Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 feb 2020

La moda de ser tonto y parecerlo ..................................Javier Marías..

La moda de ser tonto y parecerlo

1 feb 2020

Pluscuamperfecta------------------------------------Boris Izaguirre

Pluscuamperfecta

Siempre ha habido plagas, enfermedades y chismes. Es mucho lo que estamos viviendo: el 'impeachment' de Trump, el Brexit, el coronavirus y las compras nerviosas de mascarillas en las farmacias

Nieves Álvarez en la última gala de los Premios Goya celebrada en Málaga.
Nieves Álvarez en la última gala de los Premios Goya celebrada en Málaga. Getty Images

 

 

Como muchas personas, me he acatarrado esta semana.
 Conseguí quedarme en casa leyendo periódicos atrasados, guiones intensos y de vez en cuando, atendiendo mis redes y viendo los informativos
. La imagen que más se repitió ese día fue la de una calle en Wuhan, la ciudad china donde nació el coronavirus, completamente vacía. 
Una ciudad de millones de habitantes, desierta. 
Pensé que acababa de ver una de esas imágenes del futuro que en realidad es presente: 
Un gigantesco sitio vacío que representa el miedo a gran escala.
Siempre ha habido plagas, enfermedades y chismes. 
Es mucho lo que estamos viviendo: el impeachment de Trump, el Brexit, el coronavirus y las compras nerviosas de mascarillas en las farmacias.
 Mascarillas que medio mundo usa, incluyendo los periodistas que acuden a Vancouver, en Canadá, tratando de conseguir algunas palabras de Meghan o Enrique como si fueran una vacuna milagrosa.
 Pronto veremos como las mascarillas pasan a formar parte de algún estilismo en las semanas de la moda.
 O de un funeral aristocrático como el de Pilar de Borbón donde resultaron imprescindibles por los virus que volaban como dagas voladoras dentro del templo. 
El mundo es así, todo se asimila, todo se cruza. Todo se pega.


Por eso, en este universo caótico y viral, me asombra la capacidad de posar de Nieves Álvarez, en la alfombra roja de los Goya.
 He visto su imagen en todas las revistas, desde Pronto a Love, y Álvarez está siempre igual. 
Pluscuamperfecta, de verde y con joyas de Bulgari que pertenecieron a Gina Lollobrigida.

Nieves es como un mascarón de proa al que poder sujetarse cuando llegue el tsunami.
 Pasará la ola y ella conseguirá estar igual.
 Como inmunizada, sin un pelo fuera de sitio, la mano sujetando el clutch con firmeza.
 Como esas mujeres valerosas que sostienen algo trascendente, una bandera o una antorcha. Gracias, Nieves.
En Love, que siempre se fija más en los trajes y accesorios, están más interesados en Penélope Cruz y Paz Vega, dos actrices portentosas. 
Vega organizó junto a su marido Orson Salazar, la fiesta tras la entrega de premios, que es una razón de peso para sobrellevar la eternidad de la gala.
 Asumes que atravesarás todos los agradecimientos, las pausas, los virus, la falta de agua mineral y de nutrientes para sobrevivir ese telemaratón, pero intuyes que si estás en la lista de Paz Vega todo habrá valido la pena.
Paz Vega en los Premios Goya, el pasado día 25.
Paz Vega en los Premios Goya, el pasado día 25. Getty Images
Empieza a ser evidente que hay demasiada información y pocas fiestas.
 Además no he podido digerir bien que Karelys, nueva estrella a la que ¡Hola! le concedió media portada la semana pasada, gestionó por whatsapps con un paparazi para que la “pillara” en su cita con Cayetano Rivera en una de las cafeterías más feas de Londres.

 He leído esos mensajes, que la revista Semana publica y traduce muy bien y da la impresión que Karelys va a tener extremadamente difícil poder aclarar todo esto. Empieza, Karelys, el culebrón.

Organizar fotos que fastidian a otros a cambio de dinero me parece siniestro. 
Es como una ofensa a los derechos humanos, algo de lo que tampoco sabe mucho Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela, de la que todos hablan porque podría haber violado la ley europea si hubiese pisado suelo español durante su escala en Barajas.
 Venezuela ya está en todas partes y parece el contagioso guion de una película de espías con Madrid como escenario.
A Delcy la pillaron, como a Karelys y el lío es mayúsculo.
 Como la ciudad está plagada de venezolanos, no puedes ir a ningún sitio sin verte obligado a comentar algo.
 Yo, con voz convaleciente, intento explicar que los venezolanos tenemos el ancestral hábito de llegar muy acompañados a cualquier sitio. Siempre con alguien extra. 
Delcy estaba en el avión privado esperando a cambiar de aeronave, junto al ministro de Turismo venezolano que sí se quedaba en España.
 Es algo que los caraqueños no podemos evitar: cuantos más, mejor. Tenemos que llegar a una casa, a un funeral, al aeropuerto o a la misma cárcel, en cambote, acompañados de lo que se llama un combo. 
Y eso puede inocular virulentos problemas de casting como el que trae de cabeza al ministro José Luis Ábalos.
La fiebre puede estar afectándome, pero veo en la Y griega de estos nombres, Karelys y Delcy, un síntoma fatal. 
Como para salir corriendo a comprar algo más que una mascarilla. Y si tuviese que hacerlo acompañado, prefiero hacerlo con Paz, Penélope y Nieves.

La escritora Mary Higgins Clark muere a los 92 años

Considerada una de las grandes del género negro, la autora ha fallecido en Florida. Deja más de 50 novelas de misterio, todas ellas 'best-seller' mundiales.

Mary Higgins Clark, en 2004.
Mary Higgins Clark, en 2004. AP

 

Si el término no hubiera caído en desuso diríamos que este sábado ha muerto en Naples (Florida) la gran dama del crimen. 
Mary Higgins Clark ha fallecido a los 92 años tras haber escrito más de 50 novelas de misterio, todas y cada una de ellas rotundos best-seller, con las que ha vendido más de 100 millones de libros solo en Estados Unidos.
Vista la soltura con la que encadenaba una novela tras otra se podría pensar que su camino hacia el éxito fue sencillo. 
Nada más lejos de la realidad.
 A pesar de que enviaba relatos a revistas literarias desde muy joven no publicó su primera novela, Aspire to the Heaven, hasta los 41 años.
 El libro, una historia de amor entre George y Martha Washington fue un rotundo fracaso que no la apartó de la escritura.
 Tras enviudar a los 37 años y mientras encadenaba trabajos alimenticios para sacar adelante a su familia, Higgins Clark escribió el libro que cambiaría su vida. 
¿Dónde están los niños?, publicado en 1975 por Simon and Schuster, que sería su editor durante toda su carrera, se convirtió en un éxito instantáneo.
 Había vendido los derechos por 3.000 dólares.
 Dos años después recibió un millón y medio por su segunda novela, Un extraño acecha (en español publicado, como gran parte de su obra, por Debolsillo). 
A partir de ahí, literatura y éxito la acompañaron hasta el fin de sus días: en noviembre de 2019 salió su último libro en Estados Unidos.
 A los autores nos suelen preguntar 
¿Cuándo decidió convertirse en escritor? Y la respuesta, por supuesto, es que no decidimos nada. Alguien lo decidió por nosotros.
 Un hada llegó a mi cuna y me dijo: ‘Serás una narradora”, comentaba con sus lectores por Facebook, donde siempre fue muy activa.
 Nacida en el Bronx, Nueva York, en 1927 en el seno de una familia de origen irlandés, Higgins Clark supo dar un giro al género negro para que se abriera a otra dimensión. 
Sus protagonistas son casi siempre mujeres en graves problemas, gente corriente con quien las lectoras se identifican rápidamente. En ¿Dónde están los niños? Nancy Harmon es una joven casada cuya vida se derrumba cuando desaparecen sus dos hijos, su marido se suicida y ella se convierte en la sospechosa.
 El principal testigo desaparece y el caso es desestimado. Nancy rehace su vida, se casa y cuida de manera obsesiva de sus dos nuevos hijos.
 Hasta que desaparecen.
 El argumento sirve para ilustrar las virtudes de una escritora que supo abrirse un nuevo camino. 
A veces sus personajes caen en el tópico –sobre todo los villanos masculinos–, sus novelas recurren a un esquema parecido y pueden ser predecibles, pero su influencia en el género es enorme y la legión de autoras que han seguido sus pasos, lo reconozcan o no, es numerosa.

A finales de los años ochenta firmó un contrato para escribir varias novelas por una cifra que nunca se hizo pública pero que no bajaba de 10 millones de dólares, algo inaudito.
 Escritora prolífica y trabajadora incansable, tiene numerosas obras más allá de sus 56 libros de misterio, ha escrito algún true crime para televisión, memorias y libros infantiles. 
Varias de sus historias han sido adaptadas al cine o la pequeña pantalla en producciones en las que se permitía algún cameo. Prueba de su incansable actividad creativa es su unión, pasados los 80 años, con su hija Carol, también escritora, para iniciar una serie de novelas en la que mezclaban los protagonistas de sus sagas.
Gran Maestra del Misterio de los premios Edgar Allan Poe, Higgins Clark era también muy popular también fuera de su país.
 En Francia, por ejemplo, fue reconocida con el Gran Premio de Literatura Policial en 1980. En 2002 pudo resarcirse de su fracaso inicial cuando reeditaron Aspire to the Heaven con un título nuevo y se convirtió rápidamente en otro éxito de ventas. 
Ahora, con su muerte, sus libros volverán a lo más alto de unas listas que nunca abandonaron.
 La fórmula Higgins Clark sigue funcionando.

Los mundos de García Márquez salen al mundo

La Universidad de Texas inaugura la primera gran exposición del archivo del Nobel colombiano. La muestra llegará a México en noviembre.

Gabriel Garcia Marquez 
Gabriel García Márquez aceptando el Premio Nobel de Literatura de 1982. Harry Ransom Center

Gabriel García Márquez decía que solía despertarse temprano desde los 17 años para sentarse a llenar las páginas en blanco con las que comenzaba una jornada. 
Aquella rutina tuvo una feliz variación el 10 de octubre de 1982, cuando alguien de la Academia Sueca lo llamó a su casa de Ciudad de México para anunciarle que había ganado el Premio Nobel de Literatura.
 Aquel momento quedó inmortalizado. 
No en una hoja en blanco llena de palabras sino con luz que escribió sobre un papel. 
La fotografía de aquella madrugada muestra a un orgulloso García Márquez, en ese entonces de 55 años, sonriendo de oreja a oreja en el jardín de su casa. 
Tiene las manos metidas en su bata y calza unos zapatos blancos. Su esposa, Mercedes Barcha, le planta un fuerte beso en la mejilla izquierda con un gesto que solo puede describirse como de inmensa felicidad. 

La imagen, tomada a las seis de la mañana por Rodrigo García, el segundo hijo de la pareja, marca un momento definitorio para el colombiano.
 Era un hito que aceleraba el viaje de vida que despojó a Aracataca de su hijo pródigo para darle a todo el mundo uno de los escritores más queridos del siglo XX.
 La fotografía, que cuenta con un pie de foto escrito por García Márquez, es una de las miles de piezas que conforman el archivo del Nobel, custodiado desde 2015 por el Harry Ransom Center de la Universidad de Texas en Austin.
 La colección incluye también los 577 telegramas que lo felicitaron por el galardón firmados por editores, mandatarios, estudiantes y escritores. 
 Este sábado 1 de febrero, el centro inaugura la primera gran exposición del gigantesco archivo, del que se han digitalizado más de 27.000 imágenes disponibles en línea desde 2017.
 Gabriel García Márquez, la creación de un escritor global, pretende explicar la transformación de un niño criado por sus abuelos en un pueblo del Caribe colombiano hasta su consagración mundial. 
Todo este viaje es contado por docenas de objetos. 
“La exposición responde a interrogantes de cómo este escritor de un pequeño pueblo se convirtió en alguien tan influyente. 
Cómo se posicionó y absorbió los lugares por los que iba pasando”, explica Álvaro Santana-Acuña, el comisario de la exposición y autor de Ascent to Glory, un libro sobre cómo García Márquez escribió Cien años de soledad y cómo se convirtió en un clásico global que estará disponible en junio de este año.



Este sábado 1 de febrero, el centro inaugura la primera gran exposición del gigantesco archivo, del que se han digitalizado más de 27.000 imágenes disponibles en línea desde 2017
Gabriel García Márquez, la creación de un escritor global, pretende explicar la transformación de un niño criado por sus abuelos en un pueblo del Caribe colombiano hasta su consagración mundial. 
Todo este viaje es contado por docenas de objetos. “La exposición responde a interrogantes de cómo este escritor de un pequeño pueblo se convirtió en alguien tan influyente.
 Cómo se posicionó y absorbió los lugares por los que iba pasando”, explica Álvaro Santana-Acuña, el comisario de la exposición y autor de Ascent to Glory, un libro sobre cómo García Márquez escribió Cien años de soledad y cómo se convirtió en un clásico global que estará disponible en junio de este año. 
Entre 1947 y 1961, el entonces periodista colombiano firmó sus primeros cuentos y redactó centenares de crónicas para los periódicos El Universal, El Heraldo y El Espectador de Colombia y Momento de Caracas desde Europa, Venezuela y Estados Unidos, donde pasó un semestre en Nueva York.
 Fue en este periodo también donde se empapó de las letras de maestros como William Faulkner, Ernest Hemingway, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges y James Joyce.
 La segunda sala de la exposición ofrecerá un caramelo para los fanáticos de la literatura.
 Los lectores podrán ver las galeradas del Ulises de Joyce, un documento difícil de ver incluso hasta para los investigadores del centro Harry Ransom. También estarán disponibles el manuscrito de Rayuela, de Julio Cortázar y las cuatro páginas que conforman el único intento de escribir una novela de Borges, Los Rivero
Si Gabo tomó de los lugares visitados para poblar su genial imaginación, no puede faltar un espacio para México en la exposición. 
 García Márquez arribó sin papeles con su familia al país en 1961 y tuvo que dedicarse a escribir guiones cinematográficos y editar revistas populares como Sucesos para todos para tener ingresos. Su vida allí también le sirvió para familiarizarse con otras figuras del Boom como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Cortázar, y con personajes como Juan Rulfo, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo y Luis Buñuel.
 La tercera sala está dedicada a este periodo y será ampliada con documentos especiales y fotografías cuando la exposición viaje a México, donde será mostrada en el Museo de Arte Moderno de noviembre de 2020 a enero de 2021.



Este sábado 1 de febrero, el centro inaugura la primera gran exposición del gigantesco archivo, del que se han digitalizado más de 27.000 imágenes disponibles en línea desde 2017.
 Gabriel García Márquez, la creación de un escritor global, pretende explicar la transformación de un niño criado por sus abuelos en un pueblo del Caribe colombiano hasta su consagración mundial. 
Todo este viaje es contado por docenas de objetos. 
“La exposición responde a interrogantes de cómo este escritor de un pequeño pueblo se convirtió en alguien tan influyente.
 Cómo se posicionó y absorbió los lugares por los que iba pasando”, explica Álvaro Santana-Acuña, el comisario de la exposición y autor de Ascent to Glory, un libro sobre cómo García Márquez escribió Cien años de soledad y cómo se convirtió en un clásico global que estará disponible en junio de este año. 
Entre 1947 y 1961, el entonces periodista colombiano firmó sus primeros cuentos y redactó centenares de crónicas para los periódicos El Universal, El Heraldo y El Espectador de Colombia y Momento de Caracas desde Europa, Venezuela y Estados Unidos, donde pasó un semestre en Nueva York. 
Fue en este periodo también donde se empapó de las letras de maestros como William Faulkner, Ernest Hemingway, Virginia Woolf, Jorge Luis Borges y James Joyce.
 La segunda sala de la exposición ofrecerá un caramelo para los fanáticos de la literatura.
 Los lectores podrán ver las galeradas del Ulises de Joyce, un documento difícil de ver incluso hasta para los investigadores del centro Harry Ransom. 
También estarán disponibles el manuscrito de Rayuela, de Julio Cortázar y las cuatro páginas que conforman el único intento de escribir una novela de Borges, Los Rivero
Si Gabo tomó de los lugares visitados para poblar su genial imaginación, no puede faltar un espacio para México en la exposición. 
García Márquez arribó sin papeles con su familia al país en 1961 y tuvo que dedicarse a escribir guiones cinematográficos y editar revistas populares como Sucesos para todos para tener ingresos.
 Su vida allí también le sirvió para familiarizarse con otras figuras del Boom como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Cortázar, y con personajes como Juan Rulfo, el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo y Luis Buñuel.
 La tercera sala está dedicada a este periodo y será ampliada con documentos especiales y fotografías cuando la exposición viaje a México, donde será mostrada en el Museo de Arte Moderno de noviembre de 2020 a enero de 2021. 
Santana-Acuña explica algunos detalles de la influencia mexicana en el mundo del realismo mágico del colombiano.
 En una carta a su amigo Plinio Apuleyo Mendoza, García Márquez le describe una visita a una feria de Michoacán donde vio a indígenas purépechas vestir angelitos de paja. 
El episodio lo inspiró para escribir el cuento Blacamán el bueno, vendedor de milagros, publicado en la Revista de la Universidad en mayo de 1968. 
"Estamos encantados de poder compartir la historia de cómo se hizo Cien años de soledad, que también es la historia de cómo García Márquez se hizo escritor", señala Stephen Enniss, el director del Harry Ransom Center. 
Así, la cuarta sala de la exposición está enteramente dedicada a esta obra maestra, que el propio autor aseguró haber escrito en 18 meses entre 1965 y 1967, fecha de su publicación. 
Sin embargo, las primeras imágenes lo visitaron mucho antes. “Gabo tiene la primera idea en 1950, pero no se sentó a escribirla sino hasta mucho después”, señala Santana-Acuña, académico del Whitman College del Estado de Washington. 
Varios objetos mostrados matizan la idea del genio de la gran idea y que trazan un constante método creativo de trabajo.
 “Gabo escribió una novela sobre la soledad con mucha compañía”, añade el comisario. 
Los escritores Emmanuel Carballo, Berta Chaneca Maldonado y Juan García Ponce apoyaron con sus observaciones la fabricación de las aventuras de los Buendía. 
El comisario augura una “gran sorpresa” en la quinta sala, donde los visitantes de la exposición podrán ser testigos del proceso de “carpintería literaria” de García Márquez. 
“Verán los manuscritos corregidos, recortados y mejorados” de obras como El coronel no tiene quien le escriba, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera, entre otras.
 Muchas de estas páginas hablan del día que tuvo el genio. 
En muchas, donde no estaba contento, la acción moría a medio camino y con ella el manuscrito.

  En otras puede verse al escritor en flujo: no miraba hacia atrás para detenerse sin importar que la cuartilla estuviera llena de dedazos y fallos ortográficos. 

Y también el autor pragmático dispuesto a olvidar virguerías. “En Del amor y otros demonios tiene una frase magistral escrita a mano que suprime finalmente porque no mueve la acción hacia adelante”, cuenta Santana-Acuña.

 Esa es precisamente la dirección que siempre tomó la fulgurante trayectoria de García Márquez. 

 Nos lo dicen sus objetos.

El Gabo político

Los mundos de García Márquez salen al mundo
La exposición también estudia, en su sexta sala, el lado más comprometido de Gabo, amigo de figuras como el cubano Fidel Castro, el estadounidense Bill Clinton y el mexicano Carlos Salinas de Gortari. 
De hecho, el escritor fungió de puente diplomático entre los tres. García Márquez repudió a Pinochet y respaldó al venezolano Carlos Andrés Pérez ante el golpe de Estado que pretendió echarlo en 1992.
Las imágenes que llegarán a México incluyen fotografías del escritor con el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, de los tiempos en los que este era jefe de Gobierno capitalino, y con el revolucionario Subcomandante Marcos, quien hoy se hace llamar Galeano.
 Algunos documentos también revelan sus luchas como activista. Es el caso de una carta enviada al presidente estadounidense Jimmy Carter, a quien pide la liberación de Andrés Figueroa Cordero, un promotor de la independencia de Puerto Rico que había sido encarcelado tras una violenta protesta en Washington.
Entre los documentos que se mostrarán figura también un texto donde Gabo alertaba sobre el cambio climático y el reto que este sería para toda la humanidad. ¿El año? 1992.