Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 sept 2018

Leonard Cohen - The Gypsy's Wife - Natalie Wood (HQ) + lyrics

LA BOHEMIA - Charles Aznavour (En español)

Un mundo feliz.................................... Boris Izaguirre

La mejor manera de vivir el éxito en estos días es aprovechar lo efímero más que lo duradero.

Un mundo feliz

La mejor manera de vivir el éxito en estos días es aprovechar lo efímero más que lo duradero


Los zapatos de Judy Garland en 'El mago de Oz'.

 

Los zapatos de Judy Garland en 'El mago de Oz'. AP
 
Al volver de vacaciones muchos sentimos que desandamos el camino de baldosas amarillas y que el reencuentro con la realidad es quien empieza ahora sus vacaciones. 
Parece como si no pasara nada relevante.
 Y, sin embargo, vemos cómo los responsables de Facebook y Twitter comparecen ante el Congreso norteamericano para reconocer que hubo fallos que permitieron que se usaran datos de usuarios para influir en el resultado de las elecciones presidenciales de ese país. Que la cantante Thalía obtiene un sonoro éxito digital con una canción infantiloide.
 O que, tras 15 años perdidos a causa de un robo fetichista, reaparecen los zapatos color rubí que Judy Garland vistió en la mítica película El Mago de Oz.

Ha sido esta recuperación la que me ha tocado más. En primer lugar porque estoy convencido que algo está pasando con el espíritu de Garland.
 En Miami se acaba de estrenar una obra escrita por el venezolano César Sierra sobre los últimos días de la grabación del programa que la estrella, ya madura, protagonizó para la CBS y donde peleó duramente con los productores porque se negaba a cantar Over The Rainbow, el tema central de El Mago de Oz
Puede ser que en los tiempos del MeToo, mujeres como Judy Garland o Marilyn Monroe puedan ser vistas como símbolos de la lucha contra el abuso a las mujeres.
 Porque ambas fueron, de casi todas las maneras posibles, controladas por hombres que influían en su peso, en sus decisiones y al final en su talento.
 La recuperación de esos zapatos rojo rubí, que al chocar sus talones podían tanto llevarte al reino de Oz como devolverte a Kansas, tiene un punto de justicia poética.
 En este mundo convulso, Dorothy, el personaje de Garland en la película, podría convertirse por arte de magia, en un símbolo, una esperanza, algo bueno del siglo pasado que ahora regresa.
Fotografía de archivo del 10 de junio de 2018 de la cantante mexicana Thalía en los Premios Tony 2018, en Nueva York.
Fotografía de archivo del 10 de junio de 2018 de la cantante mexicana Thalía en los Premios Tony 2018, en Nueva York. EFE
¡Los zapatos rojos de Dorothy, ay! ¿Quién no ha querido llevarlos alguna vez?
 Apuesto que la princesa Corinna tiene un par y más de una vez los habrá hecho clicar para sentirse más sexy y poderosa.
 Al final no se investigarán ni sus zapatos ni sus grabaciones.
 Los tres partidos políticos más populares y monárquicos se han unido gracias a Corinna, y prefieren no saber más del asunto. 
Mi padre siempre dice: "Lo mejor es lo que sucede".
 Así que nos olvidaremos de Corinna, deseando, eso sí, que su finca en Marrakech se mantenga a su nombre el tiempo que lo necesite.
Pensemos un poquito en México, que está de moda. La Casa de Las Flores, por ejemplo, que nos ha cambiado el verano y la forma de ver un culebrón, se enreda con la inminente llegada del nuevo presidente Pérez Obrador al poder y el cambio de estilo que aparentemente eso significa. 
Y ahora el nuevo éxito de Thalía es una canción que podría pertenecer al repertorio de Leticia Sabater y de la que no puedes recordar el título pero que todos sabemos su insólito contenido, una serie de preguntas — 
“¿Me sienten, me escuchan, me oyen?”— seguidas de un eslogan para el futuro propio de una novela de Aldous Huxley: “Estoy feliz, feliz, feliz”.
Se ha transformado en un éxito que la cantante no conocía desde finales del siglo pasado.
 Todo empezó por las críticas que recibió uno de sus frecuentes posts en Instagram, donde mostraba los encantos de un vestido rosa con flecos que agitaba al tiempo que decía: "Tiquitiquiti, taca tacatá". 
Ante las criticas feroces, Thalía decidió volver canción eso que le afeaban.
 Y, como si chocara los tacones de los zapatos rubí, ¡chás!, exitazo instantáneo. 
Medio mundo musical latino está que trina. Muchos indican que es el marido de la cantante, el productor Tommy Motola, el que ha tenido la genial idea.
 Pero, ¿por qué no va a ser Thalía quien haciéndose la boba al final ha dado el campanazo?
Tiquitiquiti, taca tacatá. ¿Me escuchan, me oyen? Tilda Swinton y Dakota Johnson se vistieron de intenso rojo para pisar juntas la alfombra roja del Festival de Venecia.
 Una idea calculada y maravillosa que fue mejor recibida que la película que ambas presentaban.
 Una vez más la mejor manera de vivir el éxito en estos días es aprovechar lo efímero más que lo duradero.
 Quizás por eso han reaparecido los míticos zapatos rubí de Judy Garland, para hacerlos clicar y volver a Oz diciendo: tiquitiquiti, taca tacatá por el camino de baldosas amarillas.


 

El torero Gonzalo Caballero y Victoria Marichalar, una ‘real’ historia de amor

La hija de la infanta Elena alcanza este domingo la mayoría de edad mientras su relación con el matador prosigue de manera discreta.

Victoria Federica de Marichalar durante la feria taurina de Almería el 23 de agosto de 2018.
Victoria Federica de Marichalar durante la feria taurina de Almería el 23 de agosto de 2018. GTRESONLINE

 

El matador de toros Gonzalo Caballero (Madrid, 1991) es mejor torero que representante de la vida social. 
Pero su estrecha amistad con Felipe y Victoria Federica Marichalar, hijos de la infanta Elena, lo convierten en pieza codiciada por el cotilleo nacional. 
Caballero es, además, objeto prioritario de apetito periodístico por su presunto noviazgo con la nieta del Rey emérito, pero cuando alguien ha pretendido averiguar qué hay de cierto en ello, su respuesta siempre ha sido la misma:
 " Yo no hablo de mi vida privada". 
El torero es un firme defensor de su privacidad, lo que no hace más que fomentar las noticias que hablan y no paran de su especial relación con la sobrina de Felipe VI, que mañana cumple 18 años.

La verdad confrontada es que son buenos amigos.
 Un conocido común le presentó un día a Felipe, con quien hubo química desde el principio, y, a continuación, apareció en escena Victoria.
 La simpatía inicial ha madurado en un afecto mutuo, cimentado, además, por la conocida afición taurina de los nietos de don Juan Carlos, que han heredado de su abuelo y su madre.

Los cuatro son asiduos visitantes de las plazas de toros, y los dos más jóvenes se han convertido en fieles seguidores de Gonzalo Caballero, con el que sufren desde el tendido cada tarde que el torero amigo se viste de luces.
 Pero hasta ahí se puede leer.
Parece claro que el brindis del diestro peruano Roca Rey a la nieta del Rey emérito en la pasada feria taurina de Málaga no fue más que un inocente equívoco que no interfiere en su relación con Caballero. 
De hecho, la rumorología bien fundada asegura que entre la joven Victoria Federica y el matador de toros madrileño existe una relación sentimental, aunque el torero prefiere centrarse en su profesión en una localidad del Aljarafe sevillano, cercana a la capital andaluza, donde vive solo.

Allí, con la sapiencia de veteranos banderilleros, sueña con el toro, su pasión absoluta, y con José Tomás, a quien considera un dios, entrena a diario, perfecciona el oficio, hace pinitos como escritor de reflexiones personales, y espera paciente la oportunidad que lo lance definitivamente a la cima del toreo.
 Porque la carrera taurina de Gonzalo Caballero no está siendo nada fácil a pesar de sus amistades reales.
El torero Gonzalo Caballero durante una corrida de toros perteneciente a la feria taurina en Añover del Tajo el 3 de junio de 2018.
El torero Gonzalo Caballero durante una corrida de toros perteneciente a la feria taurina en Añover del Tajo el 3 de junio de 2018. G3online
Nació en Madrid en el seno de una familia de clase media (su padre, fallecido en abril de 2017, trabajó en el departamento de compras de El Corte Inglés), y es el segundo de tres hermanos, Richie, el mayor, diseñador gráfico, y Virginia, la pequeña, diseñadora de moda.
 A ellos y a su madre, Chiqui del Hoyo, se siente muy unido, especialmente tras la temprana muerte de su progenitor a los 52 años de edad.
Sus primeros pasos los encaminó al mundo del fútbol, y aunque presume de ser un forofo del Atlético de Madrid, guarda un secreto: durante tres años jugó en las filas del Real Madrid.
 Se presentó a unas pruebas siendo un niño y lo eligieron para vestir la camiseta blanca.

A los 16 decidió dar un cambio a su vida y entró en la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Debutó vestido de luces en 2010; y dos años más tarde, sorprendió gratamente en el inicio de su carrera con picadores en La Maestranza de Sevilla, y lo que parecía una carrera meteórica se detuvo en seco por esas cosas raras del toreo. Entre medias, aprobó la selectividad y se matriculó en la carrera de Ingeniería Informática, pero el veneno taurino fue más fuerte.
Cuando nadie lo esperaba -ni el mismo torero- tomó la alternativa en la Feria de Otoño de Madrid el 3 de octubre de 2015.
 El percance sufrido el día antes por su compañero López Simón le hizo un hueco sorpresa en un cartel que no estaba pensado para él. 
Desde entonces, ha toreado poco, -no más allá de veinte corridas-, pero siempre ha llamado la atención por su seriedad en la plaza, su valor estoico, su sentido clásico…
“Ha habido piedras en el camino, y superarlas tiene mucho sabor”, ha comentado en alguna ocasión. “Yo prefiero torear poco y bien que de cualquier manera”.
El pasado mes de marzo con motivo de la presentación de los carteles de la Feria de San Isidro, y en presencia del rey Juan Carlos, protagonizó un acto de rebeldía contra el empresario madrileño en protesta por no haberlo incluido en el ciclo ferial.
 Aprovechó que le concedían el premio ‘Solidaridad y Tauromaquia’ por su gesto de encerrarse con seis toros en Torrejón de Ardoz a beneficio de los niños con cáncer, para devolver públicamente el trofeo "a la mejor estocada" de la feria madrileña del año anterior.
 Y sus palabras emocionaron a todos los presentes, incluido el abuelo de Victoria Federica:
 "Prefiero morir luchando por la libertad de mis manoletinas que ser preso todos los días de mi verdad".

Y ahí sigue, en el Aljarafe, solo, entre sus reflexiones y el apoyo de sus reales amigos, a la espera de ese triunfo que le aúpe a la gloria soñada.