Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 sept 2018

Irina Shayk, una carrera llena de claroscuros.............. Rafa Rodríguez

“Esta vida no es tan glamurosa”, dice la modelo, aupada por sus relaciones con Cristiano Ronaldo y Bradley Cooper.

La modelo Irina Shayk en el festival de Cannes (Francia) el 10 de mayo de 2018.

 Dice Irina Shayk que cuando se pone rusa, es la más rusa de todas. Y entonces el mundo ya puede echarse a temblar. 

El jueves todo indicaba que iba a ser uno de esos días. En la romántica Verona, minutos antes de volver a desfilar para Intimissimi, la firma de lencería que la descubrió para la moda en 2007 y de la que es imagen global, le toca lidiar con la prensa. 

Al equipo de televisión de una cadena italiana acaba de despacharlo con cajas destempladas.

 “Nada de preguntas personales”, se advierte. 

Shayk taladra con esa mirada verde. 

De repente, se muestra de buen humor. Hasta que en la sala privada del complejo del grupo Calzedonia, donde tienen lugar el encuentro irrumpe un nutrido y ruidoso grupo.

 Son unos amigos de la estrella, a los que hace tiempo que no ve. Besos. Abrazos. Selfies.

 Dos de ellos se apoltronan en los sillones. Hay que recodarle que debe hacer una entrevista. 

La expresión de su cara es de “si no queda más remedio, acabemos con esto cuanto antes”.

 Así que la charla tiene como espectadores: el multimillonario estadounidense Ron Burkle, socio mayoritario del grupo hostelero Soho House, y Ali Kavoosi, su largo tiempo representante. “Aquí todos somos familia”, informa el mánager.

Irina Shayk a su llegada a la ceremonia de inauguración de la semana de la moda en Nueva York el 5 de septiembre de 2018.
Irina Shayk a su llegada a la ceremonia de inauguración de la semana de la moda en Nueva York el 5 de septiembre de 2018. G3online
 “Siempre he estado arropada por la gente precisa, que me ha guiado y apoyado durante toda mi carrera”. 
Ha pasado ya una década desde su irrupción en la moda, años convulsos que han visto cambiar drásticamente el negocio.
 No para ella, al parecer: “¡No me puedo creer que haya transcurrido tanto tiempo, siento como si aún tuviera 20 años! [Risas]. Para mí ha sido un proceso de aprendizaje, como una escuela.
 Puedo decir que me lo ha enseñado todo: no solo he aprendido inglés, sino también a conocer quién soy y a ganar autoestima y confianza.
 Como experiencia vital, sí, es una locura”.
No son pocos los méritos profesionales de Irina Valerievna Shaykhlislamova, 32 años.
 La mayoría en ropa íntima o de baño: desde las colaboraciones con Intimissimi a la campaña de Armani Exchange (primavera/verano 2010), pasando por la portada de bañadores de Sports Illustrated de 2011 y una recua de catálogos, desfiles y anuncios de firmas tipo Triumph, La Perla, Ory o Victoria's Secret, una larga exhibición corporal. Hasta en la campaña de Givenchy Jeans en 2015, aparecía a pecho descubierto.
 “No me arrepiento de nada de lo que hecho, porque todo acaba valiendo para algo, incluso los errores”, concede.
 “Lo único que lamento es, quizá, no haber pasado más tiempo con mi abuela, que falleció hace cinco años.
 Era una de las mujeres más fuertes que he conocido [Galina Shaykhlislamova, agente del Ejército Rojo de Stalin durante la II Guerra Mundial].
 Me considero afortunada por haber estado rodeada de mujeres. 
 Mi padre falleció cuando era joven y eso me ha demostrado que podemos hacer lo que nos propongamos.
 Nosotras deberíamos gobernar el mundo”.
Irina Shayk con el actor Bradley Cooper y su hija Lea Cooper el 30 de agosto de 2018 en Venecia (Italia).
Irina Shayk con el actor Bradley Cooper y su hija Lea Cooper el 30 de agosto de 2018 en Venecia (Italia). G3online
Hay algo de tópico en el discurso de la maniquí, plagado de eslóganes en favor de la mujer
 Cuando se le inquiere por cuestiones como la edad apropiada para empezar a trabajar como modelo — de nuevo tema candente en estos tiempos de campañas como #MeToo (los agentes de la moda quieren establecer el límite legal en 18 años)—, no contesta: “No tengo una opinión al respecto. 
Yo empecé tarde, había cumplido los 20. 
Así que he tenido mi infancia, mi formación académica... 
Pero creo que si quieres dedicarte a algo, tengas la edad que tengas, ¿por qué no?. Que cada cual actúe como considere”.

 

Shayk ha reconocido en más de una ocasión haber sufrido burlas de sus compañeras, por su tez demasiado morena, herencia genética de su padre tártaro.
 Sin embargo, ahora ofrece una versión distinta: 
“Para empezar, no es fácil meterse con una rusa.
 No era que me hicieran bullying, se trataba más bien de bromas sobre mi aspecto porque era muy delgada. 
Me llamaban 'palillo andante'. Este no es ese negocio glamuroso que la gente imagina. Tienes que tener una personalidad fuerte para llegar a donde quieres”.
La pregunta del millón es si Irina Shayk ha llegado donde quería. Formularle la cuestión no es fácil, porque hay implicaciones personales.
 Esas de las que se niega a hablar. Su relación con Cristiano Ronaldo la hizo mundialmente conocida, pero también le granjeó un tipo de presencia mediática que la moda de lujo no veía con buenos ojos.
 Su actual pareja, el actor Bradley Cooper, con el que se convirtió en madre de una niña, Lea de Seine, el año pasado, no ha solventado la situación. 
¿Dónde están,esas grandes campañas publicitarias que una supermodelo debería acumular? “Cada una elige su camino, y este es el mío. 
Yo no hago todos los desfiles porque no soy una showgirl. Trabajo para quienes me apoyan y son mis amigos”, zanja a la defensiva y recuerda que, esta primavera/verano, Donatella Versace le daba la alternativa. 
“No te preocupes, esas campañas que dices llegarán, cariño”, vaticinó entonces la diseñadora.

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El Valle de los Avasallados................................... Eduardo Madina......

La gran asignatura pendiente en torno al Valle de los Caídos es la reversión de su significado y lograr que actúe al servicio de la memoria.

 La exhumación de los restos de Franco es un buen paso, pero sería mejor si hubiera contexto.

El Valle de los Avasallados
“E iré a descansar, con la cabeza entre dos palabras, en el valle de los avasallados”
Léolo. Jean-Claude Lauzon

Han visto alguna vez la cruz de la basílica del Valle de los Caídos? No digo a través de una imagen televisiva, de una fotografía o desde la distancia de la carretera de A Coruña. 
Digo desde el propio pie de la explanada.
 Transmite una sobrecogedora sensación de sinceridad y coherencia. 
El mausoleo entero, proyectado y construido a imagen y semejanza del dictador allí enterrado, alcanza su cénit y su punto de fuga en la extraordinaria fealdad de la cruz, sin rasgo alguno de belleza, sin sentido de la proporción. 
Son casi 150 metros de construcción acomplejada y pretenciosa, repleta de excesos y oscura como aquello que simboliza, como aquello a lo que rinde tributo. 
Casi 150 metros de mediocridad arquitectónica que parecen pensados para buscar una imposible redención histórica, que pretenden hablarnos de grandeza y que, sobre esa estética nacionalcatólica, tan solo se quedan en una enorme metáfora de la culpa.
En el símbolo de esa cruz, en el significado de sombras que corona, también puede verse el inmenso tamaño de la derrota colectiva que su propia existencia supone.
 La que nuestro país firmó para sí mismo con aquel golpe de Estado y aquella cruenta Guerra Civil provocada por quien allí está enterrado, con su nombre bien visible en la lápida, en un lugar preeminente de la basílica.
 Imposible no caer en una asociación mental automática; en ese monumento a los verdugos, el pensamiento viaja hacia las víctimas. Hacia las fosas republicanas sin nombre, los fusilamientos de posguerra y la represión franquista posterior a 1939, hacia el control total de cuatro décadas que Franco tuvo gracias a su victoria militar y en la luz apagada de España hasta la democracia recuperada en 1978.
 Imposible no pensar en el inmenso precio pagado por nuestro país.
Aun así, no es difícil intuir que para unos pocos ciudadanos allí residirá el símbolo poco confesable de una victoria y que, a la vez, para otros muchos, seguramente todo aquello no significa nada. Algo pasado y lejano, quizá la crónica de una enorme herida nunca explicada, de un desgarro colectivo con enormes consecuencias para varias generaciones, pero rara vez enseñado en la educación española. 
 Probablemente, algo olvidado que ya no genera ninguna atención.



Es sabido que, junto al dictador, está enterrado José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange. 
Y, por debajo de ellos, bajo los suelos del mausoleo, están los restos de casi 34.000 personas que combatieron en los dos bandos de la guerra civil española. 
Unas 12.000 todavía sin identificar.
El Valle de los Caídos debería ser un tributo a las víctimas de la represión franquista y la dictadura.
 Transcurridos 43 años desde la muerte del dictador, ya debería estar resignificado con todas las actuaciones completadas. 
Y, sin embargo, sigue siendo lo que siempre fue, un monumento a los verdugos.
 Inevitablemente, la tumba de Franco.

La gran asignatura pendiente en lo relativo a este complejo es la reversión de su significado para que actúe al servicio de la memoria. 
Que ayude a comprender mejor el significado del golpe de Estado, de la guerra en España, de la represión franquista y sus víctimas y de la dictadura militar instaurada por Francisco Franco durante cuatro décadas.
Es precisamente en esa orientación en la que trabajó el comité de expertos que, en el año 2011, elaboró a iniciativa del entonces ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, un informe de recomendaciones al Gobierno con vistas a las actuaciones necesarias en el Valle de los Caídos.
 Actuaciones, todas ellas orientadas a su resignificación con el objetivo de convertirlo en un centro de interpretación que rinda tributo a las víctimas y no a los verdugos.
Para ello, los expertos recomendaban que las intervenciones estuvieran regidas por los más amplios consensos políticos y parlamentarios.
 Que los traslados de cadáveres que fueron llevados a los columbarios del valle fueran investigados a fondo, documentando bien la naturaleza forzosa o voluntaria de cada una de las personas allí enviadas y allí enterradas. 
Que, dada la igual dignidad de todos los restos, José Antonio Primo de Rivera no debería ocupar un lugar destacado en la basílica. 
Que el dictador Francisco Franco debía ser exhumado y trasladado en condiciones de dignidad y de común acuerdo con sus familiares.
Se podría incluso avanzar más desde ahí; se podría trabajar en la completa desacralización del centro, apostando por su conversión a una naturaleza plenamente civil. 
Y de la misma manera, también se podría plantear el traslado del fundador de Falange, de nuevo de acuerdo con su propia familia.
Una intervención aislada sobre los restos de Franco deja demasiadas cosas en el aire
La exhumación de los restos de Franco es un buen paso.
 Lo sería aún mejor si fuera un paso con contexto. 
El derivado de un plan integral de actuación que partiera de un amplio consenso y del trabajo realizado mano a mano con el comité de expertos que, a instancias de un Gobierno socialista, elaboró ese proyecto de actuación contextualizada, integral y completa en el Valle de los Caídos.
Aquel valle rinde tributo a un dictador cuando ya, desde hace tiempo, debería hacerlo a sus víctimas. 
Como en el libro de Réjean Ducharme, debería ser nuestro propio Valle de los Avasallados.
 El centro que rinda un tributo de explicación y memoria a los que pagaron el precio más alto de la guerra, de la represión franquista y de la dictadura, el lugar donde estos descansen por fin entre palabras como memoria y dignidad que se pronuncien también para ellos. 
Si en todo esto hay algo urgente, sin duda alguna es eso; las víctimas y su memoria.
 Una intervención aislada sobre los restos de Franco, que deje el significado del complejo tal y como está, que no toque nada, sin un proyecto de resignificación que lo acompañe, quizá se deje demasiadas cosas en el aire. 
Es una buena idea que Franco salga de su tumba. Sería mucho mejor si el franquismo saliera del Valle.

 

Obama entra en campaña con un ataque demoledor contra Trump y los republicanos: “Él es un síntoma, no la causa”

El expresidente urge a los demócratas a votar en masa: "Nuestra democracia depende de ello".

Barack Obama se subió este viernes a un escenario de Illinois y se lanzó en tromba a la campaña de las elecciones legislativas con un ataque duro y directo contra Donald Trump y el Partido Republicano, algo que el expresidente de Estados Unidos, siguiendo uno de esos códigos no escritos de Washington, se había cuidado de hacer desde que salió de la Casa Blanca.
 Obama advirtió de que Trump “es un síntoma, no la causa” del populismo y urgió a los demócratas a votar en masa en noviembre: “Nuestra democracia depende de ello”.
 
Obama, durante su discurso de este viernes en Illinois en el que ha atacado a Trump.
El expresidente demócrata golpeó al republicano por todos los flancos y le citó con nombres y apellidos, algo que no se recuerda que hubiera hecho desde que pasaron las elecciones presidenciales de 2016. 
El enfado del que tanto se habla en EE UU es sincero en algunos ciudadanos, dijo, pero también resulta “una fabricación de privilegiados y poderosos que nos quieren mantener divididos”. “Esto no empezó con Donald Trump. 
Él es un síntoma, no la causa.
 Él solo está capitalizando el resentimiento que los políticos llevan años alentando”, recalcó.

El discurso de Obama, que pronunció en la Universidad de Urbana al recoger un galardón que reconoce la ética en el Gobierno, plantea las legislativas de noviembre como un referéndum sobre Trump, y los primeros compases de la campaña demócrata están apuntando en esa misma dirección.
 Pero muchos republicanos recuerdan que en el voto al Congreso priman muchos intereses territoriales y que los electores disociarán las astracanadas del presidente de las esencias del partido.
El famoso artículo anónimo de opinión publicado en The New York Times el miércoles, en el que un supuesto alto funcionario de Trump habla de un movimiento de resistencia de republicanos puros que controlan los desmanes del neoyorquino, destila esa idea: aunque haya sido elegido “como republicano”, cita el autor, muestra “poca afinidad” con los principios de libertad de mercados, de pensamiento y de personas que los conservadores se atribuyen. Sin embargo, destaca las bondades de muchas de las medidas adoptadas durante la Administración -rebaja fiscal y aumento del gasto militar- y evita citar un asunto tan discutido dentro del propio partido como migratorio. 
Lanza este mensaje: “Los americanos deben saber que hay adultos en la habitación”.

Obama, sin embargo, dirigió concienzudamente su diatriba a los republicanos, que salvo escasas excepciones (el recientemente fallecido senador John McCain era una de ellas) han callado y otorgado con las medidas trumpistas más polémicas. 
“¿Qué le ha pasado al Partido Republicano? Su principio fundamental en política exterior era luchar contra el comunismo, ¡y ahora están haciéndose amigos del exjefe de la KGB!”, exclamó, en referencia a la simpatía de Trump por Vladímir Putin, en un momento en que el Kremlin es acusado por el Gobierno de interferir en las elecciones y la política estadounidense. 

Denunció la política del "miedo y el resentimiento". “No pretendo comunicarme con Abraham Lincoln , pero esto no es lo que teníamos en mente cuando ayudamos a crear el Partido Republicano.
 No es conservador, desde luego no es normaI, es radical", subrayó. También reprochó a los republicanos su silencio en las críticas que el presidente lanza contra el Departamento de Justicia, al que ha atacado directamente por encausar a políticos del partido y perjudicarles en la elecciones, así como de haber emprendido una “caza de brujas” por la investigación de la citada trama rusa.
 “No debería ser un tema partidista que no presionemos al fiscal general o al FBI”. 
Y recordó la equidistancia mostrada por Trump en el verano de 2017 hacia los movimientos supremacistas blancos: "¿Cómo puede ser tan difícil decir que los nazis son malos?”, planteó.
El Partido Demócrata tiene en dos meses la oportunidad de revertir el rodillo conservador (gobiernan la Casa Blanca, controlan el Congreso y son mayoría en el Supremo) después del trauma de las presidenciales de 2016, cuando una candidata que parecía sacada de manual, Hillary Clinton, perdió contra un empresario y showman de discurso populista e incendiario que parecía encaminado al desastre.
 Una de las preguntas clave es cuánto suma y cuánto resta la marca Trump a los republicanos. Para los demócratas, Obama sigue cotizando al alza.

 

Tres tallas del siglo XV pintadas de colores se convierten en el ‘eccehomo asturiano’

La Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias abrirá un expediente informativo para aclarar las circunstancias de la restauración.

Las tres tallas del siglo XV de Rañadoiro pintadas por una vecina.
Una vecina del pequeño pueblo de Rañadoiro, en el concejo asturiano de Tineo, ha pintado tres tallas de madera de los siglos XV y XVI con colores chillones, una manera poco respetuosa con los valores artísticos, que recuerda a lo ocurrido en 2012 con un fresco de un eccehomo en Borja (Zaragoza) tras infructuoso intento de restauración
La Dirección General de Patrimonio del Principado de Asturias abrirá un expediente informativo para aclarar las circunstancias de la intervención.
Aquí tenemos un Museo muy muy bueno, el museo del Prado. Van extranjeros a visitarlo de aquí muy pocos. Hace ya años que fui la 1ª vez y me lo vi todo de golpe, ahora selecciono un pintor y sobre él hago tb trabajos. Como En Londres, o Alemania. Recuerdo cuando vi el Altar de Pérgamo y la puerta de Isthar....que ahora solo voy a verlos y a Nefertiti.Elijo uno y sigo maravillada.Es un Expolio lo que hicieron los alemanes , ingleses......pero el colonialismo lleva a eso.

Se trata de tres figuras, una de la Virgen con el Niño y Santa Ana, otra de San Pedro, y otra de la Virgen con el niño Jesús, estas dos últimas policromadas, según adelantaron ayer varios medios locales.
 Las tres tallas de madera que alberga la ermita de Rañadoiro, anteriormente de lo más sobrias, están ahora pintadas con vivos colores, desde el "verde lechuga" al fucsia o el azul añil.
Luis Suárez Saro, profesor en la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias y restaurador, en declaraciones a EL PAÍS, ha comentado que las tres figuras podrían volver a su estado anterior "si la vecina no lijó la policromía original antes de proceder a pintarlas".
 Y prosigue: "Habría que saber exactamente cómo fue el proceso, aplicarles técnicas de infrarrojos y ver si simplemente repintó encima de ellas".
 En este último caso, Saro sí cree que se puede revertir la situación
Una de las figuras pintadas por la vecina de Rañadoiro.
Una de las figuras pintadas por la vecina de Rañadoiro.
En 2003, Saro fue el encargado de restaurar el conjunto de tallas a petición de los propios vecinos que se pusieron en contacto con él. "Fui a hablar con ellos, se hizo un estudio y se pidió una subvención, por eso me parece un tanto extraño que se haya actuado de esta manera ahora", puntualiza. 
El restaurador asegura que las figuras presentaban daños por la intervención de hongos. "Descubrimos que una de las esculturas no estaba policromada en su origen, por lo que se dejó el material primario: madera de nogal".
Pues dejenlas como estan gracias a esa peculiar policromadas las conocemos.
Las otras dos tallas presentaban entre un 40% y un 60% de policromía con restos de repintado.
 "Todas ellas presentan unas características románico-góticas propias de esa época y de lugares tan alejados y desligados de núcleos poblacionales, como es el caso de Rañadoiro. 
Según el experto, las tallas fueron elaboradas en talleres locales y por eso guardan referencias artísticas anteriores a la fecha en la que se crearon".
Tres tallas del siglo XV pintadas de colores se convierten en el ‘eccehomo asturiano’
Para Saro, la forma en que se ha hecho la restauración choca con el proceder de los últimos años en este tipo de casos. "Aquí en Asturias, existe una Comisión de Patrimonio que funciona bien y es el lugar donde se centralizan estas peticiones con antelación". Preguntado por la polémica restauración, fuentes del Arzobispado de Oviedo se remitieron al párroco de la ermita, que estos días se encuentra en el Santuario de Covadonga, en el otro extremo de Asturias, para la celebración de la novena de la Santina.

Esta no la primera restauración fallida de piezas antiguas de gran valor por manos inexpertas.
 Una de las más célebres fue la realizada por una octogenaria llamada Celia en un fresco de un eccehomo en Borja (Zaragoza), en 2012.
 Posteriormente se han producido otras polémicas restauraciones como la de una imagen del altar mayor de la parroquia de San Sebastián de Reinosa (Cantabria) o la de una talla de San Jorge del siglo XVI, en la iglesia de San Miguel de Estella (Navarra). 
(Parecen compradas en un "Chino")
 
Tres tallas del siglo XV pintadas de colores se convierten en el ‘eccehomo asturiano’
Por su parte, el consejero de Educación y Cultura, Genaro Alonso, ha explicado este viernes en rueda de prensa que, nada más conocer "esta venganza", ordenó a la directora general de Patrimonio que abriese un expediente informativo, un procedimiento que puede llevar parejo un expediente sancionador o de reparación.

"Obramos como teníamos que obrar, además del obvio disgusto por tamaño desaguisado", ha señalado, en alusión a esta restauración. La investigación que se abrirá servirá también para dilucidar si el párroco de la iglesia en la que se encuentran estas tallas incurrió en algún tipo de responsabilidad al aceptar que una vecina se hiciese cargo de la restauración. 
También, ha recordado que es Patrimonio quien tiene las competencias en materia de restauración y protección de Bienes de Interés Cultural, sean públicos o privados.

"Las pinté como pude, con los colores que me parecieron"

La autora de la pintura de las tres tallas de Rañadorio, María Luisa Menéndez, que regenta un estanco en la cercana localidad de La Espina, explica hoy lo sucedido en un artículo del diaro El Comercio: "Yo no soy una pintora profesional, pero siempre me gustó, y las imágenes tenían mucha falta de pintarse. Así que las pinté como pude, con los colores que me parecieron, y a los vecinos les gustó", asegura. Muy sorprendida por la reacción a su trabajo, Menéndez añade que tenía permiso del párroco de la ermita.
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