Desde que oficializaron su relación con aquel famoso beso del Mundial de Sudáfrica de 2010, Iker Casillas y Sara Carbonero
han encabezado las encuestas de popularidad.
En ellos dos, contaban los
expertos en imagen, se veía a una pareja joven, guapa y triunfadora.
Por eso, a la periodista se la rifaban las firmas para sus campañas de
imagen. Por eso, Iker Casillas se lanzó también al mundo de la
publicidad.
En los últimos días, todas las miradas estaban puestas en Casillas, en su recuperación. Y de ahí las especulaciones sobre si seguiría ligado al mundo del fútbol
en el cuerpo técnico del Oporto o regresaría a España. Porque lo que él
ya sabe es que los médicos le han desaconsejado colocarse de nuevo bajo
los palos de la portería. Pero la pareja, pocos días después de
regresar a su hogar portugués con un convaleciente Iker, descubría que
tenía por delante otra batalla que librar. En un control rutinario, los
doctores le detectaban a la periodista un tumor en uno de los ovarios.
Una vez operada —la intervención fue el pasado viernes 10 de
mayo en la clínica Ruber de Madrid—, descubierto que era cancerígeno y
diseñado el tratamiento posterior, Sara Carbonero decidió contarlo en Instagram. Horas antes, ella había publicado un post deseando ánimo y mostrando su amor a su marido que cumplía 38 años, en un aniversario no muy feliz, como él mismo se
encargó de contar. "Esta vez, no ha sido un gran cumpleaños", confesaba
el propio Casillas en el arranque de su mensaje. "Estoy seguro de que
en algún momento de vuestras vidas os ha pasado alguna cosa, ese día o
días atrás, que hace que no tengáis tan buen recuerdo. No estamos
exentos de que eso nos pase. Aún así, he tenido que posar y mostrar esta
cara algo alegre", relataba el integrante del Oporto. Lo que nadie
sospechaba era que el portero estaba pensando en su esposa, también
convaleciente. "Cuando aún no nos habíamos recuperado de un susto, la vida nos ha
vuelto a sorprender. Esta vez me ha tocado a mí, esa dichosa palabra de
seis letras que todavía me cuesta escribir", cuenta Carbonero en su
publicación en la red social y para sus 2,3 millones de seguidores. "Hace unos días en una revisión, los médicos me vieron un tumor maligno
de ovario y ya he sido operada. Todo ha salido muy bien, afortunadamente
lo hemos pillado muy a tiempo, pero todavía me quedan unos meses de
lucha mientras sigo el tratamiento correspondiente. Estoy tranquila y
con la confianza de que todo va a salir bien. Sé que el camino será duro
pero también que tendrá un final feliz. Cuento con el apoyo de mi
familia y amigos y con un gran equipo médico. Aprovecho para pedir desde
aquí a mis compañeros periodistas el respeto y la comprensión con los
que siempre me habéis tratado, especialmente en estos momentos tan
difíciles y delicados para mí y mi familia", concluye.
Iker
Casillas y Sara Carbonero, el 5 de mayo en Oporto, a la salida del
futbolista del hospital en el que fue operado de un infarto.CORDON PRESS
La periodista ha desvelado que, tras la operación, deberá someterse a
un tratamiento. Si le cuesta pronunciar la palabra de seis letras,
cáncer, lo mismo le sucede con la palabra quimioterapia. Y es que,
aunque el tumor ha sido detectado en una fase muy temprana, los médicos
recomiendan seguir este procedimiento para asegurarse una total
recuperación. Los pronósticos son muy optimistas.
La pareja, tras el tsunami de emociones vivido en solo 20 días, debe planificar su vida. Casillas quiere seguir ligado al fútbol
pero el tratamiento de su esposa probablemente le lleve a decidir
regresar a España.
Carbonero, que tiene sus médicos en Madrid, parece
que prefiere volver para tener cerca a su madre y a su hermana. La pareja sigue teniendo su casa en la urbanización madrileña de La
Finca, en Pozuelo de Alarcón, donde puede instalarse con sus hijos
Martín y Lucas.
Precisamente la noticia de la enfermedad de Carbonero
llega cuando todavía resuenan unas declaraciones en las que aseguraba
que aún pensaba tener más hijos.
Lo que sí tendrá que dejar de momento la periodista es su trabajo en Cuatro,
donde regresó hace poco más de tres meses con un programa de
entrevistas a deportistas tras un tiempo dedicada a su familia y a sus negocios en la moda. Fue realizando un reportaje en Tarifa cuando supo que Iker había sufrido un infarto. En las últimas horas, las redes sociales se han llenado de mensajes
de apoyo a ambos. Desde Alejandro Sanz a Carles Puyol, todos hablan de
su fortaleza para sortear los envites. En la memoria están las críticas
de tinte machista que Carbonero sufrió en la primera fase de su relación
con Casillas. Los problemas del portero con José Mourinho que forzaron su salida del Madrid y de la selección española. Y, entre medias, las desavenencias familiares del futbolista con sus padres cuando este quiso hacerse con el control de sus financias y negocios, lo que provocó un largo periodo de incomunicación. Detrás de toda historia, por muy de color de rosa que se vea desde
fuera, hay sombras. Casillas y Carbonero son un claro ejemplo de ello,
pero también de superación. Con 38 y 35 años respectivamente tienen por
delante un nuevo reto que afrontan más unidos que nunca y con el cariño
de siempre de la gente que sigue viéndoles como la pareja perfecta.
"Y una vez que la tormenta termine, no recordarás cómo lo lograste, cómo
sobreviviste.
Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado
realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no
serás la misma persona que entró en ella. De eso se trata esta
tormenta".
Estas palabras del escritor Haruki Murakami recordadas por Sara Carbonero en su Instagram son la manera de afrontar su particular batalla.
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