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24 ene 2011

ALZHEIMER

ALZHEIMER






que puede resultar largo y tortuoso.







Tal vez, si me acompaña la cordura,



vaya con mis estelas de indolencia



y algún pañuelo antiguo en la chaqueta



junto a cigarros y otras inquietudes.







Tú no te olvides de llevar la lluvia,



ni la resolución en la mirada,



ni los resquicios de la hierba al viento,



ni las cóncavas palmas de las manos.







Si acaso por razón de tiempo y forma



alguno de los dos no llega en punto,



es más, llega, pero quebrado y circunspecto,



que el otro lo comprenda y lo conduzca



sin dilación al borde del camino.







¡Qué no se quede con la rabia y solo!

Jose Miguel Junco Ezquerra

6 comentarios:

  1. Carla, me ha encantado este poema, más bien me ha emocionado. Los que tenemos cerca a personas con este problema es precisamente lo que intentamos, que no se sientan solos ni perdidos.

    UN SALUDO!

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  2. Gracias Ana por dejar este mensaje, y por lo que leo no eres ajena al tema del Poema, es de José
    Miguel Junco, Poeta Canario, nos conocemos desde el Instituto, y con el tiempo escribe unos maravillosos poemas, siempre ha escrito y publicado, este se lo cojí con su permiso, porque tb sé lo que pasa en condiciones adversas.
    Saludos afectuosos.

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  3. Hola Dumi: por error te "has comido" la primera parte del poema con lo que éste pierde su efectividad. Te lo señalo junto a mi agradecimiento por tu permanente apoyo.Pepe Junco

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  4. Pepe ponlo tu porfa, para mi es un honor que hayas entrado en mi Blog. Besos.

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  5. Hola Dumi: yo no puedo corregirlo, pero te lo mando entero en el mensaje para que si te parece lo hagas tú.


    ALZHEIMER

    Nos vemos en Nadville cuando anochezca,
    justo en la intersección de dos abrazos,
    cuando la sangre busca a sus homónimos
    y el cuerpo en general se pone tierno.

    Yo llevaré memorias fragmentadas,
    lleva tú lo que guardes del deseo
    y alguna provisión para el camino
    que puede resultar largo y tortuoso.

    Tal vez, si me acompaña la cordura,
    vaya con mis estelas de indolencia
    y algún pañuelo antiguo en la chaqueta
    junto a cigarros y otras inquietudes.

    Tú no te olvides de llevar la lluvia,
    ni la resolución en la mirada,
    ni los resquicios de la hierba al viento,
    ni las cóncavas palmas de las manos.

    Si acaso por razón de tiempo y forma
    alguno de los dos no llega en punto,
    es más, llega, pero quebrado y circunspecto,
    que el otro lo comprenda y lo conduzca
    sin dilación al borde del camino.

    ¡Qué no se quede con la rabia y solo!

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  6. Que cosas las mias y que despite, anhelo tener nuevos poemas tuyos. ;)))

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