Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 nov 2013

Varios ataques con armas de fuego hacen saltar las alarmas en París.........................Miguel Mora: París

Un hombre armado hiere gravemente a una persona en la sede del diario 'Libération' y toma rehenes en los Campos Elíseos.

 

Un policía acordona la calle de Béranger, donde está la sede de 'Libération', en París. / K. TRIBOUILLARD (AFP)

Una serie de incidentes con armas de fuego ha golpeado varios puntos de la capital francesa.
 A las 10.15 de la mañana, un hombre armado con una escopeta recortada ha entrado esta mañana en el hall de la sede del diario Libération, situado en el centro de París, y ha abierto fuego antes de darse a la fuga. Algo más de dos horas más tarde, según Reuters, se han registrado disparos frente a la sede del banco Société Générale, en el barrio de la Défense, al noroeste de la capital y a 10 kilómetros de la sede del diario. Una portavoz del banco ha afirmado que no ha habido heridos y que la policía está investigando.
 Según el diario Le Parisien, momentos más tarde un hombre armado secuestró un coche en la Défense y se ha dirigido a los Campos Elíseos, en el centro de la ciudad y a unos seis kilómetros de la sede de Société Générale.
Un helicóptero de la policía sobrevuela la céntrica zona parisiense.
 No se sabe con seguridad si los incidentes están relacionados.
Los disparos del asaltante del diario francés, descrito como un hombre de unos 40 años, de pelo corto, y que usó una escopeta de postas, alcanzaron por la espalda a una persona.
Según afirma la edición digital de ‘Libé’, la víctima es el asistente de un fotógrafo, de 27 años, llamado César, que resultó herido en el tórax y en el abdomen.
 El joven se encontraba allí para realizar una sesión de fotos para el suplemento cultural Next.
 Ha ingresado en estado grave en el hospital de la Pitié-Salpetriere, informa Libération.
 La radio France Info ha añadido que el asaltante llevaba en el momento del ataque un abrigo largo y un chaleco antibalas.
Según una fuente policial, el asaltante “no ha dicho nada y se ha marchado como había llegado”
. La policía, que ha encontrado restos de postas en el techo de la recepción del edificio, ha acordonado la zona y los accesos.
 El ministerio del Interior ha ordenado esta mañana reforzar la seguridad frente a las sedes de todos los grandes medios de comunicación de París.
Fabrice Rousselot, redactor jefe de Libération, ha comunicado la “gran emoción compartida por toda la Redacción” y se ha indignado porque “haya gente que se la toma con la prensa”
. El presidente francés, François Hollande, ha ordenado al ministro del Interior, Manuel Valls, que "movilice todos los medios para aclarar lo sucedido"
. Momentos antes, Valls se había pasado por la sede del periódico. También visitaron el edificio de la calle Béranger, en el tercer distrito de la capital, la ministra de Cultura, Aurélie Filippetti, el alcalde de París, Bertrand Delanoë, y el prefecto de policía.
"Hemos sigo testigos horrorizados de un drama", ha afirmado el director del periódico, Nicolas Demorand. "Que alguien entre en un periódico con un fusil es muy grave en una democracia, sea cual sea el estado mental de quien lo hace". Valls ha indicado que el ataque ha sido una agresión contra todos los periodistas y contra las libertades fundamentales.
El viernes por la mañana, un hombre armado había irrumpido en el hall del canal de noticias BFM TV. Según la cadena LCI, las postas encontradas en "Si los periódicos y medios de comunicación deben convertirse en búnkeres, hay algo que no funciona bien en nuestra sociedad", ha añadido Demorand, que ha denunciado la situación de creciente violencia que vive Francia.
La Extrema Derecha Francesa se radicaliza cada dia más, no son hechos aislados creo yo son hechos contra los medios de Comunicación liberales. Atentos Pues!!!

17 nov 2013

Blue Jasmine

Póster de Blue Jasmine (Blue Jasmine)
Título: Blue Jasmine
Título original: Blue Jasmine
País: USA
Estreno en USA: 26/07/2013
Estreno en España: 15/11/2013
Productora: Sony Pictures Classics
Director: Woody Allen
Guión: Woody Allen
Reparto: Cate Blanchett, Alden Ehrenreich, Alec Baldwin, Peter Sarsgaard, Michael Stuhlbarg, Bobby Cannavale, Louis C.K., Sally Hawkins, Max Casella, Charlie Tahan, Andrew Dice Clay, Tammy Blanchard, Steven Wiig, Vanessa Ross, Tom Kemp
Calificación: No recomendada para menores de 12 años

Sinopsis:
Cuando su vida entera se desmorona, incluyendo su matrimonio con Hal (Alec Baldwin), un adinerado hombre de negocios, la elegante Jasmine (Cate Blanchett), conocida personalidad de la alta sociedad de Nueva York, se muda al modesto apartamento de su hermana Ginger (Sally Hawkins) en San Francisco para intentar recuperarse y recomponer su vida.

Notas de producción:
Nueva película del cineasta estadounidense Woody Allen.

Abraham Zapruder, piedra fundacional del periodismo ciudadano


Secuencia del asesinato de Kennedy.

Abraham Zapruder no volvió jamás a mirar a través de la lente de una cámara después del 22 de noviembre de 1963.
“Me despertaba y revivía el momento una y otra vez. Tenía pesadillas”, declaró Zapruder tras admitir llorando que había visto su propia película demasiadas veces. En al menos dos ocasiones, durante su testimonio ante la Comisión Warren y años después durante el juicio en Nueva Orleans a la única persona que jamás ha sido encausada por el asesinato del presidente John F. Kennedy (Clay Shaw), Zapruder fue obligado por ley a testificar sobre la película que le cambiaría la vida.
La existencia de este hombre de 58 años volvió a la normalidad tras el magnicidio, pero “nunca pudo escapar a las consecuencias de haber estado tras la cámara aquel día”, explica a los medios estos días su nieta, Alexandra Zapruder.
JFK sigue muriendo una y otra vez en la película de Zapruder, un emigrante judío que a los 15 años dejó Rusia en busca del sueño americano que le llegó de la mano de la tragedia
. El día que murió Kennedy, el cofundador de una fábrica de ropa para mujeres había olvidado su Bell & Howell 414 de 8 milímetros en casa.
 Un compañero le instó a que fuera a buscarla. Ambos aprovecharon la hora del almuerzo para asistir al paso de la comitiva presidencial que recorrería las calles del centro de Dallas.
Abraham Zapruder estaba en un lugar privilegiado para capturar lo que pasó
Subido en una plataforma de cemento de poco más de un metro, Zapruder estaba en un lugar privilegiado para capturar lo que sucedió aquel día de hace medio siglo
. Con pulso firme, según se acercaba la caravana que transportaba a Kennedy, su esposa Jackie, el Gobernador de Texas, John Connally, y su esposa Nellie, Zapruder comenzó a filmar con película de color Kodachrome II.
 Grabó durante siete segundos y paró porque dejó de ver el coche en el que viajaba Kennedy.
Enseguida volvió a ver el flamante Lincoln Continental tocado por banderines estadounidenses. Zapruder volvió a filmar, de izquierda a derecha, a medida que la limusina se adentraba en Elm Street, sin imaginar que estaba a punto de grabar una auténtica ‘snuff movie’.
 Entonces fue cuando oyó un sonido similar a un petardo, y eso fue lo que pensó que era, un cohete de celebración
. Y siguió filmando.
Pero entonces la tragedia ya se había desencadenado y el coche huía veloz por la carretera camino al hospital, con el presidente herido de muerte.
En una entrevista en 1966, Zapruder explicó cómo estaba grabando, cómo veía a Jacqueline y al presidente saludar a la gente, cuando de repente observó que Kennedy se desplomaba sobre su mujer, sin entender qué estaba pasando.
 Fue entonces cuando oyó una segunda detonación.
 “Vi cómo se le abría la cabeza y empecé a chillar: ¡Le han matado, le han matado!, y seguí filmando hasta que el coche desapareció bajo el puente”.
Aturdido, Zapruder no se movió de su sitio. Harry McCormick, a sueldo del diario The Dallas Morning News, se dio cuenta de que tenía una cámara en la mano y se acercó a él para hacerle unas preguntas. Zapruder le dijo que no iba a hablar con nadie que no fuera una autoridad federal. McCormick le prometió que buscaría al jefe del Servicio Secreto en Dallas y le llevaría a su lugar de trabajo, la compañía de confección de ropa de mujer Jennifer Juniors, muy cerca del Depósito de Libros desde donde Lee Harvey Oswald acabó con la vida del presidente 35 de la nación.
En las horas que siguieron al magnicidio, Zapruder reveló la película y mandó hacer tres copias. Dos fueron entregadas una al Servicio Secreto y la otra al FBI.
  Por la tercera pelearon, chequera en mano, varios medios de comunicación y finalmente fue Richard Stolley, director de la revista Life en la costa oeste, quién logró el histórico documento.
 En una entrevista reciente, Stolley -85 años- aseguraba que ver la película y el tristemente célebre fotograma 313 –en el que se recoge el estallido del craneo del presidente fruto de la tercera bala- fue “el momento más dramático” de su carrera.
 Time pagó un total de 150.000 dólares a Zapruder y le prometió no publicar nunca el fotograma 313, el disparo fatal –el primero impactó en la carretera; el segundo en la garganta del mandatario-.
 En 1999, el Gobierno de EEUU acordó comprar la película a la familia del emigrante ruso por más de 16 millones, película que hoy se guarda en una sección de los Archivos Nacionales radicada en College Park, Maryland, a las afueras de Washington.
La noche de aquel fatídico viernes 22 de noviembre, en uno de los días más sombríos de la historia de EEUU, Zapruder regresó a su casa, preparó su proyector y mostró la cinta original a su mujer y su yerno. Su hija, Myrna, se negó a verla.
Para estar considerada la piedra fundacional del periodismo ciudadano, la cinta Zapruder, en sí, no es gran cosa:
 Metro ochenta de estrecho celuloide que contiene menos de 500 imágenes mudas de grano gordo y que tiene una duración de 26 segundos.
 Y sin embargo, es la prueba más importante en el que es, quizá, el crimen más discutido en la historia de la nación.
Excepto por unas cuantas imágenes fijas que publicó Life, pasaron años hasta que el público pudo ver lo que había filmado Zapruder.
 En 1969, cuando faltaba un año para la muerte por cáncer del hombre que emigró desde una ciudad de Ucrania –entonces perteneciente al imperio ruso- a Brooklyn, el filme se pasó hasta 10 veces ante el jurado en el proceso contra Clay Shaw en Luisiana. Oliver Stone la utilizó de tal manera en su memorable JFK que no dejó otra opción que la de creer que la muerte de Kennedy fue fruto de una inmensa conspiración que englobaba desde Lyndon B. Johnson; hasta la CIA; la Mafia; la industria armamentística e incluso la comunidad gay (Clay Shaw era un acaudalado hombre de negocios de Nueva Orleans que escondía su homosexualidad).
Pero no fue hasta marzo de 1975 cuando los norteamericanos pudieron ver en movimiento el horror contenido en la película Zapruder. Su exhibición provocó que se formara en la Cámara de Representantes un Comité especial para investigar la muerte de JFK –también indagó en la de Martin Luther King-
. Al contrario que la Comisión Warren, el Comité sobre Asesinatos concluyó que la muerte de Kennedy fue el resultado de una conspiración que involucró a mútiples pistoleros.
“La película Zapruder no les aportará paz”, advierte Life Magazine en una obra especial que conmemora el 50 aniversario de la muerte del presidente más famoso de la historia de EE UU.
“No es que sea ambigua, porque no lo es, sólo que la gente la verá y cada cual sacará una conclusión distinta”, asegura la revista.
 Cierto. Basta con ‘googlear’ el término Zapruder para que salten a la pantalla todo tipo de teorías de la conspiración y juegos de poder.
En los años sesenta, de las más de 200.000 personas que asistieron a ver el paso de la comitiva presidencial (un tercio de la entonces población de Dallas), solo un puñado grabó el acontecimiento. De esos, solo Zapruder captó el asesinato
. En la era de los teléfonos inteligentes, en la época en la que la intimidad practicamente ha desaparecido de la vida, el mundo estaría ante miles y miles de potenciales Zapruders.

Chúpate esa, YouPorn

Cuando el ADSL ha rematado al porno blando de papel, el eterno rebelde Fréderic Beigbeder resucita la mítica revista erótica 'Lui' y hace que todos recordemos con añoranza cuando dejábamos las revsiats guarras debajo del colchón.

Frédéric Beigbeder, fotografiado para ICON en la redacción de Lui en septiembre en París, representando el tan en boga papel de editor estrella. / Audoin Desforges

Los hombres la escondían dentro de las páginas de Le Monde, supuestamente más respetables
. En la antesala de la revolución sexual hubo quien la leía con una sola mano, aunque jurase comprarla por sus apasionantes artículos de fondo. Generaciones de adolescentes franceses crecieron idealizando esas páginas prohibidas. El invento se llamaba Lui y marcó una era. Fundada en 1963 por Daniel Filipacchi, algo así como el Ciudadano Kane galo, la revista erótica presentaba a modelos anónimas como Mimi o Germaine con títulos picarones y aliteraciones juguetonas dignas de películas tardofranquistas (“Marie se lo monta en el mar”)
. Pero Lui también consiguió quitarle la ropa a Brigitte Bardot, Sofia Loren, Jane Fonda, Catherine Deneuve y hasta Isabelle Hupper
t. Acabó apostando por un modelo menos softcore, aunque ni siquiera así pudo competir con el incipiente mercado del vídeo. Cerró en 1994, en vísperas del todo gratis que impondría Internet.
Dos décadas después de su desaparición, Lui vuelve de la mano de Frédéric Beigbeder 
. Publicista catapultado por el éxito de la novela 13,99 euros e icono mediático, se ha atrevido con un reto doblemente temerario
. Primero, por lanzar una revista en plena crisis de la prensa.
 Y después, por apostar por algo tan desfasado como el erotismo de papel couché
. Otro experimento similar –resucitar Playboy en Francia, con Juliette Binoche en portada– se saldó con un sonado fracaso en 2007.
 Entonces, ¿por qué a Beigbeder le ha salido bien la jugada?
Apuesto y larguirucho, el interesado aguarda ante el mítico Café de Flore de Saint-Germain-des-Près, a dos pasos de la redacción que alberga la nueva revista.
 Sus días de enfant terrible no han quedado atrás, aunque parezca algo más reformado que la última vez que nos lo cruzamos, recién amanecido a las cinco de la tarde en un día laborable. 
Le acababan de detener por esnifar cocaína
. A los 47, con un premio Renaudot en su haber por Una novela francesa, aparece reconvertido en magnate de prensa con look de modelo de APC. “Me aseguraron que podría hacer lo que me viniera en gana. ¿Cómo iba a decir que no?”.

Vuelta a los orígenes

Beigberder se ha propuesto darle la vuelta a la mítica 'Lui'
Beigbeder pretende resucitar el primer Lui, cuando el director era el intelectual Jacques Lanzmann y François Truffaut llevaba las páginas de cine. “Mi objetivo es que ya no dé vergüenza llevarlo bajo el brazo”, asegura. Beigbeder defiende “un espíritu libertino dieciochesco y puramente francés”, mundano y hedonista pero con fondo.
Una chica quemó un ejemplar y colgó el vídeo en Internet. Me pareció un auto de fe, lo que hacía Hitler con las obras disidentes.

Fréderic Beigbeder

El escritor está radiante, y no es para menos.
 El primer número ha colocado 350.000 copias, lo mismo que vende Le Monde un día cualquiera
. La actriz de la temporada, Léa Seydoux, aparece semidesnuda en la portada, retratada por Mario Sorrenti, que participa en la empresa junto a otros fotógrafos estrella como Terry Richardson o Mikael Jansson.
 En el interior encontramos firmas tan llamativas como la de la ensayista franco-argentina Marcela Iacub, conocida por su tórrido affaire con Strauss-Kahn (y por haber publicado un explícito libro sobre tan apetecible experiencia), o la del propio Beigbeder, excelente entrevistador que, si nos pillan en un buen día, hasta podría parecer un Capote de la rive gauche.
A principios de los setenta, el director de la publicación abandonó el cargo al enterarse de que el propietario apostataría por destapar el triángulo prohibido. Beigbeder es partidario de no caer “en el mal gusto” –un destello del pubis de Léa Seydoux, las nalgas de Clémence Poésy, los pechos de la hija de Mick Jagger–, aunque no descarte regalar imágenes algo más crudas a su cuota de onanistas.
 Las voces contrarias ya germinan en su país.
 “No me preocupa”, responde el director. “Una chica quemó un ejemplar y colgó el vídeo en Internet
. Me pareció un auto de fe, lo que hacía Hitler con las obras disidentes”.
—¿Entiende que esta visión de la mujer pueda molestar?
—A quien no le guste, que se pase un rato estudiando la historia del arte
. La desnudez femenina se ha utilizado desde la antigüedad para representar la belleza, reflejo del orden divino. ¿Por qué un cuadro de Courbet se considera magnífico y lo que hago yo es sexista?
—Su punto de vista es que el equivalente masculino a Lui no existe.
—Pues que se lo inventen.
 Que hagan un homenaje a la virilidad. Esto también va a sonar sexista, pero tal vez el deseo femenino es más intelectual y el nuestro es más físico. Yo me postro de rodillas ante cualquier mujer.
 Son las reinas de esta revista y yo soy su esclavo.
Para esquivar las críticas, Beigbeder ha tenido un reflejo tirando a inteligente: escoger una redacción integrada por mujeres. “Lo he hecho para protegerme
. Pero no de las críticas, sino de mí mismo”, sonríe.
 “Así, cuando tengo una de mis ocurrencias, ellas me recuerdan que soy un auténtico cerdo”. No se olvida de apuntar que el éxito del proyecto se debe a que la mitad de sus lectores son mujeres. En el fondo, para Beigbeder, el erotismo ya no significa transgresión alguna.
 “Aunque tal vez siga despertando algo de culpabilidad cristiana.
 Pero eso está bien. Ese pequeño escalofrío no hace más que intensificar el goce”