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14 ene 2013

Mujeres, las sospechosas habituales en la historia reciente de España


FOTOGALERÍA
Portada de un libro de López Ibor.

En 1901, la pareja formada por Elisa y Marcela, contrajo matrimonio eclesiástico en una iglesia de A Coruña
. No es que a comienzos del siglo pasado la Iglesia sufriera un ataque de progresismo. Para poder hacerlo, Elisa se travistió de hombre, cambiando radicalmente de aspecto y y se rebautizó con el nombre de Mario para poder recibir el sacramento.
 Tres meses después fueron descubiertas
. Perseguidas por la justicia, la prensa se ensañó con ellas con crueles caricaturas
. La pareja pudo escapar a Argentina, donde, por suerte, su rastro se perdió
. La escritora Emilia Pardo Bazán reconoció que nunca habría sido capaz de imaginar una novela semejante.
Las fotografías de ambas mujeres antes y durante la ceremonia, las crónicas de la época y los chistes ilustrados, forman parte de la exposición Mujeres bajo sospecha. Memoria y sexualidad (1930-1980) que hasta el 10 de febrero se puede ver en el Ateneo de Madrid
. Es todo un repaso al papel y el trato que han recibido las mujeres en la historia reciente de España
Las comisarias, Raquel Osborne y María Rosón, han montado una exposición que se recorre entre la angustia y la ternura, entre la rabia y la sonrisa. 
El hilo conductor es la sexualidad de la mujer en ese período y para narrarlo se sirven de documentos originales, libros, revistas, fotografías, carteles, pinturas, ropa (uniformes de colegio o de la Sección Femenina).
 En una peculiar mezcla entre lo privado y lo público, lo anónimo y las élites, dividen la muestra en cinco grandes temas
: Las modernas, las inmorales, las domesticadoras, las decentes y las liberadas.
En el arranque de la exposición está la parte en la que las españolas ofrecen una imagen más cosmopolita y más próxima a la que se podía ver en las grandes ciudades de todo el mundo.
 Son las primeras décadas del siglo XX, hasta la llegada de la II República y se ve a las primeras mujeres que se atrevieron a cortarse el pelo, fumar en público, caminar sin sombreros, conducir su coche o practicar deportes.
 Cantantes, deportistas, artistas o escritoras fueron las primeras en cambiar el destino de su sexo. Ninguneadas por intelectuales y políticos, son ellas las encargadas de dar visibilidad a la mujer consiguiendo derechos como el sufragio universal o empezando a dejarse ver en las aulas universitarias.
Pero con la Guerra Civil se acabó esa modernidad de las mujeres españolas y llegaron los tiempos en que aquellas audacias se calificaron de inmorales y su papel de ciudadanas fue castigado con cárcel, violencia y exilio. 
Las monjas y la Sección Femenina de Falange se encargaron de domesticarlas.
 El feminismo y la libertad sexual no volverían a dejarse ver hasta la muerte de Franco y la llegada de la transición, cuando la convivencia es posible entre el destape , la mítica revista Vindicación Feminista y el primer bar de lesbianas en España, el Daniel’s.
 Entre aquellas variadas y numerosas voces, surgieron las primeras manifestaciones callejeras a favor de la libertad sexual y el aborto, unos objetivos que todavía hoy algunos siguen poniendo en entre dicho.

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