Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

28 sept 2010

LADRONES DE CUERPOS

LADRONES DE CUERPOS

















INTRODUCCIÓN






El pasado 11 de septiembre fallecía el actor Kevin McCarthy, un veterano secundario del cine estadounidense de amplia trayectoria televisiva, recordado por algunos títulos de serie B de los años 50 y por su presencia en varias películas del director Joe Dante (“Aullidos”, “En los Límites de la Realidad” o “El Chip Prodigioso”, entre otras). Sin embargo, de toda su filmografía hay un título que brilla especialmente, “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”, un clásico de la ciencia ficción conspiratoria de mediados del siglo XX que Hollywood ha revisitado en varias ocasiones desde entonces y cuyo desarrollo nos gustaría recordar como tributo a la figura de este actor. Desde el estreno de este título hasta la última adaptación de esta historia en 2007 con “Invasión” existe un intervalo de cincuenta años, a lo largo de los cuales esta misma premisa ha recibido diferentes enfoques, no sólo convirtiéndose en un referente de la ciencia ficción cinematográfica, sino también ahondando en los cambios políticos y sociales de estos últimos años.






LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS














El origen lo podemos encontrar en un serial de tres partes publicados por el escritor Jack Finney en la revista en la revista Collier en 1954 (y más tarde convertido en novela). Esta historia fascinó al productor Walter Wanger, quien en seguida encargó al guionista Daniel Mainwarning que la adaptará a guión cinematográfico, bajo el título de “La Invasión de los Ladrones de Cuerpos”. Se escogió al director Don Siegel, hasta ese momento no especialmente conocido, y a un grupo de actores, como Kevin McCarthy que encontraron en esta película el más importante trabajo de su filmografía.














A esta historia de alienígenas que llegan a la Tierra y se convierten en clones sin emociones de sus habitantes, Mainwarning le supo ver una lectura política de candente actualidad, concretamente con la brutal caza de brujas que el senador Joseph McCarthy había emprendido contra los comunistas. El propio Mainwarning fue víctima de esta persecución, donde cada norteamericano miraba a su vecino con temor sin saber si tras su trato cotidiano se encontraba un espía de los rusos. El guionista quiso destapar esta histeria colectiva que había infectado desde la política al entorno social. Así, según su visión de la historia, lo importante de la historia no era saber cuál de los personajes era un ladrón de cuerpos y cuál era humano, sino la paranoia creada que obligaba a todos a desconfiar de todos. Esto quedó eficazmente reflejado en la puesta en escena de Don Siegel, quien utilizó los recursos propios del cine negro para realzar esa idea de suspense y nerviosismo.














Curiosamente, por otro lado, hubo quien también hiciera una segunda lectura de la película completamente opuesta. Frente a la crítica de la cinta al uso por parte del senador McCarthy de las teorías del terror para mantener controladas a las masas e inconscientes de los verdaderos problemas de la sociedad de la época, hubo quien encontró en la cinta un verdadero mensaje anticomunista, donde los invasores eran metáforas del supuesto adoctrinamiento que ejercía esta ideología, anulando la voluntad personal en favor de la colectividad.
















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