Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

1 may 2012

Stephen King: soy rico, súbeme los impuestos

El escritor Stephen King
Stephen King ha lanzado una incendiaria llamada de atención al gobierno de Estados Unidos para que aumente los impuestos a los ricos del país. El escritor superventas, que tributa al año el 28% de sus ingresos, se preguntó públicamente en un mitin en Florida por qué él mismo no paga una tasa mayor, del 50%. “Pues firma un cheque y lárgate”, le espetó alguno de sus oyentes, según cuenta el novelista en un artículo publicado el lunes en The Daily Beast titulado Súbeme los impuestos, joder. “La gente allí congregada me decía: ‘Si quieres pagar más, ¿por qué no lo haces?
 Estamos hartos de escuchar cosas como esa
’. Pues no pienso escaquearme. Conozco a un montón de ricos, yo mismo soy uno de ellos, y la mayoría preferirían rociarse el pito de gasolina, prenderlo con una cerilla y ponerse a bailar y cantar a gritos la canción ‘Disco inferno’ antes que pagar un solo céntimo más al Tío Sam”.
Al mismo tiempo, King reconoció que muchos estadounidenses acaudalados donan parte de su fortuna a obras sociales. Él reparte cuatro millones de dólares (unos tres millones, en euros) anualmente entre “bibliotecas públicas, cuerpos de bomberos locales, escuelas y organizaciones que apoyan el arte”. El autor se considera a sí mismo un “rico de pacotilla en comparación con todos esos peces gordos que sobrevuelan, como si fueran un zepelín hecho de billetes de mil dólares, las sufridas vidas de la clase media”. En cualquier caso, admite, “la caridad de los ricos no puede solventar asuntos acuciantes como el calentamiento global o la inclemente subida del precio de la gasolina”.
Según ha escrito, responsabilidades nacionales de EE UU tales como la Educación y la Sanidad no pueden ser asumidas por el "el 1 por ciento [la élite que controla buena parte de la riqueza del país] caritativo
. Esa responsabilidad molesta proviene de tres palabras que son anatema para la gente del Tea Party: la ciudadanía estadounidense unida", dice. "¿Por qué no ser realistas acerca de esto? La mayoría de los ricos que pagan el 28% [en impuestos] no donan otro 28% de sus ingresos a la beneficencia. A la mayoría de la gente rica le gusta quedarse su pasta”.
Pero a pesar de ello, opina el escritor, los ricos son "santificados" en EE UU. "No me preguntes por qué, yo tampoco lo entiendo, pero la mayoría de los ricos son tan aburridos como la mierda vieja de perro muerto", escribe King.
"Supongo que parte de este amor loco derechista viene de la idea de que en EE UU cualquiera puede convertirse en rico si trabaja duro y ahorra. Mitt Romney ha dicho, en efecto: ‘Yo soy rico y no pido disculpas por ello’. Nadie quiere que lo hagas, Mitt.
 Lo que algunos de nosotros queremos es que reconozcas que no podrías haber triunfado en EE UU sin EE UU
. Que fuiste lo bastante afortunado de nacer en un país donde el ascenso social es posible (un tema sobre el que Barack Obama puede hablar con la autoridad de la experiencia), pero en el que los canales para hacer posible semejante ascenso social están cada vez más obstruidos
. Que no es justo pedir a la clase media que asuma el peso de una cantidad desproporcionada de impuestos. Más que injusto, es jodidamente antiamericano, eso es lo que es”.
King añade que es una "necesidad práctica y un imperativo moral” que "aquellos que han recibido tanto estén obligados a pagar… en la misma proporción”, o los "primeros escarceos reales de descontento” vistos en la protestas de Occupy Wall Street, advierte, “serán solo el comienzo”.

La transparencia de Beatriz conmueve a los holandeses


El príncipe Guillermo y su esposa, Máxima, escuchan el discurso de Beatriz de Holanda, durante el Dia de la Reina. / ROBIN UTRECHT 
La celebración de la fiesta nacional, Koninginnedag (El Día de la Reina), dio ayer una alegría a la reina Beatriz de Holanda: un 81% de la población la considera muy popular y cree que hace una buena labor.
El dato procede del sondeo sobre la monarquía efectuado tradicionalmente el 30 de abril por la televisión nacional (NOS).
 La elevada cota de aceptación de la soberana se debe a dos cosas: un trabajo bien hecho y la entereza demostrada como madre desde que su segundo hijo, el príncipe Friso, quedara en coma profundo en febrero en un accidente de esquí en Austria.
En una jornada donde el país entero se tiñe de naranja, los demás miembros de la Casa de Orange aprobaron también con nota
. Así, seis de cada 10 habitantes considera preparados para reinar a los herederos, Guillermo y Máxima. La princesa sigue siendo la más admirada, con un tirón personal del 50%. Como régimen político, la monarquía suma un 74% de apoyo
. Eso sí, el sondeo incluye el punto pragmático que define a los holandeses. Señala la fecha ideal para una abdicación. Sería 2013, cuando Beatriz cumpla 75 años y lleve 32 años en el trono.
Con tan buenas cifras en la mano, la familia real se lanzó a la calle. Hijos y sobrinos de la casa de Orange pasearon por las ciudades de Rhenen y Veenendaal, en la provincia de Utrecht. Convertidas, como el resto del país, en un cruce entre una feria y un mercadillo de ocasión, participaron en bailes, talleres de pintura, carreras y una actividad insólita: el lanzamiento de retretes, a cargo del príncipe Guillermo.
 Arrojó uno naranja frente a un público que no paraba de reír. Máxima, por su parte, se lanzó cuesta abajo en una barca de madera.
Beatriz siguió animada la fiesta.
 Su imagen contrastaba con la mostrada hace dos meses en el hospital general de Innsbruck, poco después de que su hijo quedara sepultado bajo un alud de nieve. Friso se encuentra en coma en el hospital Wellington, de Londres, especializado en rehabilitación neurológica.
 Allí acude cada fin de semana la soberana.
Sobre la evolución de Friso no hay nuevos partes, pero que la reina compagine con tanta discreción el papel de madre, con sus deberes oficiales, ha llegado al corazón de sus compatriotas.
 Desde el año 2009, en que un desequilibrado se abalanzó en coche al paso de la comitiva real causando siete muertos, la seguridad ha aumentado en Koninginnedag.
 Esta vez había 1.250 agentes movilizados.

Son Derechos..........................

Son derechos, no privilegios



Han costado esfuerzo, lágrimas, sangre, siglos, vidas. Son derechos, no privilegios.

zz1demayo.JPG¿VAMOS A PERMITIR QUE SEAN DESTRUIDOS
INOCULANDO MIEDO?

Debates estériles

Debates estériles


zzdebattt.JPGA estas alturas soy incapaz de poner pasión en discusiones como el feminismo, la existencia de Dios, el pleito insular y otras cuestiones por el estilo como la identidad canaria. Y no es porque no sea apasionado, es que me doy de baja por agotamiento, siempre es lo mismo. Por eso admiro a los tertulianos cuando los veo debatir con furor el mismo guión de hace diez, veinte, treinta años. Agotador. Recuerdo el Congreso de Poesía de La Laguna de 1976, la carajera de los intelectuales después del Manifiesto del Hierro, las sesiones de fundación de un sindicato en las que participé, el Congreso de la Cultura que se hizo en 1985 con el Gobierno de Saavedra, docenas de mesas redondas en Canarias y hasta en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Siempre el mismo tema, y siempre en el mismo punto. No se avanza, ni se retrocede, ni se evoluciona.
Cuando escucho palabras como esbirro, colonialismo, españolismo, patria, pueblo y libertad, cambio de canal o me largo de la sala. Porque puedo compartir muchas cosas de las que se dicen y disentir de otras, pero no entiendo cómo personas con supuesto talento político, social o intelectual pueden seguir en esa noria. Canarias tiene una identidad cambiante, el mestizaje, siempre fue así. Es una sociedad que ha ido asumiendo todas las culturas que nos han llegado incorporándolas a su acervo. Y cada isla ha creado su propio mundo durante quinientos años de aislamiento.
zzdebattt11.JPGTal vez ahora, con la generalización de las comunicaciones físicas y mediáticas, empiece a ser posible una idea común de Canarias. Pero ni siquiera me molesto en indagar cuál es porque será el propio devenir de las cosas lo que la determine. Y si no, pregunten a los partidos políticos, nacionalistas o no, que llevan décadas intentando hilvanar un análisis teórico tras otro, y todos se disuelven en la lucha por el poder.
Cómo será la cosa que, siendo escritor, no tengo la menor idea de si debo decir literatura canaria, en Canarias o de Canarias. Y además, tampoco me preocupa saberlo mientras me queden fuerzas para escribir, que es de lo que se trata. Creo sinceramente que los debates son otros, por ejemplo, cómo dar respuesta al envejecimiento de la población, qué hacer con nuestros jóvenes, cómo acabar con la violencia doméstica, de qué manera vamos a parar el inevitable colapso demográfico... Y en eso poco van importar palabras como colonialismo, esbirro, patria o españolismo. Incluso tiemblo cuando oigo hablar de libertad, en cuyo nombre se han cometido las mayores atrocidades. Las palabras a veces son una bomba de relojería.