Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

25 nov 2014

El sueño de Marlon Brando se convierte en un hotel ecológico............................. Toni García

A 30 minutos al noreste de Tahití alberga, además, un centro de estudios polinesios, una reserva para aves y un bosque protegido.

El hotel The Brando en la Polinesia.

Como se acostumbra a decir, Marlon Brando no necesita presentación.
 Fue el mejor actor de su generación y uno de los mejores de la historia y –por qué no decirlo- uno de los más excéntricos que ha dado Hollywood desde los años de Errol Flynn y Cary Grant.
 El actor envió a una india a recoger el Oscar que la academia le había concedido en 1972 por El Padrino y años después, en 1979, perdió la chaveta en el plató de Apocalypse Now hasta casi llevarse por delante al director, Francis Ford Coppola.
Pero por aquel entonces todo el mundo sabía que al intérprete se le perdonaba todo y que la misma capacidad imparable que poseía para dar vida a cualquier personaje la tenía para hacer enloquecer al más pintado.
En 1962 y por extraño que parezca, Brando veía a Hollywood como el que mira a un enemigo.
 Su último filme, Rebelión a bordo, había sido un auténtico fracaso (costó 16 millones de euros y recaudó alrededor de 13) y los rumores sobre su comportamiento errático y caciquil en el rodaje no ayudaban al actor a volver al candelero: su nombre estaba ya en todas las listas negras de los grandes estudios.
 Pero esa película significó para Brando un cambio en su modus vivendi y el descubrimiento de un paraje en el que pasaría muchos de los años venideros: la Polinesia.
“No puedo explicar con palabras la belleza de este paraje” dijo entonces el intérprete, que –en 1965- decidió comprar una parte del paraíso: un pedazo de tierra llamado Tetiaroa, que comprendía una docena de pequeñas islas y donde se construyó una casa que se convertiría en su hogar:
 “Es uno de los mejores días de mi vida” declaró por aquel entonces. Brando pretendía convertir su propiedad en un lugar de encuentro para científicos y ecologistas, fundando un laboratorio y buscando la manera de que el lugar fuera totalmente sostenible y minimizando el impacto en la naturaleza y la fauna local
. Paradójicamente, sus sueños empezaron a cumplirse hace unos pocos meses cuando se inauguró, 10 años después de su muerte, The Brando, el hotel de lujo en la que fue su casa durante casi dos décadas.
The Brando, ya en la lista de los mejores hoteles del mundo, ha respetado las estructuras originales del hogar del actor, modernizando algunas zonas, construyendo treinta villas en distintas localizaciones (22 de ellas mirando al mar y todas con piscina privada) y añadiendo dos restaurantes para que sus huéspedes no tengan necesidad de ir a ninguna parte.
 Al hotel no llegan las líneas aéreas clásicas y solo se puede acceder a través del propio aeródromo de una de las islas y con la ayuda del equipo del hotel: el huésped puede acceder a este en una terminal privada situada en el equipo de Tahití
. Lo siguiente puede imaginarse sin demasiados esfuerzos: arena fina, aguas transparentes y un clima que permite pasar allí 12 meses al año.
Vista interior del hotel The Brando en la Polinesia.
El Brando está a solo 30 minutos al noreste de Tahití y alberga un centro de estudios polinesios, una reserva para aves, un bosque protegido y un ecolab, un laboratorio que estudia la manera de rentabilizar la energía y de convertir el recinto en un lugar totalmente sostenible.
 Los huéspedes pueden moverse entre islas en barca o con coches eléctricos y el hotel va a ofrecer a 20 huéspedes VIP la posibilidad de tener una residencia permanente en el complejo
. El hotel se presentó hace unas semanas en una de las reuniones del mundo del lujo en viajes más importante del mundo, el Luxury Travel Market de Cannes, donde fue bautizado como "uno de los mejores ejemplos de eco-lujo del mundo" por publicaciones como Interior design o Luxury Travel Magazine.

 

El bolso más famoso del mundo cumple 30 años

Tres décadas de anécdotas y una historia de película convierten el modelo Birkin de Hermès en una pieza inmortal.

birkin

 

Tiene nombre de artista y su razón de ser es tan seductora como misteriosa
. El modelo Birkin de Hermès es, con permiso del 2.55 de Chanel o el Speedy de Louis Vuitton, el bolso más famoso del mundo
. A su alrededor se ha forjado una leyenda que, como todas, cuenta con algunos capítulos hinchados y otros que se ajustan más a los hechos
. Desde su creación en 1984 ha sobrevivido a todo tipo de modas y celebridades que parecían vivir esposadas a sus asas
. Hoy, treinta años después, nadie discute su contemporaneidad, fieramente complaciente con quien decide explotarla –en los últimos meses Kim Kardashian se ha convertido en un fiel mastín de su hechizo–.
 En el camino quedan grandes anécdotas y un secreto aún no revelado, el de su éxito.
Una lengüeta fraccionada en tres partes y una traba con candado separan el mundo real de lo que contiene en su interior
. Abierto o cerrado, el desfile de seguidoras que durante años ha lucido este diseño tan agradecido –se fabrica en casi todos los colores y cinco tamaños– conforma una de las historias más bonitas de la moda. 
Lo crearon en honor de la actriz y cantante británica Jane Birkin, quien en un vuelo de París a Londres coincidió con Jean-Louis Dumas, entonces dueño de Hermès, y le confesó que nunca había sido capaz de encontrar el bolso de sus sueños.
Tres años después, la firma francesa fundada en 1837 alumbró el invento, sin logos y sin otra ambición que la de satisfacer a su inspiradora
. El éxito que cosechó aquel bolso, inmediatamente demandado por centenares de mujeres de bien, obligó al histórico fabricante de guarniciones a comercializar la pieza.
 Accedieron, pero respetando los tiempos y los procedimientos –48 horas y un artesano–, lo que pronto motivó la aparición de una lista de espera para adquirirlo.
birkin 
  El tan llevado y traído registro de futuras compradoras del Birkin ha sido una fuente inagotable de leyendas y rumores.
 El ritmo de producción no alcanza la demanda; lo que, al parecer, ha motivado una lista de espera aproximada de cinco años para poder comprarlo.
 Además, quien lo desea debe abonar cifras que pueden llegar a los 50.000 euros. Eso es al menos lo que todo el mundo dice saber y Hermès, por razones obvias, nunca lo ha desmentido.
 Sin embargo, se trata de una leyenda, otra más de las que nutre el universo mendaz de la moda.
En 2009, el escritor Michael Tonello, un dandi obsesionado con el lujo, escribió un libro en el que desmontaba toda la estrategia de marketing de la marca
. En Bringing home the Birkin, el autor explicaba que en solo tres meses consiguió comprar 130 piezas del modelo Birkin sin mayor problema, demostrando así que el asunto de la lista de espera no es tanto como parece.
 El fin del mito no ha supuesto, no obstante, merma alguna en el prestigio de Hermès.
 Sigue siendo la firma más sofisticada de la industria del lujo, vale miles de millones en Bolsa y cuenta con más de 10.000 empleados en todo el mundo
. Sus productos se fabrican en Francia, de manera artesanal y con los mejores materiales.


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Antes del Birkin, en los años 50, Hermès ya se había apuntado otro tanto con el modelo Kelly.
 Lo crearon en 1923 con el nombre Haut à courroies, pero cuando Alfred Hitchcock encargó varias piezas para el vestuario de la película Atrapa a un ladrón (1955) el bolso renació
. Grace Kelly, coprotagonista del filme junto a Cary Grant, se enamoró de él
. Fue entonces cuando Hermès decidió rebautizarlo con el nombre de la intérprete
. Pese a ello –y pese a llegar mucho más tarde–, el éxito del Birkin superó al de su antecesor más famoso. 
 La lista de celebridades abonadas a él comprende nombres tan dispares como Victoria Beckham, Kate Moss o Kelly Osbourne.
 Les siguen Olivia Palermo, Nicole Richie o Julia Roberts; cada una de su padre y de su madre pero todas con una neura en común.
 Lady Gaga pintarrajeó el suyo en 2010 y Kim Kardashian cuenta con varios, entre los que se encuentran uno customizado por su hija y otro por un artista.
El éxito del Birkin sigue siendo un misterio, pues su popularidad va más allá del sistema que deglute las tendencias con carácter bianual.
 De hecho, puede que no estemos hablando de moda, sino de otra cosa
. Ya lo dijo Jean-Louis Dumas, histórico presidente de Hermès, al diario Le Journal en 2004: "Hermès no es una casa de moda, sino que guarda respecto a ella una cierta distancia, aunque al mismo tiempo está firmemente decidida a ser una casa contemporánea. La noción de permanencia nos confiere una distinción aristocrática que tiene, debemos admitir, un cierto matiz intimidatorio". 
 Pero que nadie se equivoque. 
No se trata de infundir miedo, sino hacerse respetar. Un cóctel de elevación, elegancia y entusiasmo.

 

El sabor añejo del blues en tres gargantas ..............................................................Por Rolling Stone

De cómo el bourbon ha regado la historia del rock desde el siglo XX.


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Son tres grandes nombres de la música de nuestro tiempo y sus vidas están conectadas a través del bourbon más famoso del mundo. John Lee Hooker, Janis Joplin y Jaime Urrutia tienen más cosas en común de las que pueda parecer en un principio.
Del primero cuentan que tras esas misteriosas gafas de sol y ese sombrero de tipo duro se escondía un hombre entrañable y algo pícaro
. Su voz, profunda, grave y dura, como el latido de las entrañas de la tierra, daba miedo a los niños, pero decía más de lo que cantaba. John Lee Hooker, considerado como uno de los más grandes del blues –fallecido en 2001–, le cantaba al amor y al desamor.
 Pero también al sexo, al odio, la venganza y sobre todo a la verdad
. Su historia es similar a la de muchos bluesmen surgidos junto al cauce del río Mississippi.
Nacido en 1917 el pequeño John cantó en la iglesia y aprendió a tocar la guitarra a escondidas gracias a su padrastro. Se marchó a Memphis, Cincinnati, Detroit…
 Trabajó como portero de un teatro, mecánico y limpiabotas
 Se casó dos veces (con su segunda mujer tuvo seis hijos). También vagabundeaba y actuaba en locales donde estaba predestinado a ser un músico anónimo pese a que su estilo no se ajustaba a los cánones del blues primitivo norteamericano 100% norteamericano, como Four Roses.
Su forma de tocar era diferente, pero hasta 1948 la suerte y el éxito no empezaron a sonreírle: ese año, triunfa con el éxito Boogie Chillen.
 Pero –ay– conseguir un single de éxito no era suficiente: en un alarde de instinto de supervivencia, heredado de su origen humilde, John grabó siempre a escondidas para otros sellos diferentes al que le había fichado, para conseguir un dinero extra. Y lo hizo con muchos pseudónimos: Texas Slim, John Lee Booker, Johnny Williams… Viejos trucos de este maestro del boogie.
Aunque una de las grandes canciones por las que será recordado fue One bourbon, one scoth, one beer –un buen bebedor sabe que un bourbon es un whiskey pero no todos los whiskeys son bourbon–, un éxito grabado por Amos Milburn en 1953 y popularizado por Hooker en 1966.
 La canción conectaba con la vida y la personalidad de John que no sólo la hizo suya sino que le imprimió un sello tan personal que al escucharla tiene ese sabor a Four Roses que se hace inconfundible.
etiqueta4rosesLo mismo ocurre con las canciones de la también estadounidense Janis Joplin, atraída a la música a través del blues, y de discos como los de Hooker. Sus temas destilan esa verdad y esa pasión de la música de raíz. 
Su voz personal y poderosa la elevó como una de las grandes cantantes de nuestro tiempo
. Quizá la primera estrella femenina de rock and roll que existió
. Símbolo de los años sesenta, su música nacía de lo más profundo, del blues y del dolor.
Nacida en el seno de una familia tradicional de Texas su vida cambió cuando empezó a estudiar Bellas Artes en la universidad
. En aquella época empezó a cantar en bares y a formar su fuerte personalidad frente al micrófono. Rebelde, intensa, obsesiva y extrema, los que la conocieron aseguran que también podía ser divertida, sensual e inocente
. Su testamento fue tan especial y acorde con su visión lúdica de la vida: dejó apartados 2.500 dólares para que se celebrase una gran fiesta en su honor a la que 200 personas asistieron para brindar por ella. 
¿Brindar con qué? Con Four Roses, que siempre fue su bourbon favorito.
Precisamente de ahí viene la canción Cuatro Rosas, del mítico grupo de rock madrileño Gabinete Caligari
 . En 1984 el trío liderado por Jaime Urrutia –también de voz grave y poderosa- quiso rendir homenaje a Janis, pero sobre todo a su bebida favorita. “El Four Roses es la bebida más rockera.
 En aquella época lo bebíamos bastante”, reconoció el propio Urrutia a ROLLING STONE en 2010 sobre la marca de Kentucky, cuando la canción fue elegida como una de las mejores 200 del pop – rock español en un número especial. Cuatro Rosas estaba en el puesto 16 se la selección hecha por músicos y gente de la industria en España.
 Además ha quedado grabada a fuego en el subconsciente de todo un país
. Tres años después del éxito de la canción, el grupo abrió un bar cerca de la Gran Vía madrileña y lo llamó Cuatro Rosas.
 Adivinen cual era la bebida que más se consumía por allí.

La cuadratura de los círculos

Los grupos de Podemos pasan de 400 a más de 1.000 en seis meses, sin sedes ni líderes

El entusiasmo de los simpatizantes define el fenómeno.

 

Simpatizantes de Podemos en una asamblesa en Valencia, en junio. / Monica Torres

Jueves, 13 de noviembre. En Coria del Río, Sevilla, 44 miembros de un "círculo" de Podemos se reúnen en una plaza
. La formación política no tiene sedes.
 Algunos quedan en asociaciones vecinales.
 Otros, en soportales, parques, plazas, polideportivos, cafeterías... Cada círculo va organizándose como puede
 . Esta es la novena reunión del grupo de Coria del Río, que se creó el 17 de junio.
El público es variado. Están Juan Antonio Bizcocho, de 39 años, físico y técnico superior de riesgos laborales, y José Luis Rodas, de 34, diplomado en Magisterio y parado desde hace tres años.
 Hay algunos jubilados, un par de veinteañeros y varias mujeres en la cincuentena.
El encuentro empieza con siete testimonios de participantes que explican por qué quieren apoyar a Podemos.
 Coinciden en que no se sienten representados por los políticos actuales y han visto una ventana de oportunidad para participar de forma activa en la cosa pública.
"Os recomiendo que veáis cómo es un pleno del Ayuntamiento", interviene un treintañero.
 "Es vergonzoso. Lo único que hacen es anunciarse denuncias los unos a los otros.
 Y de los problemas de los vecinos, ni se habla".
 Hasta ahora, aparte de hablar de política, en las reuniones de los distintos grupos se han aprobado documentos para participar en la constitución del partido.
 Y se han creado comisiones de "extensión" para conectarlos entre ellos.

Es difícil explicar lo que es un círculo
. Su estructura es muy distinta de la de una agrupación de partidos como el PSOE o el PP. Aquí nadie necesita apuntarse a nada; tampoco tienen necesariamente que estar inscritos en la web de Podemos como simpatizantes
. No tienen que pagar cuota alguna y para los gastos suelen tirar de iniciativas de crowdfunding. "Podemos es toda la gente que se siente de Podemos", resume Rubén Rosón, de 25 años, miembro de un grupo asturiano.
 Implicarse en un círculo solo supone colaborar y sentirse partícipe. Pueden incluso estar afiliados a otros partidos.
Hasta el momento, la expansión de la formación ha coincidido sobre todo con las plazas en las que hay vida universitaria.
 El vínculo urbano de la formación es una de sus características. Madrid es la autonomía con más círculos y simpatizantes inscritos como tales en su web; en Andalucía son muy activos en Sevilla, Málaga, Cádiz y Granada. Cataluña y la Comunidad Valenciana —especialmente Barcelona y Valencia— son las otras dos comunidades en las que tienen más presencia
. El mapa de círculos se ve mucho más vacío en provincias como Teruel, Lleida o Cuenca. Pero prácticamente en ningún lugar hay una estructura todavía organizada con sedes y caras visibles.
 En Valencia, por ejemplo, al menos siete personas ejercen como portavoces.
 En otros lugares, como Galicia, los representantes rotan constantemente y rehúyen el protagonismo. En Sevilla hay una oficina, pero es la de la eurodiputada Teresa Rodríguez, que se financia con los fondos de Bruselas que tienen los parlamentarios europeos para abrir oficinas de atención al ciudadano en sus lugares de origen.
Una comisión de diez personas se encargará de validar los círculos
Nadie sabe a ciencia cierta cuál fue el círculo primigenio; dónde y cuándo se creó por primera vez un grupo de simpatizantes de Podemos.
 Ni siquiera el propio partido lo tiene muy claro.
 Creen que fue el de Somosaguas, el de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de la que procede casi toda la cúpula directiva.
 En todo caso, la expansión fue rapidísima. Podemos se presentó oficialmente el 19 de enero en Lavapiés (Madrid) y Pablo Iglesias viajó el día 23 a Zaragoza y el 24 a Asturias.
 En esos días ya había círculos funcionando, que no han dejado de ampliarse desde entonces
. Había 400 el 1 de junio, una semana después de que Podemos lograra 1.245.948 votos y cinco escaños en las elecciones al Parlamento Europeo y ahora mismo el número se eleva a más de 1.000. Algunos son territoriales —puede haber más de uno en una ciudad— y otros, sectoriales, como el conocido círculo de enfermeras.
A 780 kilómetros de Coria del Río, en Oviedo, esa misma tarde se reúne otro grupo. Se ven más canas que gente joven, pero el mismo entusiasmo que en el pueblo sevillano.
 "La principal función de los círculos ha sido generar ilusión", dice Rubén Rosón
. "Los círculos son la herramienta que nosotros utilizamos para desbordar la política tradicional", explica Emilio León, de 37 años, uno de los promotores de Podemos en Asturias. "No tenemos sede porque la sede de Podemos es cualquier esquina. Se trata de llevar la política a los barrios, de debatir, si se quiere, en bata y zapatillas.
 El 15-M reunía a sujetos heridos con ganas de ser escuchados. Ahora la gente va más allá. Ahora piensan: ¿y por qué no voy a poder decidir yo cómo se gestiona lo público en lugar de mirar cómo lo hacen otros?".
En mayo, el partido tenía cinco círculos en Asturias.
 Hoy son más de 60, con 7.500 inscritos. Asturias fue una de las cinco comunidades en las que la formación se convirtió en tercera fuerza política, desplazando a IU en las elecciones del pasado mayo. Ana Taboada, abogada, de 42 años, explica:
 "Me uní al círculo porque me pareció una herramienta nueva para realmente cambiar las cosas a través de un partido sin los vicios de los otros.
 Aquí realmente te sientes parte de algo".
Algunos integrantes temen que el papel de los grupos quede desdibujado
Los asistentes, de Oviedo a Coria del Río, pasando por Madrid, rezuman un interés sincero en participar en política.
 En las reuniones se habla de todo. Muchos, para organizarse, se han dividido en comisiones (de solidaridad, finanzas, feminismo, comunicación...). Hay documentos de trabajo que se cuelgan en Google groups. Un anciano con bastón, chaqueta verde y pantalón pardo toma la palabra un jueves por la tarde en el Círculo madrileño de Hortaleza:
“Quería decirles que me preocupa mucho la política. Quiero defender las ideas de Pablo Iglesias. Pero aquí no aprendo. Sois muy técnicos.
Yo no tengo estudios y no me entero de nada”. La reprimenda de Anacleto, que así se llama el anciano, deja unos segundos en silencio al resto del círculo.
 Las siguientes intervenciones hacen autocrítica y señalan la necesidad de conjugar las cuestiones organizativas con más debate político. "No nos convirtamos en lo que se han convertido los demás partidos", responde uno de los miembros.
De alguna forma, la intervención de Anacleto refleja el difícil momento que viven los círculos en la actualidad.
 Buscan organizarse, hacerse algo más jerárquicos para ser más eficaces. Tratan de resolver su cuadratura sin perder su carácter asambleario.
Pablo Iglesias y la cúpula de Podemos son conscientes de que una de sus grandes bazas para amplificar su mensaje y ganar votos es la proliferación de los círculos y la entrega de los más de 260.950 simpatizantes "inscritos" —una figura parecida a la afiliación pero sin pago de cuotas— en su web.
 Pero, por otro lado, el temor al descontrol territorial y a los posibles intrusos que pueden entrar en los centenares de círculos que han ido naciendo por toda España ha sido una de las razones por las que la cúpula de Podemos ha descartado concurrir a los comicios municipales con marca propia.
Podemos es la gente que se siente de Podemos
Un miembro de un círculo asturiano
La ponencia fundacional votada por la gran mayoría de las bases atribuye a la figura del secretario general la función de "asegurar la coherencia".
 Por esta razón, en su estrategia organizativa, la evolución del partido pasa por elegir a un referente en cada comunidad autónoma —un cargo parecido a los barones territoriales de las formaciones tradicionales— y convertir los círculos en lugares de debate más que en centros de poder —algo que sí planteaba, por ejemplo, la vía alternativa para la organización de Podemos impulsada por el eurodiputado Pablo Echenique—.
Para tratar de ejercer cierto control, además, la dirección ha empezado a aplicar ya un protocolo para regular la creación de nuevos círculos y ordenar los que existen.
 Ese procedimiento establece, por ejemplo, que en cualquier círculo deben participar un mínimo de cinco personas y que no puede existir más de uno en el mismo "ámbito territorial" (municipio, distrito o barrio, según el caso).
 Su validación quedará en manos de una comisión de garantías integrada por 10 personas.
 Y, una vez validadas, estas agrupaciones podrán tener "personalidad jurídica bien como asociación, bien como delegación del partido", según indica el protocolo.
Los círculos sectoriales, como el de enfermeras, deberán estar integrados por al menos 10 inscritos en Podemos y para ellos queda fijado un "principio de no duplicidad"; es decir, no podrá haber varios círculos de ingenieros de caminos o de inmigración.
Para encauzar de forma adecuada la implantación autonómica, Podemos necesitará financiación. Lucía Ayala, portavoz de Podemos Almería y miembro de la nueva cúpula de Iglesias, rechaza la posibilidad de exigir cuotas a los más de 260.000 inscritos.
 "No apostamos por la figura del afiliado", apunta.
 Aunque sí admiten a "colaboradores económicos" que aporten voluntariamente las cantidades que consideren oportunas. "También buscamos modos de financiación alternativos, como el crowdfunding", añade. "Pero lo haremos sin créditos".
La principal baza de la organización es la entrega de sus más de 260.950 "inscritos"
Antes del proceso de elección de las direcciones autonómicas, Podemos cerrará sus equipos municipales. Sergio Pascual, responsable de "extensión" de la formación, reconoce que la intención de su partido es presentarse con la marca Podemos a las elecciones autonómicas.
 Pero no así a las municipales, que se celebrarán el último domingo de mayo de 2015. "Nos presentaremos, pero no en solitario", indica. Una posible vía es Ganemos, que está surgiendo en algunas ciudades como unión de fuerzas para los próximos comicios.
 Según Pascual, cada dirección local elegirá cómo va a ir Podemos a esas elecciones.
¿En qué lugar quedan los círculos a partir de ahora? Algunos miembros temen que su papel quede desdibujado.
 Muchos siguen confiando en que, a pesar de que el partido se ha estructurado más al modo tradicional, tienen mecanismos de control. "Nosotros también somos pragmáticos", señala una profesora de 35 años en un círculo de un barrio madrileño. "Queremos ganar las elecciones y sabemos que solo puede hacerlo Pablo [Iglesias] y montando un partido jerárquico.
Si no, seríamos el Ejército de Pancho Villa debatiendo y debatiendo sin llegar a nada.
Además, Podemos está estableciendo fórmulas para que se pueda controlar a los que mandan"
. En Oviedo, Isabel Bermejo, de 62 años, dice esperanzada que no soportaría que los políticos la defraudaran una vez más.
"El golpe sería tremendo porque ahora sí me siento parte".
Con información de Francesco Manetto, Álvaro de Cózar, Natalia Junquera, Carmen Pérez-Lanzac, Manuel Planelles, Víctor Honorato, J. M. Gastaca y Ferran Bono.