Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

1 jun 2012

Miguel Poveda Esos cuatro capotes

El Torta - Abrázame - Bulerías

Armani impone su ley en China


Giorgio Armani, rodeado de modelos, al final del desfile de Pekín. / NG HAN GUAN (AP)
Mao Zedong hizo la revolución para acabar con los privilegios de clases y sacar de la miseria al campesinado, y el 1 de octubre de 1949 fundó la República Popular China.
 Tras la muerte del Gran Timonel en 1976, Deng Xiaoping tomó las riendas del poder, y con un hábil golpe de timón desmontó la herencia ideológica maoísta y lanzó el país por la senda de un desarrollo veloz bajo el mando único del Partido Comunista Chino.
 Su mandamiento fue ‘hacerse rico es glorioso’.
Algunos de quienes se han hecho ricos en las tres últimas décadas en China, dirigentes políticos y otros personajes influyentes acudieron anoche al exclusivo evento organizado por Giorgio Armani en Pekín para conmemorar la presencia de la marca de moda y lujo en el país asiático desde hace más de una década.
 El acto, llamado One night only in Beijing (Solo una noche en Pekín), tuvo lugar en el New Tank, en el barrio del arte, 798 Art District.
 Esta gran zona de gasómetros y almacenes, una interesante muestra de la arquitectura industrial en la metrópolis china, es en la actualidad sede de innumerables galerías de arte, talleres de moda, bares y restaurantes.
Modelos y centenares de invitados pasaron bajo las cámaras, en un acto arropado con música electrónica, focos y copas de champán.
 El plato fuerte de la noche fue un desfile sobre una pasarela circular con tres calles trazadas en el suelo con líneas blancas, en el que Armani presentó su mundo a cientos de invitados, famosos y dirigentes políticos.
 Proyecciones giratorias de los rascacielos de ciudades como Shanghái sobre una pantalla cilíndrica acompañaron a los y las modelos, principalmente asiáticos. Además de sus colecciones de 2012, Armani mostró 15 prendas de alta costura, creadas específicamente en tributo a China.
El diseñador asegura que siempre ha tenido “una relación muy especial con China”.
 “Es un lugar al que he rendido homenaje en muchas de mis colecciones. Creo que puedo afirmar que fui uno de los primeros en vislumbrar el potencial del mercado chino”, ha dicho, recordando que abrió su primera tienda en Pekín en 1998. Tres años después, creó Armani Hong Kong, desde donde dirige todos sus negocios en la región Asia-Pacífico. En 2002, inauguró en la excolonia británica la primera tienda multimarca.
 Dos años después, abrió un local en un edificio en el Bund, el paseo junto al río Huangpu, en Shanghái. Antes de los Juegos de Pekín 2008, inauguró 10 nuevas tiendas en la capital.
Anoche celebró su larga trayectoria en China, una relación que espera que siga siendo tan fructífera como hasta la fecha.
Además, en su afán de extender su emporio por el gigante asiático, Armani se reunió el miércoles con estudiantes de la Universidad Tshinghua (Qinghua).
El año pasado, el diseñador empezó a trabajar con esta institución para patrocinar un programa de investigación sobre la moda y el sector textil en el contexto de la globalización.
 Y es que el trasvase de ideas creativas (y de dinero, a fin de cuentas) entre Oriente y Occidente es vital para el incierto futuro que se avecina.

El fin del mundo será una hora antes en Canarias


Una escena del espectáculo "This is the End".
¡Qué bueno que nos visite por fin el Centre National des Arts du Cirque, epicentro de la renovación circense francesa! This is the End, el espectáculo que trae al Price,  es una excelente muestra de los réditos que a nuestros vecinos del norte les está proporcionando una política decidida de inserción del circo en el tejido cultural y educativo, iniciada 25 años ha: hoy el circo francés es un yacimiento de empleo, un producto artístico que se exporta solo y, la escuela superior donde se enseña, un foco de atracción para alumnos de toda la Unión Europea.

THIS IS THE END

Producción: Centre National des Arts du Cirque. Autor: Cristián Soto. Dirección: David Bobee. Circo Price Del 30 de mayo al 3 de junio.
Allí se dan dos años de formación y, en tercero, un taller cuatrimestral con un director de teatro diferente cada vez (desde George Lavaudant hasta Arpad Schilling) con el cual los alumnos montan un espectáculo que tiene una gira monumental asegurada.
 Este año se ha hecho cargo del taller David Bobee, quién, felizmente, apoya el grueso de su propuesta teatral en las habilidades portentosas de estos artistas de entre 20 y 29 años en vez de obligarles, como vemos a menudo, a usar lenguajes escénicos que no dominan.
Bobee deja caer la pregunta: "¿Qué haríais si el mundo se acabara en cinco minutos?”, y sus pupilos la responden lanzándose a la pista como si fuera la última vez.
 Todos los números tienen su aquel: la actitud zen con que Rafael de Paula templa una disciplina tan adrenalínica como el mástil chino, por el que se desliza sin manos como serpiente por la cadera de Eva; la despreocupada alegría de los portés acrobáticos del dúo camboyano; los saltos mortales en la báscula coreana, prolongados hasta la extenuación, de Rémi Fardel, Jérôme Hugo y Amaia Valle…
Quizá sobren algunas palabras, quizá la voluntariosa parrafada inicial en castellano debiera de mantenerse en su francés original (aprovechando la excelente sobretitulación), quizá todo podría acabar con el primero de los tres finales (la caída del equilibrista al cabo de la dramática cuenta atrás) pero son  éstas pegas muy menores en un trabajo vibrante y delicado que contagia energía positiva, ganas de tomar nuevos rumbos y un espíritu de equipo ejemplar.