Durante décadas
parecía que lo que tocara Isabel Preysler se convertía en oro, sin
importar si era una falda de Loewe, un collar de Rabat o un azulejo de
Porcelanosa, marcas con las que “colabora” desde hace años apareciendo
en eventos por los que cobra, según el periódico español El Mundo, un
“cachet” promedio de 30 mil euros.
Elegante, simpática, con una
impresionante red de conexiones y tres espectaculares maridos (una
estrella, un conde y un súper ministro), “la china” ha hecho una
fructífera carrera mucho más que sonreír frente a una cámara y conceder
alguna entrevista.
Eso es todo.
Su capital es su belleza, su elegancia y
su talento para convertir hasta el más inocuo detalle de su existencia
en noticia.
Pero las cosas están cambiando.
Su muy bullado romance con
el premio Nobel Mario Vargas Llosa –que si las cosas hubieran sido
distintas estaría por estos días celebrando su aniversario de matrimonio
número cincuenta con su ex mujer, Patricia, con la que continua
legalmente unido– le ha acarreado ciertas antipatías.
ISABEL PREYSLER, DE LA FAMA A LA INFAMIA
Su publicitado romance con Mario Vargas Llosa la ha hecho una mujer feliz. Pero según las últimas encuestas, todo lo que Isabel ha ganado en amor, lo ha perdido en imagen y popularidad.
Por Manuel Santelices /Fotos Getty Images / Instagram
Incluso en términos de elegancia, tradicionalmente su punto más fuerte, ha perdido terreno, bajando de 7,7 a 7,0 en el periodo de julio a diciembre de 2015, cuando estalló la noticia de su romance. La gente le ha perdido cariño y confianza, deducen los analistas, y eso podría traducirse en una importante perdida de su valor comercial.
Las razones no son realmente una
sorpresa.
Después de presentarse como una nostálgica pero estoica viuda,
hablando en entrevistas de prensa sobre la “hermosa historia de amor”
que había vivido con su último marido, Miguel Boyer, de pronto aparece
como una roba maridos, una experimentada y peligrosa seductora, una
septuagenaria vampiresa dispuesta a todo con tal seguir adelante con su
vida sentimental y su presencia en las revistas del corazón, dos cosas
que, al menos en su caso, van siempre de la mano.
La conquista de Vargas Llosa fue un
verdadero “coup” para “la reina del papel couché”, como es conocida en
su país, pero la batalla ha tenido sus costos.
Los españoles sospechan
ahora que detrás de este romance tan ardiente se esconde un frío
cálculo, y eso ha llevado a que Isabel sufra este tropezón en las
encuestas.