Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

30 ago 2017

"Al vent' es una gran metáfora"............... Miquel Alberola


Al vent cumple 50 años.
 Su compositor tenía entonces 19 años y ni siquiera se llamaba Raimon.
 Era Ramon Pelegero Sanchis, de Xàtiva, y estudiaba historia en Valencia. 
Un día iba de paquete en la vespa de un amigo hacia Valencia y le daba el viento en la cara.
 Todo lo demás hervía en su cabeza. Al final del trayecto la canción estaba hecha.
 Sin saberlo, había condensado una furia de siglos, hombres y piedras en su música y su letra. 
Se trataba de un himno tan potente que agrietó la costra que apresaba a varias generaciones.
 Su aullido asustó entonces a la dictadura y medio siglo después todavía resulta inquietante para algunos gobernantes.
La Universidad Politécnica de Valencia celebra hoy los 50 años de la canción con un recital antológico de Raimon, varias publicaciones -la reedición del poemario D'aquest viure insistent y la histórica biografía sofre el autor que escribió Joan Fuster- así como una exposición alrededor del cantante nacido en 1940 en Xàtiva que podrá visitarse hasta el 23 de junio.
Raimon sitúa la génesis de Al vent en la mezcla de acontecimientos que vivió a partir de marzo de 1959, cuando la Universidad de Valencia celebró el quinto centenario de la muerte de Ausiàs March, en cuyo acto declamó unos versos del poeta de Beniarjó. "Había conocido a Joan Fuster, venía de Xàtiva y había sentido el rechazo que había a la lengua en las universidades porque te consideraban de pueblo, llevaba en la cabeza lecturas de Camus y Sartre..., todo contribuyó",
 recuerda ante una copa de vino blanco en un hotel de Valencia.
Pregunta. ¿La escribió en valenciano como consecuencia del descubrimiento de March?
Respuesta. No, porque cuando leí a March no lo entendía. 
Ahora, sí, porque lo he trabajado mucho. Don Miquel Dolç, que era el catedrático de Latín, me enseñó a leer los decasílabos con la cesura y la acentuación donde correspondían. 
El poema que leí, Elogi a Teresa, lo entendí rápidamente, con alguna ayuda de Dolç, pero cuando intenté profundizar me dije: ya lo leerá quien quiera. 
Poco a poco fui insistiendo y 10 años después hice Veles e vents. No creo que influyera conscientemente en mí. 
Fue el ambiente, y que era mi lengua normal.

P. Al vent cambió su rumbo.
R. Siempre me gustó cantar, pero quería estudiar historia. 
 El disco se publicó en marzo de 1963 y tuvo un impacto increíble. En junio terminé la carrera y opté. 
Pero si lo llego a grabar antes de terminar la carrera, no sé si habría sido cantante.
P. La primera vez que la cantó en público fue en una tasca de Valencia, Casa Pedro.
R. Fue la primera vez fuera de la Universidad.
 Debió de ser en 1961. Canté Al vent y Les feuilles mortes, pero de lo que más me acuerdo es de que me dieron 40 duros, porque entonces, que funcionaba con becas, me venían muy bien.
P. Al vent era una canción extraña para la época.
R. De hecho, hubo mucha gente que me preguntó quién la había hecho. 
Les decía que yo, pero insistían: ¿de quién la has traducido? Cómo la iba a traducir si ni siquiera sabía bien la lengua. Sólo la hablaba, que era lo natural para mí, sin haber estudiado nada. 
Fue pura chamba. La letra era impensable: en busca de Dios... Manolo Sacristán lo explicaba muy bien. 
Era la cosa de la adolescencia, la entrada en el mundo de la división del trabajo, la sociedad adversa, las lecturas, la presión de la dictadura...
 Al vent es una gran metáfora que simboliza todo eso. 
En aquel momento yo sé muy poco, todo es más instintivo, más fisiológico.

P. Por fin canta en Valencia.
R. Lo hago muy cerca, en la Politécnica.
 Desde el año 2000 no lo hacía. Me habría gustado cantar unos días en el teatro Principal, pero no cuentan conmigo.
P. ¿Siempre fue una ciudad difícil para usted? 
¿A qué lo atribuye?
R. Posiblemente soy un personaje incómodo. 
Si estoy de acuerdo, digo que sí, y si no, digo que no. Me han propuesto cosas a las que he dicho no. Eso molesta.
P. Sigue haciendo canciones.
R. El año próximo haré un disco. Tengo unas cuantas inéditas.

 AL VENT de RAIMON (1963)
Letra en castellano:
Al viento,
la cara al viento,
el corazón al viento,
las manos al viento,
los ojos al viento,
al viento del mundo.
Y todos, llenos de noche, buscando la luz, buscando la paz, buscando a Dios,
al viento del mundo.
La vida nos da penas, nacer es un gran llanto: puede que la vida sea ese llanto;
pero nosotros
al viento…

https://youtu.be/MyMXuxy2TEk
  

Un último interrogante en el caso de Pilar Garrido: el motivo del asesinato

Contestado el quién y el cómo, las autoridades mexicanas tratan de armar un nuevo relato de los hechos. 

Si no fue un secuestro, entonces, ¿qué fue?.

La española Garrido con su hijo.
El círculo se achica en el caso de la española Pilar Garrido.
 La policía ha detenido este martes a su esposo, Jorge Fernández. La fiscalía le acusa de haber asesinado a Pilar.
 Perece así la narrativa que Jorge había armado del caso. 
Hasta ahora, la única versión de los hechos era la suya, el relato del viaje a la playa, el camino de vuelta, el grupo de hombres armados, el secuestro… 
Su detención rompe el relato, pero abre tres grandes interrogantes. ¿Cómo y cuándo lo hizo? ¿Por qué?

Jorge, Pilar y el bebé de ambos vivían en Ciudad Victoria, la capital de Tamaulipas, en el norte de México.
 Se habían mudado allí hacía unos años.
 Jorge es criminólogo y trabajaba de profesor en la Universidad de Seguridad y Justicia, la academia local de policía.
 Pilar era periodista, pero no ejercía.
A principios de julio, la familia fue a la playa a pasar el fin de semana. 
El sábado 1 de julio se subieron al coche y condujeron hasta La Pesca, un pueblo costero a dos horas de la ciudad.
 Aunque Tamaulipas es uno de los estados más peligrosos de México, la carretera a la playa –esa carretera a la playa– no es de las más complicadas.
 Desde luego, no es como la que sale de Ciudad Victoria a Monterrey, o la que va de la capital al célebre pueblo de San Fernando.
 Célebre por los muertos. 
Esta semana se cumplen justo siete años de la masacre de 72 migrantes en el municipio.
 Migrantes que murieron a manos de un grupo de extorsionadores.
Los investigadores han podido comprobar que Jorge, Pilar y su hijo llegaron a La Pesca el sábado.
 Corroboraron que la familia pasó la noche en el hotel Riviera del Río.
 Que al día siguiente comieron en el restaurante Magui’s. Que emprendieron el camino de vuelta el domingo, a eso de las 17.30. A partir de ahí, el relato era propiedad de Jorge.
El lunes 3 de julio, el esposo de Pilar acudió a la procuraduría a denunciar el secuestro de la española. 
Jorge declaró que un carro les había obligado a parar en el camino de vuelta. 
Fue, dijo, después de un tramo de obras de la carretera.
 Un coche tipo turismo, color arena, se les emparejó y les hizo detenerse.
 Según Jorge, bajaron dos hombres armados, dos hombres jóvenes. Los peritos trazaron incluso el retrato hablado de uno de ellos. Primero quisieron llevarse el vehículo familiar, pero Jorge y Pilar se negaron: el niño estaba en la silla del asiento de atrás.
 Entonces, según explicó el marido, decidieron llevarse a Pilar.
Pasaban los días, las semanas y nada. 
Los secuestradores no llamaban, las autoridades no daban con un hilo del que tirar, una pista. 
Ante la falta de noticias, Raquel, la hermana de Pilar, informó en su muro de Facebook de lo que había ocurrido. 
Al principio callaron, no querían que nadie supiera.
 La intención era tranquilizar a los captores. Que llamen y negocien, pensaban. Pero no llamaban. 
Tanto es así que a los pocos días de la denuncia, la división antisecuestros de la fiscalía de Tamaulipas le pasó el caso a la de personas no localizadas.
 Parece un tema menor, y no se entendió desde España.
 Después de que Raquel divulgara la historia del secuestro, la fiscalía informó de que Pilar no estaba secuestrada. 
Su estatus, dijeron, es el de persona no localizada.

La confusión con el término alude de nuevo al estado de las cosas en Tamaulipas.
 No hay otra región en México con más denuncias por desaparición de personas en el país, más de 5.000. 
No son secuestros, son desapariciones. Se llevan a las personas y nadie pide rescate.
 Es una de las consecuencias de la guerra, la guerra informal, la del estado contra las bandas criminales y la de las bandas entre sí, una batalla que dura ya diez años.
 El caso de Pilar no parecía una excepción, más bien otro eslabón en de la cadena de horrores que estrangula al Estado. Otra desaparecida.
Las autoridades buscaban y buscaban.
 Una división especial de la Policía Federal apoyó en el rastreo a los investigadores de la fiscalía. 
 Se juntaron más de 100 efectivos, además del helicóptero y los perros. 
 El 26 de julio, encontraron restos de huesos, piel, ropa hecha jirones, un reloj.
 Fue junto a la carretera que va a La Pesca, en una brecha de tierra. Los investigadores pensaron que podía tratarse de Pilar por la ropa. Mandaron los huesos al laboratorio y apenas unos días más tarde supieron que era ella.
 Los peritos habían cruzado el ADN de los huesos con el del hijo de Pilar. No había duda, se trataba de ella.

El 12 de agosto, la fiscalía divulgó los resultados del peritaje. La familia contestó que querían hacer su propio estudio en España, además de una prueba de los dientes que habían encontrado los investigadores.
 No asumirían la muerte de Pilar hasta que cumplieran con eso.
En las dos semanas que han pasado desde entonces, la fiscalía ha tratado el tema con cierto hermetismo. 
Apenas ha trascendido algún detalle sobre los posibles secuestradores, o los objetos que encontraron junto a los huesos. Poco más.
 De cualquier manera, resulta exagerado decir que la detención de Jorge ha sido una sorpresa.
La fiscalía ha explicado que el marido de Pilar incurrió en contradicciones en su relato de los hechos, sobre todo en la cronología que maneja desde que la familia emprendió el camino de vuelta a Ciudad Victoria. 
Es decir, cuánto tardó de tal sitio a tal otro, qué hizo entonces, qué hizo después… 
De momento, los investigadores no han dado más detalles.
Descartado el relato del marido, no hay certeza de lo que ocurrió después de salir de La Pesca.
 La fiscalía asume que Jorge la mato. El juez considera que las pruebas que presentó la fiscalía eran motivo suficiente para ordenar su detención.
 ¿Discutieron? ¿Jorge lo tenía pensado de antemano? Y si lo tenía pensado, ¿cuál era el motivo?
 La familia de Pilar ha defendido a Jorge todo este tiempo.
 Raquel llegó a decir que ponía la mano en el fuego por él.
 Explicó que su madre había pasado tiempo con ellos en Ciudad Victoria hacía pocos meses, que se llevaban bien.

Si la mató, ¿Cuándo lo hizo? ¿Por qué? Los peritos de la fiscalía ha podido determinar que Pilar murió estrangulada.
 El fiscal, Irving Barrios, explicaba este martes que primero recibió un golpe en la nariz, se cayó y se golpeó la nuca. 
Luego, la asfixiaron.
Hasta el momento, sorprende la diligencia de la fiscalía de Tamaulipas en este caso.
 En apenas dos meses ha encontrado -los restos de- una persona desaparecida, los ha identificado, ha averiguado a quien pertenecían y cómo murió la persona a quien pertenecían. 
Además, ha armado un relato -por lo demás desconocido- de los hechos, diferente al del presunto homicida. 
Sólo falta que el juez aprecie las pruebas de la fiscalía. 
Y saber el por qué.

 

 

29 ago 2017

Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras



  • Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
    Foto: Mango
    Lyn Slater (63 años). Aunque es profesora universitaria, se ha convertido en influencer e icono de moda gracias a su blog Accidental Icon, que compagina con la docencia. 
    Confiesa que comenzó su bitácora porque no encontraba mujeres maduras que la inspiraran y a día de hoy ha protagonizado campañas para firmas como Mango (en la imagen). 
    Su cuenta de Instagram, donde acumula más de 230.000 seguidores, es una manifestación constante de que la modernidad no tiene nada que ver con la fecha de nacimiento.

    • Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
      Foto: Getty / Cordon Press
      Charlotte Rampling (71 años). La actriz británica consiguió su primera nominación a los Oscar a los 70 gracias al filme 45 años. 
       Además de presumir de arrugas y de mirada enigmática y seductora, cada una de sus apariciones la confirma como un icono de estilo incontestable.
       Sus elecciones la alejan de los clichés para convertirla en una de las más elegantes de la alfombra roja.


    Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
    Foto: Getty / Cordon Press
    Carmen Dell'Orefice (86 años). Es modelo (en su juventud posó para Avedon, Penn o Horst) y a día de hoy conserva su enigmática belleza y su envidiable porte.
     Ha copado las principales cabeceras de moda y sigue en activo: el año pasado desfiló para la firma Airfield. 
    Su estilo, un tanto dramático, y su cabello blanco impoluto la convierten en una leyenda viva.

    • Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
      Foto: Getty / Cordon Press
      Ángela Molina (61 años). Además de ser una de las grandes damas de la interpretación en nuestro país, la hija de Antonio Molina es una de las mujeres más elegantes de España. 
      Su melena salvaje presume de canas y su armario, de elecciones tan personales como ella.


    Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
    Foto: Getty / Cordon Press
    Anna Wintour (67 años). Su melena bob, sus sempiternas gafas de sol y su fidelidad al mismo modelo de zapatos y collares durante años, convierten a la editora de la edición estadounidense de Vogue en uno de los rostros maduros más icónicos de la industria.
     Su estilo es atemporal y, aunque rara vez toma demasiados riesgos, siempre acierta.
    Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
    Foto: Getty / Cordon Press
    Maye Musk (69 años). Es la madre de Elon Musk, el presidente de Tesla, pero ya era famosa antes de que lo fuera él. Es modelo desde los 15 años y quedó finalista en el certamen de Miss Sudáfrica en 1969. 
    Su corte de pelo tan blanco como perfecto y los lookazos que se marca en cada aparición la convierten en una de las mujeres maduras más estilosas del mundo.

     Brigitte Macron (64 años). La primera dama francesa hace gala de un estilo juvenil y menos encorsetado de lo que cabría esperar. 
    Los pitillo tienen un hueco privilegiado en su armario así como los vestidos cóctel.
     Algunas de sus elecciones estilísticas han sido criticadas. Como el reciente vestido rojo que para medios como el Daily Mail era demasiado corto y poco apropiado.
    Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras 
     
     
    Mujeres mayores de 60 con más estilo que las veinteañeras
    Foto: Getty / Cordon Press
    Helen Mirren (72 años). La dama es fiel a un estilo elegante con concesiones a las licencias: lo mismo combina un jersey con una falda de fiesta que se tiñe el pelo de rosa. 
    Siempre ha defendido la naturalidad (a los 69 años fue elegida imagen de L’Oreal presumiendo de canas y arrugas) y, sin duda, se corona como una de las intérpretes maduras más estilosas de Hollywood.

28 ago 2017

Raimon: “Fins aquí va arribar la riuada”................... Juan Cruz

El cantant que va revolucionar amb 'Al vent' l'esperança de milers de joves es va retirar als 77 anys.


El cantant Raimon a la localitat de Xàbia.
El cantant Raimon a la localitat de Xàbia. EL PAÍS

Raimon és lluminós.
 La història no li fa justícia, perquè el veuen en els escenaris: aquí és mesurat, fins i tot meditat, la seva camisa vermella, o blanca, o negra; 
alguna vegada balla (“bé, a que ballo bé?, ha ha ha”), i fa alguna broma.
 Però allà a dalt és la poesia, una guitarra, l'orquestra.
 El serrell, blanc, guarda el tallat que li besava la mare quan tornava al carrer Blanc de Xàtiva.
 Des del 1964, quan va conèixer Analissa, que venia “d'aquell país d'Itàlia”, és ella la que dona vida a aquest serrell. 
El serrell del noi que amb Al vent va revolucionar, amb senzillesa i crit, l'esperança de milers de joves que volien, en aquell any 1961, menjar-se el món a força de pessics de música.
Raimon, 77 anys. 
Es va retirar al maig, un mes molt simbòlic per a ell, i ho va fer al Palau de la Música de Barcelona. 
La primera nit, després del concert, va agafar el son a les tres de la matinada.
 I fins a l'últim concert (que serà l'últim, “no n'hi haurà més, no hi ha res a fer”) va aguantar així el tipus, ballant, cantant les seves antigues cançons, les seves cançons actuals, la música dels poetes, la seva pròpia música.
 Darrere de la seva inspiració, a part de la lírica de la seva llengua, Analissa.
 I aquí, a Xàbia, on el veiem aquest estiu, ella sempre hi és. Analissa és l'altra part del somriure de Raimon.
 La gent creu que és un tipus seriós, sec i espiritual, com Salvador Espriu.
Però Raimon és divertit.
 A mitjan mes d'agost es va trobar per telèfon amb un amic dels temps del TEU (el Teatre Espanyol Universitari), Emili Balançó, escriptor, que viu a Menorca.
 Van recordar anècdotes. Simulaven als carrers de Saragossa la conquesta de València, el Cid i els seus companys d'armes. 
Reien com si fos ara. I per ells havien passat gairebé seixanta anys.
Quan era part de la moguda de Barcelona (Serrat, Pi de la Serra, Ovidi, Guillermina) anava amb Pi inventant-se somriures per posar de manifest que tampoc n'hi havia per tant. Estaven de gira, en un hotel: “I sortíem al passadís en pilotes, amb corbata i sabates i esbroncàvem en Serrat per arribar tard!”.

La foto d'aquest Raimon que posa al sol davant el mar de Xàbia ha de ser rient. 
Aquells dies de maig van ser difícils de muntar (“resumir dècades, abandonar-les”).
 Va intentar treure-hi ferro, diu, “em vaig imposar que no fos ni emotiu ni sentimental”.
 Però no va negar la broma, que com que la diu tan seriós la gent no la capta. Després d'una llarga introducció, el cantant de Xàtiva va dir: “El concert estarà compost per tres cançons i alguns bisos”. “La processó anava per dins la nit de l'adeu”, reconeix.
Músic sense adjectiu, des que va escriure (i va cantar, esquinçant la guitarra) Al vent el van ficar en la cançó protesta.
 Va escriure (i va cantar) Diguem no, quan van ficar a la presó a companys seus, però no era un himne, era una lletra extreta de L'home rebel d'Albert Camus.
 I ara es canta a l'alba com si Raimon hagués endevinat cada època successiva.
I aquella nit de l'adeu, esclar, la seva ment es va poblar de passat. Els seus pares, Joan Fuster, Manuel Vázquez Montalbán (“hi va ser Anna Sellés, la seva esposa”)… Va ser, diu Raimon ara, “una presència d'absències”, però a ell no se li va notar el reflex d'aquest onatge. 
“Aquí soc molt exigent amb mi mateix, perquè soc dels qui es dona una hòstia si s'equivoca”. 
Físicament, una hòstia, se la dona davant nostre perquè l'exemple no sigui una pantomima.

Li preguntem:
—Vostè tindrà nostàlgia de Raimon?
—Encara no, però potser d'aquí dos o tres mesos. Encara estem en la digestió de tot!

Quan va acabar l'últim concert, Analissa i Raimon per fi van dormir tranquils.
 Conscients que “s'ha acabat el bròquil”, el cantant va dir als amics, i ens va repetir a nosaltres a Xàbia, el que es diu a València quan l'aigua deixa marques a les cases: 
“Fins aquí va arribar la riuada”.
I ja està.
 Fins aquí va arribar la riuada.
 Però res deté el vent de Raimon.
Hasta aquí llegó la riada pero nada detiene el viento de Raimon.....Al vent ...la cara al vent... nosotros no somos de ese mundo....