Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 may 2011

MUJERES

Por Charo Nogueira







Un terremoto para la política gala, una humillación para Francia, un contratiempo para la gestión de la crisis griega, un arañazo al euro en la apertura de los mercados asiáticos, un Fondo Monetario Internacional descabezado…
 ¿Y las consecuencias para ella? Para la camarera que supuestamente sufrió un intento de violación, un acto sexual delictivo y una retención ilegal a manos del director gerente del FMI.
Una mujer de origen africano, según The New York Times, de 32 años y madre de una hija que se gana la vida aseando habitaciones de un hotel de lujo. Entra en una esplendorosa suite (ahora sabemos que a razón de 2.126 euros por noche, por cierto) para hacer la limpieza.
El cliente, un poderoso llamado Dominique Strauss-Khan y apodado por sus iniciales DSK, sale desnudo del baño y la asalta, según la versión que dio la víctima a la policía neoyorkina.






Habitación 2806, suite de lujo (dormitorio, baño y tres salones, aquí pueden ver el hotel) que DSK ocupa en viaje privado en el Sofitel de Manhattan.
Sábado por la tarde.
 La camarera cree que está desocupada y comienza a asearla cuando el cliente en cueros se abalanza sobre ella. La mujer logra huir finalmente e informa de lo ocurrido. Es atendida por los servicios médicos.
 El número uno del FMI sale rumbo al aeropuerto, probablemente de forma precipidada: olvida el móvil.
Y la llamada que hace desde el aeródromo al hotel Sofitel de Manhattan para pedir que le envíen el aparato será crucial: permite a la policía localizarlo y, poco después, deternerlo. Los agentes le levantarán del asiento que ya ocupaba en primera clase. Viajaba a Europa, donde tenía cita con Angela Merkel.
La canciller alemana no le recibirá para abordar la crisis en algunos países de Europa.
La camarera señalará poco después a DSK en una rueda de reconocimiento.






Las reacciones a la detención son de asombro, de estupefacción, de incredulidad. Se reclama, obviamente, la presunción de inocencia para DSK.
Se analizan las repercusiones políticas y económicas de la detención. Algunas voces hablan también de los antecedentes de Strauss-Khan: su affaire con una empleada del FMI, la denuncia de una periodista que dice ahora que fue él el político que la agredió sexualmente años atrás.
Los medios recuerdan que siempre tuvo cierta fama de obseso sexual. Pero esa vitola no le ha impedido hacer carrera, convertirse en uno de los hombres más poderosos del mundo y aparecer como el mirlo blanco de los socialistas para las próximas presidenciales francesas.






¿Y la camarera? Llevaba tres años empleada en el hotel. Sus jefes han dicho que estaban satisfechos con ella.
 Su vida también ha dado un vuelco. Las pruebas de ADN que realizan las autoridades estadounidenses (la policía ha obtenido una segunda orden para analizar la ropa de DSK en busca de restos de cabellos y de esperma) arrojarán más luz.

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