Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

3 mar 2018

Santacana, el hombre que dinamitó la vida de Arantxa

Se presentó a la tenista como empresario, pero trabajaba con un subastero que se suicidó por deudas. En Miami no tiene oficio conocido.

Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana.
Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana. GETTY

 La familia Sánchez Vicario siempre desconfió de Josep Santacana, sobre todo sus hermanos, Emilio y Javier. 

Por eso, durante el mes de septiembre de 2007, quien se presentaba al mundo como un empresario estuvo vigilado. Detectives privados siguieron su pista y elaboraron un informe que avaló lo que sospechaban: la vida de Santacana estaba llena de claroscuros.

 No era un empresario ejemplar.

 Según la investigación, mantenía deudas con varias entidades financieras como el Banco Sabadell y La Caixa.

 No se trataba de importes elevados, pero sus negocios dejaban mucho que desear. 

El todavía marido de la mejor tenista española de todos los tiempos trabajó como empleado del conocido subastero José Guindulain, que se hizo, por ejemplo, con la subasta del parque Tibidabo en Barcelona en representación de Chupa Chups, pero que en 2009 se suicidó, agobiado por las deudas.

 La pareja se conoció precisamente durante una fiesta que Guindulain celebró en Ibiza, en el verano de 2007. 

Volvieron a Barcelona ya juntos. 

 Todo fue muy rápido: el primer embarazo y la boda. 

Para entonces, Santacana ya había confesado a la tenista su ruina. 

El empresario, según su versión, firmó a petición de la familia Sánchez Vicario los documentos necesarios para preservar la fortuna de Arantxa

Pero alguien miente porque ella asegura que no tiene “ningún activo a su nombre” y sus asesores dicen que su todavía marido posee el control de sus bienes.

Arantxa Sanchez Vicario, con su familia en 2015.
Arantxa Sanchez Vicario, con su familia en 2015. GC Images
Arantxa, de 46 años —los mismos que su marido— es una mujer de carácter como ha demostrado sobradamente sobre la pista, pero durante la década que ha pasado casada se ha mostrado como una esposa temerosa que en las entrevistas realizadas durante la batalla contra sus padres miraba a Santacana buscando su aprobación.
 Se quejó Arantxa en su libro ¡Vamos! — idea de Santacana— del control que ejercieron sus progenitores hacia ella, pero lo cierto es que salió de su protección para ser dirigida por su marido —estuvo antes casada un breve periodo de tiempo con Joan Vehils, un periodista deportivo—.
 Por eso Arantxa nunca ha sido verdaderamente una mujer independiente. 
De hecho, ahora que batalla en un divorcio complejo coincidente en el tiempo con una petición de cárcel por una deuda de 7,5 millones de euros que reclama el Banco de Luxemburgo, ha vuelto a buscar el paraguas familiar no solo en lo emocional.
Santacana vivió los últimos cuatro años de relación con Arantxa con un pie fuera del matrimonio.
 Miami era su base, pero continuamente viajaba a Barcelona donde pasaba temporadas largas, de semanas o meses, para atender sus negocios de restauración, según un amigo suyo que vive en Florida. La actividad de Santacana en Miami se centraba en gestionar el patrimonio y las ganancias de la legendaria tenista.
 También tanteó la posibilidad de llevar a cabo un par de nuevos negocios en Florida relacionados con el tenis para aprovechar el excelente cartel comercial de su esposa, pero ninguno prosperó. Otra fuente que conoce a la pareja coincide en que Santacana por sí mismo no emprendió nada en Miami, una ciudad con un tremendo dinamismo empresarial, sino que se limitó a administrar la riqueza de Sánchez Vicario, que ahora lo acusa de haber aprovechado su confianza para arrebatarle su patrimonio; hasta el punto de que ahora estaría viviendo con su nueva pareja, Raquel, también española, en un apartamento comprado por la tenista.
 “Él tiene todo el control de su dinero. La dejó sin nada, en una situación dramática”, comenta una persona cercana a ella.
Santacana es descrito por conocidos suyos como un hombre “agradable” y “atento”, pero con un punto reservado, “silencioso” a veces y “celoso” de mostrar su vida privada. 
Le gustaba salir de restaurantes en la vibrante noche de Miami, a menudo sin su esposa; le encantaba hablar de vinos y arreglarse siempre de manera informal, pero con prendas caras, de primeras marcas.
La tenista Arantxa Sánchez Vicario.
La tenista Arantxa Sánchez Vicario. Europa Press
Cuando estaban juntos Arantxa y él mostraban una buena relación, aunque nunca muy cercana. 
“Yo nunca vi un beso entre ellos o un gesto especial de cariño”, apunta un amigo de la pareja.
 Ambos compartieron al menos dos apartamentos en el tiempo que convivieron en esta ciudad con sus dos hijos
. Primero en Brickell —un barrio céntrico de modernos rascacielos y precios disparados— y, en torno al momento de su separación, hace dos años, en Midtown, otra zona con caros desarrollos inmobiliarios, en un edificio recién terminado con espléndidas vistas a la bahía en el que alquilaron un apartamento de dos habitaciones que ahora habita la tenista con sus dos niños.
 De momento, Arantxa se queda en Miami, dispuesta a recomponer su vida, la que ha dinamitado Santacana. 

Vidas propias Estoy preparado para las represalias de Pedro J Jorge Javier Vázquez



Estoy preparado para las represalias de Pedro J



Jorge Javier Vázquez

Pero J ramírezTras su paso por el ‘Deluxe’, la estrella y su séquito no dejaron pasar la oportunidad de tomarse una copa en La muralla, ese bar que hay enfrente de Telecinco y en el que últimamente se cuecen los conflictos más estrambóticos de ‘Sálvame’.
 Por mi parte, tal y como anuncié al principio del programa, estoy preparado para que desde El Español –el confidencial que dirige Pedro Jota– me empiecen a llover hostias como panes. Aunque después de lo que su exmujer nos contó de él me la pela bastante.
Muy curioso por cierto que Bluper –el portal que les suministra las noticias de televisión– no se haya hecho eco de la entrevista de la diseñadora ni del liderazgo del ‘Deluxe’ el sábado. Muy bien, chicos. 
Vuestro señorito estará contento.


2 mar 2018

Me preocupa el ingreso de María Teresa Campos Mila Ximénez

En el punto de Mila

Me preocupa el ingreso de María Teresa Campos


Teresa Campos

Eso de que los días pasan volando es una realidad absoluta
. Me he cogido unas vacaciones, y llevo poco más de una semana intentando desconectar.
 Así que hoy, que tenía que ponerme un poco al día, me he metido a ver titulares. 
Ninguno que me sorprenda y uno que me preocupa.
 La ruina y el desalojo vital de Arantxa Sánchez Vicario era una historia con final previsible.
  La guerra de los Franco por un patrimonio celado por la matriarca: solo era cuestión de tiempo que, una vez liberadas las llaves, todos corrieran a abrir las cancelas que les permitirán disfrutar del expolio del abuelo Francisco.
 Parece que, al fin, Paula Echevarría ha decidido salir de la ambigüedad y ha decidido estrenar sábanas nuevas. Mi compañero y amigo, Kiko Hernández, protagoniza una portada que es un paso más a esa libertad que no se permitió durante mucho tiempo.
 Pilar Eyre escribe un nuevo best seller y se deja atropellar por comentarios necios que le dibujaron un rictus de bochorno. El bulo de Jesús Gil, tuvo eco por encima de Pilar.
 Es más, muchos lo creímos.
De todo esto, sí me preocupa el ingreso de Teresa Campos. Sé que tiene una fortaleza de hierro, y que este incidente será algo leve.
 Pero también sé que su mayor fuerza estaría en la vuelta al trabajo. A veces, hemos tenido desencuentros. Pero, eso sí, con un inmenso respeto por parte de ambas.
 La Campos tiene esa fuerza que te hace revolverte y adorarla al mismo tiempo. 
Me cuentan que sufre un problema intestinal. Y yo añadiría que se suma cierta nostalgia por volver a un medio al que entregó su vida.
  Desde aquí, le mando millones de besos, y mi deseo de volver a verla en un plató. Cuanto antes, mejor.

En el punto de Mila La muerte me ha arrancado un futuro cargado de pasión Mila Ximénez

En el punto de Mila

La muerte me ha arrancado un futuro cargado de pasión

Mila Ximénez







Hoy se ha ido una parte de mi vida. 
La muerte me ha arrancado un futuro cargado de pasión y caricias ajenas al mundo. Jamás volveré a abrazarle en ese mundo mágico de clandestinidad que nos salvaba del frío de la calle. 
Siempre he negado mis dependencias emocionales, ocultaba que durante muchos años he amado rabiosamente a alguien que esperaba que volviera, y estaba segura de que sería así.
 Imaginaba que algún día bajaría en cualquier parada de sus muchos destinos y me cogería de la mano para continuar la historia de amor más bella que he vivido.




Mila Ximenez Seria

El dolor me estrangula

Jamás amé tanto a alguien y jamás me obstiné tanto en la torpeza de no demostrárselo. La pasión que sentía por él me hacía su prisionera y me perdí un trayecto en común intentando soltarme de su mano. Ahora mi presente emocional y mi futuro soñado se convierten en cenizas en un crematorio ajeno a su entorno y el dolor me estrangula.

Triste y rabiosa

Él me enseñó a llorar las ausencias con ternura y a devorar las presencias como si fuera el último día de disfrutar de dos pieles que se reconocían y no podían despegarse, a pesar de los tirones que pegábamos para no quedarnos atrapados en la dependencia. 
Hoy estoy triste, pero también rabiosa.
 Creía que la espera jugaba a nuestro favor, sin pensar que el destino nos abandona cuando la guadaña toma el relevo. 
 Disfrutaba de la soledad, pero tenía billete abierto para viajar al abrazo de nuevo.
 Jamás haré ese trayecto y solo me quedará despedirme en el andén que imaginaré en mis sueños.
 Alguien dijo que nadie muere del todo mientras se le recuerde. 
Seguirás conmigo hasta que el recuerdo me abandone.