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30 dic 2017
El litigio interminable de Rocío Carrasco y Antonio David Flores
La hija de
Rocío Jurado y su exmarido siguen enzarzados en los juzgados.
Ella le
ha demandado por malos tratos continuados; él le pide 4.600 euros
mensuales para la manutención de sus dos hijos.
Rocío Carrasco y Antonio David Flores en una de sus últimas visitas a los juzgados de Alcobendas, en Madrid. Cordon PressSegún hacia dónde se quiera mirar en un divorcio, los
observadores tienden a adjudicar la palabra calvario a una de las
partes. Cuando el enfrentamiento se prolonga durante más de 18 años el
término se supone aplicable para ambas. Este es el caso de Rocío Carrasco, la única hija biológica de la desaparecida cantante Rocío Jurado,
y Antonio David Flores, un exguardia civil reconvertido en colaborador
televisivo que desde que se separaron en julio de 1999 no han tenido un
año de paz. Primero
fue su divorcio y el largo litigio que mantuvieron por la custodia de
sus hijos: Rocío y David, que cuando se separaron sus padres tenían tres
y un año respectivamente. En 2013 Antonio David
consiguió finalmente la custodia compartida por la que peleó durante
casi cuatro años y ahí parecía que acabarían los desencuentros de una
pareja que se casó demasiado joven,
que sufrió la presión mediática desde que se conoció su relación y que
aprovechó el interés que despertaba para rentabilizar en televisiones y
prensa rosa sus dimes y diretes. Aunque en este punto, se ha de
reconocer que quien más partido ha sacado a la popularidad que le
otorgaban sus problemas de pareja, ha sido Antonio David, que se
convirtió en habitual de los programas del corazón, primero hablando de
lo suyo y después sentado cátedra sobre cotilleos ajenos. Una actividad
que a lo largo de estos años, y según un cálculo que realizó el programa
Sálvame hace unos meses, le ha reportado ingresos que rozan los dos millones de euros.
Antonio David, en el centro, junto a sus hijos David y Rocío, este año en Málaga, la ciudad en la que viven.
Dieciocho años después, la expareja
acaba de volverse a encontrar en sede judicial. Ocurrió el pasado 20 de
diciembre en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Alcobendas
(Madrid). Tanto uno como otro, reflejaban en sus rostros las huellas de
la tensión que existe entre ellos y la angustia que les genera esta
situación que parece no tener fin.El motivo de ese encuentro, en el que no se dirigieron la palabra
durante las casi siete horas en las que permanecieron en el edificio de
los juzgados, era dirimir la demanda presentada por Antonio David para
reclamar a Rocío Carrasco 4.603,12 euros mensuales para cubrir lo que
considera la mitad de las necesidades económicas de sus dos hijos, que
viven con él y hoy tienen 21 y 19 años. Diversos medios apuntan que Antonio David Flores tiene pendiente una
demanda por malos tratos continuados hacia Rocío Carrasco que incluso
podría provocar el ingreso del exguardia civil en la cárcel y un
alzamiento de sus bienes. Aunque la revista Lecturas publicó
esta semana declaraciones de personas del entorno de Flores desmintiendo
tal extremo: “David ni siquiera está siendo juzgado. Aún no está
acusado de nada”, manifestaron dichas fuentes. Y la misma revista
también aclara que no es cierto que la jueza que dirime el caso se
refiriera a Rocío Carrasco utilizando la palabra “víctima”. “Fue el
abogado de ella”, afirma la persona que da la información a la
publicación, “quien utilizó ese término y la jueza le corrigió y le
dijo: ‘Querrá decir denunciante”.
Rocío
Jurado y Ortega Cano, junto a sus su nietos Rocío y David (izquierda) y
sus hijos adoptivo Gloria Camila y José Fernando, en 2003.
Sea cual sea el final judicial de esta historia de desamor,
los hijos sufren las consecuencias de una lucha sin cuartel con luces y
sombras. . La primogénita de la pareja, Rocío Flores Carrasco, optó,
nada más cumplir los 18 años, por vivir con su padre y la pareja de este
Olga Moreno. Ese fue también el momento en el que se descubrió que la
relación con su madre era tan mala como para renegar de ella en público y
considerar que quien merece para ella esa palabra es la actual esposa
de su padre, a quien adora y defiende cada vez que hay ocasión.
Un camino similar ha recorrido el segundo hijo de la pareja,
David Flores Carrasco, que pocos meses antes de cumplir los 18 años y
aprovechando las vacaciones de verano que pasaba con su padre decidió no
volver a la casa materna. Un hecho que ocasionó otra demanda contra
Antonio David Flores por no retornar al menor de edad al domicilio de su
madre tras el período vacacional. El mismo padrastro de Rocío Carrasco, el torero José María
Ortega Cano, ha manifestado hace solo unos días que ambos "deberían
pensar más en esos dos hijos que tienen y que lo están pasando muy mal
con este lío y dejarse de cosas de jueces y pensar en la familia, en los
dos niños, en su madre. Si estuviera viva su madre [manifestó en
referencia a Rocío Jurado] no pasaría nada de esto". Los protagonistas de este desencuentro eterno ahora callan. Los procesos
judiciales que mantienen abiertos no aconsejan que se prodiguen en los
medios. Antonio David Flores contestó amablemente a este periódico que
su abogado le recomienda "no hacer ningún tipo de declaración". Rocío
Carrasco es históricamente hermética en lo que respecta a este asunto. Su historia continuó por caminos separados: él volvió a casarse en 2009
con la sevillana Olga Moreno, con quien tiene una hija, Lola, de cuatro
años. Ella contrajo matrimonio en 2016 con Fidel Albiac, después de 17
años de relación, y sin la presencia de ninguno de sus hijos. Pero sus
caminos se cruzan una y otra vez y tienen tantos tintes de infelicidad
que ni la propia Rocío Jurado hubiera imaginado esta historia como tema
de una de sus coplas.
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