses de edad Diane sufrió una lesión en el cerebro que en aquel momento pasó desapercibida. Los médicos la encontraron años más tarde, cuando se pusieron a buscar las causas de los ataques epilépticos que Diane empezó a padecer a sus 30 años, durante el embarazo de su tercer hijo.
A partir de entonces, la situación se agravó y los ataques iban apareciendo de manera cada vez más frecuente, llegando a producirse 4 o 5 veces por semana. Había una solución: como la lesión estaba muy localizada, en 1997 los doctores optaron por quitar un fragmento del tamaño de un kiwi del cerebro de Diane.
Los ataques desaparecieron, pero también algunas de sus capacidades.
Desde la operación Diane es incapaz de orientarse, tiene mucha menos capacidad de memorizar, de organizar tareas, y ha perdido gran parte de su concepción del espacio y el tiempo.
Esto último, sin embargo, la ha convertido en una mejor atleta.
Diane ya era una aficionada a las carreras de larga distancia antes de que aparecieran sus problemas. Pero ahora, a sus 49 años, compite en carreras de más de 100 millas (161 km), y el año pasado ganó la Yukon Arctic Ultra 300 (480 km)

Como opina el neurofisiólogo que la trató en el artículo del New York Times que describe su historia : “cuando está corriendo, la cirugía cerebral le ayuda”. Diane entrena horas y horas por las Montañas Rocosas de Colorado y compite en larguísimas distancias sin el freno que puede suponer la percepción del tiempo y el espacio. Simplemente avanza y avanza sin capacidad para recordar donde se encuentra, y cuanto falta por llegar.
Los problemas de memoria y organizativos de esta madre de familia hacen que su día a día no sea nada fácil, pero como ella misma describe en este inspirador video (en inglés): “utilizo mis piernas como mis palabras. Cuando gano una carrera, es como una demostración de que todos podemos superar las tragedias que ocurren en nuestras vidas.”

La luz de la Luna iluminará la noche de las Perseidas

La luz de la Luna iluminará la noche de las Perseidas
Los observatorios astronómicos españoles ofrecen singulares maneras de ver la lluvia de estrellas




La noche del 12 al 13 de agosto es la famosa fiesta de las estrellas. Para los que, más allá del aspecto mágico que siempre lleva asociado esta lluvia de meteoros y quieran conocer y observar el lado científico de las Perseidas, varios observatorios astronómicos ofrecen curiosas formas de disfrutar de esta noche.
Para la contemplación de las Perseidas -llamadas así porque proceden de la constelación de Perseo- no son necesarios binóculos o telescopios, sin embargo la luz de la Luna, que se encuentra en su fase de cuarto menguante, dificultará en esta ocasión la visión de las estrellas más observadas del año. Aún así, las asociaciones de aficionados a la astronomía van a poner todo de su parte para esta fiesta astral.


Perseidas: un regalo caído del cielo
Estrellas por San Lorenzo

El momento en el que la lluvia será más copiosa está previsto entre las 19.30 y las 22.00 (hora peninsular)
La playa de Las Salinas, en Roquetas de Mar, Almería, es uno de estos lugares. El Ayuntamiento de esta localidad y la Asociación Astronómica Orión han organizado una noche para ver las Perseidas tumbados en la arena mientras se relatan historias sobre el universo.

Este año el momento en el que la lluvia será más copiosa está previsto entre las 19.30 y las 22.00 (hora peninsular). Incluso este año la actividad podría doblarse entre las 22.00 y las 23.00, apunta Pablo Santos, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía. "La mayor parte de las veces una estrella fugaz es una partícula de polvo de unos pocos milímetros que brilla al entrar en la atmósfera terrestre debido al enorme calor generado por la fricción y que deja una tenue estela, que puede persistir cierto tiempo en el cielo", explica este investigador.

A bordo de una goleta

Otra opción muy original, en Santander. La asociación AstroSantander ofrece una observación de la lluvia de meteoros en el mar: en la goleta Cantabria infinita. La hora del embarque será a las 22.00 desde la Grúa de Piedra, y la nave se dirigirá fuera de la bahía para evitar en lo posible la contaminación lumínica de la ciudad.

La asociación AstroCuenca propone observar el cielo nocturno del 12 de agosto en las ruinas romanas de Valeria (Cuenca). Con la ayuda de varios telescopios y prismáticos se pordrá ver los objetos que la asociación recoge en un texto según las coordenadas desde donde será esta observación. La asociación explicará cómo orientarse para descubrir más sobre las constelaciones que se podrán ver a lo largo de la noche.

Las Lágrimas de San Lorenzo, la lluvia de estrellas más popular del año a pesar de no ser la más extensa de todas, sí es la que más expectación suscita por tratarse de una época estival, perfecta para relajarse, mirar al cielo y por qué no, pedir un deseo.
y ¿Por qué no se menciona Canarias?

FRAGMENTO LITERARIO: crisis desde mi terraza

Se supone que no debería escribir esta columna. Va de guapos. Y, según la tradición, le debería corresponder a una mujer o a un gay. Rompiendo la usanza, les desvelo que desde mi perezosa y poco militante heterosexualidad (¿por qué será?) siempre me han fascinado mucho más los bellos que las bellas. Es una cuestión hamletiana: no es lo mismo estar con guapas que ser guapo. Lo primero es circunstancial; lo segundo, existencial.


Antes de que me acusen de pedante ontológico, me explico: daría mi peculio por pasar una noche (y luego contarlo, por supuesto), con Scarlett Johansson, pero entregaría mi alma y hasta dejaría la cerveza por transmutarme en el Alain Delon de El Gatopardo o en el Paul Newman de El buscavidas.

Siendo tan primorosamente guapo sobra todo, hasta la seducción. ¿Para qué esforzarse en concertar citas románticas, desplegar simpatías o escribir cartas encendidas cuando se sabe que basta una mirada pícara o una sonrisa canalla? Una vez le escuché a Pedro Almodóvar una de las frases más reveladoras que recuerdo: "No hay mejor sensación que entrar en un local y sentirse deseado". ¡Qué daría yo por experimentar esa conmoción, ese estremecimiento de que te miren y te deseen colectivamente, sin esfuerzo alguno! Lo que le está reservado al resto de los mortales no es más que palabrería y gimnasia amorosa. Sudor, al fin y al cabo.

No todo es la belleza física, dirán. Pero ser guapo es mucho más importante de lo que se cree. En esa envoltura, hasta los gestos y las frases más triviales cobran glamour. Rutger Hauer, el rubio actor holandés, improvisó uno de los monólogos más famosos del cine en Blade runner: "He visto cosas que vosotros no creeríais; atacar naves en llamas más allá de Orión, he visto rayos C brillar cerca de la puerta Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia", decía el robot replicante antes de morir. Hauer, tan apuesto como mediocre actor, ha pasado a la posteridad por esta charada galáctica. ¿Se imaginan pronunciándola a José Luis López Vázquez, cuya talla dramática está a años luz de la de este actorzuelo serie B?

Ni usted ni yo podríamos tampoco sostener los diálogos absurdos del Al final de la escapada, porque no tenemos las facciones desmesuradas de Jean-Paul Belmondo, y más vale que no ensayemos desde la terraza las poses melancólicas de Jude Law en El talento de Mr. Ripley. Lo que en él es un rictus apolíneo, en nosotros sería un tic ridículo. Y es que el que es guapo, es guapo. Y el que no, a escribir columnas de verano. O a leerlas.
pues tiene usted señor molina un excelente gusto en hombres guapos que son los mios