Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 ago 2017

Las autoridades mexicanas confirman la muerte de la española Pilar Garrido

La española desapareció el 2 de julio en Tamaulipas, en el norte de México.

 Su esposo denunció que dos jóvenes armados se la llevaron cuando ella, él y su hijo volvían de la playa.

Pilar Garrido con su hijo en la playa. Atlas-Quality
Después de más de un mes de búsqueda, las autoridades mexicanas han confirmado la muerte de Pilar Garrido.
 Hace dos semanas, los investigadores encontraron una osamenta, cabello y tejidos cerca del lugar donde el esposo dijo que la habían secuestrado.
 Fuentes de la investigación informaron entonces a EL PAÍS que las probabilidades de que pertenecieran a Pilar Garrido eran "muy altas".
La española, de 34 años, estaba desaparecida desde el pasado 2 de julio. 
Su esposo denunció entonces que dos hombres armados la habían secuestrado en una carretera de Tamaulipas, en el norte del país, cuando ella, él y su hijo volvían de pasar el fin de semana en la playa.
Las autoridades confirman ahora sus sospechas, después de confrontar el ADN de los restos encontrados con los del hijo de Pilar. 
La madre de Pilar, Rosa María, ha llegado este viernes a Ciudad Victoria, donde se le ha informado del resultado de las pruebas.
 Todavía se ignoran muchos detalles del caso. 
No se sabe cómo ni cuándo murió. Ni siquiera si murió allí, donde encontraron los huesos, en una paraje en mitad de la nada, a 200 metros de una carretera solitaria.
 Y sobre todo no se sabe quién lo hizo y por qué.
Jorge Fernández, su esposo, explicó a los investigadores que la mujer, su hijo y él pasaron el primer fin de semana de julio en La Pesca, un poblado turístico de la costa de Tamaulipas.
 Que el domingo por la tarde subieron al coche y emprendieron el camino de vuelta a Ciudad Victoria, la capital del estado, su casa desde hacía tres años. Que a mitad camino, un carro se les emparejó y les obligó a parar.
 Que bajaron dos muchachos armados y se llevaron a Pilar. No quisieron nada más. Ni su coche, ni el dinero, ni su teléfono móvil...
Las autoridades mexicanas comprobaron que la familia se hospedó donde dijo Jorge, el hotel Riviera del Río
Corroboraron que el domingo comieron en el restaurante Magui´s, junto al mar y que pasadas las 17.00 se subieron al coche.
Jorge denunció el secuestro el lunes 3 de julio, pero la familia no divulgó la historia hasta dos semanas más tarde.
 Las autoridades no avanzaban y los supuestos secuestradores no se ponían en contacto.
 De hecho, la procuraduría de Tamaulipas ni siquiera ha abordado el caso como un secuestro justo por eso, porque nadie llamó nunca para pedir rescate.
 Hablar con los medios se convertía así en una medida desesperada.
La familia de Pilar, que vive en un pueblo de Valencia, asume desde el principio la teoría del secuestro.
 Unos hombres se había llevado a Pilar y acabarían pidiendo dinero a cambio de su vuelta.
Pocos días después de que la familia informara de lo ocurrido, un medio español denunció que las autoridades habían encontrado sangre en el carro familiar.
 La procuraduría lo negó horas más tarde. Pese a ello, el marido se convertía en sospechoso ante la opinión pública.
Ante las especulaciones, Raquel, la hermana de Pilar, dijo que "ponía la mano en el fuego" por su cuñado.
 Las autoridades han reiterado que Jorge Fernández no es sospechoso de nada.
 Al menos, de momento.
Personal de la Policía Federal y de la Procuraduría de Tamaulipas han participado en diez operativos en estas cinco semanas de búsqueda.
 Entre 80 y 100 funcionarios, según información del Gobierno estatal, se dieron a la tarea, apoyados de un helicóptero y una unidad de perros adiestrados.
 Buscaron cerca de La Pesca, en los alrededores de Soto la Marina y en Villa de Casas, los pueblos que separan la costa de Ciudad Victoria.
 Al final la han encontrado en mitad de la nada, a poco más de diez minutos en coche del lugar del que su esposo dice que se la llevaron.



 

 

Muere la actriz Terele Pávez a los 78 años

La intérprete de teatro, cine y televisión, ganadora de un Goya en 2014, fallece en Madrid por un derrame cerebral.

Terele Pavez
Terele Pávez sostiene el Goya que ganó por 'Las brujas de Zugarramurdi' en 2014. AP
La actriz Terele Pávez ha muerto este viernes en Madrid a los 78 años, ha informado Aisge, la entidad que gestiona en España la propiedad intelectual de los actores.
 Pávez (Bilbao, 1939), de amplía carrera en teatro, cine y televisión, ha fallecido en el hospital de La Paz, en Madrid, como consecuencia de un derrame cerebral. 
Teresa Marta Ruiz Penella, habitual en papeles de mujer temperamental, un hecho favorecido por su voz desgarrada, pertenecía a una familia de artistas. 
Nieta y bisnieta de los compositores Manuel Penella Moreno y Manuel Penella Raga, era hermana de las también actrices Enma Penella, fallecida en 2007, y Elisa Montés, actualmente retirada y con 82 años, y tía de Emma Ozores.
 Sus padres eran el diputado de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) durante la Segunda República Ramón Ruiz Alonso y Magdalena Penella.
 Pávez ganó un premio Goya en 2014 como actriz de reparto en la película Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia.
 Justo su último papel en el cine fue en otra película de De la Iglesia, El bar, estrenada este año.
 Su apellido artístico procedía del segundo de su abuela materna, Emma Silva Pávez, de origen chileno, y que usó para diferenciarse de sus hermanas.
 Su debut en el cine fue de niña, con 12 años, en Novio a la vista, de Luis García Berlanga, a la que siguió, en 1959, Tenemos 18 años, de Jesús Franco.
 Ella era la más pequeña de las tres hermanas actrices, que solo coincidieron en una ocasión, La cuarta ventana, filme de Julio Coll, de 1963.

 

“La felicidad en Europa está mal vista”........... Iñigo Domínguez

El psiquiatra defiende que el optimismo es la mejor herramienta contra el discurso del miedo.

El psiquiatra Luis Rojas Marcos.
El psiquiatra Luis Rojas Marcos.
No es fácil empezar a entrevistar a Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943), porque sobre todo le gusta escuchar y entrevista él al periodista, preocupándose por cómo le va la vida. 
Es un humanista, interesado en la felicidad de los demás, y optimista convencido.
 Psiquiatra de fama internacional y autor de numerosos libros, puso en marcha en Nueva York en 1987 una iniciativa revolucionaria, el proyecto Help. 
Fue el primer servicio para atender a personas que vivían en la calle con enfermedades mentales.
 Este plan, importado luego a muchas ciudades, ha cumplido 30 años, y la Fundación Mapfre le ha otorgado su premio a la mejor iniciativa en promoción de la salud.
 Ahora dirige una organización médica sin ánimo de lucro, con 3.500 facultativos, en 6 hospitales públicos y 10 cárceles.
Usted fue un inmigrante, ¿cómo lo recuerda?

Yo quería salir de aquí, era un niño con problemas de inquietud, me metía en líos, el colegio me iba mal.
 Cuando terminé la carrera vino un médico americano. Allí buscaban médicos, y era un examen muy fácil. 
Me fui, sin saber dónde iba. Entré en un hospital en Long Island, yo no hablaba inglés, y la medicina que sabía era historia de la medicina, no había puesto una inyección en mi vida. Pensé que me echaban.
 Pero recuerdo el cambio: aquí hacer una pregunta te costaba la autoestima de un mes.
 Te decían: “qué chorrada de pregunta”. Allí podías preguntar la chorrada que quisieras, aprendí a preguntar.
 Era un estilo de aceptación. Estados Unidos te exigía, pero te aceptaba.
Eso parece que está cambiando con Trump.
Hay más intolerancia, pero allí las oportunidades te persiguen, te salen cosas, y eso todavía es así.
 La intolerancia va más dirigida a inmigrantes de formación menor. Pero si vienes de Europa o Asia, en mi campo, el médico, no hay problema de trabajo. 
Yo tengo ahora casi 100 vacantes.
¿Cómo ve el recorte de Trump del sistema sanitario?
El intento de Obama fue fundamental. La salud allí es una industria, no un derecho. 
En Nueva York es la que más empleo da, directa o indirectamente. Es uno de los problemas indiscutibles de Estados Unidos. Hay seguro para el pobre y los mayores de 65 años, y la obligación de atender a cualquier persona en urgencias.
 Por eso nadie se muere en la calle. Pero si tienes un problema diabético, te ingresan y luego solo tienes una semana de insulina. Luego es cara y te lo paga el seguro, si lo tienes.
 ¿Y por qué no cambiar a un seguro universal? Las farmacéuticas están en contra, el Estado no negocia con los laboratorios, es mercado libre.
 Los médicos ganan el doble o el triple que en Europa, no digamos la industria farmacéutica. 
Es un negocio que es difícil de cambiar. Nos preocupa Trump, claro.
Una pregunta frívola: ¿tiene una explicación psiquiátrica para Trump?
Hombre, hay que tener cuidado con esto. 
No tiene síntomas de enfermedad mental, depresión, no tiene nada. Ahora bien, se puede juzgar su personalidad: es impulsivo, no se apoya en el consejo de otros, no escucha, piensa que lo que él cree es lo correcto y es la verdad.
 Se considera a sí mismo un éxito. Sumas todo eso y ves lo que dice.
Ha trabajado mucho con inmigrantes. ¿Qué piensa de cómo se está portando Europa?
En los noventa me invitaron a visitar un hospital, asistí a una operación y recuerdo la visión de que cada uno era de una raza: la paciente era afroamericana, el cirujano era blanco, el anestesista era oriental, la enfermera era hispana… Toda una mezcla, pero estaban haciendo juntos una cosa, curar a esta señora.
 En Europa, que siempre ha tenido aceptación, tengo miedo de que se cree una tendencia al rechazo de otras culturas.

El miedo es una sensación cada vez más presente.
 A un atentado, al inmigrante, a lo que es malo para la salud… Usted es un gran defensor del optimismo. ¿Somos más asustadizos, nos falta contexto?
La felicidad en Europa está mal vista, como ingenuidad o ignorancia.
 En Estados Unidos, no: vas a una reunión, preguntas a alguien y dice que está feliz, tal cual.
 Aquí la cultura es la queja. Que no se nos note si somos optimistas o felices. 
Yo siempre hago un experimento en mis charlas, pregunto al público, no si son felices, sino si están satisfechos con la vida, no hoy, sino en general. 
 De cero al diez. De media suele salir un siete, un ocho. Luego pregunto: ¿y al mundo qué le dais? Mucho menos, está muy mal. Pero es que yo voy a otros países, a ese mundo, y se dan un ocho, y a vosotros, un cuatro.
 El ser humano es optimista, tiene esperanza.
 Casi todos estamos programados para el optimismo. 
Las tasas de suicidio no aumentan, en Estados Unidos, en Europa, siempre es un 8 o 9 por 100.000.
También sostiene que hablar es bueno, alarga la vida, verbalizar lo que te pasa. ¿Es aplicable a las redes sociales? Hay más expresividad que nunca, aunque no es personal.
Es una revolución. 
Sabemos que hablar es bueno para el corazón, está estudiado, o hablar con uno mismo.
 Poner palabras a lo que sientes y decirlas, pero de verdad, moviendo la boca. 
La comunicación es siempre positiva, la cuestión es si ahora, con los mensajes, puedes llegar a obsesionarte y no hablar con los demás.
 Una adicción a una forma que en sí no es negativa.
 Es tentador demonizar las redes sociales, sobre todo quienes no las usan, pero no creo que sean negativas.
Antes de darle un matiz destructivo, patológico, hay que esperar, porque no pasó así con la televisión, el teléfono, el ordenador…
Después de tanto tiempo fuera, ¿cómo ve España?
Muy bien. 
Me fui en 1968. Franco se muere y muchos pensaban que aquí acabábamos a tiros.
 Pero no. Fue un ejemplo inolvidable para mucha gente, no me imaginaba que España pudiera cambiar tanto, que se convirtiera en un país tan abierto, con una juventud tan tolerante, tan sana…
 No creo que en Europa haya un país mejor para vivir, pese a sus problemas. 
Tienes que ver a los españoles que salen fuera. Una vez me invitó el cónsul de Nueva York, que había reunido a los españoles censados en investigación.
 Pensé que serían 20, ¡y eran 500! Chicos y chicas geniales.

 

"El gasto de las vacaciones en Marbella de las Campos no bajaba de los diez millones de pesetas" Pilar Eyre Pilar Eyre

La suite habitual, sus flores favoritas, la mesa que les gusta, la tumbona en la piscina pequeña… En el hotel Coral Beach de Marbella esperan a mediados de agosto a María Teresa Campos con el cariño de siempre, ¡como cada año desde hace veinte! 
Todo ha cambiado mucho en la troupe Campos, hace unos años llegaban como estrellas de Hollywood cargadas de maletas y baúles, y reservaban varias habitaciones, para las hijas, las parejas, los nietos y las tatas.

 Y se reunían alrededor de la mesa para comer con los compañeros de televisión, parientes que iban desde Málaga, amigos como Eugenia Martínez de Irujo o Curro Romero con Carmen Tello ¡hasta veinte personas! ¡Todos invitados por la generosidad de María Teresa!
 A la hora del café, se sentaban con ellos Marina Castaño y Camilo José Cela, alojados en el mismo hotel, donde el Nobel tenía una habitación con su nombre.
 Se cantaba, se explicaban chismes, ¡la Campos reinaba como la periodista más poderosa! 
Para cada ocasión sacaba modelazo, perfectamente peinada y maquillada, y aparte de los posados con la pareja de turno, a la puerta del hotel esperaba una nube de paparazis para inmortalizarla, a ella y a su grupo.
Era un festival de lujo y esplendor que duraba todo el mes de agosto a costa de la matriarca, ¡el gasto no bajaba de diez millones de pesetas! 
Ahora, sin embargo, Teresa pasa parte de sus vacaciones en Mallorca y ha acortado su estancia en Marbella, el año pasado fue con Bigote Arrocet y no coincidió con sus hijas, que estuvieron tan solo un par de días.
 Terelu fue sola y Carmen, la estrella emergente del clan, con su simpático marido que, ojo al dato que pocos saben, conoce de cerca el famoseo patrio porque era el encargado de la cafetería de Telemadrid.