Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

27 dic 2016

Muere Carrie Fisher, la princesa Leia de ‘Star Wars’....... Rocío Ayuso

La actriz estadounidense ha fallecido a la edad de 60 años tras un infarto al corazón.

Carrie Fisher en una imagen del pasado año en Londres. REUTERS
Medio mundo estaba en vilo esperando noticias sobre la evolución de la actriz norteamericana Carrie Fisher y el desenlace ha sido fatal. 
La suerte no ha acompañado a la princesa Leia de Star Wars, que ha fallecido este martes a los 60 años después de haber sufrido un infarto el viernes en un avión, según ha confirmado la familia en un comunicado que difundió su portavoz, Simon Halls.
“Con un gran pesar Billie Lourd confirma que su querida madre, Carrie Fisher, falleció a las 8:55 de la mañana [hora local de Los Angeles]”. “Fisher era muy querida en el mundo y será echada en falta. 
Toda nuestra familia agradece las muestras de cariño y las plegarias”, añadió la hija de la actriz.
Fisher estaba ingresada en un centro médico en Los Ángeles tras sufrir un paro cardíaco el pasado viernes mientras volaba de Londres a la ciudad californiana.
 El infarto le sobrevino minutos antes del aterrizaje y pese a la intensa atención inmediata que le prestaron en el avión algunos pasajeros comentaron que los que la asistieron tardaron más de diez minutos en restablecer sus constantes vitales.
Mark Hamill, Carrie Fischer y Harrison Ford, en 'Star Wars'.
 
La actriz interpretó a la princesa Leia en cuatro de las películas de la saga: Una nueva esperanza (1977), El imperio contraataca (1980), El retorno del Jedi (1983) y El despertar de la fuerza (2015). 
También hace un cameo en Rogue One, que se encuentra a finales de 2016 en las carteleras. La actriz , que nació en el seno de la realeza de Hollywood, de Beverly Hills, hija de estrellas de antaño como Debbie Reynolds y Eddie Fisher, llegó al centro médico de Los Ángeles el pasado viernes en estado crítico y horas más tarde fue trasladada de urgencias a la unidad de cuidados intensivos. Según revela el portal TMZ nunca volvió a estar consciente desde que sufrió el infarto.
Dave Prowse, el hombre que dio cuerpo a Darth Vader, y Billy Dee Williams, el Lando Carlissian de El imperio contraataca, expresaron su preocupación por Fisher, y lo mismo hicieron Riz Ahmed o Alan Tudyk, de la última película de este universo. “Usa la fuerza, cariño”, le dijo Joely Fisher, hermanastra de la actriz, parafraseando una de las constantes de esta saga. Junto a Fisher en el hospital se encuentran su hija, la actriz Billie Lourd, y su perro de compañía, un bulldog francés llamado Gary Fisher que la acompaña todo el tiempo. Ambos viajaban junto a ella en el vuelo United 935 procedente de Londres cuando sufrió el ataque cardiaco.
Mark Hamill, Carrie Fischer y Harrison Ford, en 'Star War
Fisher se encontraba en Londres promocionando su último libro, The Princess Diarist. 
 Como gran parte de sus libros, este también es en parte autobiográfico, basado en los diarios de sus comienzos como actriz en una saga que la lanzó al estrellato con solo 19 años y de la que nunca pudo desprenderse. 
Allí se refería al romance que vivió con Harrison Ford: “Fue tan intenso... Éramos Han y Leia durante la semana y Carrie y Harrison los fines de semana”.


Carrie Fisher atravesó por varias dificultades personales a lo largo de su carrera y, aunque para muchos podría ser un tema tabú, ella hablaba abiertamente de sus problemas con el alcohol y las drogas. "Soy Carrie Fisher y soy alcohólica", comenzaba su monólogo teatral Wishful Drinking sobre su biografía.
 La actriz sufrió una sobredosis y pasó por proyectos de desintoxicación. 
Esos años de excesos coincidieron con su turbulenta relación matrimonial con el músico Paul Simon tras un amago de boda con el cómico Dan Aykroyd.
Su estrella en el cine sólo brilló realmente en los títulos de Star Wars y en algunas películas de prestigio como Hannah y sus hermanas, de Woody Allen, si bien participó en numerosos títulos, en los que incluso parecía reírse de sí misma.
 Sin embargo, su recuerdo forma parte del imaginario colectivo de toda una generación que descubrió asombrada la saga galáctica y a una actriz de fuerte personalidad.
 Un recuerdo indeleble, como demuestra la masiva reacción de condolencia y lamento que se ha producido en las redes sociales al conocer su temprana muerte.
 
 

 

El renacimiento de Gucci

Con su desembarco como director creativo en 2015, Alessandro Michele ha reinventado esta firma en términos estilísticos y financieros.
 En apenas dos años, la compañía se ha posicionado a la cabeza de los emblemas italianos del sector del lujo.
 ALESSANDRO Michele, el hombre que desde 2015 reescribe la historia de Gucci y que en apenas dos años ha logrado darle la vuelta a uno de los emblemas más legendarios del sector del lujo, asegura que solo se trataba de dar con el cable de tensión adecuado. “He querido provocar un cortocircuito entre el pasado y lo contemporáneo, porque los símbolos de una firma siempre pertenecen al pasado, pero a la vez siempre tienen algo que contar de nuestra contemporaneidad”, dice Michele (Roma, 1972) antes de desgranar las claves de lo que él considera un mero “capítulo” en la historia de esta mítica casa florentina.

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, El Dionysus DIY Corner de Vía Montenapoleone, en Milán, donde se personalizan los bolsos de la firma italiana. 
 
Sin embargo, el sorprendente renacimiento que ha vivido Gucci en los últimos tiempos pasará a los manuales de la historia de la moda reciente. 
También a los de la gestión empresarial.
 Un golpe de timón, propiciado desde el centro de operaciones administrativas en Milán por el director ejecutivo Marco Bizzarri y el propio Michele desde el cuartel general creativo en Roma, que no se ha limitado a la pasarela ni a los escaparates, sino que aspira al replanteamiento global de uno de los buques insignia de la moda italiana, nacido en 1921 y vincu­lado exclusivamente a los artículos de piel en sus inicios.
 La transformación arrancó en enero de 2015 y ocurrió a una velocidad de vértigo, la misma que rige los grandes emporios de la moda y que de forma voraz consume nuestro sentido de la realidad y el tiempo.
 Marco Bizzarri, entonces recién elegido director ejecutivo, decidió cambiar las reglas del juego al darle la batuta creativa a un diseñador hasta entonces desconocido pero curtido en los talleres de marroquinería de la empresa.
 Alessandro Michele, un romano de pelo largo, barba, con las manos cargadas de anillos y un aura hippy de tintes mesiánicos, había llegado a la casa en 2002 de la mano de Tom Ford.
 Doce años después, era uno de los miembros destacados del equipo de la entonces directora creativa saliente, Frida Giannini. 

De la noche a la mañana, Michele se vio con todo el poder a sus espaldas y un reto: realizar su primer desfile contrarreloj, en nueve días.
 Sin apenas dormir, y como recuerdan testigos directos de aquel bautismo, con muchas de las prendas sin rematar, su primera propuesta (la colección masculina de otoño-invierno) logró despertar una ilusión que hasta entonces parecía aletargada.
 Su cambio radical de color, energía y referencias no dejó indiferente a nadie
. De un solo golpe, entraba por la puerta un nuevo universo cuyo efecto dominó favoreció a la marca al completo. 
En un tiempo récord, todo empezó a cambiar: desde el despacho del director creativo, redecorado por Michele con objetos antiguos traídos de su casa, a los míticos bolsos emblema de la firma, a los que les empezaron a crecer preciosos cierres en forma de serpiente o bordados de inspiración bucólica.
La de Tom Ford fue una de las primeras voces en declarar que Michele era el hombre adecuado para el puesto.

 Su etapa en Gucci, pese a ser una de las páginas más brillantes en la historia de la compañía, parecía haber caído en el olvido hasta que Michele –con guiños explícitos al archivo del diseñador tejano– le ha devuelto al lugar que merece.
 “Tom fue una figura clave para mí y para Gucci”, afirma Michele. “Él inventó la idea de que esta empresa de bolsos se podía transformar en una firma de moda”.
Modelos en el backstage del desfile de la colección crucero 2017. Gucci

 
GUCCI Cruise 2016 Front Row 
 
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Detalle de la serpiente que decoraba la pasarela del desfile masculino de la temporada primavera-verano 2017. Gucci
 

¿La dama o el tigre?...................... Anna Caballé

Sylvia Plath fue una leona que luchó hasta donde pudo por sus sueños. La edición completa de sus diarios deja al descubierto el proceso que la llevó a suicidarse.

 
La poeta estadounidense Sylvia Plath.
Después de años en que los diarios de la estadounidense Sylvia ­Plath eran inencontrables en castellano, la editorial Alba se ha decidido a publicar la versión íntegra de los mismos, restaurada por Karen V. Kukil.
 De la primera edición (The Journals of Sylvia Plath, The Dial Press, 1982) fue responsable el marido de la escritora, el poeta Ted Hughes, y la traducción la publicó Alianza en 1996.
 Era una edición relativamente expurgada, de la que se habían suprimido algunos pasajes y dos de los últimos cuadernos de la autora (escritos entre 1957 y 1959).
 En el prólogo, Hughes reconocía haber destruido un tercero, el último escrito antes de morir, para evitar que sus hijos pudieran leerlo y también porque “en aquellos días yo consideraba el olvido como un elemento esencial de mi supervivencia”.
 Sin embargo, poco antes de morir, en 1998, el poeta retiró los sellos de dichos cuadernos depositados, como el resto del legado, en el Archivo Plath del Smith College, institución que tuvo a la escritora como estudiante y después como docente y que adquirió todos sus papeles. 
De acuerdo a todo ello, la responsable del archivo preparó la edición completa de los diarios (The Unabridged Journals of Sylvia Plath; Anchor, 2007) que ahora comentamos, en la estupenda versión de Elisenda Julibert.
 enda versión de Elisenda Julibert.
El texto recorre la vida adulta de la escritora, desde los 18 años, cuando es una estudiante de literatura inglesa, hasta seis meses antes de morir. 
Todos conocemos los hechos más relevantes de su vida (el matrimonio con Ted Hughes, su novela Campana de cristal, los inquietantes poemas de Ariel), pero sobre todo sabemos que murió de una forma dramática. 
Todas las muertes lo son, pero apoyar la cabeza en el horno de la cocina abriendo la espita del gas con 30 años y dejando a dos hijos pequeños en la casa es algo que conmueve a cualquiera.
 No hemos dejado de pensar en lo que pudo ocurrir para que una mujer tan joven, intelectualmente brillante y bellísima tomara aquella decisión
 Y este es un interés implícito en los diarios de Plath: ahí tenemos la oportunidad de leer y comprender el proceso interior que la condujo a la muerte.
 Lo primero que me ha sorprendido esta vez es su inteligencia abrumadora, de la que ella es consciente muy pronto, pero que no sabe cómo conjugar con sus otras aspiraciones y necesidades (por ejemplo, con el sexo y su fuerte necesidad de un hombre junto a ella).
Es una mujer formada en los años cincuenta, los años del new deal americano, de muchachas con vestidos vaporosos y collares de perlas que sueñan con niños sonrosados y pastel de cerezas. Piensan en casarse y, solo por ello, ser felices a la nueva manera propuesta por Roosevelt para luchar contra los efectos de la Gran Depresión.
 Ella quiere eso ansiosamente, pero también quiere escribir y publicar y ser reconocida como escritora.
 Su cabeza es un estilete que muy pronto comprende los inmensos intersticios que se abren en sus sueños.
 “¿Por qué diablos se nos acostumbra de pequeños a un mundo de color de rosa si no es así?”, se pregunta ya en las primeras páginas de su diario.
 Una lectura apasionante si estamos dispuestos a zambullirnos en la vida mental de una mujer con un gran talento introspectivo. 

El diario tiene varios puntos de inflexión: el primero, cuando sufre un tratamiento de electrochoque después de su primer intento de suicidio.
 Solo tiene 19 años y aquello marca su escritura.
 Se vuelve más grave y aparece por primera vez la devastación interior con la que convive.
 El segundo, cuando conoce a su marido y su vida cambia por completo (“dijo mi nombre, Sylvia, y de un soplo barrió el desierto que ocultan mis ojos”). 
El tercero, cuando descubre a su apuesto marido en el campus del Smith College (llevan dos años casados) coqueteando, entusiasmado, con una estudiante, y su frágil mundo se viene abajo. Unas páginas extraordinarias (a partir de la 526), implacables: “Aquí termina mi vida”. 
Terminaría, en efecto, tres años después, con el intento desesperado de formar una familia
. El cuarto punto de inflexión tiene que ver con el durísimo psicoanálisis que emprende de la relación con su madre.
 Ahí Sylvia Plath muestra toda la tristeza facetada de su vida. Demasiados conflictos para una persona de su sensibilidad
. Tenía que romperse.
 Su diario muestra claramente el conflicto de una mujer que desea vivir una vida amorosa plena y al tiempo centrarse en su carrera como escritora.
 Su poderosa libido sexual, sobre la que ­Plath escribe hasta que se casa, la lleva a pensar que es un aspecto muy delicado en una joven tan atractiva como ella: puede contribuir a su triunfo o a su fracaso. Su entrega a los hombres será su baza más poderosa o su peor defecto
. “En 10 años lo sabremos”, escribe. “O seré dama, o seré tigre”. No fue ni una cosa ni otra, Sylvia Plath fue una leona que luchó hasta donde pudo por sus sueños, por una vida perfecta.
 

 

Vuelta al crimen tras el asesinato de un niño........ José María Jiménez Gálvez

Cornejo, que violó y mató a un chico de 11 años, se ha convertido en un delincuente "habitual" de Jaén

 

 


Los agentes trasladan a Cornejo, en 1999, tras ser declarado culpable.
Enrique Cornejo entró tranquilamente en el DIA de la calle de Sedeño (Jaén) y se paseó con absoluta parsimonia entre las estanterías.
 "Una cajera lo vio, pero no sospechó nada. Al parecer, era un cliente habitual", relata un agente, que añade inmediatamente: "Pero, entonces, escuchó un grito de una compañera y observó que el detenido le había colocado una navaja enorme en el costado". Quería el dinero de la caja.
 Y, supuestamente, lo cogió, huyó rápidamente del lugar y se escondió en casa de su madre; adonde fueron a buscarlo los investigadores.
 "Es un viejo conocido", subrayan fuentes policiales al describir a este hombre de 34 años, cuya figura saltó a la primera página nacional a finales de los noventa.
 Con solo 16 años, violó y mató a un niño de 11.
 Casi veinte años después, por el robo en el supermercado, han vuelto a detenerlo este diciembre. Por enésima vez.

"Se ha convertido en un delincuente habitual", repiten fuentes policiales, que enumeran de seguido sus antecedentes: 
"En 2006, en 2011, en 2014... Siempre por robo con violencia".
 De hecho, su paso por los calabozos y por la cárcel es ya un capítulo recurrente de su vida.
 De una de ellas, incluso, se fugó.
 Fue en febrero de 1999, cuando se escapó de la enfermería de Jaén II, escaló los muros y emprendió la huida.
 Durante seis horas mantuvo en jaque a la Guardia Civil, que desplegó un dispositivo de 500 agentes, hasta que lo encontraron escondido en una urbanización. 
En ese momento, aún era un adolescente. Y se encontraba en prisión preventiva, a la espera del juicio por asesinato a Antonio Carrillo.
 Fue el conocido como Crimen del olivar.

Un cruel asesinato que conmocionó a toda la ciudad.
 Ocurrió el 30 de octubre de 1998. "En una hora no del todo precisada, que se estima entre las 21.30 y las 22 horas", según detalla la sentencia de la Audiencia Provincial, que reconstruye el salvaje episodio.
 Cornejo y otro menor, también de 16 años, convencieron a la víctima para que los acompañara a coger hilo de cobre a una desguace cercano.
Engañado, lo condujeron hasta un olivar próximo al polígono de Los Cabales; donde lo inmovilizaron para que Enrique lo penetrara. A continuación, trataron de introducirle por el ano "un objeto de características contusas y alargadas"; antes de apuñarlo 25 veces en el cuello, tórax y espalda; y arrojarle sobre la cabeza una "piedra de grandes dimensiones" que lo mató al instante.
 Según explicó en aquellos días uno de los hermanos del niño, Cornejo culpaba al pequeño de su detención y su internamiento posterior en un reformatorio.

"Las citadas cuchilladas se hicieron con el solo objetivo de aumentar progresiva e innecesariamente el dolor de la víctima", escribió el magistrado José Requena, el presidente de la sala que juzgó el crimen y que condenó a ambos menores a 16 años de cárcel.
 A Cornejo como principal autor y al segundo adolescente como "cooperador necesario".
 Aunque, con la entrada en vigor de una nueva Ley Penal del Menor, se revisó la decisión judicial en 2001 y se redujo la pena a un internamiento de cinco años en un centro y a otros dos de libertad vigilada
En enero de 2004, ambos ya estaban en libertad.
Desde entonces, Cornejo no ha parado de entrar y salir de los calabozos.
 La Policía Nacional lo arrestó la semana pasada por el atraco al DIA. "Se presentó en Comisaría después de que su madre le convenciera para entregarse", explican fuentes policiales.
 El juez ya lo ha enviado, de nuevo, a prisión.