Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

15 abr 2011

El gran Bertolucci

DIEGO GALÁN
El Festival de Cannes va a entregar una Palma de Oro honorífica a Bernardo Bertolucci. Ya era hora.
 En la epidemia de homenajes que se hacen en los festivales de cine, estos suelen rendirse a lo exótico antes que a lo cercano, a veces por simple afán de notoriedad.
Parece que los premios a gente de casa no suelen ser bien apreciados, y aunque Bertolucci y su obra hayan superado con creces todas las fronteras, él no deja de ser para los franceses un vecino italiano.




Cuando en el Festival de San Sebastián se le rindió otro homenaje en 2000, la prensa local consideró a Bertolucci algo así como un amiguete, sin valorar el mucho talento que este genio del cine ha volcado en películas inolvidables -algo parecido ocurrió cuando los galardonados fueron Fernán-Gómez o Antonio Banderas: esas noticias se divulgaron con la boca pequeña-.
Ahora en Cannes, la ocasión de rendir tributo a Bertolucci no se debe solo a su demostrada valía, sino a que tras casi ocho años de retiro forzado por enfermedad, y al cumplir los 70, haya anunciado su regreso al cine, y nada menos que con una película en 3D.
Él dice con su habitual buen humor que la revolución tecnológica en curso es una alfombra voladora y hay que subirse en ella.
 Bienvenido sea este homenaje de Cannes, pero sobre todo bienvenida sea la noticia de que don Bernardo va a hacer otra película.



Si él ha sido un perspicaz analista de mil avatares de la historia italiana y del mundo, su visión sobre el hoy nos es imprescindible, nos lo cuente desde el suelo o desde la alfombra voladora.
Setenta años de vida lúcida, ocho de retiro y reflexión, son el salvoconducto que ha animado al Festival de Cannes a hacerle los honores tanto por un brillante pasado como por un futuro de apasionantes incógnitas.
Celebremos la oportuna inteligencia del Festival de Cannes y pongámonos en pie para aplaudir al gran Bernardo Bertolucci.

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