Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 mar 2011

Quien te cuida como yo - Carlos Baute - letra.wmv

Carlos Baute - De Mi Puño e Letra - Te Regalo

Uffffffffff MARUJA TORRES

Observen la frivolidad con que se sacuden, en la escena pública, principios sagrados del bien común -respeto, reflexión, búsqueda de soluciones-, como si el politiqueo indujera a los próceres a menear nuestros derechos cual bata de cola, y a los medios a hacer de palmeros.





Esto no es una feria ni una romería.
Esto es la gestión de un país y la gestión de una oposición a esa gestión.
Con el ejemplo que dan los vociferantes -unos más que otros- y los calumniadores -sobre todo, unos-, y con nuestro encogimiento de hombros, vamos hacia una anarquía de derechas tan ignorante como culpable, caldo de cultivo para que llegue un demagogo con mano dura.
Ah, si Fraga Iribarne estuviera en sus verdes años... No duden de que se le conduciría a hombros hasta La Moncloa.
Por las redes sociales transcurren los verdaderos problemas, las preocupaciones que nos agobian.
 No tenemos soluciones.
Ni de una forma ni de otra. Hacemos cosas insignificantes, que solo nos sirven a nosotros. Firmamos manifiestos, divulgamos injusticias. Y esperamos el regreso del sentido del bien común.



Pero lo que hay que hacer ya está inventado. Se llama democracia, y la tenemos, tan imperfecta como la de cualquier otro país democrático, aunque con una especial mala leche compartida. Se llama política, y eso es lo que hay que practicar. Se llama servicio público, derechos, deberes. Amar el país de todos.




En la antigua Mesopotamia, cuando los adivinos predecían una mala racha para el rey, buscaban a un delincuente en las prisiones y lo ponían en el trono, con objeto de que los hados se cebaran en él.
 Luego, el monarca verdadero volvía, y al pobre hombre lo ejecutaban.



Ahora el rey somos todos. Hay que pensar.
Y que los delincuentes ocupen su lugar: la cárcel, sea la de barrotes o la de nuestra indiferencia.

El odio al judío crece en España por la crisis económica

. ."No se están haciendo los deberes y la consecuencia es un peligroso crecimiento del antisemitismo". Es la queja de la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE) y del Movimiento contra la Intolerancia.
Según un informe presentado ayer, España figura a la cabeza de la UE en actos violentos y manifestaciones de odio a los judíos, con un incremento constante por la crisis.






"Los judíos tienen mucho poder porque controlan la economía y los medios de comunicación", concluye una encuesta encargada por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Lo piensa el 58,4% de los consultados. Más de un tercio (34,6%) tiene una opinión "desfavorable o totalmente desfavorable" de esa comunidad, que en España apenas suma 40.000 personas.



El estudio se realizó sobre 1.012 entrevistas a mayores de 15 años. Estos datos avalan otros de una encuesta entre escolares realizada hace un lustro, según la cual la mitad de los estudiantes no querría tener a un chico judío como compañero de pupitre.



Curiosamente, es la extrema derecha la que menos rechazo tiene por las comunidades judías (un 34%, frente al 37,7% entre quienes se declaran de centro izquierda). "Si estos datos son correctos, España sería un caso único en Europa, y el país tiene un verdadero problema", destacó el presidente de la comunidad judía, Jacobo Israel Garzón.



El responsable del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, subrayó esta percepción con una queja contra el Gobierno, por incumplir el compromiso ante la UE de reformar el Código Penal y castigar el odio racial o antisemita en cualquier manifestación.

"Cuando tienes una mirada más esencial de la vida, el éxito o el fracaso resultan igual de ridículos"

El escritor peruano, finalista del Premio Herralde 2008 y popular bloguero literario, publica 'Un sueño fugaz', novela de cuentos y reflexiones sobre la literatura, la vida y el fracaso .
A Iván Thays (Lima, 1968) no le preocupan el éxito y el fracaso. Ya no. Alejado de la idea que tenía en sus inicios de la literatura como una carrera "en la que había que ir ascendiendo por postas", el escritor peruano publica ahora una novela sobre el paso el paso del tiempo y, paradojas, el éxito y el fracaso en el arte y en la vida.




Iván Thays: "Los gerentes de las teles no piensan en la literatura"



Mi única vanidad es creer que siempre puedo hacer las cosas mejor



Desde niño siempre me dio miedo perderme en una feria o en el mercado. Ahora, le tengo pánico a perder la memoria, a no saber regresar a casa



Desde el año pasado las cosas para mí se han complicado y esa complicación hace que muchas cosas en que me fijaba más antes, sobre todo porque me aburría, ahora me interesen menos



Perú no esta de ninguna manera mejor que hace unos años

Un sueño fugaz (Anagrama) es una novela de cuentos, historias con personajes que han conocido la fama y la miseria. Mientras se recupera de la reciente muerte de su padre y de una grave lesión de rodilla, Thays nos habla de sus temores, de los trolls que pueblan Internet y que tantos paseos se han dado por su blog Moleskine Literario y del deseo de que el libro digital sustituya al de papel y calme el ansia que le produce ahora la espera para que las obras que quiere leer lleguen a Lima.



Pregunta ¿Qué le ha llevado a crear un universo literario, a modo de pequeño taller, en el que de una u otra manera están representados el éxito y el fracaso, la calidad y lo mediocre, la fama y el olvido en la literatura?



Respuesta: En la novela La disciplina de la vanidad, una suerte de retrato del artista adolescente, la obsesión por el triunfo era insistente. Por eso, decidí introducir un contrapunto con el fracaso. Y concluir que, cuando uno tiene una mirada más espiritual, más esencial o más mística, de la vida, el éxito y el fracaso resultan igual de ridículos o de vanos. De ahí el título Un sueño fugaz, que parte de un poema de Basho.



P: ¿Se ha encontrado en su vida literaria con muchos personajes como Tomás (uno de los protagonistas de la novela, el que ha llegado a la fama y la riqueza gracias a la literatura), henchidos de éxito, premiados por una literatura más bien dudosa?



R:Muchísimos. Y a veces resultan tan obvios que uno se pregunta si ellos, en lo profundo de sí mismo, no son capaces de verse a sí mismos como lo que son. Y deduzco que no, no lo ven. Duermen felices su sueño fugaz.



P: ¿Antes y después de ser finalista en el Herralde los elogios sobre su obra (Vargaso Llosa, Herralde, Cueto) se han sucedido ¿Cómo se vive, cómo se asume? ¿Teme ser devorado por la vorágine y olvidado si no publica de manera más o menos regular?



R: En realidad, el éxito literario me interesaba mucho más en la época en que empecé a publicar. Entonces nadie hablaba de mí y yo creía que la literatura era una carrera en la que había que ir ascendiendo por postas. Agradezco mucho la generosidad de lectores como los que menciona, y otros, algunos anónimos, pero ya no creo que la literatura sea esa carrera. Me interesa mucho más que mis obras representen de manera fiel, honesta, lo que hay dentro de mí, lo que tengo/quiero/debo decir.



P: ¿Qué tal se lleva con el éxito y el fracaso, "esos dos impostores", que diría Kipling?



R: La frase, que le gustaba repetir a Borges, es acertadísima. Todos los días estoy lleno de fracasos y éxitos en todos los ámbitos de mi vida. Uno se acostumbra a uno y al otro, y al final casi es difícil trazar la línea divisoria entre uno y otro.



P:¿Un sueño fugaz es una especie de road movie en el tiempo, con un final tristísimo, con el protagonista preguntándose "¿Tan viejo soy?" pero sin una línea cronológica claramente fijada ¿Por qué?



R: No quería hacer una línea cronológica obvia. Quería lograr que los lectores saltasen de cuento en cuento y sintieran que, más allá de la autonomía de cada relato, se les estaba contando una novela que avanzaba en el tiempo y que el protagonista de esa novela envejecía un poco más, de manera natural, con cada relato. Verlo envejecer casi sin darse cuenta, de manera que luego de leer el libro, al retroceder hasta el principio, tengan la sensación de que han visto a un hombre disminuirse, perder sus facultades, pero casi sin darse cuenta. Así sucede con las personas que envejecen a nuestro lado, ¿no?



P:¿En acabar Un lugar llamado oreja de perro tardó ocho años ¿Ha sido más fácil escribir Un sueño fugaz?



R: Un sueño fugaz es una novela en cuentos que estaba inserta en una novela mía anterior, no conocida en España, llamada La disciplina de la vanidad. Demoré un tiempo en afinar las referencias y aumentar algunos textos para hacer redondo el libro, pero el grueso ya estaba escrito.



P: ¿Ha escrito una novela generacional?



R: Me gustaría creer que sí, pero no soy yo quien debe decidirlo.



P: ¿En la vida del protagonista vuelve a estar presente el fantasma del hijo muerto, como en su anterior novela, de la que en su momento me dijo que no era una obra autobiográfica. ¿Y ésta? ¿Hay elementos de la tan manida autoficción?



R: No, ninguna autoficción felizmente. La pérdida del hijo, así como la pérdida de la identidad, es un tema que me angustia desde siempre. Desde niño siempre me dio miedo perderme en una feria o en el mercado. Ahora, le tengo pánico a perder la memoria, a no saber regresar a casa. Y desde luego, a perder a las personas que amo, lo que me acaba de suceder con mi padre y es una sensación extraña, indefinible.



P: ¿Hace unos meses decía en la entrevista que le hizo mi compañero Quino Petit que los blogs eran cosa del pasado. Y sin embargo, el suyo sigue a pleno rendimiento...



R: Bueno, por lo general soy una persona bastante anacrónica para ciertas cosas.



P: ¿Siguen 'acosándole' los trolls que, escudados en el anonimato de Internet, encienden cualquier tipo de debate?



R: Muchísimo menos. O me entero menos de esos ataques. Desde el año pasado las cosas para mí se han complicado mucho (de hecho, desde octubre tengo una fractura en la rodilla y usaré muletas por un año o más, y voy diariamente a la dolorosa rehabilitación) y esa complicación hace que muchas cosas en que me fijaba más antes, sobre todo porque me aburría, ahora me interesen menos.



P: ¿Por cierto, a pesar de dedicarse a la literatura, ninguno de los personajes de Un sueño fugaz tiene un blog. ¿Por qué excluyó el tema?



R: No sé por qué. Pero en la novela que estoy terminando ahora hay chats, blogs, tuits y facebook.



P: ¿El Perú real y político, con todas sus implicaciones, recorría la anterior novela, pero ahora han desaparecido de su relato. ¿Está mejor su país y ya no hay que hablar de esos temas? ¿Están agotados?



R: Es una novela completamente diferente. No siempre me dan ganas de escribir novelas con tema político, al contrario,Un lugar llamado Oreja de perro era una rareza en mi obra. Pero de ninguna manera está mejor el país. Y dudo que el tema político esté agotado.



P: ¿Cómo se encuentra el panorama literario en español actual? ¿Y su generación? ¿Qué relación tiene con sus compañeros de Bogotá 39 ?



R: Me interesa mucho lo que está pasando, las relaciones que se forman entre escritores de la misma generación pero de distintos países. Leo a Marcos Giralt, por ejemplo, y me siento identificado no solo literariamente sino anecdóticamente. Vidas paralelas. Los Bogotá 39 están haciendo cada uno lo suyo. Tres premios importantes, como los dos últimos Alfaguara y el actual Herralde, han sido ganado por miembros del B39, por ejemplo. Y he leído novelas estupendas de varios de ellos. Mantengo contacto con algunos de ellos aun, no con todos desde luego. Pero la buena vibra que nació en ese evento yo creo que se mantiene intacta. Y eso es maravilloso.



P: ¿De verdad cree, como dijo hace poco, que al libro de papel le quedan 10 años de vida, o incluso menos?



R:Lo creo y quiero que sea así. Eso de estar esperando que los libros lleguen a las librerías de Lima es una odisea. Siento que me pierdo de todo.
Y desde Perú no se puede comprar ni siquiera ebooks de muchos sellos en castellano. Las cosas tienen que mejorar y para eso, el libro en papel debe perder su fuerza.



P: ¿Y termino como hice hace dos años ¿Qué queda de la 'famosa vanidad de Iván Thays?



R: Un mito. Mi única vanidad es creer que siempre puedo hacer las cosas mejor. E insistir una y otra vez, hasta que el espejo me entregue una imagen al menos ligeramente parecida a lo que realmente creo que soy capaz de dar.
 Y luego, al releer lo publicado, siento que pudo ser mucho mejor. Mi vanidad, en ese sentido, es insaciable.

Relato sin mito de la Transición

La generación literaria de los sesenta retrata sin complacencia el advenimiento de la democracia - La matanza de Atocha y el 23-F, entre los temas estrella .

.El día en que murió Franco el niño Javier Cercas se fue a jugar al tenis.
Tenía 13 años y, naturalmente, ninguna conciencia política. Cercas peloteó con su amigo José Sobrino mientras nacía una etapa histórica vehemente, convulsa y conciliadora -la Transición- que luego inspiraría una obra memorable: Anatomía de un instante (Mondadori), Premio Nacional de Narrativa en 2010. ¿Qué le atrapó de aquel momento del 23-F en el que tres políticos que traicionaron a los suyos (Adolfo Suárez, Santiago Carrillo y el teniente general Gutiérrez Mellado) mantuvieron el tipo y la dignidad en un hemiciclo tiroteado?
Dice que ha necesitado concluir el libro, sin gramo de ficción, y otearlo con perspectiva para descubrir bajo su literatura tres motivaciones.






Benjamín Prado: "Fue admirable, pero no acepto que fuera algo perfecto"



Pisón: "La muerte de Franco fue lo único importante que nos ocurrió"

Una: "En ese instante empezó a mi juicio la democracia y terminó no solo la Transición sino también la posguerra y la Guerra Civil, puesto que en España la posguerra no fue más que la prolongación de la guerra por otros medios".
Dos: "Fue el último instante épico de la historia de España y el gesto de Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo quedándose quietos en sus asientos mientras los golpistas disparaban, el último gesto épico".
Tres: "El 23 de febrero es el punto exacto donde confluyen todos los demonios de nuestro pasado reciente, nuestro asesinato de Kennedy y, como tal, una gran ficción colectiva urdida a lo largo de 30 años, fundamentalmente, por los propios golpistas, por periodistas con mucha prisa y pocos escrúpulos y por la fantasía popular".



No ha escrito su última palabra. A ese periodo que nacía mientras jugaba al tenis con su amigo José Sobrino volverá en la novela que está preparando, que arranca en el verano de 1978. Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) no se asombra por el interés que aquellos años despiertan en los escritores de su generación, nacidos en los sesenta, que también antes revisitaron la Guerra Civil.
"Es un periodo convulso, de grandes cambios, donde además están nuestras raíces históricas y personales, y eso lo vuelve interesante. Además, nos hacemos mayores y empezamos a mirar atrás y a entender que presente y pasado se comunican y se determinan.
 En todo caso, nuestra visión de la Transición será distinta de la de nuestros padres".



Y tanto. Benjamín Prado (Madrid, 1961) admite sin ambages que su nueva novela, Operación Gladio (Alfaguara), combate en cierta medida el mito de la Transición, rebautizada por los sarcásticos como la Transacción.
 "La Transición fue muy admirable en muchos casos, pero me niego a aceptar que fuera algo perfecto. Esa idea de que en un año se saldaron todas las cuentas de una dictadura de 38 como mínimo fue una ingenuidad".
 Operación Gladio indaga en un traumático episodio de 1977 grabado a fuego en la memoria colectiva: la matanza de cinco abogados laboralistas en la madrileña calle de Atocha por tres pistoleros de la extrema derecha. ¿O hubo más trastienda de la que afloró en el juicio?
 Dado que Benjamín Prado quería hacer una novela de espías, en Operación Gladio sostiene que sí.



Cuando ocurrió el crimen de Atocha, Prado tenía 16 años y la misma falta de conciencia política que Cercas cuando murió Franco.
"Pero sí empiezas a tener conciencia de que existe algo llamado política. Por alguna razón la matanza de Atocha se me quedó grabada como resumen de una época más que como suceso en sí mismo". Hay una frase que escribe Alicia Durán, la periodista que protagoniza el libro, robada al propio Prado: "La Transición fue un triunfo de todos que también tuvo sus perdedores".



No es el juicio más severo de un escritor de los sesenta. Rafael Reig (Cangas de Onís, 1963) reivindica "el derecho a no entregarnos a la homilía oficial".
Su nuevo libro, Todo está perdonado (Tusquets), revisa 70 años de historia reciente de la mano de una saga poderosa.
La Transición forma parte del marco vital en el que crece la tercera generación de los Gamazo.
"Hasta ahora eran más visibles nuestros hermanos mayores, los que habían protagonizado la Transición y se habían beneficiado de ella, pero también forma parte de nuestras vidas aunque a lo mejor no tenemos una visión tan complaciente sobre ella", reflexiona Rafael Reig.



Varias novelas de Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960) están ambientadas en esa época, a la que regresa en su nueva obra, El día de mañana (Seix Barral), protagonizada por un confidente de la Brigada Político Social de la dictadura.
"La sociedad española se ha esforzado por olvidar la violencia política que acompañó a la Transición: cerca de 600 víctimas mortales en muy pocos años.
Probablemente, son factores como esos (la violencia, la inquietud social, la inestabilidad institucional) los que contribuyen a hacer esa época más interesante para el novelista", explica el autor de Dientes de leche.
Martínez de Pisón ya abordó en El tiempo de las mujeres el 23-F, un episodio que determinó, a su juicio, "la maduración democrática de su generación, que por unas horas experimentó el temor a volver a una dictadura militar".
Aparte de lo que inspiran los miedos propios, los escritores tienen un sinfín de ingredientes evocadores en aquellos años sobrados de entusiasmo democrático, incertidumbre económica y sobreexcitación política.



"Para nuestra generación, la muerte de Franco es lo único verdaderamente importante que nos ha ocurrido.
Pasamos de vivir bajo una dictadura a vivir en democracia. Así expresado, parece sencillo, pero no lo fue en absoluto", plantea Martínez de Pisón.



También Un momento de descanso (Tusquets), la última obra de Antonio Orejudo (Madrid, 1963), se puede considerar una novela que disecciona una parte de la sociedad de la Transición: la de los penenes, los profesores universitarios que se beneficiaron de la llegada al poder de Felipe González.
"La mediocridad y la corruptela del franquismo fue prolongada por estos jóvenes penenes que, cuando subió al poder el PSOE, dijeron qué hay de lo mío. Entre ellos había gente valiosa, pero también mucha morralla", expone.



No cree el autor de Fabulosas narraciones por historia que tantos viajes literarios al mismo andén histórico sea solo mero azar.
 "Los de mi generación tienen pendiente hacer la novela de la Transición, somos los que la hemos sufrido". Así que vaticina: "Vendrán más".



La ficción revisa los setenta y ochenta

- El día de mañana (Seix Barral). Ignacio Martínez de Pisón, 2011.



- Operación Gladio (Alfaguara). Benjamín Prado, 2011.



- Todo está perdonado (Tusquets). Rafael Reig, 2011.



- Un momento de descanso (Tusquets). Antonio Orejudo, 2011.



- Anatomía de un instante (Mondadori). Javier Cercas, 2009.


No sé yo que ha hecho esa generación que reivindica que no hubo nada en esa transición, entre otras cosas porque esos escritores pudieron escribir gracias a todos los que lucharon para hacer un País democrático.
No dice nada a favor de esa gente que escribe, porque apenas se leen , quizás por la generación que más ha leído antes , en, y después de la transición, dejar algo tan terrible como "la matanza de Atocha" casi sin cobertura sería porque esos niñatos nunca supieron donde estaba su libertad y quién la hizo posible.
Cada vez más quieren borrar una situación de prisiones, manifestaciones detenciones, claro, ellos jugaban al futbol, mientras otros esperaban la Amnistía política.
Que van a saber!!! naturalmente esa generación jamás serán cmo la de sus padres, es la generación del "Todo hecho" ahora a escribir, decir lo de los PNNs de la Universidad es tal infamia que es para llevarlos a los tribunales, simples muchachos, que no saben apreciar cuanto se jugaban, y dicen que se lo regaló a Felipe González, ¿El qué? que regalo mas envenenado que esas palabras sin rigor.
No me extraña que los hijos de esa generación sin nombre sean unos vulgares pandilleros cuyas acciones mas álgidas es ir los sábados de Botellón.
El que no sabe es como un ciego que no ve, en este caso salvo su libro y su nombre en una portada, pobres de espíritu, de vida regalada y tertuliana sin nada que arriesgar.





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30 mar 2011

Hoy Cayetana de Alba cumple 85 años y Lady Gaga, 25. Son, sin duda alguna, dos mujeres singulares y como tal tienen millones de seguidores y detractores. Yo me declaro partidaria de la duquesa.

Me gusta de Cayetana que se puso hace años el mundo por montera para hacer lo que le da la gana.
Ha sido siempre una mujer moderna.
Lo fue desde niña cuando se quedó sin madre y al cuidado de su severo padre, que quiso que fuera lo que se llamaba entonces "una jovencita bien".
Ella hizo todo lo posible por romper barreras.

Ha vivido en palacios pero ha sido más feliz en los tablaos, en la calle, donde frecuentó a artistas, toreros, intelectuales y pensadores más de la izquierda que de la derecha.

Su gran amor fue Jesús Aguirre con el que vivió una historia peculiar pero en la que ella fue feliz.
 Del padre de sus seis hijos no habla mucho pero le recuerda con cariño ya que gracias a esa unión llegaron Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia.

A los 85 está viviendo una relación igualmente peculiar con Alfonso Díez. Quiere casarse con él y se pelea a diario con sus hijos por ello.
Parece empeñada en lograrlo. Hoy la he escuchado decir:"Me voy a casar y nadie se va a enterar".
 Ella es capaz de eso y mucho más.

La conocí hace años en su casa de San Sebastián.
Me la presentó Cayetano. Estaba con Jesús Aguirre. Les recuerdo paseando abrazados por los jardínes. Adora a Cayetano y ese día lo noté.
Adora a todos sus hijos aunque igualmente ha sido una madre peculiar que empezó a ejercer como tal muy tarde. Es una excelente abuela.

Sé que muchos pensarán que con su fortuna se puede ser moderna o lo que se quiera, pero a mí me gusta que una mujer de 85 años y de su posición viva así: haciendo lo que le da la real gana.

Por eso creo que en lo único en que se parecen la duquesa y Lady Gaga, icono de la modernidad, es en el pelo.
 Bueno pues hasta en eso gana la duquesa: el suyo es natural y el de Lady Gaga necesita horas de peluquería.

Los caros humos de Sabina

Un hotel de Montevideo se enfrenta a una multa de 7.800 euros al permitir que el cantante fumara durante una rueda de prensa pese a la estricta ley antitabaco del país .
Los humos de Sabina pueden costar 7.800 euros (11.000 dólares).
Es la factura que le pueden pasar al Hotel Shereton de Montevideo, donde el cantautor fumó en una rueda de prensa y se saltó la estricta ley antitabaco de Uruguay, que por el decreto 268/005 -que entró en vigencia en marzo de 2006- prohíbe fumar en cualquier sitio público.





El cantautor español, que se encuentra en la capital uruguaya para realizar el único concierto del país dentro de su gira "El penúltimo tren" , encendió un cigarrillo ante la sorpresa de los periodistas, que no dudaron en avisarle de que estaba quebrantando la ley. Sabina, con total tranquilidad, informó a los reporteros de que no conocía la legislación uruguaya, y, por tanto, al ver un cenicero en la mesa se veía en la obligación de "no ser descortés" con sus anfitriones.
 "No voy a tirar el pucho (cigarro) ni muerto", avisó, entre risas.



Los anfitriones, es decir, los responsables del hotel, son los que, por otra parte, pueden ser sancionados por el Ministerio de Salud Pública de Uruguay, que ha anunciado que está buscando todo el material gráfico de la conferencia para recomendar "una multa importante al Sheraton", por considerarlos responsables de que se haya quebrantado la ley.
"El Ministerio no sanciona a los adictos", ha explicado el director del Programa Nacional de Tabaco, Winston Abascal al diario El País de Montevideo .
Por su parte, la responsable de relaciones públicas del hotel, Anabella Jünger, ha asegurado al diario digital Observa que pidieron a Sabina que apagara el cigarro, y él se negó. "Ningún miembro de nuestro personal acercó el cenicero, ya que no contamos con ceniceros en las áreas públicas.
Nuestra suposición es que se lo acercó uno de sus managers o él mismo lo trajo desde su habitación", ha explicado la responsable.



Sea como fuera, Sabina tiene claro que en ciertas cosas los humos de los pitillos pertenecen a la vida personal de cada uno: "En cosas como estas pienso, sin ser nada neoliberal, que no lo soy en absoluto, que el Estado interviene demasiado en las vidas de la gente".

¿Y por qué Letizia no fue?

El Rey se va de cena con sus hijos, pero a la cita no acudieron ni la Reina, ni Iñaki Urdangarín, ni la Princesa de Asturias .
Que un padre cene con sus hijos no es una gran noticia.
Pero que el Rey de España cene con los suyos y a solas, sí lo es.
Ellos lo saben. Por eso no les importó que los fotógrafos les pillaran saliendo del restaurante. O acaso ¿alguien avisó?
 Lo que está claro es que si la Casa del Rey no quiere, esas fotos no se publican y menos aún si quien las tiene es la revista ¡Hola!, tan atenta siempre con la familia real.




Portada de la revista ¡Hola! del 30 de marzo de 2011-



La cena fue la semana pasada en Madrid, en el restaurante Landó cerca del parque de Las Vistillas, coincidiendo con la visita de la infanta Cristina a España para asistir a algunos actos oficiales -Iñaki Urdangarín se quedó en EE UU con su trabajo y al cuidado de sus hijos-.
 Doña Sofía no asistió a la cena ya que se encontraba de viaje en Sudamérica, pero ¿por qué no acudió Letiza?.



La versión oficial es que la Princesa no se encontraba muy bien de salud y al día siguiente tenía que acompañar al Príncipe a un acto oficial.
Pero a nadie se le escapa que los motivos pueden ser otros.
Podría ser que se tratara de una cena solo de padre e hijos, sin parejas, o que las relaciones entre Letizia y su familia política no sean todo lo buenas que deberían ser.



En los últimos años, la llegada de la Princesa ha provocado cambios en la familia real, tanto personales como institucionales, y todo ello ha afectado a las relaciones entre ellos. Que no hay sintonía entre Letizia y sus cuñadas es un secreto a voces, como que no la hay entre el Rey y Letizia.
Pero todos trabajan por la misma causa la Monarquía y eso les hace aparecer juntos y sonrientes cuando la ocasión lo requiere.
Otra cosa son las cenas familiares.



Las otras tres revistas de los miércoles son prescindibles esta semana.
Poco importa el nuevo armario para la primavera de Paula Echevarría o que su marido, David Bustamante, cumpla junto a ella 29 años.
Ambas historias son portada de Diez Minutos y Lecturas. Hasta aburre el eterno conflicto entre la baronesa Thyssen y su hijo Borja.
 A falta de otras notocias, Lecturas apuesta por la gente joven en la alfombra roja del Festival de Málaga.



Solo destacar esta semana, además de la cena en familia del Rey, el posado de Adriana Abascal, la ex de Juan Villalonga, que siempre se pone traje largo para estar en casa, y que Raquel Revuelta ha dejado al siempre deportista Álvaro Bultó por el torero El Tato.

Colores y mujeres en torno a Picasso

El octogenario actor Giorgio Albertazzi encarna a Pablo Picasso junto a las bailarinas de la Martha Graham Dance Company en un espectáculo coral .
¿Cómo nadie había hecho esta obra antes? ¿Cómo ningún director había cruzado estos elementos sobre una escena teatral moderna? Y es que todos los componentes de Cercando Picasso [Buscando a Picasso] casan con una naturalidad maravillosa, como si hubieran sido concebidos para esta mixtura estética y virtual.
 Desde los textos del propio Pablo Picasso y de Federico García Lorca hasta las coreografías de Martha Graham sobre la Guerra Civil Española o las pinturas de la tauromaquia del genio malagueño respaldados por la música de Manuel de Falla o de Igor Stravinski.






El ensamblaje ha partido del más grande y longevo actor italiano: Giorgio Albertazzi y su amor por García Lorca; él mismo reconoce que quería volver a recitar sus versos y esta vez ha ido más lejos hasta el famoso texto de la conferencia lorquiana sobre el flamenco y su imprescindible definición del duende, que dicha con intensidad en la voz de Albertazzi toma nuevos matices, se abre a nuevas interpretaciones.
De fondo, suena la música de El sombrero de tres picos de Falla y las bailarinas en destellos geométricos, evocan el siluetado de los quiebros y los brazos andaluces; mientras, el discurso va de La Niña de los Peines a las Bailarinas de Cádiz de la Antigüedad; Picasso pinta con un dedo de luz sobre la gasa oscura.



Por otro lado, un director escénico, Antonio Calenda, que quería volver a trabajar con Albertazzi (ya habían hecho juntos entre otras cosas un surrealizante trabajo sobre Apollinaire) y que entrevió estas conexiones plásticas y vitales además de prever como catalizador ideal sobre las tablas a Albertazzi, un hombre puro de teatro de 86 años que no tiene que hacer casi nada para aparecer sobre la escena como el Picasso anciano que revisa mentalmente su vida y sus amantes, sus pasiones.
 El parecido es extraordinario, pero va mucho más allá del físico y la indumentaria, se trata del ánimo, el instinto, una suerte de fuerza interior que se hace magnetismo cuando dice casi en un dramático susurro: "Un cuadro terminado es un cuadro muerto".



Si el guión columna estaba claro, el arropamiento también: las nueve bailarinas de la compañía neoyorkina de Martha Graham encarnando esas mujeres que rondaron la obra, la sensibilidad y las obsesiones del pintor toda su vida, como las ensoñaciones de un anciano que no esconde su lascivia y donde el pasado será futuro si sabemos exprimirlo.



La escenografía y el vestuario de Pier Paolo Busceri es todo un acierto: la escena es un gran lienzo móvil y blanco, como la tela por manchar a base de plataformas y luces
. En el centro un gran lecho donde el pintor puede ser que agoniza o se despierta de un largo sueño; de entre las sábanas surgen las mujeres, esos desnudos sensuales y móviles que van adquiriendo figuras propias reconocibles, símbolos y significados textuales mientras la voz del actor va y viene de los pensamientos más íntimos al desgarro de la guerra, de las emociones del trabajo en los tiempos de Diaghilev y los Ballets Russes a la nostalgia solar de una España presente y herida.
Son las nueve musas girando el torno al genio, desbocando una inspiración enérgica que parecía no tener fin.



Los cuadros se suceden con una dinámica coreográfica muy efectiva; aparecen los telones de Parade y de Pulcinella y entonces, la gran ironía: las bailarinas de Martha Graham con unos tutús blancos (¡quién lo iba a decir: las artistas herederas de la gran coreógrafa rupturista con el traje símbolo del ballet clásico!) y con corpiños cubistas en colores vivos que representan la paleta del artista y así se mezclan frenéticamente.
 El Picasso hombre, que sí dibujó tutús para Pulcinella, aparece transmutado en Pierrot con su gorguera caída y su traje ajedrezado en azules. Después la conmovedora escena del Guernika y del París de la época es sintetizada en figuras aisladas y potentes, siempre con una sensualidad explosiva y liberatoria.
Picasso incorpora al toro, lo asume y lo sitúa en un coreodrama circular de gran belleza. La coreógrafa Janet Eiber ha hilado un encaje finísimo y sofisticado enlazando el discurso picasiano a solos icónicos de Martha Graham como Lamentation o fragmentos corales como Steps in the street, ese visionario movimiento coral de 1936 insertado en el ballet Chronicle y que ha llegado a hoy en la reconstrucción que hizo la propia Graham en 1989 con Yuriko a partir de una filmación antigua de Julián Bryan.
 El resultado, ligado a las coreografías nuevas de la propia Eiber es una especie de testamento estético, de resumen vital donde "la juventud no tiene edad", y eso es lo que dice el Picasso-Albertazzi para reconfortar el nudo en la garganta que ha dejado en el público.



Cercando Picasso es una compleja y ambiciosa producción conjunta del Teatro Estable del Friuli Venecia Giulia (que dirige el propio Calenda) con la participación de la Martha Graham Dance Company de New York.
Las actuaciones romanas de estos días en el muy tradicional Teatro Quirino a platea llena dan paso a partir de hoy martes 29 a las representaciones en el Teatro La Pérgola de Florencia hasta el próximo 3 de abril.
 La crítica local no ha escatimado elogios tanto a Albertazzi como al potente y singular elenco de danza, y se le augura un puesto entre los mejores espectáculos de esta temporada europea.
No en vano ya se le han abierto las difíciles y casi inaccesibles puertas del Piccolo Teatro de Milán para enero de 2012.

Un hombre asombrado... y asombroso .FERNANDO SAVATER

EN EL CENTENARIO DE EMIL CIORAN (1911-1995)
He tardado 16 años en visitar la tumba de Cioran en el cementerio de Montparnasse. Aunque soy pasablemente fetichista y no me disgustan los cementerios, siempre que sea para estancias breves, las tumbas por las que siento más afición son las de ilustres desconocidos: es decir, autores cuyas creaciones he frecuentado mucho pero a los que no conocí personalmente o apenas traté.
En el camposanto de Montparnasse hay bastantes de ellos: Sartre y Simone de Beauvoir, Julio Cortázar y por encima de todos, Baudelaire.
 Pero en el caso de aquellos de quienes me he considerado amigo, soy más esquivo. Quizá por lo de que a los seres queridos uno los lleva enterrados dentro y todas esas cosas.




Los zarpazos del "filósofo aullador"

Clément Rosset celebra la alegría de vivir frente al pesimismo radical de Cioran

La inteligencia y el silencio


La izquierda antifranquista le admiraba; él lo veía como una paradoja

Cioran murió un 21 de junio, día de mi cumpleaños.
 Un par de años después desapareció también su maravillosa compañera Simone Boué, ahogada en la playa de Dieppe.
Me es imposible decir a cuál de los dos recuerdo con mayor afecto.
Ambos descansan bajo la lápida gris azulada de Montparnasse, de una sobriedad extrema, realmente minimalista.
Mientras iba en su busca, sorteando mármoles, cruces y ofrendas florales por los vericuetos funerarios, a veces peligrosos para la verticalidad del paseante, recordaba sus consejos: "Vaya 20 minutos a un cementerio y verá que sus preocupaciones no desaparecen, desde luego, pero casi son superadas... Es mucho mejor que ir a un médico. Un paseo por el cementerio es una lección de sabiduría casi automática". Luego soltaba una de sus breves carcajadas silenciosas y yo, en mi ingenuidad juvenil, me preguntaba si hablaba realmente en serio. He tardado en aprender que hablar sinceramente de ciertos temas demasiado serios implica el tono humorístico como único modo de evitar la solemne ridiculez...



Traté a Cioran durante más de 20 años.
 Nos escribíamos con frecuencia y yo le visitaba siempre que iba a París una o dos veces por año. Me dispensaba una enorme amabilidad y paciencia, supongo que incluso con cariñosa resignación.
Se interesaba especialmente por todo lo que yo le contaba de España, tanto durante los últimos años del franquismo como en los primeros avatares de la democracia posterior. Por supuesto no creo ni por un momento que fuesen mis comentarios apasionados y entusiastas sobre nuestras peripecias políticas lo que le fascinaba, sino la referencia al país mismo, esa segunda patria espiritual que se había buscado, la tierra nativa del desengaño. "Uno tras otro, he adorado y execrado a muchos pueblos: nunca se me pasó por la cabeza renegar del español que hubiera querido ser".
Porque aunque se convirtió en gran escritor francés y se mantuvo apátrida, parece cierto que durante un tiempo pensó seriamente en hacerse español.
La buena acogida que tuvieron sus libros traducidos en nuestro país le produjo una sorpresa tan grata como indudable.
Creo que hubo un momento en que fue más popular -por inexacta que sea la palabra- en España que en Francia.
Nunca le vi tan divertido como al contarle que en el concurso de televisión de mayor audiencia en aquella época (Un, dos, tres...) uno de los participantes citó su nombre tras el de Aristóteles cuando le preguntaron por filósofos célebres...



Apreciaba especialmente la paradoja de que tanto yo, su traductor, como la mayoría de los jóvenes españoles que se interesaban por él fuésemos gente de la izquierda antifranquista. Incluso le producía cierto asombro, porque para él la izquierda era un semillero de ilusiones vacuas y de un optimismo infundado -ese pleonasmo- de consecuencias potencialmente peligrosas, que había denunciado en Historia y utopía. Y sin embargo le halagaba tan inesperado reconocimiento.
 En realidad el asombro nos aproximaba, porque a mí me dejaba boquiabierto que alguien pudiera vivir y demostrar humor (Cioran y yo nos reíamos mucho cuando estábamos juntos) con tan implacable animadversión a cualquier creencia movilizadora y tan absoluto rechazo a las promesas del futuro.
En cierta ocasión, tras haber demolido minuciosamente mi catálogo de candorosas esperanzas, me permití una tímida protesta: "Pero, Cioran, hay que creer en algo...". Entonces se puso momentáneamente grave: "Si usted hubiera creído en algunas cosas en que yo pude creer no me diría eso".
Y acto seguido volvió a su cordial sonrisa habitual, ante mi desconcierto.



Como yo era tan ingenuo entonces que no quería por nada del mundo parecerlo, me empeñaba en tratar de convencerle de que mi pesimismo no era menor que el suyo. Cioran me refutaba con amable paciencia, insistiendo en demostrarme que yo era incapaz visceralmente de aceptar las consecuencias pesimistas de las premisas que asumía para ponerme a su altura, seducido por el vigor irresistible de sus fórmulas desencantadas. Confusamente, trataba de explicarle que mi pesimismo era activo: cuando no se espera la salvación de ninguna necesidad histórica ni de ninguna utopía consoladora terrenal o sobrenatural, solo queda la vocación activa y desconsolada de la propia voluntad que no se doblega.
No siempre nos movemos atraídos por la luz: a veces es la sombra la que nos empuja...
Más o menos disfrazadas, le repetía opiniones tomadas de Nietzsche, a quien también leía devotamente en aquella época.
Solíamos dejar al fin nuestras discusiones en un amistoso empate. Pero es obvio que nunca logré convencerle... ni engañarle.
Su último libro, Aveux et anathémes, me lo dedicó con estas palabras: "A F. S., agradeciéndole sus esfuerzos por ser pesimista".



Con los años, ambos fuimos poco a poco sosegando la vivacidad de nuestros debates en una especie de familiaridad cómplice.
Tras el asentamiento de la democracia en España, mis fervores fueron progresivamente renunciando a la truculencia y aceptaron cauces pragmáticos: se trataba de vivir mejor, no de alcanzar el paraíso.
 Los excesos pesimistas, lo mismo que las demasías del conformismo ilusionado, me parecieron -y me parecen- manifestaciones culpables de pereza que ceden el timón de la vida a rutinas fatales.
Pero también Cioran en sus últimos años de lucidez, tras la caída de Ceaucescu, me daba la impresión de inclinarse por una especie de pragmatismo escéptico aunque sin embargo positivo.
Por primera vez le vi celebrar acontecimientos históricos, desde luego sin arrebatos triunfales.
 A veces hasta me daba la impresión de estar parcialmente desengañado del desengaño mismo, la suprema prueba de su honradez intelectual...



Guardo especial recuerdo de una visita que le hice en el año 90 o 91, en su apartamento del 21 de la rue de l'Odeon.
Fui acompañado de mi mujer y por primera vez en tantos años me encontré a Cioran solo en casa, porque Simone había salido con unas amigas.
Para nuestra cena habitual había dejado unos filetes de carne convenientemente dispuestos en la cocina, listos para freír en la sartén.
 Queriendo evitarle tareas culinarias, le propuse que fuésemos los tres a cenar a cualquier restaurante próximo del barrio pero no consintió en ello: yo siempre había cenado en su casa y esa noche no podía ser una excepción.
Su exigente y generosa norma de hospitalidad no lo permitía.
De modo que todos nos desplazamos a la minúscula cocina y allí se hizo evidente que el manejo de los fogones desbordaba ampliamente las capacidades de Cioran.
Entonces mi mujer tomó el control de las operaciones, nos hizo abandonar el estrecho recinto para evitar interferencias y guisó sin muchas dificultades la sobria cena que debíamos compartir.
Desde el exterior, Cioran la veía operar con rendida admiración, mientras me daba una breve charla sobre las admirables disposiciones naturales de las mujeres vascas para el arte culinario...
Es una de las imágenes más conmovedoramente tiernas que guardo de él, tan incurablemente escéptico en la teoría pero capaz a veces de un asombro casi infantil ante los misteriosos mecanismos eficaces del mundo y los milagros de la amistad.





Creo que esa capacidad de asombro era uno de los encantos de su trato personal, pero también una de las características notables de su talante intelectual.
 A veces los escépticos adoptan la arrogante superioridad y la suficiencia desdeñosa de los peores dogmáticos: están convencidos de que nada saben ni nada se puede saber con la misma altanería que otros muestran en afirmar su convicción de que saben cuanto puede saberse.
 En ambos casos lo malo no es ignorar o conocer, sino el estar tan radicalmente convencidos que ya nada puede asombrarles.
 Cioran permanecía en la tierra del asombro, perplejo incluso en sus negaciones y rechazos más viscerales.
Nunca abrumaba con displicencia al creyente que balbuceaba frente a él, incluso parecía envidiarle a veces, aunque le cortaba decididamente el paso.
Se asombraba sobre todo de que en la vida la maravilla coexistiese con el horror, como ya señaló Baudelaire: somos conscientes de la matanza general que nos rodea y del encanto de Bach.
Sólo dos posibilidades permiten soportar los sinsabores de la existencia, ambas en permanente entredicho pero ambas también irrenunciables: la posibilidad del suicidio y la de la inmortalidad.
 Cioran permaneció siempre entre ambas, escéptico y atónito.



Cuando encontré su tumba en el cementerio de Montparnasse, al leer su nombre en la lápida junto al de Simone, me puse a llorar.
No de pena, desde luego, aunque tanto echo de menos a ambos cada vez que vuelvo a París y recuerdo nuestras cenas en la calle del Odeon, las charlas interminables y las risas.
¿Cómo podría lamentarme por ellos, cuando tanto les admiré y tanto enriquecieron generosamente mi juventud?
No, supongo que lloré de gratitud y sobre todo de asombro. El asombro porque los que aún estamos ya no estamos del todo y de que aún siguen estando los que ya no están.

29 mar 2011

El Cuco ya está en libertad

No sé si aún se acuerdan de la extraña desaparición de una joven llamada Marta del Castillo.
Aún no se sabe que hicieron con ella, un grupo de chicos han toreado con buen resultado a la opinión de este País.
Entre todos la mataron y ella "Sola" se murio, parece, porque esos niñatos, han traído en jaque a la policia a la justicia y a la ciudadania que hemos asistido en directo a ese tejemaneje de buscar el cadaver, que triste y que fuerte, se dice que encubren a alguien importante, pero en algún renuncio se les hubiera cogido, y no, un dia dicen la tiraron al rio
se tarda y no se encuentra, luego que si en un vertedero, y nada, tienen la sangre fria de jugar con todos, ¿Que falla? porque no se puede pensar que esos muchachos juegan y aciertan, ahora saldrá todo por la tele, el Cuco ya avanza que esos años 3 en un centro de menores se los tienen que recompensar.
Que hace la justicia?.
Porque si no creemos en ella se vuelve a la Ley del más fuerte, el que desenvaine antes mata, o matas tu.
Eso "niño" El Cuco si es inocente que demonios hacia con un grupo de chicos mayores que él?
El caso ya no es el dolor de la familia sino como unos muchachos juegan con toda la sociedad y volveremos a verlos pasados unos años y con más fuerza.
No se acuerdan de las niñas de Alcacer? quién las mató? y por qué? dicen que un muchacho llamado Angles del que jamás se encontró su cuerpo ahogado que decían.
Que vale una vida?
La de os asesinos parece que algo nos cuesta porque les damos de comer. ¿Donde va el Cuco ahora? quien le pagará? La televisión, naturalmente.
Porque hoy todo se vende y se compra, la muerte tiene un precio.
Y vemos asesinos de niños, de jóvenes que se vuelven en figuras mediáticas, matar y morir, cuando deberían estar terminando un curso y quedando para ir a la Playa.
Y los pedófilos que encima tienen que ir los presentadores, que no deberían entrar en ese juego, van como imputados porque una mujer da en la tele que su marido si mató a otra niña, estamos locos?, radioactividad mata pero no elige a sus víctimas, el Tsunami mata pero tampoco las elige. Que está pasando en este mundo, que ya nadie cree en nadie?

azul de nácar,

Hay una luz ahora, azul de nácar, que no pertenece ni a la noche ni al crepúsculo. Nítida y fervorosa enfrente de las hojas que vuelven a las ramas.
Azul árabe la llamaba yo, antes, las paredes enjalbegadas, las olas oscuras, el mar sin rostro.
El mar, que es primero en venir con el día; primero en recibir la noche.


Pero esa luz, azul de nácar, instante de nada, también desgajado como yo del calendario.

Publicado por José Carlos Cataño

Gigante

Dicen que una obra de arte, si lo es en verdad, es intemporal (no eterna), aunque haya sido producida en la Grecia Clásica, en el Barroco o en el siglo XXI.
 No estoy muy de acuerdo con esta afirmación que tanto se prodiga, sobre todo si se refiere a literatura, si bien hay algunas obras que mantienen su vigencia porque son origen de mitos que se adaptan a los tiempos (Edipo, Don Quijote, Hamlet...) Otras, la mayoría, aun contando con su extraorinaria calidad y habiendo sido pilares de la cultura de una época, han de ser leídas teniendo en cuenta siempre su contexto, es necesario por tanto tener una idea aproximada de la sociedad en que nacieron.



Pero hoy lo que manda no es el discurso, sino la necesidad de éxito inmediato. Y nacen las modas.
 De unos años a esta parte son superventas novelas históricas, novelas de detectives que ahora les ha dado por decir que son del género negro sin serlo y relatos que rocen lo esotérico.
Es evidente que entre tanta edición hay buenos textos, porque una novela tiene que ser ante todo literatura, pero el éxito sobreviene por la presión de los editores y los medios afines, que se han empeñado en que se ha de escribir en esos géneros, que son los que venden.
Ahora todo el mundo habla de cátaros, el Santo Grial, las profecías de Nostradamus (por cierto, ahora hasta Newton se ha vuelto adivino), los extraterrestres en la antigüedad, el Arca de Noé... Y así se construye una novela de éxito.
 Pues venga, a escribirla.

Suelo quedar dormido. Félix Francisco Casanova

Suelo quedar dormido. Félix Francisco Casanova

Suelo quedar dormido

mirando la luz de una vela,

en mis sueños la llama incendia la noche

que cae como el telón al final de una tragedia,

el fuego sigue creciendo como un niño interminable,

en el sótano perecen los fantasmas olvidados

y en las calles sin salida

mis amigos se agolpan temblorosos.

Esa música crujiente

que avanza como un ejército de muertos,

el viento inflamable que destroza las estaciones

como la coz de un caballo en libertad,

así de fuerte es mi venganza,

así me ahorco con la soga del campanario

para que os persiga la música de metal

que mata.

Y nunca más haréis el amor

ni oleréis ese manjar que es el agua.

Pero cuando el tren del sueño

se detiene, es imposible describir

la tristeza que retorna a mis ojos,

testigos ridículos de ese trozo

de cera que se está consumiendo.



Félix Francisco Casanova

de La memoria olvidada. (Hiperión, 1990)

Felix y su novia, era tan bello tan joven, y era un muchacho alegre al que le gustaba el ROCK,te fuiste demasíado pronto.

Felix Francisco Casanova

De Félix Francisco Casanova (Santa Cruz de la Palma, 28-9-1956; Santa Cruz de Tenerife, 14-1-1976) han dicho que fue un Arthur Rimbaud o Lautréamont español.
Tal y como señala Francisco Javier Irazoki uno de los poetas más empeñados en rescatar la obra de este canario (un mito en las islas, donde hasta hay un premio juvenil que lleva su nombre, y un desconocido fuera de ellas), aunque Casanova murió a los 19 años (oficialmente, su muerte se debió a un escape de gas mientras se bañaba en su casa), nos dejó una obra de sorprendente madurez.
Hijo del poeta Félix Casanova de Ayala, con quien escribió el libro Cuello de botella, a los diecisiete años obtuvo, por su libro El invernadero, el premio “Julio Tovar”, considerado entonces el principal de los galardones de poesía en Canarias.
Un año después, ganó el premio “Pérez Armas” con la novela El don de Vorace. Un mes antes de morir, su poemario Una maleta llena de hojas sería premiado por el periódico “La Tarde”.
Es autor de un diario que se titula Yo hubiera o hubiese amado. La editorial Hiperión publicó, en 1990, la poesía completa de Félix Francisco Casanova: La memoria olvidada (Poesía 1973-1976).

«Eres un buen momento para morirme», un poema de Félix Francisco Casanova

«Eres un buen momento para morirme», un poema de Félix Francisco Casanova



  • A María José

Amaneciendo y anocheciendo

a un mismo tiempo,

cariño, ¿no es ésta la forma

en que te gustaría vivir?

En mi cabeza hay un álbum

de fotos amarillentas

y lo voy completando con mis ojos,

"¿Por qué no se puede ser maruja?"

 

ENTREVISTA: SOLEDAD CAZORLA Fiscal de Sala contra la Violencia de Género

Pregunta. Usted coordina a las y los fiscales que trabajan contra el maltrato a las mujeres. ¿Qué método recomienda para educar a los hombres?





Respuesta. Saber lo que son los derechos y la igualdad y avisar a la sociedad de que no solamente es una teoría para dar en las escuelas, sino una realidad que se debe de enseñar en las familias a los niños y a las niñas.



P. ¿A todos los hombres se les ve un poco el plumero en estos temas?



R. Yo siempre digo que la mujer, aunque no se diga feminista, tiene un punto en el alma, en el corazón, que le hace defender los derechos de la mujer. Y los hombres, por muy liberales e igualitarios que sean, siempre tienen un ápice de machismo.






P. ¿Encuentra patriarcal al fiscal general del Estado?



R. No, qué va. Le veo un hombre jurídicamente respetable, al que admiro en Derecho, y que me da toda la libertad para que actúe en la función que tengo.



P. O sea, que casi todos son machistas, menos su jefe.



R. Hasta ahí podíamos llegar. Incluso el menos machista tiene un ápice de machismo.





P. ¿Y a Zapatero le ve feminista?






R. Me viene lejos. Cuando hablamos del Gobierno actual, mi punto de referencia es la exvicepresidenta Fernández de la Vega.
 Ella no es que asumiera la igualdad, es que luchaba por ella.
 Y si podía hacerlo, pienso que tendría la delegación del presidente.






P. ¿Presidiría usted el club de fans de Zapatero?






R. Yo no presido ningún club de fans. Ni el mío.



P. Ya. Que le propusieran el de George Clooney.






R. Ese ni me lo pensaba, sí.





P. ¿Con qué político pasaría unos días de auténtica acción positiva?






R. ¿Reivindicativa de derechos de la mujer? Con el que no tuviera que ejercer la acción positiva y ya me la diera hecha.



P. Siempre está usted pensando en lo mismo. Hay otras acciones muy positivas.



R. ¿Cuáles?



P. Cíteme un machista de manual en el PSOE y otro en el PP.




R. Me resultó muy chocante cuando alguien del PP calificó a la Constitución de señorita en su puesta de largo. Me dije: parece que no avanzamos.






P. ¿Y en el PSOE, todos ideales?






R. Hombre, ni en broma. Pero así una cantada, una sonada, una asilvestrada no la recuerdo.






P. Faltan medios para aplicar la Ley Integral de Violencia de Género. ¿Culpa del ministro Caa-maño?



R. Ay, pobre. Yo creo que es una ley a la que se le están dando todos los medios posibles, a pesar de la crisis.
 Estamos avanzando en el número de juzgados y en los derechos que se dan a las maltratadas.
 La falta de medios es endémica en la Administración de justicia.
Pero en este aspecto, si se ha podido rascar, se ha rascado.



P. En ocasiones, primero asesinan y luego se suicidan. ¿Cómo lograr que inviertan el orden de actuación?



R. Es un fenómeno tan peculiar que al maltratador le da exactamente igual suicidarse, entregarse o 25 años de cárcel.
Sociólogos, psicólogos, psiquiatras tienen que explicarnos a los juristas y a la sociedad muchas cosas que no conocemos.



P. Sus compañeros la consideran una fiscal sólida. ¿Cree que esto tiene que ver con la báscula?



R. También, también [ríe], para qué vamos a negarlo.
 Con los años la solidez en la báscula va en aumento. Pero quiero pensar que también creen que, en lo que estoy trabajando, tengo un poquito de autoridad. No poder.
Un poquito de autoridad.




P. ¿Se considera una mujer desesperada?






R. ¿Yo? Nooo. Me considero una mujer esperanzada, con los pies en la tierra, y apasionada.






P. ¿Y cómo no encontró nada mejor que un periodista para casarse?




R. ¿Le parece poco? Son los cimientos de mi vida. Mi padre decía que en la vida había un solo hombre para mí, y que había tenido la suerte de encontrármelo.



P. ¿Hay algo que perdone al Gobierno menos que la ley antitabaco?






R. [Carcajada]. A qué esfuerzos me someten, Dios mío, con esta ley. Pero, como soy jurista y tan disciplinada, la cumplo a rajatabla. Al final les agradezco que estoy gastando menos en tabaco.



P. Su marido es un gran cocinilla. ¿Qué es lo más afrodisiaco que prepara usted?



R. Albóndigas. Con mi marido no hay competición posible, sino distribución natural de papeles. En lo único que coincidimos es en hacer la cama, porque no nos gusta a ninguno.



P. Le encanta arreglar muebles, coger cachivaches de los contenedores, cuidar las plantas. ¿No es una fiscal un poco maruja?



R. ¿Por qué no se puede ser también maruja? Yo no reniego de nada de lo que signifique aprender. Yo solo reniego de la plancha.

Locuras ROSA MONTERO

. .El sábado estuve en la inauguración del Centro Cultural Niemeyer en Avilés.
Es un hermoso espacio retrofuturista, es decir, es el futuro tal y como se concebía en los años sesenta, el futuro convertido en pasado y elevado a clásico.
 Un proyecto que, donado por el mítico arquitecto brasileño, ha sido construido en el tiempo récord de tres años y en plena crisis.





Algo debe de estar cambiando en España para bien cuando nos atrevemos a estas locuras. Nuestro país siempre ha estado lastrado por una visión muy pequeña de la realidad: medrosa, localista, algo cazurra.
Lord Byron decía que tener como figura nacional a Don Quijote había hecho que los españoles repudiáramos las ideas rompedoras y grandiosas por un miedo patológico a hacer el ridículo y a que nos consideraran unos chiflados. Puede que tuviera razón, y también puede que sea más difícil soñar cuando estás hambriento (hemos sido muy pobres).
Lo cierto es que aquello que admiramos en otros lugares, como el esplendor de las obras civiles en París, por ejemplo, aquí siempre se ha discutido hasta la saciedad: "Cómo se les ocurre meterse en esos gastos superfluos y faraónicos, con las necesidades que hay...". No digo que no haya obras públicas aberrantes e incluso corruptas.
Pero me parece que muchas veces las protestas obedecen a un prejuicio lamentable: el de creer que solo es útil aquello que es práctico, y considerar que el arte y la belleza son productos de lujo prescindibles.



Yo pienso, por el contrario, que la belleza es una inutilidad absolutamente necesaria para el ser humano; que forma parte de nuestra estructura básica; que nos hace mejores personas, mejores ciudadanos y más felices.
 Todos tenemos una parte creativa, como dijo Antonio Garrigues en la inauguración, y maltratar esa creatividad, añado yo, solo puede traer frustración y miseria.

Sombra aqui, sombras allá

.Mujeres.

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Este espacio nace para contar los cambios que está aportando la mujer a un mundo en transformación, para detectar desigualdades y para albergar debates bajo esta premisa clave: una sociedad desarrollada y libre no puede funcionar si no permite idénticas oportunidades a la mitad de la población.

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BernaGHarbour Mírenles. Los políticos inauguran plantas, aeropuertos sin aviones. Y no entienden la desafección!!! http://t.co/Slw7faG via @el_pais 4 hours ago · reply



BernaGHarbour Valcárcel dice: "el yo invito, tú pagas, no vale" ¿él invita a sanidad y colegio? Perdone, lo pago con impuestos, a usted también le pagamos 4 hours ago · reply



BernaGHarbour ¿Es nuestra participación en Libia una guerra o no? La palabra gusta a la derecha y cuesta a la izquierda, pero lo es. http://cort.as/0hNA yesterday · reply



BernaGHarbour Amnistía Internacional denuncia pruebas de virginidad forzosas a las manifestantes egipcias. Hay que investigar hasta el final. 5 days ago · reply



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Por Gabriela Cañas. Gabriela CañasGabrielaCanas

GabrielaCanas Interesantísimo y rompedor el artículo de hoy en El País Crímenes económicos contra la humanidad http://t.co/L9s2jBs 7 hours ago · reply



paularchu La app iPad de El País se vuelve a colar en el TOP 10 de apps gratuitas tras la llegada del iPad 2 :) 23 hours ago · reply



guardiannews Walmart sex discrimination case goes before supreme court http://gu.com/p/2z354/tf yesterday · reply



AlvarodeCozar Vuelven las explosiones. Hemos oído seis y luego otra vez los disparos de las defensas. Ahora lo único que se oye es un grillo. yesterday · reply



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Por Ricardo de Querol.

Ricardo de Querol

ricardodequerolricardodequerol El Constitucional no entra en el fondo sobre apostasía, sino que niega a la Agencia de Datos la capacidad de ... http://cort.as/0haI 3 hours ago · reply

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2011

Admira la belleza, disfruta tu imperfección

Por: Ricardo de Querol

. "Una mujer a la que nunca deseaste imaginar vieja, encarnación de la belleza absoluta que jamás precisará maquillaje, imagen junto a la de Ava Gardner de la actriz más guapa que ha filmado una cámara", escribe Carlos Boyero sobre Elizabeth Taylor, fallecida el miércoles pasado. La desaparición de una de las actrices más conocidas de la historia del cine desató una lluvia de elogios a su carrera y, sobre todo, a su magnética belleza.



Tanto retrato resplandeciente de la actriz en sus mejores días me recordó un mensaje que muchas lectoras y algún lector nos han hecho llegar: el miedo a la dictadura de la belleza. Algunas mujeres cuentan que se sienten desbordadas por la presión por la estética, por la obligación de ser muy sexys, por el intento de alcanzar el modelo que imponen industrias como la publicidad, el cine o nosotros, los medios de comunicación. El temor es que el culto a la belleza desemboque en feofobia, en discriminación de los imperfectos. Y nos culpan de ello.



Un momento: déjennos admirar lo bello. No tenemos que avergonzarnos de que nos agrade lo bonito, sea un cuerpo humano, un paisaje o una obra de arte. Y es bastante humano prestar atención al atractivo sexual. Déjennos, además, soñar. No vemos cine para que represente lo que somos, sino lo que quizás nos gustaría ser en otra vida. Lo que es insano es aplicar el baremo de la apariencia casi divina de las estrellas al ciudadano común. Muy pocas mujeres pueden ser Liz Taylor, pero muchas quedarán frustadas en el intento.

.Para quien quiera ver sexismo en lo que se escribe sobre la actriz de los ojos violeta, recordaremos que la muerte de Paul Newman en 2008 desató comentarios similares. "Newman o la duda heterosexual", tituló gráficamente Borja Hermoso. "Tantas y de tan diversa índole son las razones por las que amamos a Paul Newman que, en el caso de los hombres que aman a las mujeres y de las mujeres que aman a las mujeres, a uno le entran casi dudas de su condición". Maruja Torres remataba: "Guapo a morir. Era tan guapo que dolía".



El culto al cuerpo no es exactamente un fenómeno machista. En la aldea global de hoy el cine y deporte son poderosos creadores de mitos: las actrices son el ideal femenino; los deportistas, el masculino. Cada vez abren más gimnasios en nuestras ciudades; 400.000 españoles se operan de cirugía estética cada año. Muchos hombres se obsesionan por marcar una tableta (abdominal) como la de Rafael Nadal.



Burlarse de las mujeres por su aspecto sí es una tradición claramente machista: una líder política tan destacada como Angela Merkel ha pasado un auténtico calvario mediático al respecto, con demasiados fotógrafos tratando de cogerla desprevenida mostrando un michelín (el amarillista diario inglés The Sun llegó a causar un conflicto diplomático). Al contrario, la portavoz del PP Soraya Sáenz de Santamaría fue criticada por propios y extraños por un reportaje en que se mostraba demasiado seductora. Nadie entrará a valorar, sin embargo, los atractivos físicos de Rajoy y Rubalcaba en una posible contienda electoral.



La mujer en la vida pública soportará burlas por sus imperfecciones; paradójicamente, la que llega lejos y destaca por guapa también puede encontrarse bajo sospecha. Y la discrimínación por el aspecto físico no es un problema solo femenino. Walter Oppenheimer escribía sobre el "tiro al gordo", la estigmatización del sobrepeso en el mundo anglosajón, que se señala como enfermedad y como gasto.






Antes se explotaba sobre todo la imagen de la mujer; ahora hemos logrado que se explote también la del hombre.
El igualitarismo no nos ha llevado a la mujer andrógina, alejada de la coquetería, sino que ha abierto paso al hombre metrosexual, que también la asume. Y en la sociedad de hoy los mensajes eróticos se encuentran por doquier.
 Es llamativo que dos escritores en las antípodas ideológicas, la feminista Lydia Cacho y el conservador Juan Manuel de Prada, coincidan en denunciar una "sociedad hipersexualizada".
Opina Cacho que la sociedad de hoy empuja a las adolescentes a vestirse y comportarse como putas, convertidas en modelo de comportamiento en series como Sin tetas no hay paraíso.
El autor de Coños, católico tradicional, cree que se adoctrina a los jóvenes de hoy en un irresponsable hedonismo.
"Esta hipersexualización o sensualismo desatado que se ha impuesto como rasgo predominante de nuestra época se nos vende como una conquista de la libertad", escribió en ABC. "El hombre hipersexualizado necesita constantemente nuevos estímulos", dice De Prada, lo que según él explica fenómenos como la pedofilia.




Diagnósticos exagerados, que parten de puritanismos de signo opuesto, pero que reflejan la incomodidad de muchos con la omnipresencia de lo erótico en lo público, en vez del ámbito privado al que se confinaba antes.
Quizás sea una consecuencia inevitable de una sociedad con más libertad individual, con menor peso de lo religioso, y también de la presión consumista.
Si el erotismo es una fuerza tan poderosa, es ingenuo esperar que el sistema no lo mercantilice.




Las nuevas industrias no son ajenas al fenómeno.
La del videojuego creó un modelo de heroína de fuerte carácter y marcadas curvas, como la Lara Croft que inmortalizó para el cine Angelina Jolie.
 Una mujer más acorde a los tiempos, menos frágil y más descarada, que la que retrataba en el pasado el cine de aventuras.
El fenómeno Lara Croft llegó a preocupar al Instituto de la Mujer.
Ese modelo parece haberse asentado en los últimos años, en que el siempre variable canon de belleza del cine apunta hacia mujeres voluptuosas como Scarlett Johansson, en la línea que décadas antes simbolizaba Marilyn Monroe.
Un cambio notable, en todo caso, frente a otras referencias que rayan con la anorexia como las que han dominado la industria de la moda todo este tiempo, modelos que además de inalcanzables son nocivos.
Poco a poco, también la pasarela se mueve hacia la aceptación de tallas como la 48, de esas que pueden usar sus clientes.
La marca de cosméticos Dove lleva años apostando en su publicidad por la imagen de la "mujer real", chicas más llenitas que posan como modelos. La presión ambiental, pues, parece empujar hoy más a la clínica de implantes que a la dieta extrema, aunque la guerra con el propio peso sigue desmoralizando a mucha gente.



Las migraciones, además, nos han hecho más cosmopolitas.
 La imagen de nuestros vecinos en las calles, donde la minifalda se cruza con el hyjab, es hoy muchísimo más diversa de lo que era en tiempos de nuestros abuelos.
 Elvira Lindo aplaudió la desinhibición traída a nuestra sociedad por las mujeres latinoamericanas que, sin tener curvas perfectas, visten ceñido o destapan piel aunque asome algún michelín.
 Una cierta democratización de la sensualidad, justo en la dirección que inquieta a Cacho y a De Prada.
De hacer caso a la revista Time, la mujer más influyente del momento (junto a Sarah Palin) es Lady Gaga, artista de indudable talento y cuidada imagen extravagante, que sin ser una top model exhibe una sensualidad desbordante, y que dice de sí misma: "Prefiero ser interesante que bella".
 Este perfil de estrella se impone entre las divas del pop que dominan las listas de éxitos (Rihanna, Shakira o Miley Cyrus) para escándalo de algunos, y son el espejo en que se miran las adolescentes.



Exageran los pesimistas.
 Avanzamos a paso firme hacia una sociedad más plural basada en el respeto mutuo.
Si cada vez será más normal que le atienda en el banco un empleado con pelo de punta y un pirsin (que dice la RAE), o con un turbante, si la corbata retrocede en el ámbito laboral, si los progres ya no tienen que vestir de desliñados bohemios ni los conservadores de traje azul, si una feminista puede pintarse los ojos y un hombre afeminado no está obligado a disimularlo, si se puede llevar el pelo amarillo o rapado da igual el género, es que damos pasos en la dirección correcta: la de que cada uno elija sin muchas trabas cómo quiere ser visto sin empeñarse en convertirse en lo que no es.
 Que marque curvas quien quiera hacerlo; y que nadie se meta con los imperfectos, porque somos multitud.
Y también tenemos nuestro encanto.

Nudo de corbata DAVID TRUEBA

Un niño admira a su padre por cosas obvias: no tiene que ir al cole, conduce, se afeita, ve la tele cuando quiere.
Pero hay algo que le fascina: verle hacerse el nudo de la corbata.
 A lo largo de muchos años, el instante en que el padre transmitía a su hijo el secreto insondable de la lazada de la corbata, ya fuera para una boda, un entierro o cualquier acto de protocolo, era una metáfora del relevo y también la continuidad de la vida.




Desde hace años, en la Red hay metodología a tu disposición para enseñarte a hacer los diferentes nudos de corbata. Incluso los vídeos de YouTube suman millones de visionados de tipos que se han visto urgidos a este método para lograr anudarse la corbata o han recurrido a consejos similares para actividades tan poco grandilocuentes pero tan fundamentales.



Son soluciones prácticas, un ejemplo de cómo el progreso nos ayuda a resolver la cotidianidad con menos apuros que antes.
Han surgido aplicaciones para el móvil enseñando cómo anudarse la corbata o la pajarita, algunas hasta son de cobro limitado.



Puede que todo esto signifique el adiós a ese instante mágico entre padres e hijos, pero ojalá que no ahonde la deshumanización, la ausencia de ternura que a veces trae consigo la vida moderna.




En el último libro de Sergi Pàmies, titulado La bicicleta estática, el penúltimo de los cuentos breves rememora la relación de un hijo con su padre a partir de la corbata que lleva este, ya difunto, dentro del ataúd.
Uno de los rasgos que perpetúan el arte es su capacidad para trasladar la experiencia personal, particular, íntima, a la esfera de lo universal, lo fundamental, lo compartido.
El gesto ensimismado de nuestro padre al anudarse la corbata resuena para muchos como un instante fundamental en nuestras biografías.



Incluso los que no usamos jamás corbata, sabemos que el traspaso de las habilidades manuales, el aprendizaje de la tecnología más cotidiana es el episodio principal entre padres e hijos.
 ¿Estará naciendo un vínculo así de fuerte entre pantallas, móviles, tabletas y los que son sus hijos de hoy?