http://youtu.be/TVDREzBijRI
29 ene 2013
La estafa de la sanidad privada
La falta de datos económicos y científicos enturbian el debate sobre la gestión sanitaria.
Gracias al esfuerzo, la competencia y el compromiso
de miles de profesionales sanitarios, nuestro sistema sanitario público
ofrece unos excelentes resultados en gasto y en salud de la población
cuando lo comparamos con el resto de modelos sanitarios y de países
.
Somos un país “top ten” en indicadores sanitarios como la expectativa de
vida al nacer o la mortalidad infantil con un gasto sanitario total del
9,5% del PIB en 2009 (un 6,2% es gasto público)
. Países con potente
sanidad privada como EE UU tienen peores indicadores sanitarios que
España a pesar de que su gasto total es del 17,6%.
La OMS sitúa a España
como el 7º mejor sistema sanitario del mundo (el 3º entre los países
más poblados) mientras Alemania está en el 25º y EE UU en el 37º
. Sin
embargo, no hay motivos para el triunfalismo.
Nadie niega que existan
serias bolsas de ineficiencia en la sanidad pública que se deberían
corregir.
Pero en vez de coger el toro por los cuernos, y mejorar la
gestión pública, algunos gobiernos autonómicos llevan años empecinados
en privatizar la gestión sanitaria
. Me refiero aquí al “Modelo del
Hospital de Alzira” o las crecientes intenciones privatizadoras de la
gestión de hospitales y centros de salud en Madrid.
Entre otras cosas
prometen un gasto 25% menor en los modelos de gestión privada. Sin
embargo, la retórica, que insiste en afirmaciones del tipo “se ha
comprobado que el modelo de concesión es más eficiente” y” da buenos
resultados clínicos”,pese a su reiteración aun no se ha dotado de
evidencia que la sustente entre otras cosas por la pertinaz opacidad en
los datos clínicos de los centros de gestión privada y la consiguiente
ausencia de evaluaciones independientes
. Hay innumerables hechos que
ponen en duda estas afirmaciones. Veamos algunos:
- La Comunidad de Madrid pretende privatizar la
gestión de 6 hospitales y 27 centros de salud que atienden 1,4 millones
de personas. El coste per cápita de la atención hospitalaria es de 600 €
pero, según los presupuestos para 2013, ofrece pagar 441 €. Cualquier
ciudadano o profesional no puede dejar de hacerse varias preguntas.
¿Cómo es posible que una empresa con ánimo de lucro, gane dinero y a la
vez consiga ahorrar, mantener el personal y la calidad de la asistencia
sanitaria? Hasta un niño se da cuenta que son los ciudadanos y los
profesionales los que van a salir perdiendo en esta insensata operación
- En el caso del Hospital de Alzira la Generalitat
Valenciana concedió en 1999 la gestión a una empresa privada a un coste
capitativo pactado para 7 años que suponía un ahorro frente a otros
hospitales de gestión pública. Pero a los dos años la empresa tenía un
déficit de cinco millones de euros
. El Gobierno valenciano anuló la
concesión y les indemnizó con 25 millones de euros, para seguidamente
sacarla de nuevo a concurso y adjudicarla a aquellos que habían
fracasado, eso si aumentado sustancialmente el canon por habitante pasó
de 225 euros a 369 (un 68%).Un informe los expertos en Administración
Sanitaria de España (Sespas) señala que la “excesiva proximidad entre
autoridades y concesionarios…exacerba el enorme riesgo de la captura del
regulador”.
En otras palabras, los gobiernos pueden dejar de cumplir su
función de árbitro y convertirse en el delantero centro de los
intereses privados.
Nadie niega que existan serias bolsas de ineficiencia en la sanidad pública que se deberían corregir"
El resultado es que de momento la sanidad ha tenido un coste anual añadido entre 1.800 y 2.400 millones de euros mas que antes mientras que las intervenciones programadas se han reducido en un 10% anual con lo cual aumentan las listas de espera ¿Dónde este al ahorro
? Con respecto a los médicos, las experiencias de gestión privada es muy evidente: a los nuevos se les paga menos y a los antiguos se les carga de trabajo con igual salario.
Normalmente cuando un hospital británico pasa a gestión privada es posible que mejore aspectos superficiales pero pierde buena parte de su personal de enfermería, disminuye la calidad asistencial clínica y hay indicios de que aumente la mortalidad intrahospitalaria.
Para las empresas de gestión privada todo esto no son más que “daños colaterales”.
- Según George Halvorson, presidente de la aseguradora americana Kaiser Permanente, en EE UU se emplea incorrectamente el 25% del presupuesto sanitario en prácticas clínicas que no aportan ninguna salud a las personas y que no tienen ninguna evidencia científica
. Eso indica que una buena gestión puede disminuir los costes en buena medida sin mermar los resultados en salud.
En ese país donde la mayoría de la sanidad es privada, los hospitales mas eficientes tienen un gasto per capita un 16% menor que los más derrochadores lo que indica la variabilidad de las prácticas de gestión sanitaria, dentro de los propios sistemas, sean estos públicos o privados.
Sin embargo, globalmente la sanidad americana es de las más ineficientes del mundo si observamos los indicadores de salud, los que atañen a la gente corriente.
La cuestión clave es cómo mejorar la gestión.
Dicho objetivo no se consigue meramente por el cambio en la titularidad del gestor.
Esto se logrará evaluando el centro en función de los resultados de salud y no sobre criterios economicistas.
Y ello se puede hacer con fórmulas de gestión pública en las que los profesionales tengan protagonismo. El camino equivocado es prejuzgar que las concesiones administrativas a empresas privadas, sin más, garantizan una gestión más eficiente
. Finalmente, si no hay evidencia de que la gestión privada de la sanidad sea mas eficiente ¿porque no apostamos por mejorar la gestión pública?
Hace poco ha sido contratado por la Administración de Estados Unidos el Consejero de Salud del País Vasco, Rafael Bengoa, un claro ejemplo de que también hay buenos gestores en la sanidad pública. La sanidad es un servicio, tiene costes y debe ser eficiente pero no es un negocio para que se lucren los amiguetes de los políticos.
Rodrigo Córdoba García es medico de familia y profesor de la Facultad de Medicina de Zaragoza.
Los ‘Disparates’ catalanes de Goya
La Masía d’en Cabanyes, situada en la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú, conservaba 12 excepcionales estampas de la célebre serie del pintor.
Las dudas se han disipado: los 12 grabados atribuidos a Francisco de
Goya que conserva desde el siglo XIX la masía d’en Cabanyes, a las
afueras de la localidad barcelonesa de Vilanova i la Geltrú, son
auténticos, y además, excepcionales
. En realidad, son algunas de las raras pruebas que se realizaron antes de la primera edición de los Disparates o Proverbios,la última serie de 22 grabados que Goya creó al aguatinta y aguafuerte, con retoques bruñidos y punta seca, en la que dio rienda suelta a su imaginación, sus fantasmas, sus visiones oníricas, su crítica al poder y plasmó su amor a lo grotesco representado, sobre todo, por el mundo de personajes deformes de carnaval
. Así lo cree la catedrática de pintura de la Universidad de Barcelona, Rosa Vives, tras estudiar esta docena de obras.
Durante más de un siglo, cuatro de estas estampas han estado colgadas en una de las paredes de la biblioteca de esta casa palacio de estilo neoclásico que la familia Cabanyes utilizó para veranear y que acabó en manos del ayuntamiento de Vilanova y del Consejo Comarcal del Garraf que la gestionan y la abren al público
. El resto ha permanecido en el almacén, ya que no había seguridad de su valor y de su importancia.
Tras acometer la restauración del edificio y del centenar de pinturas que legó la familia, desde septiembre el objetivo principal se ha centrado en documentar y restaurar los grabados “goyescos”.
“Una vez acabada la plancha de cobre se realizaban unas cuantas impresiones previas para ver la cantidad de tinta o el papel idóneo para utilizar en la posterior tirada, por lo que estas pruebas son muy raras, todas diferentes y muy buscadas.
Las imágenes de Vilanova son excepcionales, de una gran calidad, más transparentes y nítidas que los grabados de la primera edición”.
Sin embargo, la experta no pensó lo mismo la primera vez que vio los grabados:
“Tras sacar las imágenes de sus marcos, comprobé cómo se habían recortado los márgenes, y eso es un demérito para estas obras, aunque creo que no es recorte de coleccionista, sino del propio taller”, asegura la investigadora.
En cuanto a la fecha de las obras, Vives asegura que se crearon entre 1848 y 1863. “En el papel del disparate número 12 aparece una marca de agua que identificaba el material creado por José García Oseñalde, que compró su molino papelero en Guadalajara en 1847, mientras que en 1848 la Real Academia de San Fernando realizó la primera edición de 300 ejemplares”.
Para Vives la serie de los Disparates es una de las más misteriosas de Goya, porque no se ha llegado a saber cuándo se crearon las planchas, aunque se barajan las fechas de 1815, tras acabar La Tauromaquia y el año 1823, cuando Goya se centró en las pinturas negras de su finca de la Quinta del Sordo.
De las 22 estampas que componen la serie en la actualidad, 18 son propiedad de la Real Academia de Bellas Artes de Madrid (el museo de El Prado conserva 15 de los dibujos preparatorios realizados a pincel y sanguina), mientras que las otras cuatro, tras pasar a manos particulares ingresaron en julio de 2011 en la Calcografía del Museo del Louvre de París
. En Vilanova i la Geltrú se han conservado 12 de las 18 imágenes previas, si bien Vives asegura no haber perdido la esperanza de que algún día aparezcan las otras seis piezas que completarían las pruebas para esta serie.
¿Pero cómo llegaron las imágenes a Vilanova? Vives avanza la hipótesis de que las compró el pintor Joaquim de Cabanyes poco antes de septiembre de 1895, en uno de sus viajes a Madrid.
Al menos es lo que parece por la fecha del recorte de diario que se ha localizado con esa fecha, detrás de una de las imágenes que se colocó allí en el momento de enmarcarse y colgarlo en la biblioteca.
Tras el estudio comenzará la restauración de las obras (todo el proceso tendrá un coste de 19.000 euros que subvencionará Caixa Penedès), que pasarán a exponerse en un lugar privilegiado de esta masía señorial, convertida en un centro de interpretación del romanticismo literario y pictórico a través del poeta Manuel de Cabanyes (muerto por tuberculosis a los 25 años) y el pintor Alexandre de Cabanyes, que conserva el mobiliario y los enseres de esta familia
. A partir de entonces serán, sin duda, un aliciente más para que las 6.000 personas que visitaron la vivienda el año pasado vuelvan a hacerlo.
. En realidad, son algunas de las raras pruebas que se realizaron antes de la primera edición de los Disparates o Proverbios,la última serie de 22 grabados que Goya creó al aguatinta y aguafuerte, con retoques bruñidos y punta seca, en la que dio rienda suelta a su imaginación, sus fantasmas, sus visiones oníricas, su crítica al poder y plasmó su amor a lo grotesco representado, sobre todo, por el mundo de personajes deformes de carnaval
. Así lo cree la catedrática de pintura de la Universidad de Barcelona, Rosa Vives, tras estudiar esta docena de obras.
Durante más de un siglo, cuatro de estas estampas han estado colgadas en una de las paredes de la biblioteca de esta casa palacio de estilo neoclásico que la familia Cabanyes utilizó para veranear y que acabó en manos del ayuntamiento de Vilanova y del Consejo Comarcal del Garraf que la gestionan y la abren al público
. El resto ha permanecido en el almacén, ya que no había seguridad de su valor y de su importancia.
Tras acometer la restauración del edificio y del centenar de pinturas que legó la familia, desde septiembre el objetivo principal se ha centrado en documentar y restaurar los grabados “goyescos”.
“Una vez acabada la plancha de cobre se realizaban unas cuantas impresiones previas para ver la cantidad de tinta o el papel idóneo para utilizar en la posterior tirada, por lo que estas pruebas son muy raras, todas diferentes y muy buscadas.
Las imágenes de Vilanova son excepcionales, de una gran calidad, más transparentes y nítidas que los grabados de la primera edición”.
Sin embargo, la experta no pensó lo mismo la primera vez que vio los grabados:
“Tras sacar las imágenes de sus marcos, comprobé cómo se habían recortado los márgenes, y eso es un demérito para estas obras, aunque creo que no es recorte de coleccionista, sino del propio taller”, asegura la investigadora.
En cuanto a la fecha de las obras, Vives asegura que se crearon entre 1848 y 1863. “En el papel del disparate número 12 aparece una marca de agua que identificaba el material creado por José García Oseñalde, que compró su molino papelero en Guadalajara en 1847, mientras que en 1848 la Real Academia de San Fernando realizó la primera edición de 300 ejemplares”.
Para Vives la serie de los Disparates es una de las más misteriosas de Goya, porque no se ha llegado a saber cuándo se crearon las planchas, aunque se barajan las fechas de 1815, tras acabar La Tauromaquia y el año 1823, cuando Goya se centró en las pinturas negras de su finca de la Quinta del Sordo.
De las 22 estampas que componen la serie en la actualidad, 18 son propiedad de la Real Academia de Bellas Artes de Madrid (el museo de El Prado conserva 15 de los dibujos preparatorios realizados a pincel y sanguina), mientras que las otras cuatro, tras pasar a manos particulares ingresaron en julio de 2011 en la Calcografía del Museo del Louvre de París
. En Vilanova i la Geltrú se han conservado 12 de las 18 imágenes previas, si bien Vives asegura no haber perdido la esperanza de que algún día aparezcan las otras seis piezas que completarían las pruebas para esta serie.
¿Pero cómo llegaron las imágenes a Vilanova? Vives avanza la hipótesis de que las compró el pintor Joaquim de Cabanyes poco antes de septiembre de 1895, en uno de sus viajes a Madrid.
Al menos es lo que parece por la fecha del recorte de diario que se ha localizado con esa fecha, detrás de una de las imágenes que se colocó allí en el momento de enmarcarse y colgarlo en la biblioteca.
Tras el estudio comenzará la restauración de las obras (todo el proceso tendrá un coste de 19.000 euros que subvencionará Caixa Penedès), que pasarán a exponerse en un lugar privilegiado de esta masía señorial, convertida en un centro de interpretación del romanticismo literario y pictórico a través del poeta Manuel de Cabanyes (muerto por tuberculosis a los 25 años) y el pintor Alexandre de Cabanyes, que conserva el mobiliario y los enseres de esta familia
. A partir de entonces serán, sin duda, un aliciente más para que las 6.000 personas que visitaron la vivienda el año pasado vuelvan a hacerlo.
Ana Moura, la fadista que encandiló a Los Rolling Stones
La fadista, que acaba de presentar su disco Desfado, cuenta con la bendición y admiración de la mítica banda de rock y de artistas pop como Prince.
Fue a través de un disco que alguien les envió a Tokio. Lo escucharon
y no sólo quisieron conocerla, sino también cantar con ella. La
invitaron a un concierto en Lisboa y la subieron al escenario. Entre el
fado y el rock and roll no hay muchas conexiones aparentes. Pero Ana Moura busca desfadarse un poco y hacer cuadrar las esencias de la canción portuguesa con otros aires muy pegados al jazz o al soul. Es un lenguaje musical que los Rolling Stones
entienden mejor y que les llevo a integrarla en The Stones Project, ese
homenaje que, alentado por el saxofonista Tim Ries, se les rindió con
artistas de todo el mundo adaptando diferentes versiones de sus
clásicos.
A Moura no le costó darle un aire atlántico a Brown sugar ni a No expectations cuando cantó con ellos en Portugal. Fue primero en una casa de fados y después a lo grande, en uno de sus macro conciertos. Ambos pisaron sus propios terrenos y disfrutaron con la mezcla. Otros les proporcionaron toques flamencos incluso, como la bailaora Sara Baras, que también participó en The Stones project. Para Moura, los Jagger y Richards eran como de la familia: “A mis padres, que son jóvenes, les encantan los Rolling Stones. Hemos interpretado siempre canciones suyas en mi casa. Su música no me es ajena”, comenta.
Pero lo que Ana Moura mamó desde niña en su tierra de Ribatejo fue la música de su entorno. Fado cantó por primera vez con 6 años y fado ha cantado hasta ahora, en su quinto disco, después de éxitos como Aconteceu o su más que celebrado Para Alem da Saudade. Desfado se llama su nuevo trabajo, donde, sin ser infiel, ha decidido saltar a otros estilos y titularlo así, precisamente, como una declaración de intenciones. Aunque sólo hasta cierto punto. “No hay que verlo como un abandono. Sino como mi homenaje a probar e integrar en mi voz las músicas que me han acompañado durante los últimos años”.
Renunciar al fado, aparte de un gesto contra natura en su caso, sería
una idiotez.
Más cuando sus colegas viven un momento más que dulce, no sólo en Portugal, sino a nivel internacional.
“Las nuevas generaciones de fadistas son brillantes.
Mis músicos tienen 22, 23 años –ella ha cumplido 33- y son auténticos virtuosos.
Las letras, además, conectan con nuestro tiempo y la situación tan dramática que estamos viviendo”, asegura Moura.
“Los portugueses somos menos reivindicativos que los españoles, creo, pero sabemos expresar con nuestra música lo que sentimos, como una forma de protestar”.
No en vano, el fado es un canto del alma. “Y el alma se expresa en él y va cambiando con los años, pero acertando con lo que nos ocurre”.
Así que el fado no duerme, ni llora su tristeza en una especie de parálisis.
Sino que mueve a conciencia con sus guitarras y sus voces las emociones presentes.
“Más que triste, nuestra música es emotiva, profunda”, matiza Moura. En su caso, con el aliciente de una creciente carrera internacional que le hace triunfar en Europa y por América, donde la artista arrasa en México o Estados Unidos
. Allí, además de los Stones, tiene otro padrino: Prince. “También me escucho, quiso conocerme y me invitó a cantar con él en directo”.
¿Qué les seduce tanto a los artistas pop de Ana Moura? “Supongo que estarán cansados de escuchar siempre lo mismo y quieren acercarse a cosas que les lleguen al alma.
Nuestra música expresa de manera muy honda conflictos interiores, busca la conexión con el sentimiento más que la fidelidad al estilo”, comenta.
Quizás también les impacte una determinación y una claridad de intenciones a la hora de encararse al micrófono que contrasta con la delicadeza y la timidez del trato en persona
. Ana Moura es bella y humilde, pero nada distante.
Llega de un fin de semana apoteósico en Lisboa, donde ha presentado su Desfado llenando dos noches el Coliseu dos Recreios, antes de acercarse a España en febrero, donde actuará en Barcelona (día 20), Madrid (21) y Santiago de Compostela (22).
A Moura no le costó darle un aire atlántico a Brown sugar ni a No expectations cuando cantó con ellos en Portugal. Fue primero en una casa de fados y después a lo grande, en uno de sus macro conciertos. Ambos pisaron sus propios terrenos y disfrutaron con la mezcla. Otros les proporcionaron toques flamencos incluso, como la bailaora Sara Baras, que también participó en The Stones project. Para Moura, los Jagger y Richards eran como de la familia: “A mis padres, que son jóvenes, les encantan los Rolling Stones. Hemos interpretado siempre canciones suyas en mi casa. Su música no me es ajena”, comenta.
Pero lo que Ana Moura mamó desde niña en su tierra de Ribatejo fue la música de su entorno. Fado cantó por primera vez con 6 años y fado ha cantado hasta ahora, en su quinto disco, después de éxitos como Aconteceu o su más que celebrado Para Alem da Saudade. Desfado se llama su nuevo trabajo, donde, sin ser infiel, ha decidido saltar a otros estilos y titularlo así, precisamente, como una declaración de intenciones. Aunque sólo hasta cierto punto. “No hay que verlo como un abandono. Sino como mi homenaje a probar e integrar en mi voz las músicas que me han acompañado durante los últimos años”.
A Moura no le costó darle un aire atlántico a 'Brown sugar' ni a 'No expectations' cuando cantó con ellos en Portugal
Más cuando sus colegas viven un momento más que dulce, no sólo en Portugal, sino a nivel internacional.
“Las nuevas generaciones de fadistas son brillantes.
Mis músicos tienen 22, 23 años –ella ha cumplido 33- y son auténticos virtuosos.
Las letras, además, conectan con nuestro tiempo y la situación tan dramática que estamos viviendo”, asegura Moura.
“Los portugueses somos menos reivindicativos que los españoles, creo, pero sabemos expresar con nuestra música lo que sentimos, como una forma de protestar”.
No en vano, el fado es un canto del alma. “Y el alma se expresa en él y va cambiando con los años, pero acertando con lo que nos ocurre”.
Así que el fado no duerme, ni llora su tristeza en una especie de parálisis.
Sino que mueve a conciencia con sus guitarras y sus voces las emociones presentes.
“Más que triste, nuestra música es emotiva, profunda”, matiza Moura. En su caso, con el aliciente de una creciente carrera internacional que le hace triunfar en Europa y por América, donde la artista arrasa en México o Estados Unidos
. Allí, además de los Stones, tiene otro padrino: Prince. “También me escucho, quiso conocerme y me invitó a cantar con él en directo”.
¿Qué les seduce tanto a los artistas pop de Ana Moura? “Supongo que estarán cansados de escuchar siempre lo mismo y quieren acercarse a cosas que les lleguen al alma.
Nuestra música expresa de manera muy honda conflictos interiores, busca la conexión con el sentimiento más que la fidelidad al estilo”, comenta.
Quizás también les impacte una determinación y una claridad de intenciones a la hora de encararse al micrófono que contrasta con la delicadeza y la timidez del trato en persona
. Ana Moura es bella y humilde, pero nada distante.
Llega de un fin de semana apoteósico en Lisboa, donde ha presentado su Desfado llenando dos noches el Coliseu dos Recreios, antes de acercarse a España en febrero, donde actuará en Barcelona (día 20), Madrid (21) y Santiago de Compostela (22).
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