Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

28 jun 2011

El Marciano, de Pepe Junco

EL MARCIANO







Me imagino, ya muerto, mi cuerpo analizado



por un marciano inquieto que ha venido a la tierra



becado como dicen que becan los de Marte:



a cambio de llevarse de este erial una mina.







Hay cosas que me cuesta adivinar muy poco:



tirará sin mirarlos mis quemados pulmones



girando inútilmente a ambos lados la testa



y escribiendo de prisa en su blog: inservibles.







-Yo que tanto cuidado, atención y cariño



he puesto desde joven en órganos tan díscolos



tendré la tentación, más no será posible,



de enseñarle con calma sus cuevas misteriosas,



la esmerada ruptura de alvéolos sedientos,



el pacto que firmamos aquella madrugada-







Abrirá sorprendido mis párpados cerrados



y encontrará en mis ojos la mirada perdida



con que encaré el asombro que vivir me produjo



y elevé, clandestina, por paisajes remotos



conservando secretos que despierto no dije.







De mis brazos y piernas ni una línea, ni un rictus,



medirá por costumbre su longitud, su anchura,



y pondrá en la casilla de: normal con reparos



una cruz que me deje señalado en su mundo.







Del corazón abierto, se pondrá una coraza,



no tendrá referencias más allá de una arteria



que murió de repente sin consuelo y sin sangre



y una forma geográfica parecida a un arroyo.







Cuando por fin se acerque a la casa apagada



verá que allí hubo sueños para todos los gustos,



terrores que bajaron al infierno y volvieron,



amores despreciados que dejaron sus huellas,



y una extraña tendencia a captar lo imposible.







Cogerá mi hipotálamo con cuidado y con tino



lo pondrá en un caja consistente metálica



y volverá a su tierra a escribir con esmero



conclusiones valiosas que no sacará nunca.



Porque se habrá dejado por desprecio en un surco



la urdimbre de ternura que mi cuerpo encubría.

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