Un equipo de especialistas designado por Naciones Unidas trabaja en
un plan para detectar e informar al planeta el peligro de un cometa o
asteroide potencialmente fatal.
"Buenas tardes.
Hace unos minutos, los embajadores de Estados Unidos
en cada país en el mundo hablaron con los líderes de esos países para
informarles de lo que les voy a decir.
Es un poco complicado y me tomará
tiempo explicarlo, así que espero que tengan paciencia y escuchen lo
que tengo que decir", advertía el presidente de EE UU, Tom Beck, antes
de anunciar al mundo que un cometa "más grande que el Everest" se
dirigía al encuentro de la Tierra, un choque que podría matar a millones
de personas en el mejor de los casos
. El presidente Beck, interpretado
por Morgan Freeman en la película
Deep Impact (Mimi Leder,
1998), convertía la sala de prensa de la Casa Blanca en el punto de
origen de la información más decisiva de la historia de la humanidad.
En
el imaginario colectivo occidental, acostumbrados como estamos a que
los extraterrestres siempre elijan ese país para aterrizar, no sorprende
demasiado que el anuncio lo realice el líder electo de los
estadounidenses
. Sin embargo, ¿es el escenario ideal? ¿Cómo debería
comunicarse una potencial catástrofe de este tipo a la población de todo
el mundo?
Sería cada gobierno quien daría la noticia a su población, tomando en
consideración aspectos culturales y religiosos", explica el líder del
plan de la ONU
6 de octubre de 2008
. Astrónomos de todo el mundo observan un objeto
espacial que va a impactar contra la Tierra
. Por primera vez en la
historia, se detecta un meteorito antes de que rasgue la atmósfera
.
Expertos y aficionados lo cazaban hasta 20 horas antes de que llegara al
planeta.
Sin embargo, en el Centro de Planetas Menores (MPC, por sus
siglas en inglés), institución que recopila las observaciones de
asteroides y cometas, no recibieron permiso para informar oficialmente
sobre ese objeto que se dirigía como un proyectil hacia Sudán hasta
varias horas después de haberlo identificado
. Sencillamente, no sabían
cómo hacerlo.
No existía un protocolo preparado para, en su caso,
anunciar al mundo que se tomaran las medidas necesarias para mitigar
daños.
Afortunadamente,
el asteroide TC3 solo tenía el tamaño de un coche.
"Se tardó horas y parecía que estábamos tratando de ocultar algo.
Simplemente, no había un sistema para comunicarlo de manera rápida
porque no se pensaba que esto fuera a ocurrir", explica el español José
Luis Galache, astrónomo del MPC. Ahora, Galache forma parte del equipo
fundacional que, por mandato de Naciones Unidas, va a diseñar cómo
detectar, controlar e informar estos sustos.
La primera reunión
de este grupo de expertos y especialistas en diversas disciplinas,
generó una convicción entre los asistentes: hay que decidir cómo
comunicar estos eventos a todo el mundo, con mensajes asequibles para
cualquier habitante del planeta, no solo para los que han visto cintas
como
Armageddon.
Celebrada en enero en la sede del MPC (en el Harvard-Smithsonian
Center for Astrophysics, en Massachusetts), la cita contaba con
representantes de todas las instituciones que hoy por hoy se dedican a
la detección de asteroides, cometas y otras amenazas para la Tierra:
NASA, ESA, JAXA nipona, CNRS francés, Academia de Ciencias rusa, el
Centro Aeroespacial de Alemania y varias instituciones académicas.
Naciones Unidas había ordenado crear un organismo (
IAWN,
siglas en inglés de Red Internacional de Alerta de Asteroides) que
coordinara y centralizara esos trabajos tan atomizados para que la
humanidad contara con un único referente al que consultar, del que
fiarse en caso de preocupación, quien informara con rigor cuando llegue
el momento.
Tras la segunda reunión de este grupo, celebrada en
septiembre, acaban de presentar un informe en el que señalan las
prioridades para la comunicación acertada del peligro de que una roca
espacial golpee al planeta Tierra.
El hombre que coordina
este mandato de la ONU,
el mexicano Sergio Camacho, explica que IAWN avisaría directamente a
los líderes de los países amenazados en caso de detectarse un meteorito
que afectara a una región concreta.
"Sería ese gobierno —o gobiernos—
quien informaría a su población
. Idealmente, la noticia se daría en el
idioma de la población en riesgo, tomando en consideración aspectos
culturales y religiosos", explica.
Pero Camacho no se engaña. Estas
circunstancias son completamente impredecibles: el 14 de febrero del año
pasado,
mientras astrónomos de todo el mundo preparaban sus equipos para avistar al asteroide DA14, que rozaría la Tierra, un meteorito arañaba la atmósfera sobre la ciudad rusa de
Cheliábinsk.
Se está desarrollando una nueva escala de
alertas que irá del 1 (el objeto estalla en la atmósfera) hasta el 6
("destrucción global")
"Los medios se enterarían independientemente de que algo pasa por lo
que IAWN debe de estar lista a proporcionar información veraz
. Por los
muchos escenarios de riesgo de impacto por un asteroide que se podrían
presentar, es difícil asegurar que la noticia se dé en condiciones
idóneas", asume Camacho, por lo que su misión será la de establecer
cauces transparentes y estables con los periodistas para tenerlos
convenientemente informados:
"Serán ellos quienes divulguen la noticia".
Siguiendo con el ejemplo cinematográfico, en
Deep Impact el
presidente Beck se ve obligado a adelantar su anuncio por las
indagaciones de una reportera. Y al realizar su declaración, alguien
grita en la redacción de una cadena de noticias: "¡¿Dónde está el
periodista científico?!".
Por tanto, en caso de detectarse una amenaza en algún observatorio,
esta información iría directamente a IAWN y, sin solución de
continuidad, a los gobiernos interesados
. A partir de ahí, ya sería cada
país el que decidiría cómo gestionar la crisis a su manera. En caso de
tratarse de un evento que pusiera en riesgo a buena parte del planeta,
habría tiempo para decidir cómo hacerle frente al
fin del mundo.
"Cuanto más daño puede hacer el asteroide o cometa, más grande es.
Y
cuanto más grande es, más visible resulta porque refleja mucha más luz.
Por tanto, se detectaría con antelación", razona Galache.
Otro grupo
se encarga en paralelo de analizar desde ya todas las posibles
respuestas ante una amenaza global, en función de los distintos
escenarios: velocidad, tamaño, ángulo de entrada, material, etc.
Los expertos se exigen transparencia para ganar la confianza de la
población en general y de los líderes y los periodistas en particular.
Pero también un lenguaje comprensible y en todos los idiomas. Y hoy por
hoy, los datos referentes a todos los objetos espaciales potencialmente
peligrosos están a disposición del público en las webs de muchos
organismos científicos
. Pero son números y referencias técnicas que solo
unos pocos expertos lo entienden. "No es información, son datos.
Discuto con otros colegas porque confunden las dos cosas. Cuando ves las
noticias del tiempo, no quieres que te hablen de isobaras sino que te
digan si es probable que llueva", resume Galache.
En ese contexto han creado una nueva escala de riesgos, denominada
Broomfield (así se llama el pueblo en el que se reunieron la segunda
vez, en septiembre), que servirá para jubilar otras escalas
probabilísticas tan complejas como inútiles.
La escala Bloomberg
—inspirada en la de huracanes— se moverá entre la amenaza de tipo 1
(color verde, ver imagen), que sería algo así como el meteorito TC3 de
Sudán, hasta la amenaza de tipo 6 (color negro) que implicaría una
"destrucción global".
Cuanto más daño puede hacer el asteroide, más
grande es. Y cuanto más grande es, más visible resulta. Se detectaría
con antelación", razona Galache
Además, otras de las recomendaciones del informe son evitar las
comparaciones con bombas nucleares a la hora de explicar la fuerza del
impacto, mantener encuentros periódicos con los medios y, sobre todo,
tener una presencia online estable y unificada. Este mismo lunes se
registró el dominio iawn.int para crear allí la web de este organismo.
Les hubiera gustado comprar iawn.org pero pertenece a la Red
Internacional de Mujeres Anglicanas, con quienes comparten las mismas
siglas en inglés.
Problemas de logística que no salen en las películas
de Hollywood.
"De haber un riesgo sustancial digamos en el próximo año, la
organización estaría suficientemente preparada para responder con
información científica claramente articulada para los líderes políticos
de los países afectados", asegura
Laura Delgado López,
experta en comunicación científica y coordinadora de esta reunión de
IAWN. El horizonte es haberse establecido como un organismo de
referencia dentro de cinco años. Para Delgado, deberían lograr una
conciencia pública del peligro de los asteroides y cometas y preparar al
planeta para evitar malas interpretaciones.
Por ejemplo, evitando las barreras culturales y religiosas.
"A
nosotros nos parecería lógico intentar destruir o desviar un cometa
potencialmente destructor
. Sin embargo, puede haber personas que crean
que es una acción divina que hay que respetar", pone como ejemplo
Galache.
El mexicano Camacho mantiene una certeza con la que deben
trabajar:
"Lo que es seguro es que la Tierra volverá a ser impactada por
un asteroide de dimensiones tales que destruya un pueblo, una ciudad o
que cause daño a escala nacional o regional.
Lo que no sabemos es
cuándo".